Durante veinticuatro horas –sólo veinticuatro horas– trata de no reaccionar, de no rechazar nada; pase lo que pase.
Si alguien te empuja y te derriba, ¡cáete! Luego levántate y vete a casa. No hagas nada al respecto. Si alguien te agrede, inclina la cabeza y acéptalo con gratitud. Vete a casa, no hagas nada; aunque sólo sea durante veinticuatro horas, y experimentarás un arrebato de energía que nunca antes habías conocido: una nueva vitalidad que surge de las raíces, y una vez que la hayas conocido, una vez que la hayas experimentado, tu vida cambiará.
Luego te reirás de todas las tonterías que venías haciendo: de todos los rencores, reacciones y venganzas con las que te habías estado destruyendo.
Nadie puede destruirte salvo tú; nadie puede salvarte excepto tú. . .
Osho
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