¿Te sientes juzgado por alguien?
¿Te sientes afectado por algún tipo de negatividad procedente del exterior?
Cuando
nos sentimos sometidos a algún tipo de ataque, tanto si se trata de un
juicio, como de las vibraciones negativas de otros, es algo que se nos
mete bajo la piel y que puede llegar a afectarnos durante el resto del
día.
Así, a menos que hayamos alcanzado un nivel determinado en nuestro desarrollo, si compartimos la misma habitación con alguien muy deprimido, es probable que al dejar la habitación experimentemos una sensación de tristeza en torno a nosotros, o que nos encontremos con un nivel de energía ligeramente más bajo del que teníamos antes de encontrarnos con él.
Así, a menos que hayamos alcanzado un nivel determinado en nuestro desarrollo, si compartimos la misma habitación con alguien muy deprimido, es probable que al dejar la habitación experimentemos una sensación de tristeza en torno a nosotros, o que nos encontremos con un nivel de energía ligeramente más bajo del que teníamos antes de encontrarnos con él.
Otra variante más seria de este fenómeno sería cuando sentimos que el juicio, o bien el ataque directo y la negatividad de otra persona, han dejado algún tipo de huella en nosotros. Desafortunadamente, estas no son experiencias que siempre podamos evitar o de las que podamos huir; sin embargo, este tipo de incidentes pueden dejar alguna impronta en nuestro cuerpo. Hay un motivo para ello: ya hemos recibido esa impronta antes. No es la primera vez que experimentamos juicio y negatividad, bien mediante palabras o bien a nivel energético.
La honestidad con uno mismo: tu nuevo superpoder de transformación.
Tras
haber vivido esta experiencia de haber recibido negatividad y juicio,
si te queda algún remanente que te hace sentir mermado energéticamente, o
con una sensación de ira y rabia, puedes hacerte varias preguntas:
1.- ¿Cuántas veces ha ocurrido esto en mi vida?
Por
ejemplo, quizás, ésta es la primera vez que sucede con esa persona en
concreto, pero tal vez ya estás acostumbrado a que muchos otros en el
pasado te hablaran de esa manera y, en cada ocasión, después te sentías
decaído, retraído, deprimido. Potencialmente, ese patrón estaría
llevándote a que te apartes de la vida y a que te cierres. De manera
que, hazte estas preguntas y pregúntate también:
2.- ¿Cuánto tiempo más deseo permitir esto?
Otro
cuestión a tener en cuenta es si llevas experimentando durante mucho
tiempo juicio y negatividad con un individuo o una situación en
particular. En un momento dado, tendrás que ser sincero contigo mismo y
reconocer que no deseas vivir con ese resentimiento, esa rabia, o con la
sensación de sentirte oprimido por otra persona durante el resto de tu
vida. No te está haciendo ningún bien, ni tampoco le está haciendo
ningún bien al otro.
La
clave de la que debemos tomar conciencia aquí es: para que alguien
pueda llegar a ocasionar un impacto en nosotros, antes debemos
permitírselo de alguna manera. Es cierto que puede haber casos extremos
de personas psicológicamente desequilibradas que son físicamente
violentas con los demás, personas con las que es muy difícil llegar a
ningún tipo de consenso o de acuerdo en común. Pero, en los casos más
cotidianos, puedes preguntarte qué parte de tí podría estar abierta a
que esta energía esté apareciendo en tu vida.
Un
acosador o un “bully” detecta rápidamente a su posible víctima. No
busca un rival digno al que enfrentarse, porque lo que está buscando es poder sobre
otra persona , ya que, digámoslo así, se alimenta precisamente de eso.
Hay una sensación desequilibrada de falta de poder en el interior de
todo acosador o “bully” y, para sentirse más fuerte, llega a crear una
situación en la que pueda sentir algún poder temporal sobre otra
persona. La pregunta en este caso sería:
3.- ¿Estoy demasiado abierto a este tipo de trato por parte de otros? ¿Estoy siempre perdonando? ¿Siempre decido recuperarme rápidamente y les digo a los demás que estoy bien, aunque no sea así?
Porque esas son son las partes de ti que van a tener que cambiar.
Cómo recuperar la energía y el poder perdidos.
Existen
diferentes maneras de tratar con la negatividad que otros nos
proyectan; se pueden encontrar diferentes métodos en todas partes. Los
sistemas más espirituales nos recomiendan rodearnos de una luz blanca
dentro de una burbuja de energía cuando tengamos que enfrentar alguna
situación o entorno hostil. Otros métodos más sencillos consisten en
afirmar mentalmente o en voz alta cuando estamos a solas: “Dejo ir esta
energía que no es mía”, ordenando así al impacto que ha entrado en
nosotros que salga de nuestro campo de energía.
También
debemos considerar que, probablemente, necesites encarar el problema
desde una perspectiva más terrenal. Quizá necesites tener una
conversación con esa persona, quizá tengas que cambiar el esquema de lo
que otros consideran normal en su relación contigo. Si tuvieras que
contradecirles la próxima vez que te desprecien o que se relacionen
contigo desde la opresión y la negatividad, eso les ayudará a cambiar y a
redirigir ese patrón fijo en lo sucesivo. Por ejemplo, si alguien fuera
sistemáticamente negativo contigo con sus palabras, podrías contradecir
lo que dice de manera suave pero firme. No siempre es necesaria una
discusión o una disputa, pero si ese fuera el caso, sería porque has
estado aguantando y reteniendo demasiado durante demasiado tiempo, y
podría darse el caso de que tu reacción fuera más explosiva.
También
puedes preguntar lo que alguien está queriendo decir realmente; si te
repite una y otra vez que tienes un peinado horrible, el lugar de
defender tu peinado o justificarte, podrías desafiarle respondiendo:
“Pareces algo obsesionado con mi pelo, cada vez que nos vemos me dices
lo preocupado que estás por él. Sólo por curiosidad, ¿qué te ocurre?”.
De esta manera, estarías desviando el foco de atención sobre tí para
trasladarlo al espacio común entre ambos, y esa persona tendrá que
hacerse responsable y prestar más atención a sus propios comentarios en
el futuro. Porque, la mayoría de las acosadores funcionan en “piloto
automático” y, cuando cuestionas ese “síndrome de piloto automático” que
gobierna sus acciones ( una, dos o tres veces), entonces, suelen parar.
Por
último, pregúntate si estás preparado para mantener una actitud
positiva frente al mundo, creando para ello unos límites sanos y claros
con aquellos que se dirigen a ti de forma muy negativa. Reconoce que
tener a estas personas o actitudes negativas a tu alrededor te está
afectando. Tú pierdes poder con ellos, y ellos tampoco están ganando.
Así que, quizás sea el momento de dirigirte a esa persona de tu entorno
con una frase diferente de la que solías emplear, o de estar menos
disponible para ella. Te darás cuenta de dos cosas:
1.- La dinámica entre tú y esa persona comenzará a cambiar lentamente con el tiempo.
2.- Empezarás
a llenarte de toda la energía que antes perdías cada vez que esa
persona intentaba imponerse sobre ti. Si con determinación, mantienes
tu cuerpo y tu campo de energía lejos de esa persona, de esa fuerza o
esa situación destructiva durante el tiempo suficiente, tu cuerpo
comenzará a devolverte la energía que antes perdías cuando te
encontrabas en presencia de toda esa negatividad.
Finalmente,
perdónales y perdónate a ti mismo por todo lo ocurrido entre ambos, y
perdónate también si decides reaccionar, si eliges enfadarte. No
obstante, observa que eso es lo que ha ocurrido esta vez; la próxima vez
es posible que prefieras darte cuenta antes, de manera que pueda haber
unos límites más serenos en las relaciones con el medio que te rodea.
Espero
que esto ayude un poco a saber gestionar esos juicios con que todos nos
encontramos cada día, a medida que caminamos por el mundo.
Prácticas esenciales para gestionar la negatividad del exterior:
- Séllate en una burbuja de energía o rodéate de luz blanca.
- Repítete a ti mismo: “Dejo ir toda la energía que no es mía. Dejó ir toda la energía que no es mía.”
Autoexploración: preguntas que hacerse cuando recibimos negatividad o juicio:
¿Cuántas veces ya ha ocurrido esto en mi pasado?
¿Ya estoy acostumbrado a que me hablen así o a sentirme así?
¿Qué parte de mi continúa abierta a recibir este tipo de trato por parte de los demás?
¿Cuanto tiempo estoy dispuesto a seguir así?
¿Hay aspectos de mí o de mi vida que voy a necesitar cambiar?
Acción. Cuando sepas que debes pasar a la acción, pregúntate:
¿Necesito tener una conversación con alguien en particular?
¿Estoy dispuesto a contradecir sus palabras o cuestionar su comportamiento negativo conmigo?
¿Voy a tener que cambiar los esquemas de los que ellos consideran ”normal” en nuestra relación?
¿Necesito estar menos disponible para esa persona o esa situación?
Recuerda tu principal instrumento de poder: perdónate a ti mismo… Y perdónales a ellos también.
Mucho amor para todos.
Lee Harris
Difusión: El Manantial del Caduceo
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