viernes, 16 de marzo de 2018

AUTO-CONOCIMIENTO EL CAMINO DE LA FELICIDAD


La máxima escrita en el templo de Apolo en Delfos “Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses”, se revitaliza con fuerza renovada a través del tiempo, en todos los seres humanos que aspiran a lograr su crecimiento interior y su progreso espiritual.
El conocimiento de sí mismo, la conciencia del propio Yo, es lo que verdaderamente emancipa al espíritu, otorga libertad y fuerza al ser y poco a poco lo introduce al conocimiento de la vida y de las Leyes que la rigen, aportando a su existencia fe, esperanza y una seguridad constructiva de su destino.
“La mayor parte de las alteraciones físicas, psíquicas y emocionales humanas están producidas por auto-exigencias de algún tipo”.
Las exigencias (a uno mismo, a las demás personas, a la vida) constituyen la causa y origen de la mayor parte de las disfunciones mentales y en consecuencia, también físicas y emocionales.
Recomendaciones a tener en cuenta cuando transitamos el camino del auto-conocimiento:
1.- ES PERFECTAMENTE NATURAL que los seres humanos tengamos preferencias en nuestra vida, pero el peligro está en que confundamos estas preferencias con necesidades. Necesitar, por ejemplo, ser absolutamente eficaces, las 24 horas del día, y que todo el mundo nos quiera. Necesitar que las demás personas sean amables, o que la vida sea fácil y todo salga de acuerdo a nuestros deseos.
Cuando nuestras preferencias se convierten en necesidades, el hecho de que las cosas no siempre sean como queremos que sean pueden producirnos alteraciones emocionales, en forma de rabia, hostilidad, culpa, ansiedad, o bien disfunciones del sueño, dolores de cabeza, gastritis, úlceras o infartos. (Recordemos que el corazón es un perfecto archivo de las emociones).
2. PARA EVITAR ESTA CONFUSIÓN, es importante hacer uso de valores o actitudes racionales, en vez de las creencias irracionales, o destructivas, que rigen nuestra vida.
3. UNO DE LOS PRINCIPALES VALORES reside en la autoaceptación (y no la autoestima, que mide la valía del ser humano en función de sus logros y la aprobación ajena). La aceptación incondicional hacia la propia persona, las demás personas y la vida tal como es, constituye el perfecto antídoto a las exigencias que envenenan y destruyen nuestra vida.
Aceptar las cosas como son no es sinónimo de conformismo o pasividad, sino que requiere una perfecta discriminación entre lo que depende de mí y lo que no depende de mí . Lo que depende de mí puede ser cambiado para mejor; lo que no depende no está bajo mi responsabilidad.
4. UNA DE LAS HERRAMIENTAS IMPORTANTES para tratar con las exigencias es el lenguaje . Las personas se acostumbran a hábitos deficientes del lenguaje que interfieren en su aceptación de la realidad. Los individuos son responsables en gran medida de sus propios lenguajes, sentimientos y acciones disfuncionales y, por lo tanto, pueden modificarlas.
Expresiones del tipo “tengo que” (exigencias a una mismo), “es horrible” (catastrofismo), “siempre ocurre lo mismo” (generalización) o “me pone de los nervios, no lo aguanto” (no soportabilidad), nos sitúan en desventaja ante la realidad y son perfectas aliadas para nuestro malestar mental, emocional y físico.
5. EL USO DEL SENTIDO DEL HUMOR  es importante para desdramatizar el sufrimiento (creado muchas veces por nuestros propios errores de percepción e interpretación), así como recurrir a fuentes filosóficas que nos ofrezcan alternativas de cambio, ya que las creencias irracionales y nocivas deben ser sustituidas por otras creencias más racionales, pragmáticas y beneficiosas para nuestra vida y nuestra salud.
Cada individuo tiene su propio tiempo de maduración porque la evolución del espíritu es completamente individual, responde al libre albedrío y a la voluntad del espíritu por acelerar este proceso, amparados y conducidos por las leyes Universales.
Este conocimiento de sí mismo, no debe abrumar al ser, ni inhibirlo para actuar, sino ayudarlo a tomar conciencia de su realidad espiritual y de los caminos posibles para mejorarla, caminos al alcance de cada uno, según sus fuerzas, su entorno, sus circunstancias de vida.
Diversidad de pensadores, filósofos, científicos de distintas áreas, comparten lo trascendente que es para el ser humano el conocerse a sí mismo, porque se lo advierte como la senda que nos permitirá acceder a un mundo mejor, generador de una transformación moral del planeta que reclama una etapa más pacífica y espiritualizada.
►Conocerse a sí mismo, con sinceridad y objetividad, fue y será siempre un reto trascendente porque en él, subyace la génesis del progreso moral del ser humano, génesis que como una semilla, aguarda el tratamiento adecuado, para trascender hacia el exterior y hacia el amor.


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