martes, 8 de diciembre de 2015

CONVIÉRTETE EN LA PRESENCIA DE LA COMPASIÓN Y LA PAZ




A nivel espiritual o de la conciencia, todos estamos indisolublemente conectados con todas las demás personas y las cosas. Aunque parezca que nuestro cuerpo es una estructura física sólida, en realidad es un río en el que siempre fluyen la energía y la información, en intercambio constante y dinámico con nuestro entorno.
Las expresiones que utilizamos reflejan nuestro entendimiento innato de nuestra naturaleza, que es energía en esencia. Cuando decimos cosas como: "Sus palabras en verdad hicieron eco en mí", "Tal persona me da mala vibra" o "Mi amiga tiene un gran corazón", no se trata sólo de metáforas: realmente sentimos la energía de los otros y ésta nos afecta a un nivel muy profundo. Piensa en todas las cualidades de otra persona que captas intuitivamente a nivel energético. Además de poder decir si alguien está contento o triste, también puedes sentir si está en paz o alterado. Su mirada revela interés o tedio, ternura o indiferencia. Es difícil pensar en una cualidad humana que no tenga algún tipo de "signo" energético. 
Como seres de energía, nuestro potencial de afectar a otros con ella o con el estado de nuestro ser es un gran don pero también una gran responsabilidad. Cuando entramos en una habitación, nuestra energía emana de nosotros. Sin decir una sola palabra, nos comunicamos mediante nuestro signo energético, creando ondas que pueden afectar a quienquiera que encontremos. Si el estado de nuestro ser está enfocado en el amor y la compasión, ésa es la energía que comunicamos a los demás. De igual manera, si nos concentramos en los juicios, la hostilidad o el resentimiento, eso es lo que comunicamos.
A través de nuestra energía o conciencia, tenemos la capacidad ilimitada para enviar ondas que ayudarán al planeta y sus habitantes a ir en la dirección de la más alta evolución: del miedo, la hostilidad y el malestar al amor, la compasión, la paz y la dicha.

Convertirse en una fuerza de armonía

Un amigo me compartió una anécdota personal que ilustra el poder que tiene el mantenerse centrado en la paz. Caminaba por la calle en una gran ciudad cuando sintió el impulso de entrar a una panadería, con antojo por las delicias mostradas en la vitrina. Pero en cuanto puso un pie en el interior, vio que había problemas. El gerente del lugar estaba gritándole a la chica del mostrador. Ella lloraba, y los dos estaban tan absortos que no se percataron de que un cliente había entrado. Mi amigo me contó que de pronto su intuición le dijo: 'Puedo traer armonía a este lugar.'
Prestó oídos sordos a la discusión, que paró una vez que el gerente y la chica notaron su presencia. Eso, en sí mismo, no tiene importancia. Pero mi amigo se quedó ahí, caminando por la panadería, mientras se centraba en su propia paz. Desde hace muchos años él practica la meditación, así que en lugar de quedar atrapado en pensamientos de enojo o crítica, fue capaz de sentir compasión por el gerente, la chica y él mismo. Pudo sentir cómo se suavizaba el ambiente en la panadería, y aunque cueste trabajo creer lo que sucedió después, lo cierto es que el gerente y la chica se sonrieron. Para cuando mi amigo salió, vio que se abrazaban y se disculpaban.
Dr. Deepak Chopra

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