domingo, 18 de marzo de 2018

ADICTOS A PENSAR


Su mente es un instrumento, una herramienta. Está ahí para utilizarla en una tarea específica y cuando se termina la tarea, hay que dejarla de lado. Como se usa ahora, yo diría que el ochenta o noventa por ciento del pensamiento de la mayoría de las personas es, no sólo repetitivo e inútil, sino que por su naturaleza disfuncional y a menudo negativa, gran parte de él es también perjudicial. Observe su mente y descubrirá que esto es verdad. Ella causa una pérdida grave de energía vital.
Este tipo de pensamiento compulsivo es en realidad una adicción. ¿Qué es lo que caracteriza a una adicción? Simplemente esto: usted ya no siente que puede elegir detenerse. Parece más fuerte que usted. También le da una sensación falsa de placer, placer que invariablemente se convierte en dolor.
– ¿Por qué habríamos de ser adictos al pensamiento?
Porque usted está identificado con él, lo que significa que usted deriva su sentido de sí mismo del contenido y la actividad de su mente. Porque cree que dejaría de ser si dejara de pensar. Según crece, usted forma una imagen mental de quién es usted, basada en su condicionamiento personal y cultural. Podemos llamar a este ser fantasmal el ego. Consiste en actividad mental y sólo se puede mantener activo por medio del pensamiento constante. El término ego significa diferentes cosas para las diferentes personas, pero cuando lo uso aquí significa un falso ser, creado por la identificación con la mente.
Para el ego, el momento presente casi no existe. Lo único que se considera importante es el pasado y el futuro. Esta inversión total de la verdad es la causante de que en su “modalidad ego”, la mente sea tan disfuncional. Está siempre preocupada de mantener el pasado vivo porque sin él ¿quién es usted? Se proyecta constantemente hacia el futuro para asegurar su supervivencia y para buscar algún tipo de alivio o de realización en él. Dice: “Un día, cuando esto, aquello o lo de más allá ocurra, voy a sentirme bien, feliz, en paz”. Incluso cuando el ego parece estar ocupado con el presente, no es el presente lo que ve: lo percibe en forma completamente errónea porque lo observa con los ojos del pasado. O reduce el presente a un medio para lograr un fin, un fin que siempre está en el futuro proyectado por la mente. Observe su mente y verá que así es como funciona.
El momento presente tiene la clave de la liberación. Pero usted no puede encontrar el momento presente mientras sea su mente. 
– No quiero perder mi capacidad de análisis y discriminación. No me molestaría aprender a pensar más claramente, en forma más concentrada, pero no quiero perder mi mente. El don del pensamiento es lo más precioso que tenemos. Sin él, seríamos solamente otra especie animal.
El predominio de la mente no es más que una etapa en la evolución de la conciencia. Necesitamos pasar urgentemente a la próxima etapa; si no, seremos destruidos por la mente, que se ha convertido en un monstruo. Hablaré con más detalle sobre esto después. Pensamiento y conciencia no son sinónimos. El pensamiento es sólo un pequeño aspecto de la conciencia. El pensamiento no puede existir sin la conciencia, pero la conciencia no necesita al pensamiento.
La iluminación significa levantarse por encima del pensamiento, no caer a un nivel inferior del pensamiento, el nivel de un animal o una planta. En el estado iluminado, usted todavía usa su mente pensante cuando la necesita, pero en una forma mucho más enfocada y efectiva que antes. La usa sobre todo con fines prácticos, pero está libre del diálogo interno involuntario y hay una quietud interior. Cuando usted usa la mente y particularmente cuando se necesita una solución creativa, usted oscila unos cuantos minutos entre el pensamiento y la quietud, entre la mente y la no-mente.
La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo de esta forma es posible pensar creativamente, porque sólo de esta forma el pensamiento tiene poder real. El pensamiento solo, cuando no está conectado con el reino mucho más vasto de la conciencia, se vuelve estéril rápidamente, insensato, destructivo.
La mente es esencialmente una máquina de supervivencia. Ataque y defensa contra otras mentes, recoger, almacenar y analizar información, eso es en lo que es buena, pero no es creativa en absoluto. Todos los artistas verdaderos, lo sepan o no, crean desde un lugar de no-mente, de quietud interior. La mente entonces da forma a la visión o impulso creativo. Incluso los grandes científicos han dicho que sus grandes logros creativos llegaron en un momento de quietud mental. El sorprendente resultado de una encuesta nacional entre los matemáticos más eminentes de Norteamérica, incluido Einstein, para conocer sus métodos de trabajo, fue que el pensamiento “juega sólo un papel subordinado en la breve y decisiva fase del acto creativo en sí mismo” (A. KoestIer, The Ghost in the Machine (Arkana, Londres, 1989) p. 180).
Así pues, yo diría que la sencilla razón por la que la mayoría de los científicos no son creativos, no es porque no saben pensar sino ¡porque no saben cómo dejar de pensar!.
No fue por medio de la mente, del pensamiento, como el milagro de la vida sobre la Tierra o el de su propio cuerpo, fueron creados y se sostienen. Hay claramente una inteligencia trabajando que es mucho más grande que la mente. ¿Cómo puede una simple célula humana que mide 1/1.000 de pulgada contener instrucciones en su ADN que llenarían mil libros de seiscientas páginas? Cuanto más aprendemos sobre el funcionamiento del cuerpo, más descubrimos cuán vasta es la inteligencia que funciona en él y qué poco conocemos. Cuando la mente se vuelve a conectar con esto, se vuelve una herramienta sumamente maravillosa. Entonces le sirve a algo más grande que ella misma.

Eckhart Tölle, El Poder del Ahora
Vía: http://www.shurya.com/

sábado, 17 de marzo de 2018

El desafío de desaprender gracias a la neuroplasticidad







Hoy quiero hablarte del órgano de nuestro cuerpo que ha demostrado tener las mayores capacidades y que hasta hoy sigue sorprendiendo a los científicos al comprobarse que puede llegar a ser resiliente. Se trata del cerebro y su habilidad de desaprender gracias a la neuroplasticidad.
Resulta que el cerebro tiene la capacidad de cambiarse y regenerarse a partir de la interacción con el medio ambiente. Esto da al traste con las antiguas teorías que planteaban que el sistema nervioso era una estructura rígida e inmodificable y que, con el paso de los años, la posibilidad de sinapsis (comunicación entre dos o más neuronas) disminuía hasta detenerse definitivamente. Es decir, que ese refrán tan repetido e instalado en nuestro pensamiento de que “loro viejo no aprende a hablar” está obsoleto.
Esto significa que tu cerebro es resiliente, es decir, capaz de superar eventos catastróficos, experiencias traumáticas, infancias difíciles, y desarrollar nuevas conexiones neuronales saludables, si tiene los estímulos adecuados e incorpora nuevos hábitos, desechando los que ya no necesita a través del desaprendizaje.
 
Se trata de excelentes noticias para los más de 5,7 millones de personas al año que sufren de accidente cerebrovascular (ACV), según la Organización Mundial de la Salud, y abre una puerta para estimular al cerebro con prácticas de rehabilitación que incentiven la neuroplasticidad innata a él.
Mi experiencia de vida me ha demostrado que yo podría ser un vivo ejemplo de la validez de la neuroplasticidad: con mis antecedentes familiares de esquizofrenia, he aprendido que eso no me define, sino que por el contrario, y en consonancia con mis tres “C”, (Creer-Crear-Crecer) puedo quitarle poder para alejar de mí esa enfermedad.
Ahora… te pregunto: ¿Desaprender es dejar de aprender? Cuando se produce lo que llamo “desaprender con propósito”, esta acción no tiene el fin de “dejar de aprender”, sino todo lo contrario: se transforma en el punto de inicio de un nuevo ciclo de aprendizaje. Se desaprende para reaprender, lo cual permite actualizar conocimientos, hábitos y costumbres.
 Más que una oportunidad, la capacidad de desaprender se ha vuelto vital para poder seguir actualizados en un mundo tan cambiante como el actual. De hecho, según Samuel Asbersman, autor del libro La vida útil de los datos, el conocimiento de hoy tiene una fecha de expiración de menos de 10 años.
¿Te imaginas la vida “acumulando” recuerdos, conocimientos y detalles de todas y cada una de las cosas que te suceden en un día promedio? ¿Cómo lograría tu cerebro priorizar lo importante sobre otros datos que son realmente superfluos? ¿Cómo habría espacio para lo nuevo, si tenemos apego a lo sucedido en el pasado?
Es por ello que mi invitación es a desaprender con propósito como el primer paso hacia la transformación y el cambio verdaderos. Es “echar por la borda”, como dice el español y experto en Felicidad Eduardo Punset, todas las creencias, hábitos y costumbres que hemos adquirido y no están a tono con estos tiempos, pero ocupan espacio en nuestro cerebro. Cuestionemos todo lo previamente aprendido y si no nos suma o permite evolucionar, podemos dejarlo ir y abrir la puerta para aprender lo nuevo.

Ismael Cala
https://ismaelcala.com

viernes, 16 de marzo de 2018

AUTO-CONOCIMIENTO EL CAMINO DE LA FELICIDAD


La máxima escrita en el templo de Apolo en Delfos “Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses”, se revitaliza con fuerza renovada a través del tiempo, en todos los seres humanos que aspiran a lograr su crecimiento interior y su progreso espiritual.
El conocimiento de sí mismo, la conciencia del propio Yo, es lo que verdaderamente emancipa al espíritu, otorga libertad y fuerza al ser y poco a poco lo introduce al conocimiento de la vida y de las Leyes que la rigen, aportando a su existencia fe, esperanza y una seguridad constructiva de su destino.
“La mayor parte de las alteraciones físicas, psíquicas y emocionales humanas están producidas por auto-exigencias de algún tipo”.
Las exigencias (a uno mismo, a las demás personas, a la vida) constituyen la causa y origen de la mayor parte de las disfunciones mentales y en consecuencia, también físicas y emocionales.
Recomendaciones a tener en cuenta cuando transitamos el camino del auto-conocimiento:
1.- ES PERFECTAMENTE NATURAL que los seres humanos tengamos preferencias en nuestra vida, pero el peligro está en que confundamos estas preferencias con necesidades. Necesitar, por ejemplo, ser absolutamente eficaces, las 24 horas del día, y que todo el mundo nos quiera. Necesitar que las demás personas sean amables, o que la vida sea fácil y todo salga de acuerdo a nuestros deseos.
Cuando nuestras preferencias se convierten en necesidades, el hecho de que las cosas no siempre sean como queremos que sean pueden producirnos alteraciones emocionales, en forma de rabia, hostilidad, culpa, ansiedad, o bien disfunciones del sueño, dolores de cabeza, gastritis, úlceras o infartos. (Recordemos que el corazón es un perfecto archivo de las emociones).
2. PARA EVITAR ESTA CONFUSIÓN, es importante hacer uso de valores o actitudes racionales, en vez de las creencias irracionales, o destructivas, que rigen nuestra vida.
3. UNO DE LOS PRINCIPALES VALORES reside en la autoaceptación (y no la autoestima, que mide la valía del ser humano en función de sus logros y la aprobación ajena). La aceptación incondicional hacia la propia persona, las demás personas y la vida tal como es, constituye el perfecto antídoto a las exigencias que envenenan y destruyen nuestra vida.
Aceptar las cosas como son no es sinónimo de conformismo o pasividad, sino que requiere una perfecta discriminación entre lo que depende de mí y lo que no depende de mí . Lo que depende de mí puede ser cambiado para mejor; lo que no depende no está bajo mi responsabilidad.
4. UNA DE LAS HERRAMIENTAS IMPORTANTES para tratar con las exigencias es el lenguaje . Las personas se acostumbran a hábitos deficientes del lenguaje que interfieren en su aceptación de la realidad. Los individuos son responsables en gran medida de sus propios lenguajes, sentimientos y acciones disfuncionales y, por lo tanto, pueden modificarlas.
Expresiones del tipo “tengo que” (exigencias a una mismo), “es horrible” (catastrofismo), “siempre ocurre lo mismo” (generalización) o “me pone de los nervios, no lo aguanto” (no soportabilidad), nos sitúan en desventaja ante la realidad y son perfectas aliadas para nuestro malestar mental, emocional y físico.
5. EL USO DEL SENTIDO DEL HUMOR  es importante para desdramatizar el sufrimiento (creado muchas veces por nuestros propios errores de percepción e interpretación), así como recurrir a fuentes filosóficas que nos ofrezcan alternativas de cambio, ya que las creencias irracionales y nocivas deben ser sustituidas por otras creencias más racionales, pragmáticas y beneficiosas para nuestra vida y nuestra salud.
Cada individuo tiene su propio tiempo de maduración porque la evolución del espíritu es completamente individual, responde al libre albedrío y a la voluntad del espíritu por acelerar este proceso, amparados y conducidos por las leyes Universales.
Este conocimiento de sí mismo, no debe abrumar al ser, ni inhibirlo para actuar, sino ayudarlo a tomar conciencia de su realidad espiritual y de los caminos posibles para mejorarla, caminos al alcance de cada uno, según sus fuerzas, su entorno, sus circunstancias de vida.
Diversidad de pensadores, filósofos, científicos de distintas áreas, comparten lo trascendente que es para el ser humano el conocerse a sí mismo, porque se lo advierte como la senda que nos permitirá acceder a un mundo mejor, generador de una transformación moral del planeta que reclama una etapa más pacífica y espiritualizada.
►Conocerse a sí mismo, con sinceridad y objetividad, fue y será siempre un reto trascendente porque en él, subyace la génesis del progreso moral del ser humano, génesis que como una semilla, aguarda el tratamiento adecuado, para trascender hacia el exterior y hacia el amor.


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