jueves, 3 de diciembre de 2015

Estar centrado



La experiencia de muchos actores y cantantes es que sufren de un miedo terrible hasta el momento en que pisan el escenario (el miedo escénico), y luego muestran un control total de su arte ante el público. ¿Qué causa una transformación tan instantánea? Una combinación de cosas:

o Se convierten en auto-poseídos.
o El nerviosismo da paso a la calma interior.
o Una habilidad practicada se hace cargo, por sí misma.
o Se vuelven totalmente centrados en el momento.

Estos son los ingredientes de estar centrado. El último es probablemente el más importante.

Antes de que un artista intérprete o ejecutante se suba al escenario, no se le demanda estar presente, vivir en el momento. Esto da margen a que los nervios le manipulen… siente náuseas, camina de un lado a otro – todos signos de distracción. Pero cantar o actuar ante un público exige que esté presente. Si su mente/cuerpo lo sabe, y si ha aprendido a través de la repetición a satisfacer la demanda del momento presente, el centrarse viene automáticamente.

La mayoría de los líderes son artistas, también – además de hablar en público, se les pide generalmente que dejen a un lado su personalidad con el fin de satisfacer las demandas de otras personas. Un escritor que tuvo acceso por largo tiempo al presidente Obama, destacó la habilidad con que el presidente había aprendido a cambiar su actitud personal mientras se movía de un evento a otro. En el lapso de una hora podía ser llamado a reunirse con familias en duelo después de una catástrofe, a discutir sobre política con su gabinete, a dar la bienvenida a un nuevo encargado, y a una conferencia de prensa. Obama comentó que esta habilidad no le era natural. Se había entrenado a sí mismo – ya que cada presidente debe abarcar un trabajo con muchas facetas.

 ¿Cómo podemos entrenarnos para centrarnos? 
En primer lugar, echemos una mirada objetiva a los rasgos de una persona que ya lo ha conseguido:
– Tal persona pone toda su atención en el trabajo que tiene en manos.
– Hace que otras personas sientan que tienen toda su atención mientras hablan con él. En una expresión típica: les hace sentir que "son lo más importante a atender”.
– Mantiene la calma en medio de la crisis y el caos.
–Hace surgir lo mejor, bajo presión.
– Absorbe la nueva información rápidamente.
– Mantiene su sangre fría.
– No se distrae fácilmente.
– Comprueba cuán fácil le resulta mantenerse en el flujo. Una vez que honestamente tasa lo bien que lo está haciendo, se pregunta cómo mejorar. En primer lugar, deja de hacer las cosas opuestas, que lo centran en la derrota.
– No es multi-tarea. Se centra en el momento actual.
– Resiste la distracción. Cierra la puerta, apaga el teléfono, y tiene su pantalla apagada si está hablando con alguien que necesita su atención.
– No utiliza las discusiones de una manera unilateral, como caja de resonancia. Los demás, pueden advertir cuando no está interesado en ellos, y una de las señales más seguras es la impaciencia mientras espera a que el otro hable.
– Evita los signos evidentes de la falta de interés, como hacer ruido con su lápiz, mostrar inquietud, interrumpir a otros antes de que terminen de hablar, mirar por la ventana, etc
– No se aísla en un espacio privado al hablar con los demás. En lugar de sentarse detrás de su escritorio con los brazos cruzados, se acerca a la otra persona y se inclina hacia ella mientras hablan.
– No dispersa su atención al azar. Administra su tiempo mental, de manera eficiente, por lo que puede estar solo para pensar y compartir su opinión en otras ocasiones sin sentir que está siendo arrastrado obligatoriamente a determinada conversación o tema.

Evitar éstos errores y malos hábitos lo llevarán a recorrer un largo camino. Pero también se necesita la experiencia positiva de estar centrado.
Comience cuando usted este solo. En un lugar tranquilo, cierre los ojos, respire profundo, y vaya hacia adentro. Ponga su atención en su corazón, en el centro de su pecho. Siéntese en silencio y rápidamente deje que su atención permanezca allí. Si se aparta por pensamientos al azar, vuelva a centrarse tan pronto como note lo que ha sucedido. Después de unos minutos abra los ojos. Durante la siguiente media hora obsérvese a sí mismo para ver si permanece centrado. No se lance inmediatamente a las demandas externas. Si repite esta práctica varias veces al día, comenzará a aprender la diferencia entre estar centrado y no estarlo. Con la repetición entrenará a su cerebro, y a su vez al sistema nervioso involuntario, que prefieren un lugar tranquilo, un estado de calma y centrado.

Esto trae consigo un descenso de la presión arterial, la disminución de la respuesta al estrés, y notará el ritmo cardíaco más lento. Usted no está tratando de estar inerte y no reaccionar, ni está forzando su atención para permanecer en el centro de su pecho. El Estado que hay que mantener es el de alerta en descanso, donde se está más despierto, y no menos; no adormilado: despierto sin forzar.

Se necesita entrenamiento para estar centrado, y sólo usted está en condiciones de entrenarse. La mayoría de la gente ha pasado la vida aprendiendo a manejar y organizar su vida exterior, prestando poca atención a lo que sucede en el interior. Sin embargo, lo que sucede dentro precede a todo lo externo, lo moldea, y le permite entender y responder.
Hasta que desarrolle éstas habilidades para mantenerse despierto, no podrá vivir plenamente un estilo de vida consciente.
Comience por estar centrado, el tiempo que más pueda.

Dr. Deepak Chopra

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