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domingo, 20 de mayo de 2018

No ignores tu voz interior cuando intenta decirte que algo no va bien


Muchas veces por ser muy prácticos y racionales, restamos importancia a esos mensajes que vienen de lo más esencial de nuestro ser para prevenirnos, alertarnos y sugerirnos rutas a tomar. Algunas veces podemos sentir que somos paranoicos y desconfiados, pero solo cuando aprendemos a darle rienda suelta a esa comunicación es cuando nos damos cuenta de la sabiduría que hay en esa voz contenida.
La intuición se asocia con la manera que tiene el alma de manifestarse ante lo que debemos evitar y lo que debemos procurar, a medida que nosotros aprendemos a escuchar sus mensajes, vamos abriendo ese canal de comunicación, pudiendo tener acceso a él cada vez que sea necesario.
La intuición nos hará sentir la energía frente a las experiencias y sentiremos ese: “no sé qué”, “no puedo explicar esto, pero…”, “todo pinta bien, pero hay algo que no me termina de encajar”, “esa persona tiene algo que…”, “no lo conozco, pero me da confianza…”, “quizás esté equivocado, pero algo dentro de mí me empuja a…” y con todos estos mensajes y muchísimos otros de ese estilo, sentiremos que debemos alejarnos o acercarnos más a alguien o a algo.
 ►No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición. ― Steve Jobs
Por lo general no podremos justificar, ni argumentar de manera concreta por qué nos cargamos de ciertas sensaciones y menos el haber tomado una decisión basado en la intuición, pero generalmente nos daremos cuenta de que escuchar esa voz fue lo mejor que pudimos haber hecho.
Ahora bien, la única traba en este proceso, resulta de que nuestra mente y su manifestación como ego, también tiene una vocecita parecida, que puede limitarnos, que puede sembrar el miedo en nosotros, que puede hacernos sentir inseguros, con tal de mantenernos en nuestra zona de confort, donde poco cambia, donde todo está bajo control… ¿Cómo distinguirla? A través de la práctica, de la evaluación de resultados y especialmente de la paz que caracteriza haber escuchado nuestra intuición, versus la zozobra que lleva consigo nuestra dramática mente.
 ► La única cosa realmente valiosa es la intuición. ― Albert Einstein
Las energías se sienten, se perciben, cuando sentimos que rechazamos sin motivo aparente o explicable alguna situación, un lugar o a una persona, no le demos tantas vueltas al asunto, estamos percibiendo algo que nos hace reaccionar, alejarnos o ser muy cautelosos. No menospreciemos esa capacidad de sentir al mundo, más allá de la lógica, de lo tangible y demostrable.
Somos seres espirituales, pero generalmente no le sacamos mucho provecho a esa evolución que tenemos ciclo tras ciclo acumulando. Ante la duda, solo cierra tus ojos y siente el camino a tomar. Si te acostumbras a hacerlo, vivirás exactamente las experiencias que necesitas, aprenderás lo necesario y te ahorrarás el volverlas a transitar.

Sara Espejo
https://rincondeltibet.com

lunes, 14 de mayo de 2018

Cuando aprendes a quererte, ya no estás para cualquiera

La mayoría de nosotros afirma quererse, amarse y respetarse, otros, ni siquiera consideran cuestionárselo, pero son nuestras acciones y decisiones las que terminan por reflejar el grado de aprecio y valor que nos damos a nosotros mismos.
Muchas veces nuestras relaciones resultan la muestra perfecta de nuestro sistema de valoración. Las personas con las que nos relacionamos, con las cuales nos identificamos y a quienes nos resulta sencillo hacer parte de nuestra vida por períodos de tiempo importantes, se comportan con nosotros como nosotros mismos lo hacemos.
Podemos no estar de acuerdo con esto, pero si estamos sometidos a una relación en la cual somos maltratados, ignorados, humillados y aun así encontramos motivos para permanecer, esto es el resultado del trato que nosotros nos damos, las prioridades que establecemos y los límites que ponemos en nuestras relaciones.
Cuando aprendemos a amarnos, no resulta una decisión tan complicada el decidir retirarse de cualquier relación que no nos llene, nos haga sentir mal o desvalorizados. Más bien nos volvemos expertos detectando situaciones de riesgo, que nos expongan a cualquier escenario que afecte nuestra integridad.
El amarnos a nosotros mismos es algo que no podemos delegar, no podemos confiarles a los demás lo que nosotros debemos hacer, porque el amor propio es irremplazable. Podemos tener a muchas personas amándonos, pero nada de ello sustituirá el amor hacia nosotros mismos.
Cuando no nos amamos dependemos de los demás, no somos capaces de nutrirnos nosotros mismos, y estamos permanentemente en la búsqueda de algo o alguien que llene los espacios que creemos están vacíos. No nos sabemos plenos, creemos que necesitamos algún complemento, que algo nos falta. Y nos podemos pasar la vida buscando fuera lo que solo hallaremos dentro.

Cuando no nos hemos amado de manera sana, de manera consistente y poco a poco aprendemos a cuidarnos y a querernos, comienzan a producirse cambios radicales en nosotros mismos, el autoconcepto cambia, los patrones de merecimiento se modifican, nuestra tolerancia cambia y de pronto, ya no es bienvenida en nuestras vidas ninguna persona que venga a perturbarnos, a utilizarnos, a malquerernos.
Y nos damos cuenta de que las relaciones que hemos considerado inadecuadas, no lo eran, solo eran reflejo de lo que creímos merecer y contribuyeron de alguna manera a lo que somos hoy en día y ya no miramos con rencor o dolor nuestras relaciones, sino con agradecimiento. Ahora sentimos la seguridad de relacionarnos con personas que sumen, que nos nutran, que puedan darnos al menos lo que nosotros mismos nos damos y desde allí todo es ganancia.
Sara Espejo. Rincón del Tibet
Vía: http://paradigmaterrestre.com

martes, 8 de mayo de 2018

ASUNTOS EN LOS QUE HAY QUE SER IRREDUCTIBLES

En mi opinión, en la vida hay cosas que se pueden admitir sin problema, cosas que son negociables, y cosas ante las que hay que ser intransigente porque son inaceptables.




LA AUTOESTIMA

El Ser Humano cuando no tiene la Autoestima en su punto justo es capaz de tolerar lo intolerable. En nombre de no se sabe qué, acepta cosas que son inadmisibles: el desprecio o el menosprecio, la humillación, la desatención, las burlas y ofensas…

Hay que comprender y defender que la Autoestima es la base de la personalidad, y si uno permite que sea atacada sin reaccionar defendiéndola a ultranza, ha perdido gran parte de su nobleza originaria y ha permitido ser atacado –sin salvaguardar su honra y pureza- en una de sus partes más sagradas.

La Autoestima es la base donde se fundamentan todas nuestras estructuras personales, humanas y emocionales, de ahí la necesidad de ser irreductible ante cualquier ataque a ella y la obligatoriedad de dedicar el tiempo y esfuerzo necesario para recuperarla –quien la tenga baja o perdida- y hacerla justa y digna.


LA DIGNIDAD


Si hay algo que uno ha de poner a resguardo y defender por encima o por delante de otras cosas, eso es la dignidad, ya que es el único reducto donde uno sigue siendo de verdad uno mismo, y es donde uno ha de ser impecable, ya que en ella se reúnen la honorabilidad, la honestidad, y la valía como Ser Humano.

Ha de ser intachable y hay que evitar que cualquier persona la pueda mancillar.

La dignidad se basa en el reconocimiento, propio y ajeno, de que cualquier persona ha de ser merecedora de respeto, es decir: todos merecemos respeto sin importar quiénes o cómo seamos.

Todos tenemos unos principios básicos o fundamentales y éstos han de ser respetados por uno mismo y por el resto de personas.

La dignidad tal vez sea que esté relacionada con nuestra divinidad. O, por lo menos, conviene considerarlo así: lo que tenemos de sagrado. Es nuestra esencia como los Seres Humanos y Divinos que somos.


LA LIBERTAD

► Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.                                                                    Mario Benedetti



La libertad personal, de expresión y de actuación, es un derecho fundamental e innato, pero algunas personas no pueden sentir esto tal como es, y en ese caso será conveniente que se den a sí mismos permiso para sentirse libres, para mostrarse libres, y para soltarse de cualquier tipo de atadura –mental o real- que les impida manifestarse tal como es su Ser. 


Sumando la Autoestima, la Dignidad y la Libertad, nos proveemos de un sistema de vida íntegra que ha de convertirse en infalible y, sobre todo, ha de lograr que uno se convierta en irreductible en la defensa de su identidad y de su persona.

Uno ha de preservarse de cualquier ataque que le menosprecie o le desestabilice, de todo aquello que agreda a su equilibrio, a su honorabilidad, o a su respetabilidad, y de todo aquel que no le respete y valore.

Ante cualquier ofensa -tanto directa como por omisión o menosprecio- hay que reaccionar, del modo que se considere adecuado –aunque es preferible que sea de un modo asertivo-, porque hacerlo así es más correcto y sano que callarse y sufrir, y porque el Ser Humano puede acabar perdiéndolo todo –y hasta puede permitírselo- pero jamás ha de perder su Dignidad ni el respeto a sí mismo.

Te dejo con tus reflexiones…



Francisco de Sales
buscandome.es

sábado, 5 de mayo de 2018

CERRAR LOS OJOS


Pensamientos negativos.  No siempre conscientes y a veces como expiación, afectan tu autoestima a diario.

Llevamos internamente la dudosa cualidad de sobregeneralizar a partir de nuestras metidas de pata y colgarnos etiquetas que funcionan como lápidas.
En un antiguo monasterio, un discípulo cometió un grave error y a raíz de ello se dañó un sembrado de papas. Los demás esperaban que el Instructor Principal, un anciano venerable,  le aplicara un castigo que sirviera de ejemplo. Pero cuando al cabo de un mes vieron que no pasaba nada, uno de los discípulos más crítico le dijo al viejo instructor: “¿Cómo puedes ignorar lo sucedido? Después de todo, Dios nos ha dado ojos para mirar…”. “Claro”, respondió el anciano, “pero también nos dio párpados”.
Si no es cuestión de vida o muerte a veces es bueno hacer la vista gorda, relajar la atención focalizada y dejar que las experiencias  ocurran sin ponerle tantas condiciones. Recuerdo una mujer que estaba sentada a mi lado en un viaje por los lagos del Sur cruzando de Argentina a Chile, cuando me dijo en un momento: “¿Usted no cree que esa montaña está muy tirada a la derecha?”. Algunas cosas son como son, y punto.
Sobrevivir a los mandatos sociales. Ser indulgente de tanto en tanto con tu aporreado “yo” y desmontar el terrible  arsenal de la flagelación como método para crecer: “¡Date duro!”, “¡Saca callos!”,  es ser parte de resistencia. La vida no es un curso acelerado de artes marciales autodirigidas. 
Cuando te acercas a ti mismo con ternura y autocompasión, con tolerancia y sin autocastigo,  todo fluye mejor. Cuando estés cara a cara con el  desprecio o el odio hacia tu persona, repite para ti: “Que la paz sea conmigo”. Date la mano y abrázate.  Y lo demás, aquello que obrará como un bálsamo,  no será un milagro, será tu decisión más íntima de quererte hasta reventar.

Walter Riso
http://www.walter-riso.com

martes, 1 de mayo de 2018

A veces, cuando se agotan las oportunidades, aparece la mejor opción posible


Dicen que hay trenes que pasan una vez en la vida, pero… ¿Cómo aprovecharlos si nos incitan a bajarnos en cada parada que tenemos a la vista? Muchas personas se esmeran en adquirir una formación sólida, incluso buscan y encuentran un buen trabajo relacionado con aquello que les gusta, sin embargo su atención se centra en aquello que les falta, sintiendo una insatisfacción perpetua, enraizada en la idea de que podían tener algo mejor.
Se encuentran en el eterno dilema de elegir luchando por vivir la vida que desean, pero se olvidan de que las personas raramente encuentran un medio idóneo para llevarlo a cabo. Es el eterno lamento de “esto no es para mí”, “no era esto lo que soñé”. Empiezan la jornada aligerando los pies, pero con una inmensa losa de frustración mental.
El filósofo José Ortega y Gasset nos advertía en su libro “La rebelión de las masas” de la catástrofe de la especialización. Mujeres y hombres altamente cualificados en un dominio concreto, pero incapaces de adquirir una visión del mundo general que les ayude a desenvolverse en la realidad en la que se mueven, no en la que desearían.
Les pasa a estas personas y nos pasa a nosotros, ¿cuántas veces contar con una gran cantidad de oportunidades nos ha paralizado, sintiendo en la piel ese miedo que produce tener que renunciar necesariamente a algo bueno? Lo cierto es que a veces hay que situarse en un punto, agarrar con fuerza la única oportunidad presente y obviar las potenciales. En este mundo actual, a veces cuando se agotan las oportunidades surge la mejor opción: vivir la vida tal y como viene.

La diferencia entre aceptación y resignación

En la línea que estamos trazando, una pregunta aparece en el horizonte: ¿Cual es la diferencia entre aceptar y resignarse? En el fondo son términos tan incompatibles como el aceite y el agua, pero nos empeñamos en agitarlos y mezclarlos. La aceptación es el primer paso para el cambio. Tiene que ver con situar en el mapa el punto en el que nos encontramos, con independencia de si nos gusta o no.



La aceptación también es el primer paso para la adaptación en el caso de que no exista posibilidad de cambio. En este sentido tiene que ver con integrar en nuestra historia eso a lo que tanto nos resistimos. Por ejemplo, para alguien que ha sufrido un accidente y ha perdido una pierna, la aceptación supone un enorme paso hacia la re-adaptación y hacia los cambios que va a tener que realizar en su vida. También supone un paso enorme a la hora de integrar en su historia personal aquello que le ha ocurrido.
La resignación sin embargo tiene un componente de frustración y de inhabilitación, más allá de la aceptación. El componente de frustración es importante ya que suele degenerar en un inmovilismo o en la insistencia, mucho más esporádica que antes, en los intentos de utilizar los mismos medios y las mismas formas para lograr un fin.
En este sentido, a veces nos encontramos con mil oportunidades para salir de una mala situación, pero ninguna de las alternativas nos parece perfecta. En muchas ocasiones podemos intentar crearla, pero en otras muchas solo cuando llegamos al límite del sufrimiento aceptamos elegir entre las opciones posibles, aunque ninguna de ellas sea la ideal. Por supuesto, para la persona que ha perdido la pierna, su alternativa ideal sería recuperarla, pero desgraciadamente muchas veces la medicina no ofrece esta opción.
Cuando se agotan todas las oportunidades ideales, surge la mejor opción: un cambio de actitud que pasa por la revalorización de una opción, que sin duda, no es perfecta. Así, toda alternativa recupera su dignidad y nos dignifica si nos saca de una situación de dolor, rutina y resignación.
Si nos encontramos exhaustos y sin motivación diaria no hay caminos posibles. Cada paso se hace en el aquí y ahora, poco a poco y disfrutando de algún momento cada día. El esfuerzo suele tener recompensa; un “premio” que suele necesitar de un motivación para encontrar en lo cotidiano algún resquicio de lo que deseamos.
Quizás sin aspirar tan alto y acogiéndonos a un plan más honesto y sencillo, nos haga la travesía más amable. Quizá las condiciones que impone la realidad no complazcan del todo a lo que nuestra imaginación anticipó, pero eso no quita que nos haga sentir bien.

La lluvia de lo que no existe no debería empañar el momento

Conozco infinidad de personas que trabajan en algo que nunca habían pensado y son felices. Disfrutan de su situación, aceptan los cambios temporales y no hacen caso de comentarios abusivos acerca de su supuesto “fracaso”. Chanzas que muchas veces parten de personas sin la menor aspiración y con la única afición de juzgar lo que hacen los demás.
Estas personas que han hecho fruto dulce de la fruta que les ha tocado son personas que se encargan de ellas mismas, que toman las riendas de su vida sin pretender ir a galope, solo disfrutando de los pequeños placeres de la vida.

No es un autómata el que trabaja mucho, sino el que trabaja gastando demasiado energía en maldecir su situación.
 
 
La línea que separa la lucha por una vida digna y la crítica eterna de lo que se vive a veces es muy fina. Sin embargo, por fina no deja de ser importante: separa a las personas que se han cansado de desear para obtener AHORA un pequeño placer ocasional, ganado a pulso y sintiéndose activos. No existen los trabajos, viviendas o relaciones indignas de por sí. Existen actitudes y acciones que las convierten en eso. En el deseo del ideal, lo supuestamente convencional siempre colapsa en amargo cuando se trasforma en obsesión.
Por suerte, algunos han aprendido que la diferencia la marca tomar un poco de tiempo de cada día para tomar un café más despacio y con vistas a la eternidad que les aporta vivir en el presente, construyendo un futuro. Se quedaron sin las oportunidades ideales y solo les quedó elegir entre las opciones que quedaban. Sin embargo, frente a lo que deseaban y no existía, eligieron la actitud de vivir y no la de sobrevivir.

Por:  Cristina Roda Rivera, Psicóloga,Especialista Máster en Psicología clínica y social. Visto en: La Mente es Maravillosa
 
 

QUIEN TIENE LA VOLUNTAD, TIENE LA FUERZA



En mi opinión, este es uno de esos títulos que no necesita de un texto posterior que añada algo o tenga que aclararlo. 

Es tan rotundo, tan directo, y lleva tal verdad concentrada, que debiera ser una sentencia de esas que llegan al corazón directamente sin necesidad de la interpretación erudita o intelectualoide de la mente. 

Directa al corazón. Y sin comentarios.

La voluntad, esa maravillosa capacidad de persistir, de no admitir la rendición ni la derrota ante el primer inconveniente, es el motor imparable que nos puede llevar a cualquiera de las metas razonables que nos propongamos.

La voluntad, además, aporta energía y estímulos a la Autoestima, porque provoca la satisfacción personal de comprobar que si uno quiere puede; que uno tiene un poderío interior a su servicio, y que puede llegar a disponer de una potencia y reciedumbre que aportan una muy agradable sensación en la relación consigo mismo.

¿Y cómo se consigue la voluntad?

Buena pregunta a la que no tengo la respuesta concluyente y definitiva, porque no hay una universal, sino que cada persona la encuentra en un sitio y de un modo, y no existe algo que se pueda imponer y que provoque la voluntad como una reacción asociada.

Supongo que se consigue a partir de una buena relación consigo mismo en la que todas las partes que le integran a uno –o, por lo menos la mayoría de ellas- se ponen de acuerdo en colaborar por el bien del conjunto que forma uno mismo. 

Quiero imaginar que puede surgir de la conciliación de las ideas dispares de los diferentes personajes que nos componen, y que de ahí nace el acuerdo de aunarse y aliarse con el fin de alcanzar un objetivo favorable. 

Quiero suponer que esa energía que compone la voluntad es la aportación amorosa de cada una de las partes que nos integran, que entre todas y puestas de acuerdo aportan el arranque necesario para poner en marcha cualquier acción, el atrevimiento imprescindible para acometer lo que sea necesario, la persistencia para no rendirse ante cualquiera de los impedimentos que pueden aparecer, la bravura para seguir adelante contra las dificultades, una firmeza y un tesón que sean irreductibles, y la constancia necesaria para no desfallecer.

La voluntad, sin el convencimiento o la fe necesarios carece de los elementos imprescindibles, por lo que está prácticamente condenada a su desaparición.

La voluntad no surge espontáneamente a partir de un pensamiento o una idea, sino que requiere, sobre todo, de un convencimiento firme, en uno mismo y en lo que se pretende, y de una certidumbre en sentirse arropado por una capacidad casi sobrenatural de la que todos disponemos: la de aspirar a lo mejor o lo más conveniente, por dignidad, por amor propio, y por respeto a quien uno es y lo que uno se merece.

La voluntad no depende ni ha de depender del azar, del porvenir, de los otros, sino que es un asunto propio que no se puede delegar, si bien es recomendable –cuando su ausencia es muy notable- contar con un animador, con alguien de confianza que nos aliente, que nos apoye, que nos ayude a levantarnos del estancamiento y ponernos en marcha…

El Amor Propio es un buen motivador. Si uno se ama lo suficiente como para desear lo mejor para sí mismo, va a encontrarse con el mejor aliado. 

A fin de cuentas, la voluntad es la capacidad de decidir y ordenar la propia conducta, o sea que puede ser un acto consciente, así que uno mismo puede auto-motivarse y proveerse de ese modo de la energía y perseverancia necesarias para llevar a cabo cualquier deseo en el que esté implicada la disposición personal para realizarlo.

Deshazte de la apatía, de la desgana, del desánimo…y de las excusas.

Activa tu voluntad y benefíciate de ella.

Te dejo con tus reflexiones… 



Francisco de Sales
buscandome.es

domingo, 29 de abril de 2018

Había una vez un mundo mágico llamado Plenitud


Había una vez, en un Universo muy lejano, un mundo mágico y diferente a todos los mundos. Ese mundo tenía por nombre PLENITUD.
En él reinaba la luz; no existían los límites; las palabras “tiempo” y “espacio” eran totalmente desconocidas para sus habitantes, y vivían momento a momento en ausencia de la prisa y el miedo. Todo fluía y se movía en armoniosa sintonía…
Pero un día, un terrible día para su historia, apareció un extraño ser llegado desde otro Universo. Ese ser decía llamarse SER HUMANO y venir de un mundo llamado TIERRA. Con su llegada, los habitantes de Plenitud quisieron reunirse con él y poder conocer todo sobre su mundo y costumbres. “Sería interesante y novedoso escucharle” – pensaban…
Y es que decía venir con muchos mensajes, “sabias enseñanzas” a su modo de ver, con tono de suficiencia y superioridad. Pronto comenzaron a creer que debía de tratarse de un ser superior a ellos y que aprenderían muchísimo de él. Escuchándole, cayeron en la cuenta de que en su mundo de humanos se habían inventado términos que Plenitud desconocía.

Supieron del Tiempo y el Espacio

Es por ello que no dudaron que ese Ser, al que comenzaron a llamar Maestro, había viajado millones de kilómetros por el espacio para iluminar sus vidas con su sabiduría… Y así fue, sus primeras lecciones no pasaron desapercibidas, ya que reveló en ellas el significado de las palabras: Tiempo y Espacio, hasta la fecha, desconocidas para ellos.
Habló durante horas sobre todos los significados de la palabra Tiempo y sus implicaciones… El Tiempo marcado por el pasado, los límites del tiempo, el futuro como parte del tiempo, la medición del tiempo (inventos tan logrados como los relojes, agendas, calendarios…) y un largo etcétera.
A todo ello, le sumó la enseñanza del término Espacio, también con todas sus implicaciones: Los límites del espacio, las murallas, las fronteras, las propiedades, los lugares que te hacen feliz, los lugares que te hacen infeliz…
Los habitantes de Plenitud, asimilaron rápidamente las enseñanzas de su nuevo Maestro, y no dudaron en tenerlas en cuenta a partir de entonces en su día a día. Para ello, se fueron poniendo en marcha cadenas de creación de Tiempo y Espacio, lo que facilitó que pudieran tener acceso a fechas, horas, cálculos temporales, calendarios, relojes…

Supieron del Pasado y el Futuro

Por fin, el pasado y el futuro ya estaban presentes en sus vidas. Y es que, ¡Cómo no se habían dado cuenta antes!, ¡El tiempo se acaba!…por lo que “hay que correr para conseguir un futuro mejor, no vaya a ser que hoy no hagas lo suficiente para ello y entonces te lleve a un terrible pasado”.
De esta manera, verles correr para ir al siguiente lugar se convirtió en algo habitual, y con ello la siguiente ilusión creada: el valor a los espacios. Y es que, quizás era un determinado lugar el que les diera más satisfacción en un futuro y así poder tener recuerdos maravillosos.
Por lo que comenzaron a levantarse deprisa, para ir corriendo a la calle, para en la calle ir corriendo a la montaña, para en la montaña ir corriendo para llegar antes y una vez allí, bajar corriendo para llegar a un lugar de descanso, para poder descansar corriendo e ir más tarde a un lugar donde fueran a estar mejor. ¡Pufff!, ¡Eso si que era disfrutar y aprovechar la vida al máximo!

Supieron de la Prisa y el Miedo

Los habitantes de Plenitud siguieron durante mucho tiempo en esta espiral, sin ser conscientes de ello…hasta que comenzaron a sentir sensaciones nunca vividas: unos empezaron a sentir falta de aire, sentimientos de ahogo, palpitaciones, otros comenzaron a tener reacciones en la piel, manchas… otros decían tener dolores de cabeza y musculares….y todos coincidían en sentir una agitación mental constante, a tal nivel que se estaban dando cuenta de que les hacía enfermar.
Hasta su mundo, antes iluminado, comenzó a perder su luz para convertirse en un mundo gris y apagado. No encontraban explicación a todo esto, pero si sabían que todas estas sensaciones no les dejaban disfrutar, y con ello comenzaron a sentir MIEDO, miedo a que todos esos síntomas siguieran ahí, miedo a que si no se iban acabaran enfermando o les acabara sucediendo algo grave…lo que les llevó a correr más para buscar una solución, ya que si se daban prisa quizás encontraban un remedio a sus males y así poder evitar un futuro peor.
Tanto corrieron, que acabaron perdiéndose en el descontrol, en el sentimiento de vacío, en no saber quiénes eran, ¡Ni por qué corrían! Los sentimientos de vacío se hicieron tan grandes, que el amor propio y hacía los demás comenzó a perderse. Personas que se amaban a sí mismas por el hecho de serlo, comenzaron a sufrir por creer no estar en el lugar adecuado en un determinado momento. Y de tener relaciones basadas en el respeto, muchos pasaron a odiarse por el apego a los lugares y la obsesión por el tiempo.
Plenitud, no sólo era ya un mundo gris, apagado y caótico, ahora se le sumaba la violencia. Pero como en todo cuento, hay un gran héroe y salvador, éste no iba a ser menos. Su salvación apareció. Fue tanto lo que empezaron a sufrir, que en su sufrimiento muchos se perdieron y no pudieron ver más allá, pero otros despertaron como salida a su sufrimiento. ¿Cómo? Llegaron a lo más profundo de su SER, a lo que siempre habían sido.

Todo se soluciona cuando vuelves a ti

Al contemplarse a sí mismos tan asfixiados, comenzaron a cerrar los ojos y a respirar. Es ahí donde pudieron parar el torbellino, es ahí donde encontraron la verdadera solución. Todo se soluciona cuando vuelves a ti. Cuando despiertas y vuelves a conectar. Y es así como volvieron a caer en la cuenta de que todo sucede aquí y ahora, como siempre había sido. Y que la idea de lo pasado o lo que estaba por llegar realmente era una ilusión creada por su mente. Un límite psicológico al que se habían atado convirtiéndose en una tortura para sus vidas.
Poco a poco, los que fueron dándose cuenta se ocuparon de agrupar al resto para ayudarles a recordar su verdadera esencia. ¡Despertar! – Les decían. Cerrar los ojos, respirar y quedaros ahí. Cuando los abráis, no es el fin de vuestra presencia, podéis seguir ahí, presentes en vosotros mismos.
Y así fue, cuando volvieron a conectar con ellos mismos, fueron despertando, volviendo a convertir su vida en lo que estaba destinada a ser: Simplemente eso, SER, y nada más. Todos volvieron a un estado de constante PRESENCIA, la que les llevó a no creer ni esperar que el siguiente momento fuera más pleno que el que estaban viviendo. Nadie esperaba ya al siguiente momento.
A partir de entonces, el SER HUMANO llegado desde la Tierra, dejó de ser escuchado. Lo que resultó ser tal ataque para su EGO, que sintió no ser valorado lo que merecía llevándole a tomar la decisión de volver a su mundo, y lo hizo con mucha prisa. Ellos si que sabrían apreciar su llegada y no esos necios habitantes de Plenitud.
No dudaba de lo felices que haría a sus familiares y amigos cuando le vieran allí, en el lugar y momento adecuado. Es más, tal sería su felicidad, que seguro alguno de ellos se encargaría de inmortalizar ese momento con fotografías y subirlas rápidamente a las redes sociales para que todo el mundo supiera y estuviera informado de lo felices que eran en ese momento.
Los habitantes de Plenitud, no tuvieron nada que reprocharle, ya que gracias a su estancia en su planeta, pudieron afianzar lo que ya sabían: Las únicas tres preguntas importantes en la vida y sus verdaderas respuestas…
¿Dónde estamos? … Aquí
¿Qué hora es? … Ahora 
¿Nuestra salvación? … la Conciencia.
Y colorín, colorado…espero que este cuento os haya concienciado.


Saioa Barredo Canales
para http://psicopedia.org

jueves, 26 de abril de 2018

La fidelidad es propia de los más inteligentes


Rodolfo Llinás es un neurocientífico colombiano que ha dedicado la mayor parte de su vida al estudio del cerebro. Dirigió el programa NEUROLAB de la NASA y actualmente es director del departamento de psicología y neurociencias de la Universidad de Nueva York. Hace un tiempo dio una entrevista en la que sorprendió por el mapa que trazó con los conceptos de fidelidad, amor y felicidad.
Sus declaraciones prueban, desde el punto de vista neurológico, lo que muchos intuían por sentido común, experiencia u observación del comportamiento. Afirma que el cerebro es un sistema cerrado, que solamente es “perforado” por los sentimientos. Indica que su funcionamiento guarda cierta analogía con el de un ordenador, con la diferencia de que el cerebro tiene plasticidad y creatividad: se modifica, se nutre y cambia.
► La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella.
                                                                   Goethe  

Según sus extensos y profundos estudios sobre el cerebro, concluye que la estructura intelectual está basada en la emocional. Primero es la emoción y luego la razón. Nos formamos las ideas del mundo no tanto a partir de razonamientos, sino de lo que sentimos. El amor tiene un lugar destacado y la fidelidad es propia de los más inteligentessegún sus palabras.

La fidelidad y la inteligencia

Rodolfo Llinás indica que el área emocional del cerebro es una de las más antiguas. Fue una de las primeras en desarrollarse. Según sus palabras, “es el cerebro truhán, el de los reptiles, donde no existen más que patrones de acción fijos. Por eso ellos se acercan o se van si quieren comida; atacan si quieren defenderse, y tienen sexo si quieren reproducirse”.
El amor tiene su origen en la misma área, pero implica unas funciones fisiológicas diferentes. El amor, dice Llinás, es como una golosina. Y quien está enamorado se vuelve goloso. Desea tener más y más amor de la persona a la que ama. Agrega además que “nadie se muere por exceso de amor”.
El amor, señala el científico, no es como hacer gimnasia, sino como bailar, desde el punto de vista fisiológico. Frente al llamado “amor eterno” dice: “Ese es de inteligentes, que estructuran y modulan los patrones de acción fijos sobre la base de ver al otro como la mano de uno; cuidarla es mi responsabilidad, y viceversa. Saber que no habrá una puñalada trapera es la norma”.
La fidelidad contribuye a no desgastar energía emocional o intelectual innecesariamente. El ser humano, cuanto más inteligente, más orientado está hacia las grandes preocupaciones de la humanidad, deja de lado las situaciones que inestabilizan su vida o emplea energía para acciones más complejas.
Por todo ello, Llinás concluye que el amor eterno es un baile infinito de neuronas entre dos personas inteligentes.

Estudios sobre inteligencia y fidelidad

Rodolfo Llinás no es el único que ha hablado de la relación entre inteligencia y fidelidad. Un estudio dirigido por Satoshi Kanazawa, especialista en psicología evolutiva, llegó a una conclusión similar. En su investigación señaló que los hombres con coeficientes intelectuales más altos (superiores a 106) valoran más la fidelidad en pareja. En las mujeres es diferente: todas la valoran, sin que esto guarde relación con su nivel de inteligencia.
El estudio indica que la monogamia es una fase superior de la evolución humana. En principio, el humano está estrechamente ligado al comportamiento instintivo del mamífero. Esto le inclina a la poligamia. Pero, tanto en la historia de la humanidad como en la individual de cada hombre, la monogamia parece implicar un nivel superior de evolución.
Verdaderamente, la infidelidad tiene como condición tener mucho tiempo libre y mucha disposición emocional para el conflicto. Cuando una buena parte de nuestro tiempo está ocupado es más complicado gastar parte de él en las intrigas y las estrategias asociadas a la infidelidad. Tampoco se dispone de tanta energía emocional como para pagar el precio de actuar a escondidas, evitando ser pillados y manteniendo una fachada falsa.
Resulta mucho más inteligente establecer una relación y refinarla que ir saltando de relación en relación. La monogamia trae grandes satisfacciones, no es un sacrificio. Como toda situación humana con valor, implica esfuerzos. Sin embargo, es mucho más lo que aporta.
► Si la vida individual se enfoca hacia grandes objetivos, seguro que un compañero o compañera permanente de viaje es un gran tesoro. Y al contrario, si la vida se enfoca a lo banal, una relación estable entorpece esa futilidad e intrascendencia.


Edith Sánchez
Imágenes cortesía de Leonid Afremov
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 25 de abril de 2018

Dejá de temerle al FUTURO



Resulta inútil temerle al futuro, porque se trata de algo incierto. El presente es el resultado del pasado y la semilla del futuro. Nos la pasamos preocupados por los últimos dos, sin darnos cuenta de que cuando nos dispongamos a vivir con una mente libre de aquellas limitaciones alimentadas por nuestras creencias pasadas, ya no nos acosarán los miedos futuros. 

Las cosas seguirán ocurriendo pero ahora con la comprensión de que los incidentes son pasajeros y dan lugar a las necesarias experiencias. Así que, para seguir avanzando, una y mil veces debemos repetirnos: “El pasado pasó, el futuro no existe”. 

¡Nunca existe! Se trata de un espacio irreal en los confines de una mente que necesita escapar a la responsabilidad de crecer y de cambiar, para sumergirse en el único momento que vale, el “ya mismo”. 

También se requiere firmeza. 

El cambio de vida que deseamos conseguir sólo puede suceder en un instante de firmeza, acompañado por la responsabilidad necesaria. 

La firmeza y la responsabilidad nos permiten liberarnos del sufrimiento, la ansiedad y la neurosis de un futuro desde el presente, sin imaginarnos realidades temerosas que nos tiren abajo en un instante. 

►¿Cómo evitar divagar con porvenires amenazadores? Sencillo: comprendiendo que la causa de nuestros problemas no son los demás ni el mundo de afuera sino la propia mente. Mientras respiremos, la mente vendrá para llevarnos al pasado o al futuro

¿Futuro? Exacto; cuando hay temor, la mente querrá trasladarnos hacia él, con su equipaje de miedos, dudas, deseos por cumplir, apego a los resultados, expectativas de esperanza y fantasmas apocalípticos. 

El futuro todavía no ha ocurrido, por lo tanto es absolutamente irreal. ¿Cuál es el único momento con el que contamos? El presente. ¿Y en cuál planificamos un futuro? Ahora, en el instante actual. ¿Puedo cambiar lo que viene o traerlo a mi experiencia? No. 

La mente lo entiende perfectamente y sabe que nosotros, convencidos desde el intelecto y el discernimiento, nos encontramos en condiciones de romper las cadenas que nos mantienen prisioneros del futuro, para apuntar al divino presente: el único momento que experimentamos en la tercera dimensión que habitamos. 



Claudio María Domínguez
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