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sábado, 3 de marzo de 2018

Yantra, la geometría sagrada hindú

Un yantra es básicamente un diagrama que puede estar compuesto de una o varias figuras geométricas. Al realizar la combinación de éstas, se produce una interacción energética muy poderosa.


La palabra sánscrita yantra proviene del prefijo yam que significa “concebir”, “concepción mental”. Yantra, pues, significa literalmente “dispositivo”, “artificio”, “mecanismo”, “herramienta” o, más preciso aún, “instrumento”. Hace referencia a ciertas representaciones geométricas complejas de niveles y energías del cosmos (personalizadas bajo la forma de la deidad escogida) y del cuerpo humano (en cuanto réplica microcósmica del macrocosmos).
Los yantras se utilizan ampliamente en las ceremonias hindúes, donde se consideran como el “cuerpo” de la deidad personal (ishta-devata). Se dibujan en papel, madera o tela; también se graban en metal o en otros materiales, e incluso se diseñan en tres dimensiones en barro, arena o metal. Los Yantras están compuestos por un cuadrado que contiene círculos, pétalos de loto y un centro raíz o bindu (literalmente: punto). En su diseño se consideran números con poder para la numerología y la astrología hindú: desde el 1 al 9 y el 0 que permiten formar los otros números. El color es otro aspecto importante, ya que el blanco, el naranja, el rojo y el azul son los colores de mayor relevancia. Los yantras siempre son geométricos y designan un diagrama simbólico que, en dos o tres dimensiones, va desde el tamaño de un punto o triángulo hasta las dimensiones de un templo, diseñado para atraer energias positivas y para proteger de las energías negativas.
Según cuentan los Puranas (textos sagrados), hace miles de años los rishis”(sabios) habitaban en las cuevas del Himalaya, apartándose de la humanidad y de su caída cada vez mayor en el samsara (ciclo de repetidos nacimientos y muertes). Llevaban una vida de austeridad, penitencia y meditación con el fin de liberarse y alcanzar la Iluminación.
Cierto día recibieron un mensaje divino de Vishnu, el Señor supremo, que los ayudaría en este proceso. Así, con esta revelación es como nace la filosofía del tantra-yantra-mantra. Los rishis shaivas dicen que fue Shiva quien se les apareció.
Ya fuera Shiva o Vishnu el creador de esta forma de sadhana, la podemos considerar como una técnica de meditación y purificación del ser.
La palabra “tantra” significa entramado. Está formada por la raíz tan: extender, expandir. La intención es expandir la sabiduría obteniendo crecimiento espiritual y liberación, dando valor al cuerpo propio, tanto físico como energético, como un elemento positivo desde el cual aspirar a la iluminación. El cuerpo es una representación del macrocosmos y esta noción metafísica comprende el karma (que es básicamente la acción, y el efecto producido), la práctica de rituales (pujas y homas) y la experiencia de cada uno en el proceso liberador del alma (atman) que se traduce en energía orgánica, sutil y espiritual.
Esta corriente se fundirá en parte con aspectos del hatha yoga, con la finalidad de obtener control total sobre las energías del cuerpo.
Los yantras son herramientas visuales que ayudan a la meditación, siendo representaciones geométricas, numéricas y/o escritas de las diferentes divinidades (manifestaciones de Dios), tal y como fueron percibidas por los grandes Rishis de la antigua India.
►El Vastu y los yantras
El vastu es una de los upa-vedas (Vedas complementarios) que trata sobre la influencia de las leyes de la naturaleza en las construcciones humanas. Está basado en una serie de tratados que reúnen los distintos preceptos que deben respetarse a la hora de diseñar un edificio para cualquier uso; ya sea una vivienda o un templo. De acuerdo con el hinduismo, el vastu considera que el universo está compuesto por cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter, y que el diseño de un edificio debe conseguir una relación equilibrada entre ellos. El vastu esta considerado el origen del Feng-shui chino.
Los posibles errores o defectos energéticos en la construcción del lugar, la mala orientación de las habitaciones, etc, se pueden rectificar con la colocación de diferentes yantras para equilibrar y restituir las energías propicias del edificio y al mismo tiempo protegerlo de influencias negativas. Esto se puede verificar mediante un estudio de un vasati o experto en vastu, que recomendará los yantras apropiados y los rituales que lo acompañan.
Las primeras civilizaciones de la India les otorgaban poderes mágicos, como por ejemplo devolver la salud, vencer ciertos peligros y provocar las lluvias, entre otras cualidades.
►Beneficios del uso de los yantras
Actualmente, algunos utilizan los yantras como talismanes o amuletos, pero principalmente son utilizados como un instrumento para la meditación, ya que favorecen la calma y la concentración, promoviendo el bienestar físico, psicológico y espiritual.
El yantra, utilizado como instrumento para la meditación, actúa como punto focal hacia lo absoluto. Está diseñado para elevar la conciencia y acercar al practicante a un grado superior de espiritualidad. Esto se consigue gracias a la capacidad de atraer el ojo hacia el centro de la composición, que suele ser perfectamente simétrica.
Algunos rituales con yantras se utilizan también de forma terapéutica. Además, se pueden crear yantras específicos para una enfermedad o una persona concreta, como amuleto que lleva a cabo la protección contra desequilibrios energéticos, hechizos, etc. En todo caso, la efectividad del yantra dependerá de la calidad de concentración y visualización del adepto, además de su dominio de las energías sutiles.
►Diferencia entre yantra y mandala
Los mandalas y los yantras son diagramas sagrados utilizados por el hinduismo y el budismo para representar la estructura del Universo y del ser humano, éste considerado como una réplica microcósmica del macrocosmos. Son una proyección geométrica del cosmos, y se suelen organizar mediante un círculo (centro del universo y soporte de concentración) inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica, los yantras hindúes son lineales y geométricos, mientras que los mandalas budistas son figurativos. Su finalidad es semejante a los yantras. Se utilizan con fines de concentración, devocionales o para aumentar el conocimiento y la sabiduría personal.
El estilo y significado específico de cada mandala o yantra se explica según la época y la sampradaya (escuela filosofíca) que lo crea; los hay vaishnavas (consagrado a Vishnu), shaivas (consagrado a Shiva) y shaktas (consagrado a Shakti, la Diosa Madre). Los mandalas a menudo se elaboran con elementos frágiles y perecederos como arena, pétalos de flores o arroz. La construcción de un mandala de este tipo es minuciosa y lleva varios días. Sin embargo, una vez terminado se destruye para cumplir con uno de los propósitos fundamentales de su filosofía: mostrar la impermanencia de las cosas, promoviendo el desapego. La creación de un mandala o un yantra es, además de un elaborado trabajo que desarrolla la paciencia y la constancia, una meditación activa, un poderoso instrumento de concentración y relajación. La relación que se establece a través de la contemplación de su geometría conduce a un estado mental que invita al samadhi o unión con la Divinidad.
►Yantras y mantras
A cada yantra le corresponde un mantra (fonema sagrado) por medio del cual la mente individual convoca la energía cósmica a través de los tres cuerpos: causal, sutil y material. También se considera al yantra como un recipiente de la energía del mantra.
Además, los yantras se complementan con los mantras, ya que armonizan la energía del practicante con la del yantra, que a su vez vibra con la energía infinita del Universo. En la meditación, generalmente se utilizan ambos instrumentos simultáneamente.
Un yantra adecuadamente energetizado contiene la misma energía de la divinidad y es la esencia de dicha divinidad. Uno de los significados sánscritos de la palabra yantra es el de herramienta o máquina, por lo que un yantra es una máquina que sirve para manifestar la energía de la divinidad que representa en el lugar en donde es colocado.
►Energetizar un yantra
Para que un yantra deje de ser solo un dibujo geométrico y se convierta en el cuerpo físico de una divinidad, éste tiene que ser debidamente ritualizado por un purohita (sacerdote hindú) que realice una ceremonia de fuego (homa) valiéndose de instrumentos y ritos apropiados para instalar el aliento de vida (prana pratishta) y así invitar a la deidad a residir en cada yantra. Es así que ninguna figura o imagen de una divinidad es tan potente como lo es un yantra ritualizado.
Para adorar el yantra (previamente instalado), en primer lugar se debe tomar un baño purificador. Se debe colocar el yantra mirando hacia el este sobre un estante de madera y ofrecerle incienso, una vela, flores, frutas, entre otros. Siguiendo las instrucciones de un maestro, se recitará el mantra apropiado del yantra en la hora conveniente y con una duración determinada. No se trata de observar los detalles del yantra, sino de mantener la mirada en el centro, desde que se contempla toda la composición en conjunto.
Sólo se recurre a los yantras como objetos de culto, meditación y protección, permitiendo al practicante favorecerse con su energía.
Esta disciplina intelectual de utilizar los yantras surge del más elevado pensamiento de la India y da lugar a la adoración de la deidad en todas sus formas, mientras que a la vez es un camino de liberación.
►Tipos de yantras
Hay un yantra para cada deseo, pero el yantra más famoso de todos es el Sri Yantra. El Sri Yantra considerado el yantra supremo, por lo que contiene y trasciende a todos los otros. El nombre alude a la energía de la diosa (Sri), resumida en un esquema complejo de formas consagrado a Shakti (para los shaivas) y a Lakshmi (para los vaishnavas). Este yantra concede la victoria a todos los niveles. Está compuesto por nueve triángulos yuxtapuestos y colocados de tal forma que originan un total de 43 triángulos pequeños. Cuatro de los nueve primeros triángulos apuntan hacia arriba y representan la energía cósmica masculina (Shiva); los otros cinco apuntan hacia abajo y simbolizan la fuerza femenina (Shakti). Estos triángulos están rodeados de un loto de ocho pétalos que simboliza a Vishnu. El siguiente loto, con dieciséis pétalos, representa la conquista de la meta deseada, concretamente el poder del yogui sobre la mente y los sentidos. Encerrando este loto se encuentran cuatro lineas concéntricas que se conectan simbólicamente con los dos lotos. La triple linea que lo rodea se llama la “ciudad de la tierra” (bhupura) y designa el lugar consagrado que puede contener el universo entero o, por analogía, el cuerpo humano.
►Distintos tipos de yantras y sus propiedades
Ganesha: para tener éxito en nuevas actividades y comienzos.
Durga: protege de robos, discusiones, accidentes, incendios y problemas en la vida.
Hanuman: contra los hechizos, vigor para superar problemas difíciles y cambiar situaciones imposibles.
Vishnu: elimina miedos y fobias, aumenta y mejora las amistades.
Lakshmi y Kubera: prosperidad y riqueza.
Parvati / Uma: felicidad conyugal; resuelve problemas con la pareja.
Mahamrituñjaya: para alargar la vida, evitar una muerte repentina, prematura o inminente.
Shiva: para la práctica del yoga.
Navagraha: yantra de los 9 planetas védicos, para equilibrar los chakras y para la prosperidad en general.
Dhanvantari: sana enfermedades y concede buena salud.
Sarasvati: aprendizaje, conocimiento, inteligencia y sabiduría.
Vastu Purusha: para corregir defectos energéticos en la construcción del hogar o lugar de trabajo.
Krishna Gopal Santan: previene abortos y concede hijos sanos a las parejas.

Estos diagramas simbólicos sólo pueden encontrarse en la India en 120 templos y monasterios hindúes (108 consagrados a Vishnu y sus encarnaciones, y 12 a Shiva), y están custodiados por los propios sacerdotes o brahmanes. Nadie tiene acceso a ellos, excepto por mediación, intervención o aprobación del guardián del Yantra. Tras una profunda y larga labor de investigación, el autor de este artículo consiguió acceder a los libros sagrados y secretos que contienen esta información y reproducir los yantras en metal y papel, siguiendo la tradición ancestral, encargando a los artesanos hindúes un arduo trabajo de artesanía, con el fin de ponerlos al alcance del público occidental, de modo que todos puedan beneficiarse de las fuerzas sobrenaturales encerradas en estos instrumentos divinos de poder espiritual. El yantra tiene que ser grabado en metal o impreso en papel a una hora propicia determinada por complejos cálculos astrológicos. Los yantras son beneficiosos para toda la humanidad sin distinción de raza o credo, y pueden ser un importante complemento en la meditación de los practicantes de yoga.

Juan Carlos Ramchandani (Krishna Kripa)
http://www.yogaenred.com/
http://jcramchandani.blogspot.com.es/

jueves, 15 de febrero de 2018

Vivir según la filosofía Zen



Los valores Zen se pueden aplicar en nuestro día a día, no es necesario escapar del mundanal ruido e ingresar en un monasterio. Pero para vivir siguiendo la filosofía Zen, no se puede ser utilitarista, no se puede coger sólo aquello que nos gusta y utilizarlo en provecho propio.

La meditación, por ejemplo, no es una única forma de relajarnos porque llevamos una vida demasiado acelerada. Hemos de comprender que no tendríamos que llevar un tipo de vida que no nos satisface y nos pone al límite de nuestras energías.
Estaríamos haciendo un uso utilitario si lo que pretendiéramos fuera conseguir más energías para seguir llevando una vida en la que sólo prima la ambición por conseguir más bienes materiales.
El Zen nos invita a hacer una reflexión sobre el ritmo que llevamos y a entender que debemos cuidar nuestra espiritualidad desde una actitud más elevada.
No es que no podamos tener un trabajo normal ni ganar dinero, pero sí que deberíamos procurar aprender a poner todo esto en su sitio y a valorarlo en su justa medida.
Para poder aplicar el Zen a nuestra vida diaria debemos comprender que es mucho más importante ser que tener.
Vivimos en una sociedad en la que es muy importante poseer. Consumir bienes sirve para conseguir un estatus, pero ¿cuándo acaba esta ansia?
No tiene fin. Por tanto nunca estará satisfecha, y ello nos condena a la infelicidad.
Esta ambición por poseer nos impide ver lo esencial: no es importante tener, sino ser.
La verdadera riqueza y abundancia es la que llevamos en nuestro interior y nadie puede robarnos.
Nuestra riqueza es la más desconocida para la mayoría de la humanidad, es la que menos cultivamos, la que más olvidamos. Y eso nos lleva a una pobreza de espíritu que no se puede equilibrar con la posesión de cosas externas.
Intentar encontrar fuera lo que no se tiene dentro es sinónimo de no sanear el interior.
El Zen abre la puerta del gran tesoro interior.
                          
¿Cómo compatibilizar esta filosofía oriental con la sociedad occidental en la que vivimos?
La respuesta la hallaremos en la práctica continuada del “zazen”, la meditación.
Con la práctica del “zazen”, podremos ver las cosas desde un punto de vista completamente diferente.
Si estamos sometidos al miedo, a los deseos, a la inseguridad o a la ambición, lo que nos rodea resulta demasiado grave y acaba convirtiéndose en un gran problema.
En cambio, cuando somos capaces de relajarnos, podemos actuar con mucha más libertad y las cosas fluyen de forma natural.
Conseguir la calma espiritual es uno de los pasos que más nos acerca a la felicidad, pues supone dejar de sufrir por cosas que no merecen la pena.

El Zen es un camino que nos conduce a la lucidez y a la paz de espíritu. Y desde la tranquilidad es más fácil asumir cualquier reto que se nos presente.

Para llevar una vida Zen es imprescindible la presencia de un maestro.
El Zen no tiene escrituras sagradas ni preceptos que seguir. Los conocimientos se han difundido durante siglos a través de maestros a discípulos, mediante la práctica oral.
El maestro nos ayudará a encontrar la postura adecuada, a hallar la respiración idónea, a diluir las inseguridades. Él sabe valorar las actitudes de sus alumnos y sacar lo mejor de cada uno de ellos. Conoce cómo ayudarlos en cada caso.
El maestro Zen es un guía espiritual que ayuda a cada alumno a encontrar la llave para abrir su mundo espiritual, sin ser nunca un gurú o un predicador.
No es un profesor, pues él no da sermones, su método es ayudar a despertar la conciencia de sus pupilos.
La práctica del Zen es muy beneficiosa para la salud, aleja muchos trastornos y permite llevar a cabo un día a día mucho más sano.
El primer efecto es la ausencia de estrés. El Zen consigue que cuerpo y mente logren una gran relajación, y esto supone un beneficio en el que se padecen menos enfermedades.
El control de la respiración que se consigue mediante el “zazen” calma el ritmo cardíaco y regula la circulación.
La espiración profunda que se lleva a cabo durante la meditación, sirve para liberar a los pulmones del gas carbónico acumulado en ellos, y así se evitan enfermedades. El aire estancado en los pulmones produce opresión, ansiedad y nerviosismo.
El “zazen” baja la tensión y el ácido láctico en sangre, que es el responsable de la agresividad y de la desestabilización hormonal y del sistema nervioso.
La relajación corporal y el estiramiento de la columna vertebral sirven para combatir los problemas de espalda y contracturas musculares en general.
La función del Zen no es curar, pero su práctica habitual puede mejorar las condiciones de nuestro organismo.
La meditación “zazen” nos ayuda también a potenciar nuestras habilidades manuales, nuestra creatividad y nuestra intuición.
La persona verdaderamente creativa es la que es capaz de ver más allá y proponer soluciones diferentes.
La meta radica en no obsesionarnos sino en dejar que todo fluya de forma natural.
Hay un dicho del maestro Dogen que dice así: “Mantened las manos abiertas, toda la arena del desierto pasará por vuestras manos. Cerrad las manos, sólo obtendréis un puñado de arena”.

La metáfora significa que sólo hemos de dejar que las cosas ocurran y notar las sensaciones que despiertan en nuestro cuerpo y dejarnos guiar por nuestra intuición, a la que habremos despertado con las técnicas “zazen”.
maestroviejo/selenitaconsciente.com 

lunes, 12 de febrero de 2018

Las tres vertientes del yoga

Ahora que muchas corrientes de lo que podríamos llamar “yogas” modernos han traicionado la esencia del verdadero yoga, es más necesario que nunca recordar las tres vertientes básicas del verdadero yoga e indagar un poco en las mismas.


Como señalara Mircea Eliade, el yoga es el eje espiritual de Oriente. Es método, práctica, adiestramiento psico-espiritual. Es el primer método de mejoramiento humano del orbe y no es ni gimnasia, ni deporte, ni una religión, ni un culto, ni un dogma. ►Es un procedimiento especifico para la evolución consciente y el desarrollo interior.
Una vertiente es el yoga como una técnica espiritual; otra, como un método de saneamiento psicológico; otra como un sistema de control psicosomático.
Si el occidental ha optado sobre todo por la vía del control psicomático es porque padece de muchos desórdenes físicos y psíquicos, que se traducen como trastornos psicosomáticos. Se ha relegado así, muy a menudo, el yoga como técnica espiritual, que es por cierto la médula de las primeras manifestaciones yóguicas hace más de 5.000 años.
Hay una propensión a servirse del yoga como una técnica de control psicosomático o de purificación y armonización psicológica, a fin de irse liberando de complejos, traumas, torturadores internos, agujeros psíquicos, frustraciones y represiones que fragmentan, desgastan y roban lo mejor de los potenciales del alma.
Lo idóneo es unificar las tres corrientes o vertientes del yoga, pues no deben excluirse sino complementarse. Cuando hablamos de la vertiente espiritual, no nos referimos a un tipo de espiritualidad asociada a alguna religión o culto, a ningún sistema religioso institucionaliado. Son respetables todas las creencias, pero el yoga se mueve por experiencias y no por creencias.

El papel de la meditación

Como el ser humano es un conjunto de planos, hay que trabajar sobre todos ellos, desde el somático al espiritual, sin dejar de lado el energético, el mental y el emocional. Lo necesario es, finalmente, una mutación de la consciencia que nos permita percibir lo que escapa a lo sensorial y a lo intelectual. El pensamiento es insuficiente, y él mismo debe comprender que tiene que rendirse para que surja el conocimiento más allá del simple intelecto. O sea, que hay que ir más allá del pensamiento. De lo manifiesto, a lo inmanifiesto; de lo que es con forma, a lo informe. Es el viaje de la servidumbre a la libertad.
Hay que cultivar el pensamiento correcto para servirnos del mismo en la vida diaria, pero el viaje hacia los adentros no se sustenta solo en el pensamiento, sino en un tipo especial de intuición que realmente transforma. Tenemos que aprender a desenvolvernos en la vida diaria y en nuestro universo interior.
La meditación juega un papel esencial en las tres vertientes del yoga. Ayuda espiritualmente, por supuesto, y también coopera en sanear y equilibrar la psique y en armonizar la unidad psicosomática, previniendo trastornos en este sentido. El alcance de la meditación es enorme, y no solamente hay que tomarla como una técnica de tranquilización, porque su fin último es la transformación interior para poder conectar con nuestra naturaleza real. No se puede convertir la meditación en un analgésico espiritual. Su propósito es darle un vuelco a la mente que nos permita experimentar “golpes de luz” o especiales intuiciones para obtener otra manera de percibir y ser.

Ramiro Calle
http://www.yogaenred.com

domingo, 21 de enero de 2018

Sabiduría oriental: fondo y trasfondo


Fondo y trasfondo son conceptos que aparecen en varias filosofías orientales. Una de esas vertientes ha dado lugar a la llamada “psicología del autoconocimiento”. En ésta tienen gran relevancia los diferentes niveles de conciencia y cómo interactúan entre sí. Consideran que al conquistar dichos niveles, se alcanza el estado de bienestar.
Aunque no se trata de un enfoque científico estrictamente hablando, llama la atención su coincidencia con los saberes occidentales. Más cuando muchos de estos conceptos, como el de fondo y trasfondo, son milenarios. Por eso, no deja de resultar curioso que en gran medida se ajusten a lo que el mundo occidental desarrolló como escuelas psicológicas.
► La conciencia es la voz del alma; las pasiones, la del cuerpo.
                                                         William Shakespeare

Tanto allá como aquí, la conciencia ocupa un lugar primordial. El objetivo final en Oriente y Occidente es alcanzar un elevado estado de conciencia. Implícitamente se comparte la idea de que la ignorancia es fuente de errores e infelicidad. Por lo tanto, el bienestar se encontraría a través del autoconocimiento y su expresión en la conciencia. Veamos esto con mayor detalle.

Las formas y la vida

Para la llamada “psicología del autoconocimiento”, el mundo de las formas es el de lo aparente. Tiene que ver con la vida cotidiana. Lo que vemos y percibimos a diario. Los objetos, los lugares y las situaciones con las que tenemos que lidiar permanentemente. Corresponde a lo que en Occidente llamamos “percepción”. El contacto con la realidad a través de los sentidos.

Esta vertiente oriental dice que dentro de tal dimensión se incluyen nuestros comportamientos habituales. Lo que acostumbramos a mostrar de nosotros mismos al mundo. Nuestras rutinas y la forma en la que nos relacionamos en el día a día con los demás. El mundo de las formas es engañoso porque solo deja ver la superficie. La percepción en Occidente también se ve como un nivel de conocimiento primario y que fácilmente induce al error.

El fondo, una región gris

Según los orientales, el fondo corresponde a una zona de nuestro ser en donde se albergan los contenidos inconscientes. En particular, es allí donde residen aspectos muy problemáticos, como los complejos y las fobias. Corresponde a lo que en Occidente solemos llamar la “preconciencia”. Es decir, todo aquello que intuimos acerca de nosotros mismos, pero no conocemos conscientemente.
Dicen en algunas filosofías de Oriente que el fondo alberga unas vibraciones sumamente densas. Estas repercuten en cómo nos percibimos y cómo nos relacionamos con los demás. Condicionan buena parte de nuestro comportamiento. Allí habitan la mayor parte de nuestros temores, angustias y susceptibilidades. Todo esto solo se supera mediante el autoconocimiento.

El trasfondo, el mundo de lo desconocido

Este enfoque de los orientales señala que el trasfondo es la región más profunda y desconocida de todo ser humano. Sin embargo, allí reside una fuerza de oscuridad y una fuerza de luz. En la zona oscura están todos los vicios y defectos. En la zona de luz se hallan las mayores virtudes de cada ser humano.
En el trasfondo se hallan, entonces, las razones más profundas de nuestro comportamiento. Los defectos son una fuerza que limita nuestro crecimiento. Operan como una energía imperceptible que nos lleva a actuar de forma destructiva o autodestructiva, sin que sepamos por qué o cómo.
Por su parte, las virtudes son aquellas que emergen en momentos límite, constituyendo una prueba de nuestra grandeza. El concepto de trasfondo corresponde con lo que en Occidente conocemos como “inconsciente”.

Fondo y trasfondo: la conciencia

Esta vertiente afirma que cuando logra establecerse una armonía o una coincidencia entre fondo y trasfondo, emerge la conciencia. Esta es fruto del autoconocimiento y permite que los valores más grandes del ser humano alcancen la plenitud. Corresponde a la mayor realización en la vida y, por lo tanto, a la felicidad.
Fondo y trasfondo son los niveles de conciencia en los que nos movemos habitualmente. Cuando se armonizan, se desarrollan valores como el amor, la sinceridad, la comprensión, el coraje, la humildad, la espiritualidad, la fraternidad y un largo etcétera. En suma, todos aquellos valores que son altamente constructivos para uno mismo y para los demás.

Resulta interesante observar cómo los orientales le otorgan un gran valor a la sabiduría preconsciente e inconsciente, es decir, la que habita en fondo y trasfondo. No es la razón pura la que conduce a la verdad y al bienestar. Más bien es la razón aplicada a todo lo aprendido, que permanece latente en esas zonas grises y oscuras que nos habitan.
En últimas, en Oriente también le dan un gran valor a una de las máximas que fundó la cultura occidental: “Conócete a ti mismo. Separados por grandes distancias y por disonancias en el tiempo, es que finalmente hay muchos aspectos para los que las conclusiones son parecidas.


Edith Sánchez
Desarrollo Personal/Psicología
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 10 de enero de 2018

5 enseñanzas taoístas para frenar a las personas tóxicas


Todos podemos llegar a ser tóxicos en alguna ocasión. Sin embargo, existen personas particularmente difíciles que intentan manipular, dominar o incluso humillar a los demás. Estas personas nos hacen sentir mal, contagiándonos su negatividad. Dado que no siempre podemos alejarnos de ellas, a veces no nos queda más remedio que levantar un escudo protector para protegernos de su influjo. 

En esos casos, el taoísmo nos brinda valiosas enseñanzas para llenar nuestra mochila de herramientas para la vida. El taoísmo es un sistema filosófico que nos anima a deshacernos de los patrones de pensamiento convencionales para aprender a vivir de manera más equilibrada y serena, consiguiendo nuestras metas con el menor esfuerzo.

Protegerse de las personas difíciles usando la sabiduría de Lao Tzu


1. Fluye sin resistirte

En el taoísmo se recurre a menudo al símil del río para explicar cómo podemos vivir con menos estrés y conflictos. La idea es simple: aprender a fluir como el río, de manera natural y sin oponer resistencia. La idea del enfrentamiento, la lucha y la resistencia son opuestas a esa armonía. 
Una frase de Lao Tzu resume a la perfección ese concepto: “si no le das a tu enemigo nada a qué oponerse, desaparecerá solo”. Esto significa que no vale la pena enzarzarse en discusiones que solo servirán como combustible para la persona que pretende desestabilizarnos. De hecho, en Psicología existe lo que se conoce como "principio de la extinción", según el cual, aquellos comportamientos a los que no les prestemos atención, tendrán la tendencia a desaparecer.

Eso no significa que debemos permitir que nos avasallen, solo nos anima a ser lo suficientemente sabios como para no alimentar la tormenta, dejando que las aguas vuelvan a su nivel de manera natural. A veces ignorar a alguien es la mejor manera para evitar nuevos conflictos.

2. Mantén la serenidad

El universo entero se rinde a la mente que permanece quieta”, dijo Lao Tzu. Es importante ser conscientes de que en muchas ocasiones las personas tóxicas nos dañan porque le damos el poder para ello, dejamos que sus palabras y actitudes hagan resonancia emocional en nuestro interior. 

Estas personas nos afectan porque reaccionamos de manera automática a sus comentarios desagradables, dejando que aprieten nuestros “botones rojos”. En cambio, si aprendemos a mantenernos serenos y respiramos profundamente, dejaremos ir esas primeras reacciones emocionales, vaciándonos de emociones como el enojo, el rencor y el mal humor.

Puede ayudarte imaginar que tu mente es como una casa. Es importante que dejes abiertas las ventanas para que el aire circule. Si cerramos las ventanas, el aire se enrarecerá y no podrá seguir su corriente natural. Los pensamientos y las emociones son iguales, si no nos aferramos a ellos, se irán como mismo llegaron.

3. Responde inteligentemente

Uno de los consejos más sabios de Lao Tzu es: “responde inteligentemente incluso al tratamiento poco inteligente”. Es fundamental que no nos pongamos al nivel de las personas tóxicas que intentan manipularnos o desestabilizarnos emocionalmente. No se responde a los ataques con otro ataque porque la violencia, aunque bien intencionada, siempre rebota sobre uno mismo.

Recuerda que el mejor luchador es aquel que no se enfada, que es capaz de controlar sus emociones y en vez de reaccionar, responde de manera inteligente, evaluando racionalmente la situación y sopesando los pros y contras.

Cuando te limitas a reaccionar, le estás cediendo el control a la otra persona, dejando que dicte tus respuestas. Al contrario, responder con inteligencia significa tomar el control de la situación y decidir qué camino quieres recorrer.

4. Desconecta

Lao Tzu dijo “preocúpate por lo que piensen los demás y siempre serás su prisionero”. Se refería a que en muchas ocasiones nos convertirnos en “prisioneros” de las personas tóxicas porque seguimos rumiando sus palabras y actitudes.

Estas personas suelen ser especialistas en encontrar nuestros puntos sensibles y saben cómo tocarlos para causar daño o desestabilizarnos. Cuando no somos capaces de desconectar de esa situación y le seguimos dando vueltas en nuestra mente, nos entregamos en bandeja de plata.

Por eso, para lidiar con las personas tóxicas es fundamental aprender a desconectar y no darle a sus palabras o actitudes más importancia de la que merecen. 

5. Sé como el bambú

Otro de los elementos naturales en los que se inspiran muchas parábolas taoístas es el bambú. Lao Tzu dijo “lo débil y lo tierno vencen lo duro y lo fuerte”. Se refería a que hay momentos en los que necesitamos la fortaleza del bambú para enfrentar los ataques de quienes nos rodean. El bambú es lo suficientemente flexible como para plegarse ante el viento, una flexibilidad que le permite sufrir menos daños que un árbol de tronco firme, pero a la vez, esa flexibilidad le permite coger fuerza después de que ha sido doblado para volver a su posición original.

Este símil destaca la importancia de desarrollar la fuerza interior y la resiliencia, nuestra capacidad para salir fortalecidos de la adversidad e incluso usar los ataques de los otros a nuestro favor. A veces replegarnos no es malo ni es señal de debilidad, sino que nos permite tomarnos el tiempo que necesitamos para reflexionar y responder con la fuerza que radica en la serenidad.


Psicología/Jennifer Delgado
https://www.rinconpsicologia.com

lunes, 11 de diciembre de 2017

El yoga tiene la misma eficacia que la fisioterapia en la dorsalgia

Según un estudio americano, el yoga tiene la misma eficacia que la fisioterapia para reducir la lumbalgia crónica, el problema de dolor más frecuente en Estados Unidos, según muestra una nueva investigación.


“Nuestro estudio demostró que el yoga no era inferior a la fisioterapia para un grupo diverso de pacientes con bajos ingresos”, dijo el Dr. Robert B. Saper, director de medicina integral, en el Centro Médico Boston, Massachusetts. “Su eficacia fue más evidente en los pacientes que más se apegaban a esta actividad”.
El Dr. Saper presentó su estudio en el Congreso Anual 2016 de la American Academy of Pain Management (AAPM). La AAPM recientemente modificó su nombre al de Academy of Integrative Pain Management.
La investigación previa ha demostrado que el yoga mejora el dolor y la función y reduce la utilización de medicación. “Sabemos que el yoga es eficaz, sabemos que la fisioterapia es eficaz, pero desconocemos su eficacia comparativa”, dijo el Dr. Saper. “Para lograr que un procedimiento saludable complementario se introduzca en la atención a la salud tradicional, no es obstáculo que tenga la misma eficacia que el tratamiento habitual, y tal vez ofrezca otras ventajas, como la rentabilidad”.
La fisioterapia se considera una terapia habitual y es el tratamiento más frecuente no farmacológico para tratar la lumbalgia crónica, dijo el Dr. Saper. Alrededor de 22% de los pacientes con lumbalgia en atención primaria son remitidos a fisioterapia.
Para este nuevo estudio, los investigadores contaron con la participación de 320 pacientes adultos de centros de salud de poblaciones del área de Boston, quienes tenían dorsalgia crónica sin una causa anatómica evidente, como estenosis raquídea. Los pacientes eran predominantemente no caucásicos y de bajos ingresos, con un nivel educativo relativamente bajo.
Los pacientes tenían puntuaciones de dolor “muy altas” (promedio de 7 de 10 en una escala de dolor) y estaban “muy incapacitados” por lo que respecta a su dorsalgia, dijo el Dr. Saper. Casi tres cuartas partes estaban utilizando analgésicos y casi 20% tomaban opiáceos.
Los pacientes fueron asignados en forma aleatoria a dos grupos: yoga o fisioterapia.
Las clases comenzaron con una parte breve sobre la filosofía del yoga (no violencia, moderación, autoaceptación). Después se proporcionó a los participantes esterillas en las cuales realizar posiciones de yoga sencillas. Recibieron un DVD para practicarlas en su domicilio.
El grupo con fisioterapia recibió 15 sesiones personales de 60 minutos, que incluían ejercicio aeróbico. El personal de fisioterapeuta fue capacitado para ayudar a entrenar a los pacientes a evitar el temor.
Tanto las sesiones de fisioterapia como las de yoga continuaron durante 12 semanas, después de las cuales se efectuó seguimiento a los pacientes hasta las 52 semanas.
La pregunta principal que se abordó fue si los resultados del yoga no eran inferiores a la fisioterapia a las 12 semanas. El estudio demostró que el yoga y la fisioterapia “son exactamente iguales”.
Al inicio, alrededor del 70% de los participantes estaban utilizando medicación. A las 12 semanas, tal utilización se redujo casi 20%, tanto en los grupos con yoga como con fisioterapia.
Un número similar de pacientes de los grupos con yoga y fisioterapia informaron estar “muy mejorados” y “muy satisfechos”, dijo el Dr. Saper.

Rentabilidad y efectos en el cerebro

El Dr. Robert Bonakdar, del Centro Scripps de Medicina Integral, en La Jolla, California, dijo que la fisioterapia puede no ser accesible o no estar cubierta por seguro, en cuyo caso puede ser prohibitivamente costosa. Como alternativa, “hay clases de yoga que tienen un costo de 10 o 15 dólares a la semana” y el yoga “puede practicarse después en el domicilio”.
La belleza del yoga, dijo el Dr. Bonakdar, es que incluye no sólo la percepción del cuerpo, sino también la percepción mental y de la respiración. “Y uno se siente bien al hacerlo; no se siente como si fuese un tratamiento médico”.
Asimismo, hay evidencia de que el yoga tiene una repercusión positiva en el cerebro. De acuerdo con la Dra. M. Catherine Bushnell, PhD, del Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral, en National Institutes of Health, quienes han practicado yoga por mucho tiempo tienen más sustancia gris que personas equiparables.
“La sustancia gris disminuye con la edad, pero quienes practican yoga tienen una silueta delgada y no se ve esta reducción de la sustancia gris relacionada con la edad que se ve en otras personas sanas”, dijo la Dra. Bushnell.
Además, parece existir una relación “muy sólida” entre el tiempo durante el cual una persona haya practicado yoga y los cambios cerebrales positivos. “Cuántos más años haya practicado yoga una persona, tanta más sustancia gris tendrá en múltiples zonas del cerebro”.
El yoga influye también en zonas del cerebro que son importantes para modular el dolor, dijo la Dra. Bushnell. Es una “actividad compleja”, que implica no sólo ejercicio sino también control de la respiración y meditación. Además, aunque los análisis muestran que el ejercicio es el principal contribuyente a la sustancia gris, todos los demás elementos del yoga también desempeñan un papel, dijo.
En otro estudio citado por la Dra. Bushnell se midió la cantidad de tiempo que los participantes podían mantener su mano en agua fría. Demostró que los practicantes de yoga tienen más tolerancia al dolor que otras personas.

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