jueves, 11 de febrero de 2016

Nuestra Energía Vital y su importancia para la Salud

Si aprendemos a utilizar nuestra energía podemos  liberarnos de recuerdos emocionales y también de problemas físicos. Hay estudios y terapias que avalan el uso de la energía para tratar la depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos.


Sabemos que hay  una fuerte relación entre el estrés emocional y la enfermedad y más concretamente la relación entre vivencias negativas en la niñez y enfermedades como el cáncer, enfermedades del corazón, tensión arterial alta, obesidad, diabetes, entre las más importantes. Esto no significa que las enfermedades físicas están causadas solo por problemas psicológicos, pero si sabemos que  la tensión que puede causar   un trauma emocional afecta a nuestro cuerpo físico.
Cuando podemos liberarnos de los recuerdos que más nos duelen, conseguimos bajar el  estrés y el cuerpo puede llegar a recuperarse de los síntomas que tiene. Cuando estamos en reposo y tranquilos el cerebro recibe la información de que el peligro ha pasado, con lo que este puede reprogramarse  con una idea positiva.

El flujo de la energía en el cuerpo

Son muchos los científicos, psicólogos, psiquiatras y estudiosos de la mente que han estudiado y experimentado la reacción de esta a diferentes estímulos de muy variado y a veces incluso discutido origen, al menos con la forma de trabajar actual, pero que han sentado las bases y han descubierto facetas del cerebro y la mente que aunque aún hoy son  muy desconocidas algo nos han ayudado a avanzar en este campo.
Otra rama que también ha influido en estos avances, es la experiencia de la medicina oriental que utiliza unos meridianos energéticos y unos puntos concretos de ellos a los cuales, mediante la acupuntura, inserción de agujas  especiales en estos puntos,  libera y facilita el fluido de la energía y con ello de la salud por todo el cuerpo. Los occidentales vieron que en lugar de usar las agujas,  la simple presión con los dedos sobre estos puntos también producía alivio e incluso el resultado mejoraba al de los orientales.

Esto ha propiciado la cooperación de profesionales de diferentes ramas y culturas que han descubierto y aplicado otros métodos por ellos estudiados.
Cuando nuestra energía circula libremente, sin dificultad, nos sentimos bien, pero cuando esta se bloquea o se estanca, aparecen los síntomas físicos que si no se tratan acaban enfermándonos.

Estas terapias energéticas son tan diferentes a la medicina clásica que los profesionales de la salud no saben cómo explicarlo y muchas veces son reacios a creer en ellas a pesar de los buenos resultados obtenidos.
El alivio se produce sin tener en cuenta el diagnóstico médico y esto se debe a que  el origen es diferente y está fuera del encaje médico clásico. Eso no significa que ignoremos los consejos y tratamientos médicos.
Las terapias energéticas, no funcionan igual para todos, pero quienes las experimentan si notan una mejoría significativa.

Muchos de los problemas  vienen de formas de pensar autodestructivas y negativas que son  inconscientes y por lo tanto no nos damos ni cuenta. Algunos estudios hablan de que hasta el 40 por ciento de los casos tienen este origen y algunas personas, creen, que no se ven afectadas por esta situación, y otras están sometidas a ella casi todo el tiempo, ambos casos, son una minoría. La mayoría de casos, los que pueden considerarse normales no nos dejan ningún sentimiento diferente que podemos percibir, pero es cierto que incluso las personas más positivas se ven afectadas por esto.
Los bloqueos energéticos pueden llegar a frenar cualquier proceso de curación.

Terapias Energéticas

Algunas de las terapias energéticas más conocidas, aunque hay otras, son:
  • Acupuntura y electroacupuntura
  • Auriculoterapia
  • Shiatsu
  • Digitopuntura
  • Reflexología
  • Reiki
  • Biomagnetismo
  • Biorresonancia
  • Feng Shui
  • Tai Chi Chuan
  • Tapping o EFT,

Hay personas que prefieren permanecer en un estado de  alteración o continuar enfermas, y no quieren curarse por los “beneficios encubiertos” que les representa, aunque esta actuación también acostumbra a ser inconsciente.
Un ejemplo serían casos de enfermedades con dolor crónico en los que la persona “goza” de un cierto estatus de atención por parte de quienes le rodean, o alguna compensación económica, y el hecho de tener que volver a una vida normal, perdiendo la baja por enfermedad u otros incentivos sociales, hacen que quiera mantenerse enferma.

Estos “beneficios” es lo que hace que haya personas  que siempre encuentran dificultades y se niegan a reconocer que están mejor y pueden cambiar su patrón de vida volviendo a la que tenían antes de enfermar.
Nuestro subconsciente juega con nosotros, y mientras la mente consciente nos dice, “Quiero curarme”, el subconsciente nos incita a lo contrario “No quiero curarme”. Son procesos que pueden tratarse por un profesional experto en la terapia a que nos sometamos. Cuando a través del tratamiento eliminamos esta carga emocional, los problemas pasan a ser simples recuerdos normales, y las molestias causadas  desaparecen.
Es importante preguntarnos  cuando nos pasan cosas ¿Por qué? o ¿Qué hay detrás de esto?, nos abrirá puertas para trabajar e indagar dentro de nosotros. Si os interesa es un campo interesante. 

JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata

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