En mi opinión, hay que estar muy atentos, pero que muy atentos, pero que muy muy atentos, a nosotros mismos –y más concretamente a nuestras actuaciones inconscientes-, porque dentro de nosotros llevamos –sin que nos demos cuenta la mayoría de las veces- un autosaboteador experto en ponernos zancadillas y en obstaculizar nuestra vida para que discurra de un modo más incómodo.
A algunas personas esto le sonará muy conocido, pero que muy conocido, pero que muy muy conocido –porque ya lo han sufrido y lo siguen sufriendo en muchas ocasiones- y otras personas se quedarán dudando y hasta es posible que se paren a observarse, que se pregunten, por si acaso les está pasando y no se habían dado cuenta y, en cambio, otras personas lo negarán sin saber que se están equivocando al negarlo.
NO DIGAS NO PUEDO
El primer acto de autosabotaje surge cuando alguien dice “no puedo”. No siempre tiene razón. No siempre es verdad. La mayoría de las veces esconde un “no quiero intentarlo” porque “creo” que no puedo, o bien es un “porque no quiero intentarlo” al que disfrazamos, o es un “tengo miedo” que uno no se atreve a llamarlo por su nombre.
No se puede cuando hay una limitación física o real. No puedo sumergirme a pulmón libre a 6000 metros. No puedo llegar a volar solamente con el movimiento de mis brazos. No puedo concebir un hijo con una grulla.
Es cierto que hay algunas limitaciones en algunos casos, pero hay que evitar el “no puedo porque no lo he intentado”. Todos hemos visto casos de autosuperación y hemos comprobado lo que puede llegar a hacer una persona lisiada o hemos visto los Juegos Paralímpicos.
Hay muchísimas ocasiones en las que, si uno se lo propone firmemente, la voluntad domina a la apatía, el esfuerzo vence a resignación, y el deseo doblega al miedo.
Conviene no permitir que los contratiempos y las adversidades se impongan como obstáculos insalvables o como excusas perfectas para no afrontar lo que hay que afrontar.
La fuerza está en la voluntad. La voluntad reside en la mente, y se revalida con el deseo firme, con la actitud positiva, y con la motivación consciente. Uno consciente es quien manda. O uno consciente es quien tiene que mandar. Uno gobierna o tiene que gobernar porque es uno, y no el destino o el azar, quien tiene que dirigir el Camino de su Vida.
Uno mismo tiene la voluntad y la responsabilidad. Nadie garantiza el éxito en lo que se quiere emprender, pero siempre merece la pena intentarlo. Casi diría que es una obligación intentarlo.
PREPÁRATE PARA FRACASAR
“Nuestra mayor gloria no es no fracasar nunca, sino volver a intentarlo cuando fracasamos”. (Confucio)
En mi opinión, no existe el fracaso. Existen las cosas que no han sucedido como uno quisiera que hubieran sucedido, pero eso no quiere decir que sean fracasos. Son experiencias. Experimentando es como se aprenden las cosas que no se pueden aprender de otro modo.
Otro acto de autosabotaje son los límites que le hacen creer a uno que no va a poder desde antes de intentarlo porque está condenado al fracaso. Aunque uno haya “fracasado” antes al hacer algo similar, es posible que en esta ocasión se tenga más experiencia, más fortaleza, más convencimiento, o que se puedan encarar las cosas de otro modo distinto.
“Está permitido el caer, pero es obligatorio el levantarse”. Hermosa y profunda frase que no necesita ser explicada sino interiorizarla.
Hay otro dicho muy cierto: “Para alcanzar algo que nunca has tenido tendrás que hacer algo que nunca hiciste”. Y esto puede darte mucho que pensar y mucho que poner en práctica.
NO TE PONGAS LÍMITES
“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto” (Henry Ford).
La Autoestima y la mente juegan un papel importante en este asunto. Si crees que puedes tienes más posibilidades de lograrlo que si crees que no puedes. Si tu mente está a favor y colabora tienes más posibilidades que si una mente autosaboteadora y una Autoestima bajo mínimos son los únicos colaboradores con los que puedes contar.
El miedo es una excusa. Así que conviene preguntarse seriamente ¿A qué tengo miedo?, ¿Por qué tengo miedo?
“Y como no sabía que era imposible, lo hizo”. Esta es la buena actitud.
Hay que ser consciente de esta realidad que es el autosabotaje, porque está ahí, latente o activo, y porque la característica de su funcionamiento es que lo hace sin que nos demos cuenta. Tenemos el enemigo en casa y no nos damos cuenta.
Generalmente no somos tan estúpidos como para estropean nuestra propia vida o colaborar en el fracaso de nuestros propios proyectos, así que –por supuesto- sucede sin que nos demos cuenta.
Atención, atención y atención.
Y cada vez que nos demos cuenta de que no avanzamos, que hay algo que no funciona correctamente, que nuestros buenos propósitos no llegan a realizarse, que las buenas intenciones no pasan de buenas atenciones, es conveniente revisarlo, revisarse, y descubrir si hay un autosaboteador muy eficaz que desbarata los buenos planes.
Te dejo con tus reflexiones. . .
Francisco De Sales
buscandome.es
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