En mi opinión, el Ser Humano es, en su esencia y por naturaleza, un Ser Íntegro.
Íntegro significa “que no carece de ninguna de sus partes”.
Considero que ya a todos nos falta alguna parte, que todos hemos ido perdiendo algunas por el camino, o nos las han anulado nuestros educadores, o hemos ido renunciando a ellas por las circunstancias que nos ha tocado vivir –o que nos hemos propuesto vivir-, o nos las usamos -que es lo mismo que no tenerlas-, o que es incluso peor que no tenerlas.
El Ser Humano es una Unidad –indisoluble-, aunque nos empeñemos en dividirnos en diferentes partes para comprendernos mejor. Decimos que somos cuerpo, mente, alma o espíritu, energía, conciencia, divinidad, etc., pero en realidad somos -nada más y nada menos-, Seres Humanos. Una sola cosa que parece una amalgama de varias cosas.
Pero, y sólo para que se comprenda más fácilmente, vamos a imaginar que constamos de varias partes diferentes.
Si no estamos utilizando nuestra espiritualidad –por ejemplo-, si no la tenemos activada, ya no estamos íntegros.
Si hemos perdido o no usamos nuestra espontaneidad, nuestra energía, nuestra voluntad, nuestro enojo cuando es necesario, nuestras opiniones, nuestra afirmación como personas, nuestros sentimientos o emociones… no estamos siendo y mostrándonos íntegros.
Ser Uno Mismo –lo que somos en esencia- se propone pues como un afianzamiento de quienes somos y como somos en realidad, dejando a un lado -y procurando no permitir que nos afecte- a ese personaje que nos han obligado a crear, que no está completo porque ha renunciado a alguna de sus partes, y que no es puro porque ha incorporado diferentes personalidades que no son propias, y ha renunciado –porque le han obligado a renunciar- a ser él mismo. O porque nunca ha llegado a saber quién es él mismo.
Nos han roto o nos hemos roto, han o hemos descompuesto nuestras partes para moldearlas al gusto ajeno, nos han o nos hemos cambiado pensamientos y deseos, han o hemos mutilado nuestra capacidad de expresión natural.
Es conveniente buscar con ahínco dónde puede haber fragmentos nuestros –de nuestro Yo Verdadero- para recogerlos y reintegrarlos en nuestro Ser Humano Completo. (Integrar: dicho de diversas personas o cosas: constituir un todo. Aunar, fusionar dos o más conceptos divergentes entre sí en una sola cosa que las sintetice.)
Cuando uno se integra del todo, se convierte en íntegro, e inevitablemente surge y se instala en la persona la otra acepción del significado de la palabra íntegro: “Dicho de una persona: recta, proba, intachable”.
Y esa ha de ser nuestra aspiración.
El Ser Humano es, en esencia y por naturaleza, bueno, honrado, amador, y tiene las suficientes cualidades como para que cada uno se sienta orgulloso o satisfecho de sí mismo.
Reencontrarnos en nuestra esencia, recomponernos, hacernos íntegros, es una de las nobles y satisfactorias tareas que nos propone en este momento la vida.
Y que cada uno valore lo que se pierde si no lo hace.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco De Sales
buscandome.es
Todos los humanos llevan una mascara, pero ser un ser humano genuino, integro, no es su objetivo. Solo para unos pocos y por eso tenemos la realidad actual que nos rodea.
ResponderEliminarGracias
Bendiciones