miércoles, 14 de febrero de 2018

Cómo adquirir hábitos posturales sanos

Cuando trabajamos, estudiamos, andamos en nuestra vida diaria, no somos conscientes de nuestra postura. Nuestra columna vertebral, como su propio nombre indica, es el eje sobre el que se sustenta todo el organismo. Cualquier problema vertebral puede originar patologías como parálisis, dolor crónico, ciática, lumbalgia… Por ello es tan importante cuidarla, y casi diríamos mimarla.



¿Qué podemos hacer por ella en nuestra vida cotidiana? Si cuidamos nuestras posturas a la hora de hacer cualquier actividad, mantendríamos nuestro equilibrio físico y mental, puesto que se ha comprobado que un cambio en la postura puede llegar a traer cambios incluso en nuestra personalidad.
Malos hábitos sentados
Cuando trabajamos solemos inclinar la cabeza hacia un lado u otro, aunque siempre suele ser el mismo lado, provocándonos molestias en el cuello que se pueden transformar más adelante en dolores de cabeza, molestias en los hombros e incluso en un desequilibrio de nuestra columna vertebral, pues el cuerpo humano tiende a ir hacia el equilibrio. Si nosotros le estamos demandando, día tras días, que “necesitamos” tener la cabeza inclinada, por ejemplo a la derecha, el cuerpo lo aprende, y entonces busca alternativas para mantener la homeostasis corporal, como tensar más un músculo, subir el hombro o hacer unas curvaturas mayores en la columna vertebral. Así es el cuerpo humano.
Al cepillarnos los dientes
Al lavarnos los dientes solemos mantener las dos piernas estiradas y la espalda curvada hacia delante mientras dura la limpieza. Lo adecuado sería flexionar un poco la rodilla contraria a la mano en la que mantenemos el cepillo y apoyar la otra mano en el lavabo para flexionarnos hacia delante y mantener nuestra espalda lo más recta posible. Por supuesto no lo hacemos.
Al levantarnos de la cama
Para levantarnos de la cama solemos tirar de nuestra columna bruscamente hacia adelante hasta conseguir sentarnos, provocando en nuestro cerebro un despertar abrupto que puede ocasionar desde enfados hasta estrés durante todo el día, aparte de una sobrecarga en la columna lumbar. Lo suyo sería girar sobre un costado y desde ahí, apoyando las dos manos en la cama, levantarnos despacio y dejar colgar nuestras piernas. Una vez sentados, apoyar nuestras manos en nuestros muslos e incorporarnos.
Cuando la postura se alinea correctamente. todos los músculos se encuentran en equilibrio. Si no sucede así, habrá unos músculos que los tendremos en tensión continua, mientras que el resto estarán estirados constantemente y, en consecuencia, al final habrá excesiva rigidez.
Como ya se ha comentado con anterioridad, pasar de una postura incorrecta a otra correcta puede llevarnos incluso a un aumento de la autoestima y a cambios de la personalidad, puesto que si el cuerpo no está en equilibrio y los músculos están todo el tiempo contraídos, comenzarán a mandar información de su “desagrado” al cerebro, que corresponderá con hormonas que nos harán estar de mal humor. Si no, haz tú mismo la prueba: colócate en una postura en la que estés incómodo durante dos minutos y observa qué ocurre…
El ser humano siempre busca el equilibrio, la comodidad y el gasto mínimo de energía ,y basándose en estas tres consignas va a buscar la postura que él considere como más adecuada. Por esta razón, debemos de estar muy conscientes de nosotros mismos en todo momento y observarnos para poder corregir las posturas inadecuadas antes de que creen un hábito del que ya sea menos fácil salir.

Técnicas de equilibrado

Disponemos de varias técnicas importantes que podemos utilizar. Entre otras, tenemos:
Sotai : reeducación postural integral. Gracias a esta técnica, venida desde el Japón, podemos tender al equilibrio de una manera suave y natural, sin dolor y consiguiendo una sincronización muscular y articular mediante una serie de ejercicios fáciles de aprender para poder realizarlos todos los días en nuestra casa.
Feldenkrais: es un proceso educativo que, a través de movimientos fáciles y suaves y una adecuada orientación de la atención hacia los efectos que los mismos producen en los distintos aspectos de la persona, brinda a ésta la posibilidad de mejorar su accionar cotidiano. Cuenta con dos técnicas: la autoconsciencia por el movimiento y la integración funcional
Técnica Alexander: pone en nuestra mano la posibilidad de mejorar el control consciente de nuestro organismo y así poder recuperar equilibrio en las actividades de la vida cotidiana.
Hatha Yoga: gracias al Yoga podemos permanecer más conscientes de nuestra estructura corporal. A través de las distintas asanas se estiran las distintas partes de los músculos y fascias para liberar los bloqueos de las malas posturas diarias en todo nuestro cuerpo. Esto permite al organismo ganar flexibilidad y coordinación en los movimientos. Además, al hacernos más conscientes de nuestra postura diaria, permite cambiarla en caso necesario.
Cualquiera de estas técnicas te puede ayudar a observar en qué momento te encuentras y poder cambiarlo a voluntad. Es cierto que como todas son medios naturales en los que sólo utilizamos nuestro cuerpo, y le hemos obligado a mantener una postura inadecuada durante mucho tiempo, necesitará otro tanto para recolocarse adecuadamente. Así que recomendamos un poco de paciencia.

Natalia López /Shiatsu
http://www.yogaenred.com

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