martes, 6 de marzo de 2018

Así resuelven los conflictos las personas asertivas


Las personas asertivas no son sumisas ni serviles, ni tampoco hacen uso de la arrogancia narcisista o irrespetuosa. Un hecho que sin duda les caracteriza es su solvencia a la hora de resolver conflictos y diferencias. Son perfiles hábiles para defender sus derechos, originales a la hora de aliviar tensiones y resolver malentendidos con la serenidad de quien controla bien sus emociones.
Todos sabemos que la asertividad es al fin y al cabo, ese ingrediente esencial capaz de mejorar nuestro estilo de comunicación y la calidad de nuestras relaciones. Lo tenemos claro, sin embargo, a menudo nos falta agilidad, energía y solvencia en esta estrategia que lo queramos o no, no nos viene de fábrica.
      ► Ni sumisión ni agresión, solo asertividad.
                                                            Walter Riso
A muchos de nosotros nos cuesta un poco ser coherentes entre lo que pensamos y aquello que hacemos. Poco a poco vamos almacenando tanta frustración y malestar que en un momento dado, acabamos reaccionando del peor modo posible. La asertividad es ante todo un ejercicio de dignidad personal que debe actuar siempre como engranaje en cualquier escenario de nuestras vidas.
Uno de ellos, quizá uno de los más importantes, es el campo de los conflictos relacionales. Ya sea a nivel laboral o personal, siempre hay algún momento del día, de la semana o del mes en el que nos vemos obligados a defender territorios, opiniones e incluso nuestra propia identidad. 
Saber manejar estos instantes sin caer en el servilismo o en la agresión verbal es algo prioritario.


7 claves que usan las personas asertivas para resolver 

los conflictos

Miedo a herir a los demás, a no saber expresar nuestro enfado o desacuerdo sin caer en la ofensa o el reproche afilado, temor a no tener recursos para deshacernos de los hilos de la manipulación… Podríamos dar más ejemplos de toda esa arquitectura desgastante que erosiona nuestra autoestima cuando no logramos ser asertivos, ágiles a la hora de reaccionar y de defender nuestros derechos.
Cabe decir que no es fácil lograrlo de un día para otro, sin embargo, lo que sí debemos tener claro es que estos recursos se aprenden, se entrenan y se aplican con efectividad a medida que los vamos comprendiendo. Veamos a continuación qué estrategias utilizan las personas asertivas para afrontar los conflictos cotidianos.

1. Las personas asertivas tienen una razón de ser

Podríamos llamarlo dignidad, autoestima o amor propio. Todos nosotros debemos tener muy claro qué es aquello que nos es imprescindible, eso que debemos proteger a viento y marea, lo que nos define, lo que es nuestra razón de ser y que nadie debe vulnerar.
Tenemos nuestros valores, esos que nadie debe pisotear. Disponemos de una historia, un tejido personal que ninguna otra persona debe atacar o ridiculizar. Tenemos derecho a tener opiniones, pasiones, a defender ideas, a ser libres, a actuar de acuerdo a nuestra identidad sin hacer daño a nadie... Cada una de estas dimensiones son nuestros motivos, nuestras razones de ser.

2. Hablar en primera persona sin miedo

A menudo, tenemos cierto temor a ese pronombre personal que recoge nuestra esencia, razón de ser y voluntad. “Yo pienso, yo creo, yo opino, yo necesito”….
  • Cuando las personas asertivas resuelven sus conflictos no temen hacer uso de ese pronombre, no lo esconden ni lo diluyen. Por ello, y como ejemplo, no dudan en empezar sus frases del siguiente modo: “Yo me siento dolido, y aunque entiendo tu posición, debes entender que a mí me ofenda tu actitud porque no has respetado mis derechos, porque pienso que las cosas pueden arreglarse entre tú y yo hablándonos con más sinceridad y respeto…”

3. No se van por las ramas, describen el comportamiento 

dañino o el problema central

A la hora de resolver discrepancias, de gestionar conflictos o malentendidos, lo último que debemos hacer es irnos por las ramas haciendo acusaciones, utilizando reproches o enfatizando en exclusiva lo mal que nos sentimos.
Hay que ser directos, concisos y constructivos como las personas asertivas. Para ello debemos centrarnos en el nudo del problema: “yo me siento decepcionado porque no has tenido en cuenta mi opinión. Pienso que si somos un equipo es necesario que me comuniques las cosas”.

4. Las personas asertivas hacen solicitudes claras y directas

La comunicación efectiva, esa que hace uso de la asertividad, sabe que para resolver conflictos es necesario hacer solicitudes, esas que propician una buena resolución y que nos guían hacia un acuerdo.
Así, algo que debemos tener claro sobre la asertividad es que no basta solo con decir cómo nos sentimos. Es necesario también que orientemos el diálogo o la discusión hacia un fin constructivo. Por ejemplo:
  • “No me gusta que me griten, me hace sentir mal. La próxima vez utiliza un tono menos agresivo, una voz normal con la que comunicarme las cosas”.
  • “Me siento decepcionado porque no me has informado de tu idea. Te pido que en próximas ocasiones me tengas en cuenta para que entre todos, lleguemos a alcanzar mejores proyectos”.

5. Aceptar que en ocasiones puede no existir acuerdo

Las personas asertivas saben y entienden que en materia de conflictos o malentendidos, no siempre se llega a un fin o a un acuerdo entre ambas partes. A menudo, las diferencias se quedan ahí, separando dos posiciones, dos actitudes, dos comportamientos.
Que esto sea así no debe desesperarnos, ni enfadarnos aún más. La buena gestión emocional de las personas asertivas en estos casos les permite aceptar este tipo de situaciones. Al fin y al cabo, las personas no estamos obligadas a estar de acuerdo en todo, a ver las cosas desde la misma óptica. La clave está en saber respetar las perspectivas ajenas.
Si un conflicto no termina bien y la persona que tenemos delante no argumenta, ni atiende, ni propone y se limita a ofender y a intensificar aún más las emociones negativas, lo mejor es poner distancia. Esto es algo que tienen claro las personas asertivas y por ello, lejos de caer en una dinámica sin sentido, lo ideal es mantener la calma y alejarnos.
A menudo suele decirse eso de que la asertividad es el punto intermedio entre quien se arrodilla y entre quien aplasta a su interlocutor. Las personas asertivas se mueven en esa esfera de quien día a día se conoce un poco mejor y es más hábil para defenderse sin agredir y quien además, gana en ingenio para resolver de manera efectiva los problemas cotidianos.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

lunes, 5 de marzo de 2018

Por qué es importante no dejar las cosas sin terminar


Dejar las cosas sin terminar va más allá de un simple descuido o de una ligereza sin importancia. Desde el punto de vista psicológico, esto constituye un síntoma que no se debe pasar por alto. Particularmente en los casos en los que no se trata de algo ocasional, sino sistemático.
Al dejar las cosas sin terminar vamos acumulando angustia. Cada tarea o compromiso que se deja a medias es un ciclo que queda abierto. Y en tanto queda abierto, sigue gravitando sobre tu vida, aunque no te des cuenta de ello. Sientes el peso emocional del desorden, aunque no lo percibas concretamente. Experimentas también la angustia sorda que se presenta súbitamente, con frecuencia. Te llenas de malestar, en una palabra.
  ► Nada cansa más que el recordatorio constante de la tarea sin terminar.
                                                             William James 

Las razones para dejar las cosas sin terminar pueden ser muchas. A veces influyen algunas circunstancias externas, pero en la mayoría de las ocasiones tiene que ver con nosotros mismos. No concluimos porque hay algo que se interpone, alguna realidad que estamos eludiendo. Profundicemos.

Las razones para dejar las cosas sin terminar

En nuestras vidas hay grandes y pequeños objetivos, así como grandes y pequeñas tareas. Lo que ocurre en quienes optan por dejar las cosas sin terminar es una ruptura entre objetivos y tareas. Se tiene el propósito de hacer algo, pero este no llega a convertirse en una acción concreta para lograrlo.
Las razones para que esto suceda son muchas. Sin embargo, hay algunas que tienen gran relevancia. Estas son:
  • Baja autoestima. Cuando no hay suficiente amor propio, se piensa que lo que se hace tiene poco valor. Que da igual hacerlo o no. Existe la percepción que dejar de hacer una tarea no marcará ninguna diferencia.
  • Sentimiento de fracaso. Toma la forma de no lograr definir un “para qué”. Como si ya todo estuviera perdido y ningún esfuerzo valiera la pena. Es una de las facetas de la depresión.
  • Sentimiento de inutilidad. Hay quien piensa que es mejor dejar las cosas sin terminar porque al final se harán mal. Hay temor por el resultado. Por lo tanto, dejar todo inacabado evita confrontarse con las propias limitaciones, sean estas reales o imaginarias
  • Distracción. Esta aparece cuando hay otro u otros aspectos que absorben por completo la atención, el interés o la energía mental disponible. Por lo tanto, no hay disponibilidad para dedicarse a otra tarea. Y si se hace, se realiza a medias
  • Sobrecarga. Cuando hay más compromisos que tiempo para cumplirlos, es usual que se deje todo a medio hacer

Las consecuencias de dejar las cosas sin terminar

Como vemos, dejar las cosas sin terminar da origen a múltiples consecuencias negativas. Básicamente, introduce una sensación de angustia que puede tornarse creciente e invasiva. También, por supuesto, termina incidiendo en la autoestima y la autovaloración.
Las principales consecuencias de dejar las cosas sin terminar son:
  • Favorece la aparición de estrés constante.
  • Genera una sensación de estancamiento. Es como si te mantuvieras en el mismo punto y no lograras avanzar. Nunca se puede poner el visto bueno a ninguna tarea para continuar con la siguiente.
  • Afecta la productividad. Será muy difícil alcanzar objetivos importantes si todo se deja a medias. Esto nos vuelve ineficientes, al tiempo que gastamos energías permanentemente.
  • Dispersa la atención. Al no lograr cerrar los ciclos de cada tarea, tu mente va a estar pensando en varias cosas al mismo tiempo. Las tareas sin terminar, el tiempo que te hace falta para lograrlo, etc.
  • Impide iniciar nuevos proyectos. No se siente esa libertad para comenzar algo nuevo.

¿Cómo solucionarlo?

Dejar las cosas sin terminar es un problema que se debe resolver en dos niveles. El primero de ellos tiene que ver con la ruptura del hábito. Esto comienza siendo un acto más o menos inconsciente y termina convirtiéndose en costumbre.
Lo que se debe hacer es llevar a cabo tres acciones básicas. 
Lo primero es hacer una planificación realista, fijándonos objetivos que sean verdaderamente alcanzables
Lo segundo es dividir las tareas en pasos y llevar a cabo uno. 
Lo tercero es aprender a introducir pausas activas. Esto es, momentos de descanso limitados para recuperar fuerzas y seguir adelante.
De otro lado, el problema debe solucionarse en un plano más profundo.
Es posible que estés haciendo algo que detestas y te sientes atrapado. O que tengas un sentimiento de incompetencia que te invade. También es posible que detrás de todo esto haya una depresión en ciernes. Cualquiera que sea el caso, se debe explorar a fondo.

Edith Sánchez
https://lamenteesmaravillosa.com

domingo, 4 de marzo de 2018

Mindfulness: 8 beneficios de la atención plena

¿Conoces los beneficios psicológicos del Mindfulness? En este artículo te los presentamos.



La filosofía y praxis del Mindfulness está de rigurosa actualidad, y ha generado un gran interés tanto en los círculos científicos como en la calle
A pesar de que el Mindfulness parezca la nueva moda fugaz en el campo del bienestar y la meditación, no estamos ante un fenómeno de reciente creación: sus orígenes se remontan hasta finales del siglo VII a.C., momento histórico íntimamente ligado con la aparición del Budismo.

Los beneficios del Mindfulness

El objetivo fundamental del Mindfulness va encaminado a dotarnos de un método para aprender a gestionar las emociones, reacciones, actitudes y pensamientos para poder afrontar las situaciones que nos presenta la vida, mediante la práctica y perfeccionamiento de la conciencia plena. Así, podremos ser capaces de descubrir que a través del desarrollo de la atención plena en el instante presente desarrollamos ciertas actitudes positivas en relación a nuestro estado mental y emociones, llegando a controlarlos desde la libertad, el conocimiento en uno mismo y la aceptación.

Atención consciente como clave para el autoconocimiento

El Mindfulness persigue el aprendizaje, llegar a conectar con nuestro yo interior, gestionar nuestros eventos internos y reaccionar de un modo más consciente y eficaz a las eventualidades del día a día. La filosofía de la atención consciente propone que en este camino seamos capaces, progresivamente, de encontrar la esencia de lo que somos.
En último término, hay que ser conscientes de que lo que nos provoca malestar o ansiedad no son los eventos, sino como vinculamos las emociones a éstos. La Compasión y la Autocompasión son prácticas que nos ayudan a relacionarnos con los hechos de un modo no enjuiciador y abierto al sufrimiento, tanto al propio como al ajeno. En el Mindfulness la compasión es clave, ya que nos ayuda a minimizar el impacto de las cosas negativas que nos ocurren. No se trata de borrar las emociones negativas que nos pueden causar ciertos hechos, sino de reducir su intensidad.
Durante el transcurso de los últimos siglos, las técnicas propias del Mindfulness se han aplicado como soporte a las psicoterapias empleadas para solucionar distintos problemas de salud mental, como el estrés, la ansiedad, los trastornos asociados al sueño o la tolerancia al dolor, entre otros.
En este artículo nos proponemos desarrollar ocho beneficios para tu salud psíquica y corporalque te puede aportar el Mindfulness.

1. Ayuda a controlar el estrés y la ansiedad

Como comentamos en el artículo de "Los 6 beneficios psicológicos del Yoga", el estilo de vida de las sociedades occidentales puede llevar a muchas personas a padecer estrés, causando problemas de salud psicológica como depresión, ansiedad, etc. Al igual que el yoga, la meditación y el Mindfulness reducen los niveles de cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés. 
El cortisol es necesario para el cuerpo ya que regula y moviliza la energía en situaciones estresantes, pero si tenemos demasiado o aumenta en situaciones que no lo necesitamos, produce muchos efectos secundarios. La práctica del Mindfulness aporta a sus practicantes un estado de calma y serenidad, lo que sin duda afecta en nuestra salud la física y emocional. De esta manera, los niveles de cortisol descienden, provocando además que la presión arterial disminuya.

2. Acaba con los problemas de insomnio

Un estudio de la Universidad de Utah encontró que el entrenamiento con Mindfulness no solo nos puede ayudar a reducir el estrés y a controlar la ansiedad, sino que nos puede ayudar a dormir mejor por las noches. Según Holly Roy, el autor de este estudio, “la gente que practica mindfulness a diario muestra un mejor control sobre las emociones y los comportamientos durante el día. Por otro lado, estas personas muestran un nivel bajo de activación cortical por lo noche, lo cual les ayuda a dormir mejor”

3. Protege el cerebro

Investigadores estadounidenses de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts demostraron que la meditación, una técnica que forma parte del entrenamiento Mindfulness, aumenta el tamaño de los Telómeros, unas estructuras que se localizan en los extremos de los cromosomas y que se relacionan directamente con el envejecimiento y el desarrollo de ciertas patologías asociadas a la vejez
Además, una investigación de la Universidad de Oregon concluye que la meditación y el Mindfulness pueden modificar la estructura neuronal del cerebro. La práctica habitual de Mindfulness está asociada al aumento de la densidad axonal y al aumento de la mielina en los axones de la corteza cingulada anterior.

4. Acrecienta la capacidad de concentración

El Mindfulness es una práctica que se centra en el entrenamiento de la conciencia y la atención plena, para de esta manera poder dirigir de forma voluntaria estos procesos mentales. Un estudio de Walsh y Shapiro demostró que Mindfulness es eficaz a la hora de aumentar nuestra capacidad de concentración. 
Este hecho, ha llevado a expertos a aconsejar esta práctica como terapia complementaria en los trastornos relacionados con el déficit de atención. Además, en un estudio de Moore y Malinowski en 2009 concluyó que la práctica del Mindfulness correlacionaba positivamente con la flexibilidad cognitiva y el funcionamiento atencional.

5. Desarrolla la inteligencia emocional

El Mindfulness nos ayuda conocernos, a indagar en nuestro interior y mostrarnos tal y como somos. Con su práctica se mejora la Autoconciencia y el Autoconocimiento y nos hace evolucionar internamente
Además, a través de la compasión hacia nosotros mismos, se consigue que las cosas no nos afecten tanto. Un estudio de Ortner, investigadora de la Universidad de Toronto, demostró que las personas que incluyen el Mindfulness en su vida poseen más control emocional que las personas que no lo practican

6. Mejora las relaciones interpersonales

Un estudio de Wachs y Cordova en 2007 sugiere que la capacidad de una persona en la práctica de Mindfuless puede predecir la satisfacción de sus relaciones, es decir, la habilidad de responder de manera apropiada al estrés de la relación y la habilidad de comunicar sus emociones a la otra persona. 
Por otro lado, la filosofía Mindfulness, basada en la compasión y la aceptación, mejora las relaciones interpersonales según Barnes, investigador de la Universidad de Rochester.

7. Favorece la creatividad

La meditación ayuda a calmar la mente, y una mente calmada tiene más espacio para generar ideas nuevas. Investigadores del Instituto del Cerebro y la Cognición de la Universidad de Leiden en Holanda encontraron un aumento de la creatividad en aquellos practicantes habituales de Mindfulness.

8. Mejora la memoria de trabajo

La mejora de la memoria de trabajo parece ser otro de los beneficios de la práctica de Mindfulness. Un estudio de Jha en 2010 documentó los beneficios del Mindfulness y la meditación sobre un grupo de militares tras su participación en un programa de entrenamiento en Mindfulness que duró un total de ocho semanas. 
Los datos de este colectivo se compararon con los datos de otro grupo de militares que no había participado en el programa. Los resultados mostraron que el grupo que había participado en el programa de entrenamiento en Mindfulness mejoró su memoria de trabajo en comparación con el otro grupo.

Psicología/Jonathan García-Allen 
https://psicologiaymente.net