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martes, 15 de mayo de 2018

5 ACCIONES PARA SIMPLIFICAR TU DÍA Y, POCO A POCO, EL RESTO DE TU EXISTENCIA

        TENER UNA VIDA SIMPLE Y SENCILLA ES POSIBLE




Entre una vida simple y otra llena de complicaciones, ¿qué elegirías? Seguramente la primera opción, ¿no es cierto? Con cierto idealismo muchos pensamos en una existencia tranquila, pacífica, serena, opuesta del todo a esas preocupaciones y ajetreos que lamentablemente abundan en nuestra realidad cotidiana.

Pero si decimos querer una vida sencilla, ¿por qué no la tenemos? La respuesta más común a esta pregunta suele ser una enumeración un tanto agobiante de elementos que estamos habituados a considerar “necesarios” para la vida pero que, paradójicamente, en muchos casos son también una fuente enorme de complicaciones. El trabajo, una relación de pareja y en general las relaciones personales, la alimentación, la salud del cuerpo… Todo ello parece ser indispensable para la existencia, ¿pero no sucede también que en la vida de muchas personas esto es, al mismo tiempo, una causa de conflictos?

En buena medida, la contradicción se encuentra entre lo que consideramos necesario en la vida y la manera singular en que dicha necesidad toma forma en nuestra propia existencia. Del trabajo, por ejemplo, se dirá que es necesario porque reporta el dinero que a su vez también consideramos necesario. ¿Pero hemos reflexionado seriamente sobre dicha condición de necesidad? El trabajo es necesario, ¿pero es necesario también que sea un trabajo que nos genere algún tipo de malestar? El dinero es necesario, ¿pero dicha necesidad la reconducimos conscientemente en aquello que sí necesitamos en nuestra vida? 

En el ánimo de fomentar esta toma de conciencia frente a lo necesario y lo sencillo, compartimos a continuación cinco acciones orientadas a hacer más simple tu vida. La idea general es que cada días puedas practicarlas todas, tanto como te sea posible, hasta volverlas hábitos de existencia.

Una cosa a la vez

Si bien en nuestra época el multitasking se considera una habilidad preciada, su efecto en nuestra atención es evidentemente nocivo, pues nos lleva a un estado de confusión general que se extiende a todos los ámbitos de nuestra vida. Empezamos una tarea y la dejamos a la mitad porque iniciamos otra, que a su vez queda inconclusa por causa de una tercera. ¿Cómo podemos distinguir lo importante en nuestra vida si nuestra propia atención se encuentra fragmentada? 

Aprende a no hacer

Pascal escribió alguna vez que todos los infortunios del ser humano se derivan del hecho de no poder quedarse a solas y tranquilo en una habitación. Por otro lado, un proverbio zen dice: “Sentado, sin hacer nada, la primavera llega y la hierba crece por sí sola”. ¿A qué se refieren estas dos ideas? En breve, a la noción del no hacer. La mayoría de nosotros sabe hacer y de hecho estamos haciendo todo el tiempo, pero estamos poco sensibilizados al no hacer. En un momento “vacío”, por ejemplo, mientras esperamos a un amigo con quien vamos a vernos, ¿cuántos de nosotros no empleamos esos minutos en revisar por enésima vez nuestras redes sociales? ¿Por qué no podemos simplemente estar? Esa sed insaciable de estar siempre ocupados, siempre haciendo, también es una especie de acumulación que realizamos inconscientemente y que en algún momento se descontrola y se vuelve problemática.

Limpia un espacio personal

El escritorio, el clóset, la despensa, tu habitación… ¿Te has dado cuenta de todas las cosas que has ido acumulando sin notarlo? Intenta fijarte el compromiso de limpiar cada día alguno de esos lugares. No tiene que ser una limpieza épica que te tome muchas horas. Basta con que te tomes algunos minutos para, por ejemplo, ordenar tu espacio de trabajo, quizá sacar de tu ropero las dos o tres prendas que no has usado en años u ordenar ese cajón lleno de facturas en tu escritorio.

Practica la conciencia plena en compañía de otros

Cuando estés con alguien, intenta realmente estar. Esto, que parece obvio y hasta un poco redundante es, curiosamente, una tarea ardua. Y no es sólo que ahora sea tan común que al estar en compañía de una o más personas llegue el momento en que el teléfono portátil sale del bolsillo y la convivencia empieza a simularse. Ahí, en efecto, dejamos de estar con esa persona. De entrada, procura no distraerte de esa manera y, en cambio, mira a la persona que tienes enfrente, escúchala, intenta entender lo que dice. 

Pero, decíamos, eso no es todo. La verdadera atención hacia el otro se logra cuando verdaderamente vemos en la persona con quien estamos a alguien enteramente distinto, un otro radical, con su propia historia de vida, sus ideas, sus prejuicios, sus temores, etc., todo lo cual, por decirlo de alguna manera, no tiene que ver nada contigo. ¿Qué significa esto? En parte, que en nuestro trato con los demás dicha falta de atención se deriva en al menos dos acciones inconscientes que suelen ser fuente de problemas: el juicio y la reacción. Cuando juzgamos lo que otra persona dice, no la estamos escuchando, sino que estamos escuchando la voz de nuestro juicio. Por otro lado, cuando reaccionamos inconscientemente a lo que otra persona dice, también hemos dejado de escucharla y más bien tenemos la atención puesta en nuestros propios patrones de pensamiento.

¿Cuántas conflictos no se han derivado por una frase dicha en medio de una conversación que más que expresión de nuestra escucha, fue producto de nuestros prejuicios? ¿Cuántos problemas no se evitarían si, por ejemplo, dejáramos de querer responder a las expectativas de otros? 
Al estar plenamente con los otros –sin juzgar y en la práctica de la no-reacción– lograrás navegar la corriente de la sociabilidad cotidiana sin ahogarte ni dejarte arrastrar, y en su transcurso aprenderás una o dos cosas de ti mismo.

Aprende a distinguir aquello que sí quieres

¿Cuántas veces, en medio un problema, no has pensado en lo sencillo que habría sido evitarlo? ¿Cuántas de las cosas que haces, como Bartleby, “preferirías no hacerlas”? El camino del deseo personal no siempre es sencillo, pues parafraseando a e. e. cummings, es una proeza ser uno mismo en un mundo que se esfuerza porque seamos siempre alguien más. No obstante, para llevar una vida sencilla es imprescindible conocer tu propio deseo y saber navegar en sus aguas. Si puedes mirar con claridad aquello que sí quieres en tu vida, al mismo tiempo distinguirás otros elementos que están ocupando espacio en tu existencia y a los cuales también dedicas tiempo, energía, recursos y atención.

Tu vida no cambiará de un día a otro a través de estas acciones, pero quizá sí paulatinamente. El propósito general de este breve manual es que te des cuenta poco a poco qué consideras “necesario” ahora en tu vida y por qué motivos, para que así tomes conciencia de dicha necesidad. Quizá con el paso de los días otorgues otro valor a dicha palabra y mucho de lo que hoy crees imprescindible para vivir, mañana simplemente lo habrás dejado en el camino.


https://pijamasurf.com

lunes, 14 de mayo de 2018

Cuando aprendes a quererte, ya no estás para cualquiera

La mayoría de nosotros afirma quererse, amarse y respetarse, otros, ni siquiera consideran cuestionárselo, pero son nuestras acciones y decisiones las que terminan por reflejar el grado de aprecio y valor que nos damos a nosotros mismos.
Muchas veces nuestras relaciones resultan la muestra perfecta de nuestro sistema de valoración. Las personas con las que nos relacionamos, con las cuales nos identificamos y a quienes nos resulta sencillo hacer parte de nuestra vida por períodos de tiempo importantes, se comportan con nosotros como nosotros mismos lo hacemos.
Podemos no estar de acuerdo con esto, pero si estamos sometidos a una relación en la cual somos maltratados, ignorados, humillados y aun así encontramos motivos para permanecer, esto es el resultado del trato que nosotros nos damos, las prioridades que establecemos y los límites que ponemos en nuestras relaciones.
Cuando aprendemos a amarnos, no resulta una decisión tan complicada el decidir retirarse de cualquier relación que no nos llene, nos haga sentir mal o desvalorizados. Más bien nos volvemos expertos detectando situaciones de riesgo, que nos expongan a cualquier escenario que afecte nuestra integridad.
El amarnos a nosotros mismos es algo que no podemos delegar, no podemos confiarles a los demás lo que nosotros debemos hacer, porque el amor propio es irremplazable. Podemos tener a muchas personas amándonos, pero nada de ello sustituirá el amor hacia nosotros mismos.
Cuando no nos amamos dependemos de los demás, no somos capaces de nutrirnos nosotros mismos, y estamos permanentemente en la búsqueda de algo o alguien que llene los espacios que creemos están vacíos. No nos sabemos plenos, creemos que necesitamos algún complemento, que algo nos falta. Y nos podemos pasar la vida buscando fuera lo que solo hallaremos dentro.

Cuando no nos hemos amado de manera sana, de manera consistente y poco a poco aprendemos a cuidarnos y a querernos, comienzan a producirse cambios radicales en nosotros mismos, el autoconcepto cambia, los patrones de merecimiento se modifican, nuestra tolerancia cambia y de pronto, ya no es bienvenida en nuestras vidas ninguna persona que venga a perturbarnos, a utilizarnos, a malquerernos.
Y nos damos cuenta de que las relaciones que hemos considerado inadecuadas, no lo eran, solo eran reflejo de lo que creímos merecer y contribuyeron de alguna manera a lo que somos hoy en día y ya no miramos con rencor o dolor nuestras relaciones, sino con agradecimiento. Ahora sentimos la seguridad de relacionarnos con personas que sumen, que nos nutran, que puedan darnos al menos lo que nosotros mismos nos damos y desde allí todo es ganancia.
Sara Espejo. Rincón del Tibet
Vía: http://paradigmaterrestre.com

domingo, 13 de mayo de 2018

Interocepción: El arte de habitar nuestro cuerpo


Algunos lo han catalogado como nuestro “sexto sentido”, y no andan desacertados. Es tan importante poder escuchar y sentir lo que ocurre a nuestro alrededor como lo que pasa en nuestro interior. Escuchar y atender las señales que nos envía el cuerpo no solo nos ayuda a vivir mejor sino que también nos da la voz de alarma cuando algo va mal. 

¿Qué es la interocepción?


Interocepción significa, literalmente, "percepción interna" del cuerpo. Es la capacidad para conectarnos con las diferentes sensaciones internas, para “escuchar” nuestro cuerpo. En práctica, implica ser conscientes de las sensaciones que se generan en los músculos, la piel, los órganos y los huesos y darles un sentido. Se trata de una capacidad muy importante para nuestro bienestar, tanto físico como psicológico.

Interocepción: Cuidarnos mejor y ser más empáticos


Los médicos coinciden en que las personas que han desarrollado un buen nivel de interocepción suelen ser más saludables ya que se cuidan mucho más. Para detener a tiempo un infarto cardíaco, por ejemplo, es fundamental reconocer los pródromos (las sensaciones que anteceden al cuadro agudo), de manera que este se pueda detener a tiempo. Si una persona no tiene una buena interocepción, no podrá captar ni comprender esas sensaciones, por lo que su vida correrá más peligro. Por tanto, sentir las señales que vienen de nuestro cuerpo y aprender a darles un sentido puede ayudarnos a atajar diversas enfermedades a tiempo.

Sin embargo, los efectos de la interocepción no se limitan a nuestra salud física. Los neurocientíficos no tienen dudas de que los estados fisiológicos juegan un papel importante en las experiencias afectivas, por lo que cada vez existen más estudios que relacionan este "sexto sentido" con la empatía y el altruismo. 
Así lo comprobaron, investigadores de la Universidad de Keiō, quienes analizaron diferentes parámetros de los estados fisiológicos mientras las personas realizaban tareas de contenido neutro o relacionadas con la empatía. Descubrieron que, en efecto, la retroalimentación aferente de la actividad visceral contribuye a realizar inferencias sobre el estado afectivo de los demás y actuar en consecuencia. En palabras sencillas: la interocepción nos permite ser más empáticos.

Otro estudio realizado en la Universidad de Londres descubrió que las personas que eran más precisas estimando los latidos de su corazón sin tomarse el pulso, una medida que se utiliza como indicador de la interocepción, también eran mejores detectando los estados emocionales de los demás, sobre todo aquellos transmitidos a través de los movimientos corporales.

Investigadores de la Universidad de Estocolmo también comprobaron que las personas que han desarrollado de manera natural su sentido de la interocepción son más altruistas y generosas. Sin embargo, apuntan que mejorar ese “sexto sentido” en el laboratorio no genera cambios en el comportamiento. ¿Qué significa esto? Que algunas personas tienen una habilidad especial para “escuchar su corazón” y conectar con los demás.

El lado oscuro de la interocepción


Hay personas que tienen un "exceso" de interocepción, lo cual las expone a un riesgo mayor de desarrollar trastornos de ansiedad e hipocondría. El problema es que si no sabemos lidiar bien con esas señales internas, corremos el riesgo de percibirlas como alarmantes y reaccionar con miedo y ansiedad. 

De cierta forma, este es el mecanismo que se esconde detrás de los ataques de pánico. Cuando una persona ha tenido manifestaciones somáticas muy desagradables, es probable que luego desarrolle una actitud hípervigilante; es decir, que se centre de manera obsesiva en las señales fisiológicas, lo cual le puede llevar a confundir sensaciones corporales complemente normales con los signos del ataque de pánico. Así, la interocepción se encuentra en la base del “miedo al miedo”.

De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Nápoles desveló que existe una relación entre la conciencia de las sensaciones corporales y los trastornos somatomorfes (como la hipocondría y la somatización). Sin embargo, estos investigadores también apuntan que el problema no se halla en el nivel de interocepción sino en la tendencia de las personas a malinterpretar y amplificar las sensaciones corporales. Es decir, el problema no es la percepción de los estados internos sino el significado que les atribuimos.

Mindfulness: La vía para desarrollar una interocepción sana


La práctica del mindfulness es muy beneficiosa para desarrollar una interocepción saludable. La clave radica en que la meditación mindfulness, así como la meditación vipassana, nos permiten prestar atención a las sensaciones físicas, de manera que desarrollemos nuestra capacidad para reconocer lo que nos está ocurriendo, pero también nos enseña a no reaccionar ante esas sensaciones y aprender a controlar aquellas que nos resultan desagradables o incluso dolorosas. 

Las Neurociencias ya han comprobado la eficacia de esta técnica. Hace poco, un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Toronto recurrieron a las imágenes de resonancia magnética funcional para examinar la capacidad de las personas para acceder a las representaciones interoceptivas, comparando a un grupo que había recibido un entrenamiento en meditación mindfulness con otro grupo que nunca había practicado esta técnica.

Apreciaron que, efectivamente, algunas zonas del cerebro de las personas que practicaban la meditación mindfulness, entre ellas la ínsula (vinculada con los estados viscerales emocionales) y la corteza prefrontal dorsomedial (relacionada con la conciencia de “sí mismo”) se reorganizaban para permitir la conjugación de las experiencias sensoriales del medio con las experiencias sensoriales internas. 

Por tanto, el mindfulness no es simplemente una técnica para amplificar y concientizar lo que ocurre en nuestro cuerpo sino que también nos permite “domar” la mente, de manera que no reaccione de manera exagerada ante esas sensaciones. En otras palabras: nos ayuda a conectarnos con nuestro cuerpo desde la ecuanimidad y a integrar las experiencias externas con las internas. 

Psicología/Jennifer Delgado
https://www.rinconpsicologia.com

Fuentes:
Piech, R. M. et. Al. (2017) People with higher interoceptive sensitivity are more altruistic, but improving interoception does not increase altruism. Scientific Reports; 7: 15652.
Christensen, J. F. et. Al. (2017) I can feel my heartbeat: Dancers have increased interoceptive accuracy. Psychophysiology; doi: 10.1111/psyp.13008. 
Longarzo, M. et. Al. (2015) The relationships between interoception and alexithymic trait. The Self-Awareness Questionnaire in healthy subjects. Front Psychol; 6: 1149.
Farb, N. et. Al. (2013) Mindfulness meditation training alters cortical representations of interoceptive attention. Soc Cogn Affect Neurosci; 8(1): 15–26.
Fukushima, H. et. Al. (2011) Association between interoception and empathy: evidence from heartbeat-evoked brain potential. Int J Psychophysiol; 79(2): 259-265.

sábado, 12 de mayo de 2018

Las cinco reglas de la felicidad, de acuerdo al Budismo Tibetano



El Budismo, como muchos conocen, más allá de ser una religión, es una filosofía, que cualquier persona interesarse en explorar o sumergirse en el mundo espiritual, puede tomar de guía.
Las reglas de la felicidad están asociadas con los llamados venenos del budismo, todas ellas se entrelazan entre sí y nos hablan especialmente de las cosas de las cuales debemos liberarnos y cuáles debemos hacer parte de nuestras vidas.

Libera tu corazón del odio: El odio es uno de los peores sentimientos que podemos albergar en nuestro corazón, nos hace daño a nosotros mismos, además de impulsarnos a dañar a otros. El odio no nos permite avanzar, nos limita y nos nubla el buen criterio que podamos tener al momento de toar decisiones.
Libera tu mente de preocupaciones: Nada ganamos con preocuparnos, pero en el proceso perdemos lo más importante: nuestra paz, el hecho de agobiarnos planteándonos escenarios que no van a ocurrir, nos coloca en una posición de debilidad, donde la claridad no estará presente y los mecanismos de resolución de conflictos se distanciarán de nosotros. Cada momento de tu vida que le dediques a preocuparte le estará dando más fuerzas a aquello que justamente te preocupa, seguirás manifestando en tu vida más de lo mismo, porque justamente a lo que te resistes persiste. Mientras menos mente esté sobre lo que roba tu paz, más pronto las cosas cambiarán para mejor.

Libera tu corazón del orgullo, usando el antídoto de la humildad: La humildad es la conducta que nos permite perdonar, aceptar nuestros errores y ver de forma compasiva al otro, sin juzgar, solo entendiendo que cada uno de nosotros está en medio de su proceso evolutivo y que más de una vez nos equivocaremos, más de una vez lastimaremos a alguien, más de una vez tomaremos caminos que creeremos son incorrectos, así como podemos vernos afectados por las decisiones y acciones de otros. Deja atrás el orgullo y adopta la humildad en tu vida.
Abre tu corazón a la generosidad y di no al egoísmo: El egoísmo no debe confundirse con el amor propio, ciertamente debemos amarnos y cuidarnos, sin embargo, siempre debemos aportar nuestro grano de arena, debemos encontrar la satisfacción al dar, al compartir, al reconocer en el otro sus éxitos y sus esfuerzos. El dar nos ensancha el corazón, nos hace agradecer que por poco o mucho que tengamos, poseemos la grandeza y la oportunidad de dar.

Acepta más, espera menos:  Aprender a aceptar lo que nos ocurre, no significa resignarnos a algo, significa adoptar una conducta que nos afectará mucho menos y nos permitirá aprender de cada experiencia, fluyendo con cada uno de nuestros procesos. Al no esperar nada, eliminamos la potencial frustración de que las cosas no resulten como pensábamos, trabajemos cada día confiados en que estamos dando lo mejor de nosotros y con esa siembra lo que obtendremos será de esa manera.
Adóptalas para ti y sintoniza con tu felicidad.

Sara Espejo 
https://rincondeltibet.com

viernes, 11 de mayo de 2018

Impacto de la ansiedad en el cerebro: el laberinto del agotamiento


El impacto de la ansiedad en el cerebro es enorme. El cortisol, la adrenalina y la norepinefrina nos ponen alerta y a la defensiva. Al poco, nuestra mente será terreno abonado para los pensamientos irracionales, para el miedo que devora y paraliza, para esas emociones que, como un anochecer frío, sin luna ni estrellas, oscurecen por completo nuestra realidad. Lo cierto es que pocos estados psicológicos pueden llegar a ser tan intensos.
Los estudios demográficos nos dicen que muchas personas viven con ansiedad crónica. Incapaces de ver que existe otro modo de sentir y de procesar la realidad, se dejan llevar por este caballo de batalla sin saber cómo reaccionar. Otros, en cambio, experimentan lo que se conoce como ansiedad situacional. Hablar en público, afrontar una entrevista de trabajo o un examen o incluso relacionarse ejemplifican momentos donde se iza esa bandera roja de peligro que tanto nos limita.
    ►El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza.
                                                               Kurt Goldstein

Todos hemos lidiado con la ansiedad alguna vez. Esta respuesta humana tan natural, que en las dosis precisas puede actuar como valiosa impulsora para nuestros propósitos, se nos escapa muy a menudo de las manos. Al poco, es ella quien toma el control de nuestras vidas casi sin darnos cuenta. Y cuando eso ocurre, todo se deforma y desbarata, como en un cuadro de Kandisky.

Impacto de la ansiedad en el cerebro

Para entender mucho mejor el impacto de la ansiedad en el cerebro, debemos saber diferenciar un primer detalle. Debemos saber cómo diferenciarla del estrés. Por ejemplo, este último responde a un proceso de activación fisiológica que surge como resultado de múltiples factores externos. Es decir, siempre hay un elemento que lo desencadena en el momento presente. La presión en el trabajo, un exceso de tareas, problemas familiares, etc… Todo ello surge cuando somos conscientes de que “nos faltan recursos” para hacer frente a todos estos estímulos.
Ahora bien, la ansiedad es algo más complejo. Si bien es cierto que a menudo puede surgir como efecto del propio estrés, cabe decir que en muchas ocasiones experimentamos esta emoción sin saber por qué. Es algo interno, algo que surge una y otra vez y en diferentes momentos temporales. Estamos ante una respuesta fisiológica que nos prepara para escapar o luchar ante una amenaza (real o no). 
Todo ello hace que la ansiedad sea intrínsecamente diferente al estrés y a su vez, mucho más difícil de manejar por el modo en que se orquesta en nuestro cerebro. Veámoslo a continuación.

La amígdala

La amígdala es una pequeña estructura situada en lo más profundo de nuestro cerebro.Es ella quien procesa e interpreta todas las señales sensoriales que llegan de nuestro entorno. Ella también quien alerta al cerebro de que hay una amenaza, un peligro del que defenderse. Es, por así decirlo, como ese sensor instintivo (y a veces hasta irracional) que nos hace reaccionar ante miedos tan comunes como las arañas, la oscuridad, las alturas…

El hipocampo

El hipocampo es la parte del cerebro vinculada a nuestra memoria emocional. Si el impacto de la ansiedad en el cerebro es intenso y sostenido en el tiempo, esta estructura será una de las que más lo sufrirá. Su tamaño se reduce y sufrimos serios efectos asociados a esta alteración. Así, las pérdidas de memoria, los problemas de concentración o incluso el estrés postraumático son frecuentes. Pensemos que este efecto es común en niños que han sufrido maltrato, el peso devastador del miedo permanente, de la angustia, de la sensación continua de peligro…
Por otro lado, hace solo unos meses, se publicó en la revista “Neuron” un descubrimiento tan interesante como esperanzador. Se ha encontrado que las células responsables de la ansiedad están localizadas justo aquí, en el hipocampo. A partir de este hallazgo se esperan desarrollar fármacos más precisos para regular su actividad.

Cortisol, norepinefrina y adrenalina

La inquietud, la sensación de alarma, la tensión en los músculos o la taquicardia son el efecto de la acción de unos neurotransmisores muy concretos. El impacto de la ansiedad en nuestro cerebro se debe a esa conjunción infalible (y temible) del cortisol, la norepinefrina y la adrenalina.
Así, mientras la amígdala se encargaba de identificar el peligro, estos neurotransmisores nos impulsan a reaccionar. El cerebro quiere que nos defendamos, que escapemos y reaccionemos… Y algo así se consigue llevando más sangre a los músculos. Acelerando el corazón, llevando más aire a los pulmones…
Este estado de alarma nos podrá ayudar en un momento concreto siempre y cuando la amenaza “sea real”. Sin embargo, cuando esto no es así y esa activación fisiológica es constante, surgen los problemas. Malas digestiones, cefaleas, hipertensión, riesgo de accidentes cerebrovasculares…


¿Qué podemos hacer ante el impacto de la ansiedad en el cerebro?

Tal y como hemos señalado al inicio, la ansiedad es una respuesta fisiológica. No basta por tanto con decirnos aquello de “cálmate, todo va a salir bien”. Si nuestro cerebro opina que hay un peligro, nuestros razonamientos sirven de poco. Por tanto, es recomendable iniciar con lo fisiológico, lo orgánico, lo corporal.
  • Convence a tu cuerpo de que no hay una amenaza. ¿Cómo? Practica la relajación, la respiración profunda, pon en “pause” tu cuerpo para que también lo haga tu cerebro.
  • Pon la ansiedad a tu favor. Gestionar la ansiedad no es un problema de fuerza de voluntad. No se trata de hacer desaparecer esta realidad psico-fisiológica de nuestro cerebro. Se trata de sobrellevarla, de usar lo que nos brinda a nuestro favor. Para visualizar esta idea e ir lográndolo, podemos hacer uso de las terapias artísticas. Moldear la arcilla o incluso pintar, sirven para dar forma a esa ansiedad que como un monstruo devorador, puede hacerse más pequeña, más inofensiva y manejable.
  • Nuevos hábitos, nuevas rutinas. A veces, variar algo en nuestro quehacer cotidiano lo cambia todo. Salir a pasear, ir cada semana a un concierto musical, conocer gente nueva, apuntarnos a yoga… Todo ello puede cambiar la percepción de alarma de nuestro cerebro para empezar a ver las cosas de otro modo.
Por último, no dudemos en consultar con un profesional en caso de que ese estado de ansiedad nos supere. Nadie merece vivir con miedo, nadie debe habitar de forma permanente en la cárcel de esa ansiedad crónica que todo lo oscurece.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 9 de mayo de 2018

24 DE LOS ALIMENTOS CONSIDERADOS LOS MAS SANOS DEL PLANETA

La siguiente lista es una lista de comida sana que reúne 24 alimentos considerados los más sanos que te aportaran beneficios nutricionales al mismo tiempo que te reportaran beneficios para la salud y contribuirá a que baje el riesgo de tener enfermedades como el cáncer. la diabetes y problemas de corazón.
Variedad de Fruta Fresca
01. Albaricoques o damascos
Ayuda a prevenir el daño de radicales libres y proteger los ojos. El cuerpo también convierte el beta-caroteno en vitamina A , que puede ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer, especialmente de la piel. Un albaricoque tiene 17 calorías, 0 grasa, 1 gramo de fibra. Si lo prefiere fresco, comprar cuando aún estén firmes una vez que se ablandan, pierden nutrientes.

02. Los aguacates o paltas o avocados
El ácido oleico, una grasa insaturada que ayuda a reducir el total de colesterol y elevar los niveles de HDL, además de aportar una buena dosis de fibra. Una rebanada tiene 81 calorías, 8 gramos de grasa y 3 gramos de fibra. Prueba unas cuantas rodajas en lugar de mayonesa.
03. Frambuesas
El Poder: El ácido elágico , que ayuda a reducir el crecimiento de posibles células cancerígenas (mejor prevenir que curar) . Estas bayas están además llenas de vitamina C y son altas en fibra, que ayuda a prevenir el colesterol alto y las enfermedades cardíacas. Una taza tiene sólo 60 calorías, 1 gramo de grasa y 8 gramos de fibra. Puedes tomar un yogur bajo en grasa, añadirle harina de avena (otro alimento alto en fibra) y mezclarlo con bayas frescas de frambuesa.
05. Melón
La vitamina C ( Se encuentran 117mg en medio de un melón, casi el doble de la dosis diaria recomendada) y además contiene beta-caroteno – ambos poderosos antioxidantes que ayudan a proteger las células de los radicales libres. Además, la mitad de un melón tiene 853mg de potasio, – casi el doble que un plátano , lo cual ayuda a disminuir la presión arterial. La mitad de una sandía tiene 97 calorías, 1 gramo de grasa y 2 gramos de fibra. Prueba a cortarla en cubos y congelarla… veras que polo natural mas delicioso
06. Jugo de arándanos
Ayuda a combatir infecciones de la vejiga asi se impide que las bacterias dañinas se multipliquen. Una taza tiene 144 calorías y 0 gramos de grasa y fibra 0. Compra 100 por ciento jugo concentrado de origen orgánico y lo podéis utilizar para condimentar el agua mineral sin añadir azúcar.
07. Tomate
El Poder de el tomate reside en el licopeno , uno de los principales carotenoides , actúa como un antioxidante. Las investigaciones muestran que los tomates puede reducir el riesgo de cáncer en la vejiga, estómago y colon a la mitad de probabilidad( si se comen todos los días). Un tomate tiene 26 calorías, grasas 0 y 1 gramo de fibra. Una Rebanada fresca de pan regado con aceite de oliva, ya que el licopeno se absorbe mejor cuando se come con un poco de grasa.
08. Pasas de uva
Estas pequeñas joyas son una gran fuente de hierro, que ayuda a transportar el oxígeno a la sangre. Media taza tiene 218 calorías, grasas 0 y 3 gramos de fibra. Espolvorear las pasas en el tazón de avena o cereal de salvado por la mañana trae consigo muchos beneficios. Las mujeres deben tener en cuenta esto, especialmente durante su período.

09. Los higos
La alimentación: Una buena fuente de potasio y fibra, los higos también contienen vitamina B6 , la cual es responsable de producir el estado de ánimo aumentando la serotonina, reducir el colesterol y prevenir la retención de agua.Un higo tiene 37 a 48 calorías, grasas 0 y 2 gramos de fibra. Los higos frescos son deliciosos cocidos a fuego lento junto a un poco de tofu y la variedad seca puede ser una buena merienda para llevar a el gimnasio.
10. Limones y limas
El Poder: Altos en vitamina C lo cual ayuda a prevenir el cáncer. Una limón tiene 2 calorías, grasas y fibra. Compre un poco de cada y usalos para dar sabor sin grasa( por ejemplo para aliñar las ensaladas).
Verduras
11. Cebollas
La quercetina es uno de los más poderosos flavonoides (antioxidantes naturales de plantas). Los estudios demuestran que ayuda a proteger contra el cáncer. Una taza (picada) tiene 61 calorías, grasas 0 y 3 gramos de fibra. Pica la cebolla para conseguir el máximo fitonutrientes impulso, o si no te gusta a llorar, asarlos con un poco de aceite y sirve con arroz u otras verduras.

12.Alcachofas o Alcauciles
La energía: Estas verduras de aspecto raro contienen silimarina, un antioxidante que ayuda a prevenir el cáncer de piel, además de fibra para ayudar a controlar el colesterol. Una alcachofa mediana tiene 60 calorías, grasas 0 y 7 gramos de fibra. Hiervelas durante 30 a 40 minutos. Exprima el jugo de limón en la parte superior, a continuación, arrancarlas hojas con los dedos y usar sus dientes para raspar la piel ricas en sabor. Cuando llegas a el corazón de la alcachofa habrás encontrado la mejor parte!
13. Brócoli
Contiene sulforafano, que ayudan a proteger contra el cáncer de mama. El brócoli también tiene mucha vitamina C y betacaroteno. Una taza (picada) tiene 25 calorías, grasas 0 y 3 gramos de fibra. No cocine el brócoli – en su lugar hagalo a el vapor ligeramente para preservar fitonutrientes. Apriete el limón fresco en la parte superior obtendrás valiosos nutrientes y vitamina C.
15. Espinaca
Contiene luteína y la zeaxantina, los carotenoides que ayudan a defenderse de la degeneración muscular, principal causa de ceguera en personas mayores. Además, estudios muestran que esta fuente verde de la juventud puede ayudar a revertir algunos signos de envejecimiento. Una taza tiene 7 calorías, grasa 0 y 1 gramo de fibra. Añadir las hojas a una ensalada o saltearlas con un poco de aceite de oliva y el ajo .


16.Col china
Algunas investigaciones sugieren que puede ayudar a prevenir tumores de mama, hacen de este vegetal un arma de dos cañones contra el cáncer de mama.Cruda en ensalada o cocida. Una taza también le dará 158 mg de calcio (16 por ciento de su requerimiento diario recomendado) para ayudar a la osteoporosis. Una taza (cocida) tiene 20 calorías, grasas 0 y 3 gramos de fibra. Busca en la sección de productos de su tienda de comestibles o de un mercado asiático.Cortar los tallos verdes y jugosos blancos, a continuación, rehogar como la espinaca o tirar en un sofrito justo antes de servir.
17.Calabaza
La calabaza de invierno tiene grandes cantidades de vitamina C y beta-caroteno, que puede ayudar a proteger contra el cáncer de endometrio. Tiene 80 calorías, 1 gramo de grasa y 6 gramos de fibra. Cortar en la mitad, retirar las semillas y hornear hasta que estén blandas por ultimo espolvorear con canela.
18. Berros y rúcula
Pueden ayudar a mantener las células de cáncer a raya. Una taza tiene alrededor de 4 calorías, grasas 0 y 1 gramo de fibra. No cocine las verduras de hoja verde, utilizalas para adornar un sándwich o darle un toque picante a la ensalada.
19. Ajo
El Poder: Los compuestos de azufre que dan al ajo su sabor picante también puede disminuir el colesterol LDL (“colesterol malo”), reducen la presión arterial e incluso reducir el riesgo de cáncer de estómago y colon Hornea una cabeza entera de 15 a 20 minutos, hasta que esté suave y dulce y untala en el pan en lugar de la mantequilla.
Los alimentos integrales
20. La quinua
Media taza de quinua cocida tiene 5 gramos de proteína, más que cualquier otro grano, además de hierro, riboflavina y magnesio. Media taza tiene 318 calorías, 5 gramos de grasa y 5 gramos de fibra. Aclarala primero, o tendrá un sabor amargo.
21. Germen de trigo
Una cucharada de te da alrededor de un 7 por ciento de su diario de magnesio , que ayuda a prevenir calambres musculares, también es una buena fuente de vitamina E Una cucharada tiene 27 calorías, 1 gramo de grasa y 1 gramo de fibra..  Espolvorear un poco sobre yogur,  sobre la fruta o cereal.
22. Lentejas:
Las isoflavonas pueden ayudar a inhibir el cáncer de mama, además de aportar fibra para la salud del corazón y la impresionante cifra de 9 gramos de proteína por cada media taza. Media taza (cocida) tiene 115 calorías, grasas 0 y 8 gramos de fibra. Las isoflavonas que contienen son muy beneficiosas.

23. Maní
Los estudios demuestran que los cacahuetes u otros frutos secos (que contienen en su mayoría insaturadas grasas “buenas”) puede reducir su riesgo de enfermedades cardiacas en más del 20 por ciento. Una onza tiene 166 calorías, 14 gramos de grasa y 2 gramos de fibra. Llevate un paquete en su bolso o maletín de gimnasio, o en el bolso te aportara mucha proteina y además te satisfacera hasta la cena, quitándote el hambre y aportándote muchos beneficios.
24. Frijoles Pintos
Una media taza tiene más de 25 por ciento de sus requerimientos diarios de ácido fólico, que ayuda a proteger contra enfermedades del corazón y reduce el riesgo de defectos de nacimiento. Una media taza (lata) tiene 103 calorías, 1 gramo de grasa y 6 gramos de fibra. Vacíe una lata, enjuague y echar en una olla de chile vegetariano.


Angeles Castell para 
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