jueves, 14 de abril de 2016

Un proceso fundamental de salud

Un cuerpo sano es un cuerpo en el que las tres energías, bilis, flema y viento están en equilibrio.
Sin embargo, en un análisis más detallado, es necesario además que los llamados siete constituyentes y los tres residuos, también estén en equilibrio.
Para la Medicina Tradicional Tibetana la dieta y el proceso digestivo juegan un papel fundamental en la salud, pues se trata de un proceso básico que afecta al resto de sistemas, siendo responsable del equilibrio de nuestro cuerpo y nuestra mente.


Los diez elementos anteriormente mencionados, los siete constituyentes y los tres residuos,  proceden de las distintas etapas durante el proceso de la digestión. La calidad de los mismos se ve afectada por los desequilibrios de las tres energías e induce al cuerpo al desorden.
Los siete constituyentes son las esencias, cada vez más refinadas, que se producen en el proceso digestivo desde el momento en que ingerimos el alimento. Los tres residuos, son los principales productos de desecho, que en dicho proceso se generan, y cuya expulsión es necesaria para mantener la plena salud.
El proceso de separación de nutrientes y residuos comienza en el momento en el que la comida llega al estómago. Durante el mismo, los nutrientes se van refinando cada vez más, separando el nutriente de la parte no refinada.

En este proceso se generan los tres residuos
principales, heces, orina y sudor. La función de los dos primeros es, en primer lugar, asegurar que se absorbe de los alimentos todos los nutrientes, antes de que sean expulsados, y en segundo lugar que las sustancias de desecho son eliminados y no quedan en el cuerpo.
Por otro lado, los siete constituyentes son los componentes básicos estructurales del cuerpo, y cada uno de ellos es responsable de una función importante en el desarrollo y la nutrición del cuerpo.

Las funciones de los siete constituyentes en el desarrollo del cuerpo:
  1. La esencia nutritiva: se extrae del alimento, en el proceso digestivo que tienen lugar en el estómago. Es el nutriente fundamental que permite comenzar el proceso de desarrollo.
  2. La sangre: se obtiene en el hígado por refinamiento de la esencia nutritiva del alimento. Es la encargada de transportar la fuerza vital por todo el cuerpo, así como suplir de humedad al mismo.
  3. El músculo: se obtiene de la sangre. Su función es dar forma al cuerpo, darle el volumen necesario.
  4. La grasa: procede del músculo. Es la encargada de lubricar el cuerpo, y de alimentar los huesos. En su proceso de refinamiento el residuo que se genera es el sudor, cuya función principal es la de asegurar una piel tersa y lubricada.
  5. El hueso: procede de la grasa, y su función es dotar al cuerpo de una estructura firma y sólida
  6. La médula: obtenida a partir del hueso se asegura de que la estructura interna del cuerpo esté siempre lubricada
  7. Las sustancias regenerativas: tras el proceso de refinado de la médula se obtienen las simientes de reproducción, semen y óvulos, según el sexo de la persona. Estas sustancias son fundamentales para asegurar el crecimiento del cuerpo y su vitalidad, y permiten la continuidad de los seres humanos a través del proceso de concepción.

Estos diez elementos se ven afectados por los desequilibros de la energía, interrumpiendo el proceso de refinamiento y por tanto provocando la aparición de los desórdenes y enfermedades.

A través de una dieta adecuada, unos hábitos regulares y una actitud positiva fomentamos positivamente el proceso, y con ello trabajamos en la consecución de un cuerpo más nutrido, más fuerte y más equilibrado y menos susceptibles a las influencias negativas.

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