¿Te has preguntado por qué la respiración es tan importante para calmarte cuando has tenido un sobresalto, para equilibrarte antes de una presentación importante e incluso para aguantar más durante el ejercicio? En la práctica de yoga, a la respiración se le llama pranayama; es un término en sánscrito que literalmente quiere decir "control de la energía vital". Y es que no importa si hablamos en términos fisiológicos o energéticos, respirar es el acto vital fundamental: inhalar es lo primero que hacemos al llegar a este plano y nos despediremos con una última exhalación. Una gran reflexión filosófica que la sabiduría popular ha resumido en que “la vida es un respiro”.
Quiero hacerte otra pregunta: ¿sabes respirar? Podría parecer absurda, pues es una acción instintiva, pero precisamente por eso es muy común que la hagamos tan en automático que perdemos conciencia sobre su profundidad y simetría. Al no respirar correctamente permites que tu energía vital, el “prana”, se escape. A continuación, te comparto tres puntos que debes conocer para darle fuerza y control a tu respiración.
¡Cierra la boca!
El ajetreo y los malos hábitos son los principales enemigos de la respiración: si quieres potenciar tu energía y asegurarte de que nutra cada célula, empieza por cerrar la boca y respirar sólo por la nariz. Siente cómo entra y cómo sale el aire por tus fosas nasales, el simple hecho de conectar con esa sensación te dará calma y enfoque; pruébalo ahora mismo, mientras sigues leyendo.
Inhala… y exhala
La respiración completa y simétrica tiene grandes beneficios para la salud, estimula todos los sistemas e incluso mejora la memoria y la capacidad intelectual. Cuando hablamos de energía, los dos momentos del ciclo son muy importantes pues balancean nuestro ser: inhalar es recibir “prana”, la energía vital que mencioné antes, y exhalar es liberar “apana” o energía de desecho, aquello que ya no nos sirve. Llena tus pulmones a su máxima capacidad, sin forzarte, y siente tu pecho expandirse… Después suelta todo el aire y percibe el vacío en tu abdomen, cierra los ojos y repite. Para igualar los ciclos, cuenta mentalmente durante cada uno hasta 2, 4 o 6.
El sonido del mar
Algunos textos yoguis señalan que la respiración más bella es la que suena como las olas del mar. Que no te dé pena (que no te dé vergüenza) respirar sonoramente, intenta hacerlo lo más fuerte que puedas sin lastimar tu garganta.
Respirar es estar vivo; celebrémoslo dándole la importancia que merece en nuestro día a día. La recompensa energética te sorprenderá.
NAMASTE.
Gracias. Ya sabemos!
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