martes, 21 de febrero de 2017

¿QUÉ ES EL AYURVEDA?


Miles de años antes de que la medicina moderna contara con evidencias científicas de la conexión entre la mente y el cuerpo, los sabios de la India desarrollaron el ayurveda, que hasta nuestros días es uno de los sistemas de salud mente-cuerpo más sofisticados y poderosos del mundo.
El ayurveda es más que sólo un sistema para tratar la enfermedad; es una ciencia de la vida (Ayur = vida, Veda = ciencia o conocimiento). Nos otorga sabiduría del cuerpo diseñada para ayudar a que la gente se mantenga vibrante y saludable mientras desarrolla su potencial humano al máximo.

Los principios básicos del ayurveda son: 
1) La mente y el cuerpo están inextricablemente conectados, y 2) Nada tiene mayor poder para sanar y transformar el cuerpo que la mente. 

Para liberarnos de la enfermedad necesitamos expandir nuestra conciencia y buscar que esté en equilibrio, para luego llevar ese equilibrio al cuerpo. Este proceso no es tan complicado como se oye. Por ejemplo, cuando meditas entras en un estado de conciencia expandida y quietud interior natural que refresca la mente y restaura el equilibrio. Dado que la mente y el cuerpo son inseparables, el cuerpo se equilibra naturalmente a través de la práctica de la meditación. En el estado de conciencia apacible que se crea con ayuda de la meditación, nuestra frecuencia cardiaca disminuye, el cuerpo reduce la producción de hormonas del “estrés” como el cortisol y la adrenalina y aumenta la producción de neurotransmisores que mejoran el bienestar, como la serotonina, la dopamina, la oxitocina y las endorfinas.

La meditación sólo es una de las herramientas más poderosas que los médicos ayurvédicos recetaban para equilibrar la mente y el cuerpo. El ayurveda cuenta con otras muchas prácticas para expandir la conciencia propia y cultivar el estado de equilibrio natural. A continuación veremos algunos de los aspectos más importantes de la metodología ayurvédica, así como sugerencias para ponerlos en práctica para que puedas crear salud perfecta en tu propia vida:

•    Entiende tu tipo mente-cuerpo único y por ende sus necesidades específicas. El ayurveda aborda la salud de manera personalizada y al conocer tu tipo de mente-cuerpo puedes elegir lo mejor para tu dieta, ejercicio, suplementos y otros aspectos de tu estilo de vida.  Puedes aprender más sobre los tipos mente-cuerpo para descubrir cómo identificar el tuyo aquí.

•    Lleva una dieta colorida y deliciosa.
La segunda función vital más importante, después de la respiración, es alimentarnos. Para que el cuerpo y la mente estén saludables nuestros alimentos deben ser nutritivos. La nutrición ideal proviene de consumir diversos alimentos frescos que se preparen de manera adecuada y que se consuman con conciencia. Una forma sencilla de asegurarte de que tu dieta está quilibrada es incluir los seis sabores ayurvédicos (dulce, salado, agridulce, picante, amargo y astringente) en cada comida. Al hacerlo te asegurarás de incluir los principales grupos y nutrientes que hay. Al incluir los seis sabores, observarás además que te sientes satisfecho y que disminuyen la necesidad de comer entre comidas y en exceso. Puedes encontrar más información sobre los seis sabores aquí.
Además de los seis sabores, llenar tu plato con los colores del arcoíris promueve una vida longeva y saludable. Literalmente, puedes ingerir la información del universo en tu biología. Los alimentos que son de color azul, morado, rojo, verde o naranja intenso son los líderes antioxidantes y contienen muchos nutrientes que aumentan la inmunidad y mejoran la salud.

•    Que tu sueño sea reparador y abundante.
De acuerdo con el ayurveda, el sueño es la nodriza de la humanidad.  Durante el sueño, nuestro cuerpo se repara y rejuvenece. La falta de sueño reparador interrumpe el equilibrio natural del cuerpo, debilita nuestro sistema inmune y acelera el proceso de envejecimiento. Los seres humanos por lo general necesitan entre seis y ocho horas de sueño reparador cada noche. El sueño reparador es aquel en el que no utilizas medicamentos ni alcohol para dormir, sino aquel en el que te dejas ir fácilmente una vez que apagas la luz y duermes profundamente durante la noche. Si te sientes cansado y con poco entusiasmo, tu sueño no fue reparador. Puedes encontrar una rutina de sueño más detallada aquí.

•    Vive en armonía con la naturaleza.
La frase “vivir en armonía con la naturaleza” tiene un significado preciso en el ayurveda, significa tener deseos saludables acordes con aquello que en realidad necesitas.  Tal como la naturaleza te hizo, lo que necesitas y lo que quieres no deberían estar en conflicto. Cuando estás en equilibrio, solo deseas aquello que nutre tu salud y tu vida.  Fluyes en armonía con los ritmos naturales de tu cuerpo, duermes bien, alimentas tus sentidos con experiencias, sabores, texturas, aromas, sonidos y paisajes que te levantan el ánimo y te nutren. Cuando no vives en armonía con la naturaleza, tus deseos no te nutren y tal vez tengas antojo de comida chatarra, no duermas bien y te dejes llevar por comportamientos compulsivos. Con el tiempo, un pequeño desequilibrio se puede convertir en un trastorno y después en una enfermedad, lo que te ocasionará más estrés y abandono. Haz ejercicio para estar en armonía con tu cuerpo 
Escuchar los mensajes de tu cuerpo te ayuda a tomar elecciones que te mantengan en armonía con tu inteligencia y ritmos interiores. El cuerpo siempre se expresa a través de señales de comodidad e incomodidad. Al elegir un cierto camino o comportamiento, pregúntale a tu cuerpo: “¿Cómo me hace sentir esto?” Si tu cuerpo te envía una señal de angustia física o emocional, pon atención y considera elegir algo más. Si tu cuerpo te envía una señal de comodidad y disposición, puedes continuar. Mientras que la mente vive en el pasado y el futuro, el cuerpo habita en el ahora y nunca duda. Sabe la verdad y te orientará hacia elecciones más evolucionadas.

•    Fortalece tu poder digestivo.
El ayurveda nos enseña que la buena salud depende de nuestra capacidad de metabolizar por completo la información nutritiva, emocional y sensorial que ingerimos. Cuando nuestra energía digestiva, conocida como agni (fuego), es fuerte, creamos tejidos saludables, eliminamos los desechos con eficacia y producimos una esencia sutil llamada ojas. Ojas, que podríamos imaginar como la fuente de nuestra vitalidad, es la base de la percepción clara, la fortaleza física y la inmunidad. Por otra parte, si nuestro agni es débil, la digestión es incompleta y conduce a la acumulación de residuos tóxicos conocidos como ama. La acumulación de ama en el cuerpo y la mente conduce a obstrucciones en el flujo de energía, información y nutrición, y es la base de toda enfermedad.

Estas son algunas prácticas ayurvédicas para fortalecer tu fuego digestivo:
•    Siempre siéntate a comer (no comas frente la computadora ni la televisión ni mientras conduces).
•    Come en un entorno tranquilo y no cuando estés molesto.
•    No comas hasta que sientas hambre.
•    Ingiere los alimentos a un ritmo moderado. No comas con prisa ni demasiado lento.
•    Minimiza los alimentos crudos, que son mucho más difíciles de digerir que los cocidos.
•    Incluye los seis sabores en cada comida.
•    Toma agua caliente con jengibre a lo largo del día.
•    Practica algún tipo de ejercicio moderado con regularidad.
•    Date un masaje con aceite de hierbas todos los días, para equilibrar tu tipo mente-cuerpo. Aquí encontrarás las instrucciones para darte un masaje.
•    Cada día, date tiempo para estar en la quietud de la meditación.
•    Usa hierbas que desintoxican como triphala, ashwagandha, guggulu, brahmi, jengibre, cúrcuma y neem.

    Tómatelo con calma.
El enfoque ayurvédico tiene que ver con alinearse con el poder organizador infinito de la naturaleza en lugar de luchar o tratar de forzar las cosas para que sean como quieres.  Este principio se encuentra ejemplificado en la ley del menor esfuerzo. Si observas la naturaleza, notarás que el pasto no se esfuerza por crecer; sólo crece. Las aves no intentan volar, sólo vuelan, y las flores no luchan por florecer, sólo lo hacen. La naturaleza funciona con facilidad, sin esfuerzo ni fricciones y de manera espontánea. Es intuitiva, holística, no lineal y nutritiva. Cuando tus acciones están motivadas por el amor, verás que todo fluye sin esfuerzo, porque la naturaleza se mantiene unida con la energía del amor. Cuando andas en busca de estatus, dinero, poder o elogios desperdicias energía, pero cuando el amor es lo que te impulsa a actuar, tu energía se expande y se acumula. Así que tómatelo con calma y déjate guiar por el amor.

Dr. Deepak Chopra
The Chopra Center
https://choprameditacion.com

lunes, 20 de febrero de 2017

Enamórate, pero antes…

                        


Enamórate de alguien que te tienda la mano cuando caes. Asegúrate de que su mirada amorosa y su mano tendida preceden sus palabras.
Enamórate de un hombre o de una mujer que respete sin juzgarlas tus creencias, tus emociones y tus decisiones.
Enamórate de una persona con la que conversar, reír y gozar en una atmósfera fuera del espacio y el tiempo, en intimidad y complicidad plenas.
Y, ante todo, enamórate de quien te vea de verdad, de quien sientas que mira más allá de tu imagen, de lo que tienes, de los personajes y roles que representas cada día, de quien haya sintonizado con tu naturaleza genuina, con el Ser Esencial que eres desde antes de que tuvieses nombre ni sexo ni más etiquetas de identidad.
Pero antes…
Mírate tú mismo, tú misma, con amor aunque caigas, valida lo que sientes, sana e integra tu pasado, llévate bien con tu soledad y deja que tu Ser Esencial ocupe cada día más espacio en la constelación interna de tu personalidad.
Redescubre la compasión hacia ti, deja que se instale como modo de observarte y comunicarte contigo, para así, poder enamorarte de quien refleje tanto tanto tanto amor.
http://planosinfin.com
….
Imagen: Malena Valcarcel

domingo, 19 de febrero de 2017

Esa extraña sensación de que “ya nada es como antes”


En ocasiones, llega esa extraña sensación: la de que ya nada es como antes. Las miradas pierden su brillo, las palabras su música, y día a día, somos más conscientes de que solo nos quedan cenizas, y de que tarde o temprano llegará ese viento raudo que todo se lo lleva y todo lo cambia. Instante para el cual, debemos estar preparados.
No es fácil. A lo largo de todo nuestro ciclo vital ya hemos afrontado muchas veces ese mismo sabor. Muchos dicen que todo se debe a la rutina, ella quien arrastra sus pesadas cadenas a nuestro alrededor para convertirnos en seres menos espontáneos, menos ávidos de cercanía, de caricias a escondidas y de detalles que aceleran el corazón.

“No hagas con el amor lo que un niño con un globo: que al tenerlo lo ignora y al perderlo llora”

-Pablo Neruda-
 
Tal vez sea ella, la temible rutina, o tal vez seamos nosotros quienes cambiamos con el tiempo, nosotros mismos quienes permitimos que día a día y casi sin saber por qué, se vayan apagando nuestras emociones. A veces, somos como esa vela que brilla llena de intensidad en la noche, un luz que baila y nos inspira con sus formas, pero que se va consumiendo con las horas, hasta que al final deja en el ambiente un extraño perfume dulzón e incómodo, como un ensueño del pasado que ya no tiene sentido en el presente. Tal vez…
Asumir que ya nada es como antes nos invita a una profunda reflexión. Puede no sea un obligado final, pero si un instante de necesario diálogo, de imperantes esfuerzos mutuos con los que renovar ese vínculo, esa relación. Actuar con madurez y responsabilidad es la mejor llave para dar paso a un nuevo inicio, o quizás a un inevitable final.


Nada es como antes y ya no somos los mismos de ayer

Cuando uno toma plena conciencia de que las cosas ya no tienen el brillo, la intensidad y la magia del ayer, lo primero que siente es una profunda contradicción, el pinchazo de la amargura y la pincelada de la nostalgia. Más que momentos echamos en falta las emociones del pasado y esas complicidades que edificaban un día a día donde no existían huecos, donde la ilusión lo llenaba todo, y a su vez otorgaba sentido a la vida.
Cuando ese vínculo emocional pierde fuerza y la intimidad del ayer en la pareja languidece, podríamos decir que falta todo. Es un lento ocaso que entristece y desespera a la vez, porque nuestro cerebro necesita por encima de todo “sentirse seguro”. Piensa que no le agrada la contradicción y esos desajustes que interpreta al instante como una amenaza, como una señal de peligro.
Cuando entramos en esta fase de alarma lo primero que hacemos es buscar un porqué. Aunque son muchos los que, sencillamente, se centran en el “quién”. Es común proyectar en el otro todas las culpas: “es que me descuidas, es que ya no me tienes en cuenta, es que antes hacías esto y lo otro y ahora ya no le das importancia a esos detalles”.
Centrarnos en exclusiva en el otro para acusarlo puede estar justificado en algunas ocasiones, queda claro, pero no en todas las relaciones existe un único culpable. Es más, sería una buena idea que nos acostumbraramos a cambiar ciertas expresiones en este tipo de dinámicas relacionales. En lugar usar la palabra “culpabilidad” y el componente negativo que ello implica, es mejor hacer uso del término “responsabilidad”.


En el juego de energías y refuerzos, tanto positivos como negativos, que conforman el universo de la pareja, los dos miembros son responsables del clima y de la calidad de la misma. Y en ocasiones, y esto es bueno que tengamos claro, no hay que buscar un culpable a la desesperada para entender por qué ya nada es como antes, por qué ya no nos miramos igual ni parece que nos necesitamos tanto como ayer.
El amor a veces se apaga. Puede que lo haga en uno de los dos o puede que en ambos. Porque aunque muchas veces nos hayan convencido de lo contrario, las personas cambiamos con el tiempo, o más que cambiar, crecemos. Aparecen nuevas necesidades y nuevos intereses: ahí donde lo que antes era prioridad ahora ya no lo es tanto.
Un hecho no exento de cierta dureza que es interesante saber gestionar de forma adecuada.

Si ya nada es como antes, actúa

Nadie puede ni tampoco merece vivir eternamente en esa antesala de las emociones rotas, de las relaciones incompletas o de las esperanzas que nunca van a cumplirse. Si ya nada es como antes y nada puede solucionarlo, demos el paso de forma madura para terminar la relación de la forma más digna posible.

“El amor no prospera en corazones que se alimentan de sombras”

-William Shakespeare-


En un interesante estudio del 2005 del Journal os Social Personal Relationships concluían que existen tres claves para cerrar una relación de pareja de la forma más positiva y adecuada para ambos miembros de la pareja. Así, según las conclusiones de este trabajo lo que ha de evitarse por encima de todo según este mismo trabajo, es lo que se conoce como la aplicación del “efecto fantasma”, es decir, poner en práctica una conducta evasiva donde, sencillamente, alejarse progresivamente del otro sin dar explicación alguna.
Veamos a continuación cuáles son esas tres claves para finalizar de forma madura una relación.



Si nada es como antes, entonces es el momento de empezar a caminar por separado

El primer punto a la hora de gestionar estas situaciones es alcanzar la certeza de queda otra opción que la separación. Recuerda siempre que afrontaremos mucho mejor el duelo sabiendo que hemos hecho todo lo posible.
El segundo paso que recomiendan los expertos es no “destruir” al otro antes de “acabar” con la propia relación. Lo señalábamos con anterioridad, en ocasiones buscar culpables no sirve de mucho. Si hacemos uso de la crítica, el reproche, la humillación y la rabia lo único que conseguimos es alimentar las emociones negativas hasta crear una energía tan profunda que nos impedirá aún más cerrar esa etapa.
Por último, y aunque sea un aspecto que siempre cuesta y al que muchos no le hallan sentido, es necesario perdonar. Perdonar no es ni mucho menos claudicar; es un rito de paso imprescindible para dejar ir sin cargas, sin rencores. Es poner fin a una etapa donde perdonarnos a ambos por el dolor causado, pero aceptando a su vez todo lo positivo que hemos compartido. Un adiós, a tiempo seguido de un “perdón” valiente, nos ayudará a iniciar nuevos caminos dejando atrás un ayer donde ya no tenía cabida la ilusión ni la esperanza.


Fuente: Valeria Sabater - Psicóloga y Escritora vía La Mente es Maravillosa