Así como una ola puede parecer pequeña, y sin embargo, expresar perfectamente la esencia de todo el océano, de la misma forma, un único y aparentemente separado ‘momento’ contiene toda la inteligencia de la vida, por esto es que podría valer mucho la pena ponerle atención.
No hay imperfecciones, no hay errores, no hay ningún fragmento de experiencia en donde la inteligencia de la vida no se esté moviendo. El incesante susurro de la vida es 'confía, confía…’, e incluso si en este momento no somos capaces de confiar, o si ya no creemos más en la confianza, quizás tan sólo en eso podríamos confiar.
Sin importar lo limitada que una ola parezca, siempre será secretamente oceánica por naturaleza.
Incluso la limitación que se percibe en ella es una simple expresión de su inmensidad.
No hay momentos que no valgan la pena.
- Jeff Foster
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