Imagina tu vida como un libro.
En cada página de este libro, sin importar aquello que esté pasando en la historia, sin importar lo que las palabras estén describiendo, sólo hay un papel en blanco.
Rara vez se toma en cuenta este papel, y todavía más raro es el hecho de apreciarlo, sin embargo, es completamente esencial. Sin él, las palabras no podrían existir.
Tú eres muy parecido al papel que hay detrás de las palabras de tu vida. Tú no eres la historia de tu vida – tus fracasos, tus éxitos, tus pesares y tus esperanzas; tus memorias, tus expectativas, tus grandes logros y tus terribles pérdidas – tú eres la vida misma, esa expansión de consciencia completamente abierta y que todo lo abraza, eres ese espacio en donde la historia de tu vida se interpreta a sí misma.
El papel de un libro jamás se ve afectado por la historia que se cuenta en él. El papel está ahí sólo para contener las palabras, abrazarlas, permitirlas ser, sin condición alguna. Las palabras aparecen y desaparecen del papel, tanto las felices como las tristes, tanto las sagradas como las profanas. Se luchan grandes batallas, se tienen aventuras increíbles, se representa el ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento y, sin embargo, el papel siempre sigue estando allí, siempre presente, siempre íntegro.
Una historia de amor, una comedia, una historia de terror, una guerra épica, una larga y frustrante búsqueda de éxito o iluminación – al papel realmente no le importa.
Cualquiera que sea la historia, el papel nunca necesita saber cómo termina todo. Y en las páginas finales del libro, el papel no teme para nada el fin de las palabras, ni tampoco añora los viejos tiempos de la historia. Y si el personaje principal muere, el papel no llora. Incluso, la muerte es bien recibida por el papel. El papel no se da cuenta de que la historia ha “terminado”. El papel está más allá del ciclo de nacimiento y muerte de sus personajes.
Tú no sabes realmente cuántas páginas quedan de tu autobiografía. (De hecho, tu libro ni siquiera ha sido escrito – ¡se está escribiendo a sí mismo conforme todo se da!) Desde la perspectiva de las palabras, es decir, desde la perspectiva de la mente humana, tu historia aún no está completa.
Pasamos gran parte de nuestra vida tratando de averiguar cómo debemos terminar nuestra historia, cómo resolver todo de la mejor manera, cómo solucionar nuestros problemas pendientes, cómo “componer” y completarnos a nosotros mismos, cómo controlar un futuro incontrolable.
Pero, desde la perspectiva del papel, desde la perspectiva de la consciencia, no hay ninguna historia que resolver. Las cosas están bien exactamente como están, en este momento. En este momento, todo ya ha sido aceptado tal y como es.
Este es el libro más amoroso que existe, y eso es lo que tú eres.
Jeff Foster
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