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lunes, 4 de junio de 2018

5 beneficios psicológicos de hacer ejercicio físico


El ejercicio físico contribuye a mantener una buena salud y a prevenir diversas enfermedades. Incluso, practicarlo de forma regular es una excelente vía para despejar la mente, tomar decisiones y alcanzar el bienestar emocional.
Nos hemos acostumbrado a pensar que la mente y el cuerpo son dos realidades distintas que no tienen nada que ver. Pero esto no es así. Cuerpo y mente se modelan mutuamente, trabajan juntos y no se aíslan entre sí. De hecho, su relación y forma de funcionar son fundamentales para nuestra salud.
Los investigadores han descubierto que sin importar la edad o la condición, el ejercicio físico tiene efectos magníficos sobre las capacidades de aprendizaje y el bienestaremocional. Muchos problemas emocionales se regulan y se pueden tratar mejor mediante el deporte y la actividad física. Para mirar esto con más detalle, veamos algunos de esos beneficios.
 ► El movimiento es una medicina para crear el cambio físico, emocional y mental.
                                                    Carol Welch     

1. El ejercicio físico incrementa la autoestima

¿Cómo es posible que el ejercicio físico modifique un aspecto tan interno como la autoestima? Simplemente porque al realizar actividades para el cuidado del cuerpo y ampliar los límites de exigencia física, también aumenta la percepción positiva que uno tiene de sí mismo.

Después de hacer ejercicio físico se experimenta una sensación similar a la que se siente cuando se obtiene un logro. Esto, por lo tanto, aumenta la valoración de lo que uno es y lo que uno hace. Además, el ejercicio físico tiene la propiedad de que mejora la aparienciaen un tiempo relativamente corto. La piel se revitaliza, el cuerpo se tonifica y todo en conjunto nos hace ver más atractivos.

2. Activa la química de la felicidad

Uno de los efectos del ejercicio físico sobre el cerebro es la activación de la producción de endorfinas. Unas sustancias químicas que actúan como neurotransmisores. Su función es la de reducir el dolor físico, casi como lo haría un medicamento, y, a la vez, crear una sensación de felicidad.
Por esta razón, el ejercicio físico es muy recomendable para quienes tengan síntomas de depresión o simplemente se encuentren “bajos de ánimo”. De hecho, hacer 15-20 minutos de ejercicio resulta muy beneficioso cuando nos sentimos tristes.

3. Reduce el estrés y la ansiedad

La actividad física es una excelente vía para disminuir la tensión muscular, lo cual incide significativamente en los estados de estrés. Por un lado, ejerce una función distractora que permite reducir los estados de alerta y disminuir los niveles de ansiedad. Por otro, el carácter recreativo del ejercicio y del deporte hacen que se liberen muchas tensiones emocionales.

Además, el ejercicio físico y el deporte contribuyen en el proceso de reabsorción del “cortisol”, también conocido como “la hormona del estrés”. En los estados de miedo, angustia y ansiedad hay una cantidad significativa de esta hormona en nuestro organismo. Al realizar actividades físicas, el organismo la asimila y esto se refleja en disminución del estrés.

4. Protege contra el deterioro cognitivo

El deporte y el ejercicio físico no solo ejercen un magnífico efecto sobre nuestro estado de ánimo, sino que también son determinantes en nuestras habilidades cognitivas. Si se realizan actividades físicas con frecuencia, aumentan varias sustancias químicas en el cerebro que evitan la degeneración de algunas neuronas en una zona llamada “hipocampo”.
Dicho de otra manera, el ejercicio físico contribuye a que nuestro cerebro se mantenga funcionando bien con el paso de los años. Las personas sedentarias están más expuestas a sufrir de enfermedades como Alzheimer al llegar a una edad avanzada.

5. Facilita el control de las adicciones

El ejercicio ha demostrado ser un excelente motivador para quienes desean dejar de fumar. Además de ayudar a recuperar la capacidad pulmonar, también contribuye a reducir los efectos secundarios de la abstinencia.
La actividad física es magnífica como complemento de los procesos de deshabituación y desintoxicación en varios sentidos. Por un lado, incrementa la sensación de control sobre el propio comportamiento. Por otro, ayuda a construir hábitos de vida saludables y reduce los síntomas del síndrome de abstinencia.
Estos son solo algunos de los extraordinarios beneficios psicológicos  del ejercicio físico. Como ves no tienes que volverte un atleta. Lo mejor es que logres hacer al menos 15-20 minutos de ejercicio al día. Si no te es posible, prueba con media hora durante tres días a la semana. Seguro que rápidamente notarás sus efectos.

Edith Sánchez
https://lamenteesmaravillosa.com

viernes, 1 de junio de 2018

Amar Conscientemente

Amar Conscientemente es una de las experiencias más maravillosas que podamos imaginar, porque sin conciencia, el amor queda reducido a un acto animal que agota, mientras que vivido con conciencia, desde el corazón es fuente de felicidad y energía. 


Podemos vivir la vida desde distintos niveles de conciencia. Cuanto más profundo es el nivel de conciencia en el cual vivamos, más profunda y gratificante será nuestra vida.
Amar no es desear, atraer o sufrir, amar es expandir nuestra propia conciencia. Amar es estar por encima de la separatividad, de la dualidad, del temor y del miedo. San Agustín decía: Ama y haz lo que quieras. 
Ello quiere decir que cuando amas eres libre y puedes hacer lo que quieras. También puedes hacer lo que quieres (o lo que crees que quieres) sin amor; pero entonces estas reaccionando y el verdadero amor, el Amor Consciente, no es reacción, sino continua creación.


El amor es lo que nos proporciona la alegría de vivir, es la sal de la vida y ello por una razón muy sencilla, a saber, que la vida es expansión de la conciencia. Sin amor, la vida está bloqueada, no tiene sentido, o al menos no tiene sentido para el que no ama. Parecería como si sin amor viviéremos en tinieblas. Cuando amamos estamos transmitiendo aquello que todo el mundo está consciente o inconscientemente, buscando; por ello mismo cuando amamos se nos abren las puertas de los milagros.


Todos podemos vivir una vida amorosa más rica y plena si aprendemos a amar con más conciencia. No se trata de llegar a una meta determinada, sino de crecer, de crecer por dentro, irradiando aquello que está en el interior de todos los hombres, aquello que llamamos Amor. El Amor es el sentimiento de Unidad y Conciencia que está dentro de tu Corazón. Cuando amamos a alguien estamos en contacto con el Amor universal que está dentro de cada uno de nosotros y lo irradiamos a nuestro alrededor.
Si queremos llegar al Amor universal, comencemos amándonos a nosotros mismos y a quienes nos rodean desde el Corazón. El Amor Consciente es un logro importante que puedes obtener mediante la práctica de los siete principios siguientes. Se trata de patrones de conducta que aumentaran tu nivel de conciencia y harán que todo lo que vivías, incluido el amor adquiera más conciencia.


1. Trabajar por tu Paz Interior
Todo, en esta vida depende de cuán grande sea el nivel de tu paz interior. Cuanto más en paz estés contigo mismo, más en paz estarás con cuanto te rodea y cuanto más armónicamente vivas contigo mismo, más en armonía estarás con los demás. La paz interior no es solo un logro que te llenara mucho más que la satisfacción de cualquier deseo: es el estado original del hombre a partir del cual la vida se convierte en un milagro permanente.


2. Aprender a Perdonar
El secreto para ser feliz se halla en el perdón. Cuando perdonamos a aquellos que nos han causado daño, en realidad estamos sanando nuestra relación con nosotros mismos. El perdón lo resuelve casi todo; perdonar es la clave de la evolución. El perdón es la magia porque te libera del resentimiento y de los patrones erróneos que te hacían infeliz. Cuando perdonamos se producen toda una serie de cambios en nuestro organismo y en nuestro corazón que hacen que vivamos la vida con una plenitud creciente. Perdonar es abrir tu Corazón a los efluvios del Amor Universal.


3. Amarte a ti mismo
Cuando nos amamos a nosotros mismos, aparecen los milagros en nuestras vidas. Es absurdo querer emprender un camino de amor consciente si antes no te amas a ti mismo. Amarse a sí mismo es no juzgarse con dureza, perdonarse y concederse capricho de vez en cuando. Amarse a sí mismo es algo más; es Aceptarse y Aprobarse tal cual somos porque sabemos que somos perfectos. La vida entonces se convierte en una discreta pero maravillosa sucesión de pequeños milagros. A medida que practicas el amor consciente hacia ti mismo, te das cuenta que tu salud mejora, que tus amigos te hacen más caso, tus relaciones son más satisfactorias y toda tu vida se torna más creativa. Amándote a ti mismo despiertas en ti el Amor que atraerá hacia ti el amor de los demás. Es la mejor manera de hacer que los demás te amen, sin coacción, sin violencia, con dulzura.


4. Obedecer a la Voz Interior
Dentro de ti, en tu Corazón, hay una inteligencia conectada con la inteligencia cósmica, y esta inteligencia te habla a través de una voz: la voz interior que te aclarara cualquier duda que se te plantee y te ayudara a caminar con el corazón. Con el tiempo descubrirás que la voz interior es un verdadero maestro interior. Acepta sus lecciones y ponlas en práctica. El te guiara en los momentos difíciles.


5. Vivir el momento presente, aceptando lo que viene y no intentando retener lo que se va. Cuando nuestra mente se encuentra ocupada en pensar que pudo haber ocurrido o que ocurrirá, cuando está enfocada en el pasado o en el futuro, no está viviendo el presente. Cuando no vivimos el presente estamos desperdiciando cantidades ingentes de energía lo que produce: Ansiedad, Depresión, Tristeza, Desamor. En el Amor Consciente, vivimos el aquí y ahora todo lo que necesitamos para ser felices. No debemos obsesionarnos y la mejor manera de lograrlo es haciéndonos conscientes del amor que llevamos dentro.


6. Dar antes de recibir

Es sumamente importante recordar que la verdadera esencia de nuestro ser es el Amor y que solo viviremos rodeados de Amor cuando conectemos con el. Cuando vivimos con conciencia, nos damos cuenta de que tenemos todo lo que necesitamos y en el momento en que lo necesitamos. Si creemos que se nos está negando algo que merecemos, es que algo falla todavía en nosotros. Es entonces cuando debemos practicar el dar. No hemos de dar esperando nada a cambio; no sería Dar, sino cambiar. En la práctica del dar consciente damos porque sabemos que dando nos estamos conectando con el Amor Universal y cuando estamos conectados con este, automática y espontáneamente recibimos lo que merecemos en cada momento.


7. Actuar con Sinceridad
El camino hacia la conciencia pasa por la total sinceridad. Haz de ser completamente honesto y sincero contigo mismo, pues en cuanto abres tu corazón para que se expanda, este aceptara todo lo que le propongas sin discriminar que es verdad y que es mentira. Si mientes, te estarás mintiendo a ti mismo. Cuando tengas que elegir entre lo correcto o lo que te agrada (a veces pueden coincidir), si eliges lo correcto, habrás avanzado un paso más en el camino del amor consciente.


Fuente: Las leyes eternas del Amor por Jack Lawson


www.formarse.com.ar

miércoles, 30 de mayo de 2018

Sé bueno contigo


Tratarnos bien a nosotros mismos suele ser difícil. Esto puede deberse a que creciste sintiendo que merecías menos que los demás o a que creas que no mereces ser feliz.
Hay muchos modos en los que nos maltratamos: uno de ellos es no expresando a los demás lo que en verdad necesitamos, otro es siendo muy duros con nosotros mismos en juicios, otra es no descansar lo suficiente, otra más es resignarte en tu dolor y dejar de luchar por salir del mismo, la lista es grande.
Es imposible que ayudes a otros si no empiezas por tu propia persona.
Pregúntate varias veces al día, especialmente cuando te sientas enojado, incómodo o irritado por estar haciendo algo que no quieres hacer: ¿estoy de mi lado o del lado del otro?, ¿estoy luchando por mis propios y genuinos intereses? y después de responder a estas preguntas trae a tu mente a una persona a la que realmente le importas y piensa que opinaría de lo que estás haciendo. Además, piensa con cariño y ternura en ti. Respira profundo y piensa en ti cuando eras niño y promete cuidarte mejor en  adelante.

Rocío Arocha
https://rocioarocha.com

martes, 29 de mayo de 2018

Ordena tu vida


Todo lo que va a venir a ti busca sitio en tu vida. 
Necesita un espacio y un momento de paz, pero a veces no lo encuentra porque tu vida está llena de ruido, de recuerdos acumulados en tu cabeza y en tu casa. Pensamientos rotos y viejos, muebles aparatosos que ocupan el espacio de cómodos sillones donde leer nuevos libros, vestidos que no usas ya que ocupan el lugar de vestidos nuevos que tienen que ver más con la persona que eres ahora y no con la que fuiste…
Lo que esperas que llegue está apunto de desembarcar pero necesita pista de aterrizaje y la tienes ocupada con un resentimiento absurdo que no sueltas, un apego triste a alguien a quién ni siquiera quieres ver ni querías ver cuando estaba en tu vida… Un álbum viejo que cuando contemplas con tus ojos cansados te pone triste e insistes una y otra vez sin darte cuenta de que o tiras el álbum o comprendes esa tristeza y la dejas marchar…
Si no dejas marchar nada, nada viene a ti, nada baila porque tus pensamientos de temor chillan tanto que no se oye la música…
Nunca hay silencio en tu mente y la voz que espera contarte los pasos que tienes que dar para llegar a donde quieres llegar no puede susurrarte… No te escuchas y no te notas porque siempre andas con prisa, y la intuición que iba a mostrarte el camino, se siente perdida y tiene la brújula estropeada y siempre marca a donde le dicte tu ansiedad…
Tu amarre al pasado no te deja notar este presente en el que está a punto de pasar algo maravilloso porque así lo has decidido. Tu obsesión por controlar cada detalle, no permite que la vida te sople un futuro digno de lo que mereces.
Si no sueltas tu necesidad de parecer nunca serás lo que realmente eres.
Si no sueltas tus sueños rancios no llegarán a tu cabeza sueños nuevos.
Si no sueltas tus miedos, no podrás saber que en realidad eran pistas para reconocer el camino a tu nuevo yo.
Si no sueltas tus cachivaches rotos jamás habrá espacio en tu vida para los nuevos… Si no sueltas lo viejo, no podrás agarrar lo nuevo.
Si siempre sales a la calle con paraguas y te cubres jamás sabrás si ha salido el sol.
Si no te desnudas, no podrás probarte el vestido nuevo.
Si no dejas ir a esas personas que ya no quieren estar en tu vida, no podrás conocer a las que te esperan para compartir.
Si te amarras a tierra, nunca podrá zarpar tu barco.
Si no sueltas tu necesidad de estar seguro y abrazas la incertidumbre, nunca encontrarás la paz de saber que siempre cuentas contigo. 
Mira lo que te rodea. Los espejos rotos que dicen que hay muchas tú y te privan de ver a la verdadera… Los papeles amarillentos con palabras de amor gastadas… Los pares de zapatos que surcaron otros caminos que ya no son tus caminos… Los paraguas por si acaso, los platos que nunca usas porque son para las ocasiones especiales que no llegan, los recortes de periódico que parecen recordarte que han pasado muchas cosas y tú no fuiste protagonista de ninguna…
Si no pones orden en tu espacio no encontrarás la pieza perdida del rompecabezas, la pista que marca en tu vida un antes y un después… 
Si no abres la puerta para dejar salir la niebla, jamás verás lo que buscas.
Si no permites que lo que ya no necesitas desaparezca, lo que necesitas de verdad nunca llegará.
Si no tiras lo que sobra, no vendrá lo que falta… Por eso tienes que pasar revista a tu vida, a tu casa, a tu mente… Tirar pensamientos gastados, ideas absurdas, creencias que te anclan a un pasado roto y triste… Revisar tus trastos viejos, escoger entre tus libros los que son maravillosos, entre tus zapatos, entre tus pañuelos, entre tus trajes y camisas, entre tus  sueños, entre tus recuerdos, entre tus listas de tareas pendientes las que todavía te apasionan, las que todavía te desafían… Mirar entre tus miedos los que ya no te asustan, hurgar entre tus corbatas, tus lápices, tus cuadernos de historias, tus tazas favoritas, tus anécdotas pasadas, entre las ofensas recibidas para soltar y dejar que se vayan y dejen de doler y reabrir heridas… Escoger de todo ello lo que realmente quieres que aún permanezca en tu vida. Porque te sirve, porque te ayuda a avanzar, porque te hace sentir bien y te hace fácil el camino. Ordena tu vida, ordena tu mente, ordena tus sueños, ordena tus prioridades… 
Si no dejas espacio para lo nuevo, lo viejo ocupa todo tu espacio…
Si no sueltas tu vieja vida, la nueva no podrá empezar ahora.


Merce Roura
https://mercerou.wordpress.com

domingo, 27 de mayo de 2018

3 estrategias para incrementar la autoestima


La autoestima, y más en concreto su estado y su influencia, se ha convertido en una encrucijada para muchos. Son incontables los libros y artículos que nos la muestran como una panacea. Si se tiene, todo fluirá, anuncian. Si no se cuenta con ella, todo irá mal. El problema es que ese amor propio se edifica principalmente en los primeros años de vida y por ellos no se puede pasar dos veces. Por eso muchos se preguntan: ¿hay alguna manera de incrementar la autoestima cuando no está bien cimentada?
La respuesta a esa pregunta es sí, claro, por supuesto. Cuando alguien cuenta con condiciones altamente favorables, es fácil que su amor propio eche raíces desde los primeros años de vida. Esto le dará una fortaleza especial y más posibilidades de encontrar el bienestar y la felicidad. Pero si esto no ocurre, también es posible reparar unas raíces que no sean tan fuertes.
Aparece en el horizonte entonces otra pregunta: ¿para qué incrementar la autoestima? Aunque parezca obvio, a veces no lo es tanto. La falta de amor propio es la semilla de muchos estados inconvenientes, el factor que aumenta su riesgo. También suele traducirse en una inconformidad constante que no encuentra alivio. Convierte en un reto trazar metas realistas y conseguirlas. En suma, puede hacer mucho más complicada la vida. Para evitarlo, enseguida te presentamos tres estrategias eficaces.
  ► Todos sabemos que la autoestima viene de lo que tú piensas de ti mismo, no de lo que los demás piensan de ti.
                                                               Gloria Gaynor

1. Elaborar recordatorio, una técnica para incrementar tu autoestima

Hay una gran parte de nuestro comportamiento de la que no somos conscientes, o de la que al menos no siempre somos conscientes. La mayoría de las veces no atinamos a decir de forma precisa por qué pensamos como pensamos o sentimos como nos sentimos. Simplemente lo experimentamos así y no de otro modo, pero ignoramos por qué. Toda esa información está en el inconsciente, o al menos una parte importante.

Lo cierto es que cuando no hay amor propio, la mente opera de tal forma que pasa por alto muchos aspectos positivos de lo que somos. Es entonces cuando un recordatorio se convierte en un valioso instrumento para incrementar la autoestima.
Simplemente se trata de llevar un inventario escrito de lo mejor de nosotros. Lo que te gusta de ti, lo que lograste hoy, los obstáculos que has vencido. Precisa cuáles son tus virtudes, habilidades y destrezas. Anota tus buenos actos. Y, sobre todo, revisa con frecuencia esta lista. Ayudarás a tu mente a que funcione como una aliada y no como una enemiga.

2. Identifica los enfoques destructivos

Cuando el amor propio está lesionado, tendemos a ver el mundo desde una óptica muy oscura. De uno u otro modo, proyectamos nuestro malestar sobre lo que nos rodea. De este modo, terminamos fijándonos más en lo negativo que en lo positivo de la realidad.
También aparecen hábitos poco constructivos como compararnos con los demás, asustarnos cuando estamos a punto de alcanzar algún importante logro o dejarnos llevar por la inercia, porque nos cuesta mucho creer en nuestros propios sueños.
Vale la pena mantener una actitud de observación frente a nosotros mismos. El objetivo es detectar todas esas líneas de pensamiento que nos llevan a sentirnos mal. Lo más probable es que veamos las cosas negras no porque sean así, sino porque hemos creado el hábito de interpretarlas de ese modo. Al observarnos e identificar esto, poco a poco vamos liberándonos de esas costumbres destructivas.

3. El ejercicio de los cinco dedos

Este es un ejercicio propuesto por el psicólogo José Ignacio Fernández. Puede ser muy eficaz para aumentar la autoestima. Comprende una serie de acciones muy simples para mejorar el estado de ánimo cuando hay decaimiento.
Las acciones a realizar son las siguientes:
  • Relajación. Lo primero es inspirar y expirar profundamente para alcanzar un estado de mayor relajación.
  • Primera imagen mental. Lo recomendable es primero extender las manos y luego juntar el dedo índice con el dedo pulgar. En esa posición, recordar algún momento de la vida en el que nos hayamos sentido amados o protegidos. Por ejemplo, un momento de desvalimiento en donde otro se interesó por cuidarnos
  • Segunda imagen mental. Ahora hay que juntar el dedo pulgar con el dedo medio. Luego evocar alguna situación en la que hayamos tenido un éxito o logro.
  • Tercera imagen mental. Juntar el dedo pulgar con el anular. Luego traer a la memoria algún acto noble que hayamos realizado.
  • Cuarta y última imagen mental. Finalmente se juntan el pulgar y el meñique. Después se debe recordar a alguien a quien se ame o se haya amado de verdad.
  • ► Este ejercicio es útil en esos momentos en que hay muchos reproches o falta de confianza en nosotros mismos. Es muy eficaz tanto para encontrar un equilibrio en el momento como para incrementar la autoestima a largo plazo. Recuerda que, sin importar las circunstancias, siempre podemos cambiar y aprender a ser más felices.

Edith Sánchez
https://lamenteesmaravillosa.com

lunes, 21 de mayo de 2018

Madurez psicológica: El arte de vivir en paz con lo que no podemos cambiar


La madurez psicológica se puede definir de muchas formas, pero el escritor escocés M. J. Croan resumió a la perfección este concepto: “La madurez es cuando tu mundo se abre y te das cuenta de que no eres el centro de él”. 

Madurar significa salir de nuestra visión egocéntrica para comprender que existe un mundo más amplio y complejo, un mundo que a menudo nos pondrá a prueba y que no siempre satisfará nuestras expectativas, ilusiones y necesidades. Y sin embargo, cuando maduramos somos capaces de vivir en paz en ese mundo, aceptando todo aquello que no nos gusta pero que no podemos cambiar. 

►Negar la realidad: Un mecanismo de afrontamiento inmaduro e inadaptativo 


La negación es un mecanismo de afrontamiento que implica negar fervientemente la realidad, a pesar de los hechos. Generalmente este mecanismo se pone en marcha por dos motivos: 1. Porque nos aferramos a unas ideas rígidas que no queremos cambiar o, 2. Porque no contamos con los mecanismos psicológicos necesarios para afrontar la situación. 

En ambos casos, negar la realidad nos permite reducir la ansiedad ante una situación que nuestro cerebro emocional ya ha catalogado como particularmente inquietante o incluso amenazante. El problema es que la realidad siempre gana. 
Si un acosador nos aborda en medio de la calle, no cerramos los ojos repitiéndonos mentalmente: “¡Esto no está ocurriendo!”. Comprendemos que estamos en peligro y escapamos o pedimos ayuda. Sin embargo, no reaccionamos de la misma manera con el resto de las situaciones de nuestra vida. Cuando algo no nos gusta, nos decepciona o entristece, ponemos en marcha el mecanismo de negación. 

Negar vehementemente los hechos no hará que cambien. Al contrario, nos conducirá a tomar decisiones poco adaptativas que pueden terminar causándonos más daño. La persona madura, al contrario, acepta la realidad, no con resignación sino con inteligencia. De hecho, el psiquiatra alemán Fritz Kunkel dijo que “ser maduro significa encarar, no evadir, cada nueva crisis que viene”. 

►El arte de encontrar el equilibrio en la adversidad 


“Érase una vez un hombre a quien le alteraba tanto ver su propia sombra y le disgustaban tanto sus propias pisadas que decidió librarse de ellas.

“Se le ocurrió un método: huir. Así que se levantó y echó a correr, pero cada vez que ponía un pie en el suelo había otra pisada, mientras que su sombra le alcanzaba sin la menor dificultad.

“Atribuyó el fracaso al hecho de no correr suficientemente deprisa. Corrió más y más rápido, sin parar, hasta caer muerto. 

“No comprendió que le habría bastado con ponerse en un lugar sombreado para que su sombra se desvaneciera y que si se sentaba y se quedaba inmóvil, no habría más pisadas”. 

Esta parábola de Zhuangzi nos recuerda una frase de Ralph Waldo Emerson: “La madurez es la edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo”. El escritor se refería a ese momento en el cual somos plenamente conscientes de los mecanismos psicológicos que ponemos en marcha para lidiar con la realidad y proteger nuestro “yo”, a ese momento en el que nos percatamos que la realidad puede ser difícil pero que nuestra actitud y perspectiva son dos variables esenciales en esa ecuación. 

Por eso, la madurez psicológica pasa inevitablemente por el autoconocimiento, implica conocer las zancadillas mentales que nos ponemos para no avanzar, los mecanismos que usamos para evadirnos de la realidad y las creencias erróneas que nos mantienen atados. 

Ese conocimiento es básico para lidiar con los problemas y obstáculos que nos pone la vida. Por desgracia, hay personas que, como el hombre de la historia, nunca llegan a alcanzar ese nivel de autoconocimiento y terminan creando más confusión y problemas, alimentando la infelicidad y el caos interior. 

Alcanzar la madurez psicológica no implica aceptar pasivamente la realidad asumiendo una postura resignada sino ser capaces de mirar con otros ojos lo que sucede, aprovechando ese golpe para consolidar nuestra resiliencia, conocernos mejor e incluso crecer. 
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William Arthur Ward dijo: “Cometer errores es humano y tropezar es común; la verdadera madurez es ser capaz de reírse de sí mismo”. Ser capaz de reírnos de nuestros antiguos temores porque ahora nos parecen grotescos, de nuestras preocupaciones magnificadas y de esos obstáculos “insalvables” que en realidad no eran, es una enorme muestra de crecimiento. Reirnos de nuestras viejas actitudes y creencias no solo significa que forman parte del pasado, sino que han dejado de tener cualquier influjo emocional sobre nosotros. 

La verdadera madurez psicológica llega cuando practicamos la aceptación radical, cuando miramos a los ojos la realidad y, en vez de venirnos abajo, nos preguntamos: “¿Cuál es el próximo paso?”. Eso significa que, aunque la realidad puede ser dolorosa, no nos quedamos atrapados en el papel de víctimas sufriendo inútilmente sino que protegemos nuestro equilibrio emocional adoptando una actitud proactiva.



Psicologia/Jennifer Delgado
https://www.rinconpsicologia.com