miércoles, 27 de diciembre de 2017

Camaleones sociales: personas que cambian según las circunstancias


Los camaleones sociales son los campeones a la hora de causar una buena impresión. Para ello, no dudan en practicar ese tipo de mercantilismo emocional donde disimular los propios sentimientos, pensamientos y opiniones con el fin de ser aceptados y conseguir la aprobación de los demás. Es un tipo de práctica que ocasiona, cómo no, serios efectos secundarios en la propia dignidad.
Es muy probable que muchos de nuestros lectores recuerden una curiosa película de Woody Allen titulada “Zelig”. En ella, el protagonista presenta una curiosa habilidad sobrenatural: es capaz de cambiar su apariencia por completo para adaptarse a cualquier medio en el que se encuentre. Finalmente, una joven psicoanalista advierte el auténtico problema de Leonard Zelig, a saber, su extrema inseguridad le lleva a camuflarse entre las personas para sentirse aceptado, integrado.
► Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que ser.
                                                             Jean Paul Sartre

Este es sin duda un caso extremo, una divertida reflexión audiovisual que Allen llevó al cine para hablarnos de la psicología, los problemas de identidad y nuestra sociedad. Sin embargo, hay un hecho que no podemos pasar por alto: todos, en cierta manera, somos camaleones sociales. 
Mostrarnos tal y como somos, sin fisura alguna y con total transparencia no siempre es fácil. Tememos “el qué dirán”, nos da miedo defraudar, llamar la atención o incluso no ser lo que otros esperan de nosotros. Vivir en sociedad nos obliga a encajar, todos lo tenemos claro. Sin embargo, conviene recordar que la clave está en aprender a ser personas, no personajes. Ser persona supone saber respetar a los demás con sus matices, sus opiniones, sus virtudes y rarezas. Supone también ser capaces de practicar esa honestidad donde no diluir nuestra identidad y valores a cambio de ser aceptados.
       
► La clave está en aprender a ser personas, no personajes.



Los camaleones sociales y el coste psicológico

Mark Snyder, un conocido psicólogo social de la Universidad de Minnesotta, es experto en el estudio de esta necesidad universal por ser socialmente aceptados. Un aspecto interesante que nos revela en primer lugar, es que los camaleones sociales son personas tremendamente infelices. Pensemos en ello durante un momento, imaginemos a alguien que se obliga a sí mismo a ser como aquellos de los que se rodea cada día.
Para conseguirlo, deberá a acostumbrarse a pensar y sentir una cosa y hacer la contraria, a malvivir entra la contradicción constante, a oscilar entre el rostro privado y la máscara pública, a reír cuando no lo siente, a mentir de forma compulsiva… Esta conducta casi adictiva donde causar siempre una buena impresión rara vez logra establecer vínculos duraderos y satisfactorios. Es más, lo que ocasiona en muchos casos es un auténtico agotamiento psicológico.
No podemos olvidar que, para “mimetizarse”, el camaleón social debe estar atento a los códigos sociales de cada contexto. Debe observar, leer los lenguajes implícitos y explícitos, debe imitar, pero por encima de todo, debe mostrar una extraordinaria plasticidad con la que ser siempre altamente convincente.

Ser la persona adecuada en cada momento nos exige además estar siempre sintonizados con el modo en que los demás reaccionan, de ahí que monitoreen a cada instante su desempeño social, ajustándolo para obtener el efecto deseado. Tal y como podemos deducir, el desgaste que supone todo ello a corto y largo plazo es inmenso.
► Para los auténticos camaleones sociales todo vale, pierden su dignidad, sus principios e incluso su escala de valores con tal de alcanzar el éxito, de sentirse integrados o lograr reconocimiento. Sin embargo, a fuerza de mimetizarse y de representar tantos y tantos roles jamás serán capaces de establecer relaciones auténticas, de tener amigos valiosos, parejas estables a las que mostrar su propio rostro, sin máscara alguna…

Camaleones sociales o cebras sociales, tú eliges

Hay profesiones para las que, lo queramos o no, se necesitan de este tipo de habilidades camaleónicas con las que crear impacto, con las que seducir, captar clientes, generar confianza e incluso, por qué no, hasta manipular. Así, trabajos como la política, el derecho, el mundo del marketing y publicidad, el teatro o la diplomacia exigen de esos malabarismos psicológicos donde mimetizarse es sinónimo de supervivencia y hasta de triunfo.
Tal y como hemos señalado al inicio, todos, en cierto modo, nos hemos visto en la obligación de ser camaleones sociales en algún momento. Sin embargo, especialistas en este tema, como el doctor Mark Snyder, nos indican que si de verdad queremos tener una auténtica salud emocional, sabiduría y equilibrio, deberíamos aprender a ser “cebras sociales”.
No importa dónde esté una cebra, no importa a quién o qué tenga a su lado, ellas siempre serán las mismas, sus rayas no cambiarán en ningún momento. Ello supone, cómo no, ser un blanco fácil para los depredadores y como ya sabemos, en nuestros contextos sociales también los hay. Así, puede que nuestras “rayas” no gusten, que nuestra piel, nuestro estilismo, carácter y tono de voz no agrade a todos, pero los pocos que queden cautivados por nuestra autenticidad y curiosos matices, serán nuestros mejores aliados.

Para concluir, pocas cosas pueden llegar a ser tan infructuosas y agotadoras como caer bien a todo el mundo, como ser esa pieza capaz de encajar en cada puzzle o esa tuerca que vale para todo engranaje. Tal habilidad no es creíble ni saludable. Aprendamos a vivir sin máscaras, a ser coherentes y valientes, criaturas únicas y excepcionales con cada una de nuestras “rayas”, de nuestros fabulosos pelajes…


Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

martes, 26 de diciembre de 2017

Doce hábitos que las personas felices practican


¿Existen fórmulas específicas e infalibles para alcanzar la felicidad? Creemos que no, pues no debemos ver a la felicidad como una meta a alcanzar en un remoto futuro.

► La felicidad es un estado interior que podemos capturar de instante en instante.

Esa felicidad que todos buscamos se encuentra “oculta” en los detalles de nuestro diario vivir y existen ciertas acciones simples que quienes se consideran a sí mismos como personas felices suelen poner en práctica día a día.
Aquí compartimos algunos hábitos que pueden ayudarte a ser tan feliz como desees:

1- Considera a los problemas como desafíos

Ante cualquier dificultad o contingencia, sea por una persona o algún suceso, trata de pensar que lo superarás y habrás aprendido de ello una nueva lección.
Como dice el popular dicho “Lo que no me mata, me fortalece”.

2 – Aprende a perdonar

Cada vez que alguien te critique o hiera con sus palabras, trata de olvidar las ofensas. Aun cuando sepas que lo dijo intencionadamente, déjalo pasar y no permitas que te afecte.
Recuerda que aceptar a los demás por quienes son y conocer tus propias virtudes, te hará más fuerte y feliz.

3 – Sé amable y agradecido/a

Quienes tratan a los demás de modo rudo o desagradable, en el fondo lo que demuestran es su propia insatisfacción e inseguridad. Sin embargo, cuando eres amable con los demás, la amabilidad dada volverá a ti.
Además de ser cuestión de buenos modales, al expresar tu reconocimiento y agradecimiento a las demás personas, ellos se sentirán más inclinados a ayudarte en el futuro.

4 – No busques la aprobación ajena

Mientras hagas aquello que te hace feliz, no necesitas buscar la aprobación de los demáspara validar tus actos.
Siéntete libre de hacer aquello que te complazca a ti, sin importar el qué dirán. Esto contribuirá, además, a alimentar tu autoconfianza.

5 – Hay cosas que no van a cambiar, ¡acéptalas!

En la vida de todos existen cosas que podemos cambiar y mejorar, tanto de nuestro entorno como de nosotros mismos.
Podrás mejorar tus habilidades deportivas, tu dominio de otro idioma o tu estado físico, pero no podrás cambiar tu altura o los padres que te han tocado en suerte.
Deja de luchar contra aquello que no puede ser cambiado y te sentirás más liviano/a para transitar tu camino.

6 -Viaja a menudo

Si tienes la oportunidad de viajar, ¡no dejes de hacerlo!
Conocer lugares diferentes y ver cómo vive la gente en lugares distintos a los que estás acostumbrado, hará que te sientas feliz de retornar a tu entorno cuando llegue el momento.
Conocer otros sitios y costumbres te ayudará a tirar abajo muchas estructuras mentales que no hacen más que limitarnos. De este modo, salir de tu entorno cotidiano te ayudará a ser más flexible y tolerante.

7 – Aliméntate bien

Eres lo que comes. Si te alimentas en base a comida chatarra, es muy probable que experimentes falta de energía y disminuida claridad mental.
Asegúrate de ingerir suficientes frutas, verduras, proteínas y carbohidratos. Practica la moderación y verás cuánto más animado/a te sientes.

8 – Cuida de ti mismo/a

Para sentirte bien, debes verte bien. La higiene personal, el cuidado y la vestimenta contribuirán a que te veas y sientas mejor.
Por más superficial que parezca, el simple hecho de cuidar nuestro aspecto personal puede cambiar nuestro estado de ánimo y llenarnos de entusiasmo para enfrentar la vida.

9 – Alimenta tus relaciones personales

En la mayoría de los casos, la familia es quien nos ama incondicionalmente. Es importante mantenerse en contacto con ellos, ya sea con una llamada telefónica o una visita.
Los amigos son el apoyo y la inspiración de la gente feliz. Dedica tiempo a comunicarte con ellos con frecuencia. Mantén el contacto con tus seres queridos.

10 – Sé honesto/a

Las mentiras más insignificantes pueden provocar efectos desastrosos en la vida de las personas. Lo que haces es lo que recibirás. Si mantienes una conversación honesta, lograrás mantener un nivel más alto de integridad en tu entorno.

11 – Tómate el tiempo necesario para escuchar

Si deseas ser oído/a, es fundamental primero escuchar a los demás y no interrumpirlos cuando hablan.
Al escuchar realmente, en lugar de esperar para hablar, podrás entender las motivaciones de los demás. Esto contribuirá a que experimentes empatía y entendimiento, tanto de tu parte para con ellos como viceversa.

12 – Pasa tiempo a solas

Las personas más felices saben disfrutar la soledad. Esto se debe a que se aman a sí mismos y pueden disfrutar cómodamente tanto compartiendo el día con otros como pasándolo solos.
Haz lo mismo; quítale a la soledad ese velo de negatividad con el que suelen pintarla. ¡Aprende a disfrutar de tu propia compañía!

Psicología/Paula Aroca
https://lamenteesmaravillosa.com
Imágenes cortesía de Marie Cardouat, Alexandra Huard

lunes, 25 de diciembre de 2017

25 AFIRMACIONES PARA LA NAVIDAD




Amo las Festividades! Es un tiempo en el que celebramos y compartimos nuestro amor radiante con familia y amigos. Es un momento para alcanzar a aquellos en necesidad. Amabilidad, amor y apreciación son los regalos más grandes. Así que brinda estos regalos generosamente y míralos regresar a ti en abundancia reluciente.
Como un regalo especial para ti, me gustaría darte las siguientes 25 afirmaciones. Que te traigan abundante amor y alegría. Compártelos con todos los que te rodean y ve cómo pueden ayudarte a crear una vida excepcional. Felices Festividades mis queridos. Y recuerda, eres un regalo para todos los que conoces.

25 Afirmaciones para las Festividades

1. Comienzo hoy amando y aceptando cada parte de mí mismo, por dentro y por fuera, exactamente como soy.
2. Hoy, busco la belleza en todos y en todo.
3. Hoy, cada vez que necesito algo, sé que será provisto.
4. Estoy agradecido por todo lo bueno que viene en mi camino.
5. Hoy me tomo un momento para contar mis bendiciones.
6. Cuando pienso en los demás, afirmo que son felices y sanos y que todo está bien en su mundo.
7. Los atascos en el tráfico durante las festividades me dan tiempo para hacer más afirmaciones.
8. La abundancia viene de fuentes esperadas e inesperadas, y expreso gratitud por todo esto.
9. Tengo energía ilimitada durante las festividades y la uso bien.
10. Esta es una temporada armoniosa, amorosa y pacífica. Tengo tiempo para todos a mi alrededor.
11. Ahora permito que cosas nuevas y maravillosas entren en mi vida. Estoy abierto y receptivo a todo lo que es bueno.
12. El cambio y la sorpresa son evidentes en todos lados a donde voy hoy. Miro con deleite todo lo que veo.
13. Me aseguro de que los alimentos y bebidas decembrinas que ingiero contribuyan a mi vibrante salud.
14. Comparto mi amor y alegría navideña con todas las personas que conozco. La vida es buena.
15. Abro mi casa y recibo invitados con música y amor navideño. Para mí, son como una familia amorosa.
16. Mi hogar es un lugar feliz para estar durante las vacaciones. Bendigo a todos los que entran por la puerta, incluido yo mismo.
17. Mis amigos son cariñosos y solidarios.
18. Todos en mi familia están Divinamente protegidos en todo momento.
19. Amar a los demás es fácil cuando me amo y me acepto a mí mismo.
20. El humor y la alegría contribuyen a mi bienestar general.
21. Los elogios son regalos de prosperidad. He aprendido a aceptarlos amablemente.
22. La vida es muy simple durante las festividades y todos los días. Lo que doy, recibo.
23. Hoy me doy permiso para hacer lo que sea que me dé más placer.
24. Durante las festividades, estoy centrado, tranquilo y equilibrado.
25. Mientras me calmo y me concentro en las cosas bellas de mi vida durante este tiempo, me abro a mis propios poderes de sanación.
►“Siento la satisfacción y la paz, y celebro la temporada de Navidad con un corazón amoroso. Abrazo toda la vida y reconozco que soy parte algo más grande”

Louise Hay
Vía: https://consejosdelconejo.com