viernes, 14 de abril de 2017

¿Sabías que tienes un sistema inmunitario psicológico?



El sistema inmunitario nos protege contra toda clase de agentes infecciosos que abundan en el medio. De hecho, es imposible controlar nuestra exposición a virus, bacterias y demás agentes patógenos, pero si tenemos un sistema inmunitario fuerte y sano, nuestras probabilidades de enfermar se reducen.

No obstante, psicólogos como Dan Gilbert, de la Universidad de Harvard, creen que también tenemos un sistema inmunitario psicológico. Y las personas que lo fortalecen pueden lidiar mejor con las adversidades y los problemas, sin que estos sumen demasiada ansiedad, depresión o desesperanza.

Según esta teoría, de la misma manera que existen personas que prácticamente son inmunes a los virus y casi nunca se enferman, también hay quienes pueden enfrentar las peores tragedias con mayor entereza de ánimo mientras otros se desmoronan, entristecen o estresan ante los problemas más nimios.

Sin embargo, lo cierto es que todos tenemos un sistema inmunitario psicológico. Los estudios indican que aproximadamente el 75% de las personas logran encontrar un nuevo equilibrio que les permite ser felices al cabo de los dos años después de haber sufrido una gran tragedia.

El sistema inmunitario psicológico se encargaría de construir una red de seguridad que nos proteja de los efectos del estrés crónico y nos dé fuerzas para soportar los eventos más terribles. Mientras que el sistema inmunitario biológico nos mantiene vivos para protegernos de las enfermedades, el sistema inmunitario psicológico amortigua el impacto de los golpes emocionales y nos permite seguir adelante.

Sobrevalorarse como estrategia para proteger la autoestima


El sistema inmunitario psicológico activa diferentes estrategias para protegernos, una de ellas consiste en evitar que nos odiemos por nuestros fracasos. Esa es la razón por la cual tenemos la tendencia a atribuir los problemas a factores externos, como el gobierno, un subalterno incompetente o simplemente la mala suerte. 

De esta forma preservamos nuestra autoestima y no nos sentimos tan deprimidos, frustrados o desesperanzados. De hecho, un estudio llevado a cabo en la Virginia Commonwealth Universityreveló que las personas con tendencia a la depresión en realidad tienen una perspectiva más objetiva del mundo y suelen ser más lógicas y reflexivas. Al contrario, quienes mantienen una actitud más optimista es porque ponen en práctica determinados sesgos que les ayudan a lidiar mejor con su realidad.

Por eso, no es extraño que cuando nos comparamos con los demás pensamos que somos más inteligentes, que tenemos menos prejuicios, que somos más éticos y que viviremos más años.

No se trata de algo negativo. De hecho, psicólogos de la Universidad de California afirman que los estados mentales de autoafirmación positiva, incluso las ilusiones positivas, contribuyen a disminuir nuestro nivel de estrés. Estos investigadores apreciaron que las enfermedades incurables avanzaban con mayor lentitud en las personas que albergaban ilusiones optimistas, aunque fueran poco realistas, ya que estas tienen un efecto protector. 

Desde el punto de vista biológico, esto se debe, en parte, a la acción del eje hipotalámico-pituitario-adrenal, que regula desde la digestión y la temperatura corporal hasta el humor, la energía física y el sistema inmunitario biológico. Este eje también modula nuestra respuesta ante el estrés, por lo que se ha apreciado que las personas con una percepción positiva tienen un eje hipotalámico-pituitario-adrenal más saludable que quienes tienen una percepción más negativa de la vida y de sí mismos.

Solo es necesario asegurarse de que no perdemos demasiado el contacto con la realidad y que esas ilusiones no son tan irreales que terminen haciéndonos daño.

Nuestra mente piensa en positivo automáticamente


Varios estudios sugieren que las personas tienen un temor infundado a los eventos negativos. Solemos imaginar las peores consecuencias y suponemos que reaccionaremos muy mal aunque en realidad cuando nos enfrentamos a esos problemas solemos responder mejor de lo que pensábamos. Esto se debe a que normalmente subestimamos nuestra resiliencia. Por consiguiente, ni los eventos positivos ni los negativos cambian tanto nuestra vida como pensábamos.

De hecho, cuando se trata de lidiar con la adversidad, es mejor dejar que nuestro inconsciente tome las riendas. Un estudio llevado a cabo en la Universidad Estatal de Florida reveló que cuando irrumpen en nuestra mente pensamientos sobre la muerte, ya sea la propia o la de personas que queremos, nuestro cerebro no se queda paralizado en la negatividad o el miedo durante mucho tiempo sino que intenta moverse hacia pensamientos más positivos.

En el experimento, los psicólogos prepararon a más de 100 personas para que pensaran en su propia muerte. A otro grupo le pidieron que imaginaran un evento desagradable, como ir al dentista. Luego les presentaron algunas raíces de palabras que debían completar, como “go”, a partir de la cual podían escribir términos como “gobierno” o “gozo”. Así los investigadores evaluaban su estado emocional inconsciente. 

Descubrieron que quienes habían pensado en la muerte solían elegir palabras más positivas, como “gozo”. Este mecanismo que ocurre a nivel inconsciente es el sistema inmunitario psicológico en acción, intentando mitigar los efectos del dolor y el sufrimiento, llevándonos a ver la parte positiva de la vida, incluso cuando estamos ante los eventos más desoladores.

¿Cómo fortalecer el sistema inmunitario psicológico?


El sistema inmunitario psicológico está compuesto por dos elementos esenciales: el componente resiliencia, que significa enfrentar la adversidad sin desmoronarse y salir fortalecido, y el componente de eudaimonía, que señala que la felicidad sostenible no proviene del placer sino del significado de la vida. Por tanto, para fortalecer tu sistema inmunitario psicológico debes:

- Encontrar el sentido de la vida. Las personas que tienen un por qué, son capaces de encontrar el cómo incluso en las condiciones más difíciles. Si tienes un buen motivo para vivir, la adversidad te  golpeará pero saldrás más fuerte.

- Aprender a centrarse en lo positivo. Las personas resilientes son aquellas que, incluso en la adversidad, no se derrumban y son capaces de encontrar lo positivo en los problemas. Cada situación, por mala que parezca, encierra un aprendizaje, que se convierte a la vez en una oportunidad para crecer.
- Practicar el desapego. Se trata de comprender la vida como el curso de un río, en el que todo llega y todo se va. De esta forma logras aceptar tanto las cosas buenas como las malas, sabiendo que no son eternas y que, antes o después, el dolor y el sufrimiento desaparecerán.

- Dominar la atención. David Kessler, especializado en la muerte y el sufrimiento, cree que la mayoría de las enfermedades mentales están causadas por algo que capta de manera obsesiva nuestra atención. Por tanto, si somos capaces de dominar nuestra atención, desarrollaremos un sistema inmunitario más eficaz. De hecho, el gran maestro indio Shantideva afirmaba: una persona distraída vive continuamente en las fauces de las aflicciones mentales”. 

Psicologia/Jennifer Delgado
http://www.rinconpsicologia.com

Fuentes:
DeWall. N. & Baumeister, R. (2007) From Terror to Joy Automatic Tuning to Positive Affective Information Following Mortality Salience. Psychological Science; 18(11): 984-990.
Andrews, P. W. et. Al. (2007) The functional design of depression’s influence on attention: A preliminary test of alternative control-process mechanisms. Evolutionary Psychology; 5(3): 584-604.
Taylor, S. E. et. Al. (2000) Psychological resources, Positive Illusions, and Health. The American Psychological; 55(1): 99-109.

jueves, 13 de abril de 2017

El Profeta - G. Jalil Gibrán (breve extracto)



Oíd esto también, aunque mis palabras pesen en vuestras conciencias:
La víctima no está eximida de su propia muerte.
Y quien ha sido robado no está exento de culpa por haberlo sido.
El justo no es inocente de los actos del malvado.
Y la mano blanca no está limpia con los hechos de la traición.
Ciertamente, el culpable es a menudo la víctima del agraviado,
Y con más frecuencia el condenado es quien carga con la responsabilidad del inculpado y del inocente.
Vosotros no podéis separar la justicia de la injusticia ni el bien del mal.
Ya que ellos están juntos como las hebras blancas y negras que fueron trenzadas entre sí.
Y cuando el hilo negro se rompe, el tejedor ha de revisar toda la tela y examinar también el telar.

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4 claves para dejar de quejarse

¡Cuántas veces hemos escuchado a ciertas personas quejarse una y otra vez, con motivo o sin él, de lo difícil que es su vida, de lo duro y complicado que es salir a luchar cada día y de la mala suerte que han tenido!

La queja es, sin lugar a dudas, la madre de los problemas emocionales que actualmente tenemos. Seguramente, si dejásemos de quejarnos tanto por aquello que no funciona como nos gustaría y nos fijásemos más en todo lo que tenemos para disfrutar y ser felices, no estaríamos tan amargados. Vivimos en la era en la que más cosas y facilidades tenemos pero en la que la gente es más infeliz.
Nos hemos acostumbrado a necesitar cada vez más y a hacer un drama cuando esa necesidad inventada no se ve cumplida. Y en consecuencia nos quejamos una vez y otra vez sin llegar a ninguna salida, pues quejarse no sirve para nada más que para hundirnos más en la amargura
►Quejarse es inútil y una pérdida de tiempo. No lo pienso hacer nunca
Stephen Hawking

¿Cómo son las personas quejicas?


Negativizan todo, incluso lo positivo

Las personas protestonas nunca están contentas con nada. Desean algo, se quejan si no lo tienen y cuando lo tienen se vuelven a quejar.
Aunque la situación que vivan sea positiva o hayan conseguido grandes logros personales o profesionales, siempre tendrán en la boca la coletilla “Si, pero…”. Esta actitud al final hace que nunca disfruten de nada y que se amarguen a sí mismos y al resto de la humanidad con su toxicidad.

No buscan soluciones

Es mucho más fácil despotricar, criticar o dilapidar lo que no ha salido como me habría gustado, que buscar soluciones para modificar lo que se pueda modificar. Buscar soluciones a los problemas implica dejar de caer en el victimismo y empezar a luchar por aquello que quieres, lo que conlleva un esfuerzo que mucha gente no está dispuesta a hacer.

Son chismosos y criticones

Las personas quejicas son, normalmente, criticones con los demás y con las circunstancias de su vida y esto es producto de su propia infelicidad y carencias. Recordemos que siempre criticamos de los demás, nuestros propios defectos.
Seguramente, el problema no esté ni en el criticado ni en el hecho que le está sucediendo, sino en ellos mismos, que no saben apreciar ni valorar las cosas buenas de los demás y de la vida en general. Su atención está plenamente enfocada en lo que ellos consideran como negativo, sin ser capaces de ver el lado positivo que todo tiene.

No aceptan que hay cosas que no se pueden cambiar

Para las personas criticonas, la aceptación no existe en sus vidas. No pueden tolerar que las cosas no salgan como ellos quieren y se dicen a sí mismos que ¡es insoportable, intolerable o desastroso que el mundo funcione como funciona!
El resultado es un empeoramiento de los problemas sin lograr hallar, evidentemente, ninguna solución al respecto y provocándose una ansiedad y sufrimiento importantes. La queja acabará cuando la persona se sienta cansada o aburrida de quejarse y vea que, aparte de una gran irritación, no obtiene nada con ello.

¿Qué hacer para dejar de quejarse?

Para dejar de quejarse en primer lugar hay que reconocer que lo hacemos. Y a continuación puedes poner en marcha los siguientes consejos:
  • Deja de juzgarlo todo: Tú no eres juez de nada ni de nadie, por lo tanto, lo más inteligente y sensato es tener la boca cerrada de vez en cuando y adaptarte a las circunstancias. Además, antes de juzgar, mírate al espejo: tú tampoco eres perfecto.
  • Promueve la aceptación en tu vida: La aceptación es un bálsamo para conseguir la paz interior y la salud mental. Si nos damos cuenta de que hay diversas situaciones, personas o hechos sobre los que no tenemos ningún poder y control, aprenderemos a dejar de tener expectativas y a aceptarlo todo, tal y como viene.
  • Stop a los pensamientos negativos: las palabras son el producto de nuestros pensamientos, de lo que nos decimos a nosotros mismos. Si sabemos combatir las ideas negativas e irracionales, será muy difícil caer en el victimismo, las críticas y la queja continua.

►La clave está en confrontar nuestras ideas con la realidad y darnos cuenta de que muchas veces somos nosotros los que anticipamos, generalizamos y sobredimensionamos las cosas.

  • Enfócate en lo positivo: todo tiene su lado bueno, pero parece que eso lo damos ya por hecho y no somos capaces de fijar nuestra atención en todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor.
Si haces un esfuerzo consciente y empiezas a enumerar todo lo positivo que hay en tu vida, te darás cuenta que hay más cosas agradables y buenas de las que te habías percatado. Dale la vuelta a eso que no te gusta y descubrirás que encierra algún valor.
Practica diariamente estos consejos y verás como la vida te empieza a cambiar. Recuerda que el cambio siempre comienza en nosotros mismos, no en lo de fuera. Pedir la hoja de reclamaciones al mundo no te servirá para nada, ¡empieza a amar a la vida tal y como es!

Psicologia/Alicia Escaño Hidalgo
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 12 de abril de 2017

LOS SEIS SONIDOS CURATIVOS

Los Seis Sonidos Curativos (Liu Zi Jue) es una técnica tradicional del Qigong Médico. El ejercicio que debe realizarse sentado en una silla y con la espalda recta.

Los 6 Sonidos Curativos deben pronunciarse correctamente y 6 veces cada uno. Los sonidos ejercen una vibración que afecta directamente a un órgano concreto depurándolo y sanándolo tanto físicamente como emocionalmente.

Si deseamos completar el ejercicio de sanación con una visualización, al inspirar imaginaremos una luz que llega a nuestro órgano y lo tonifica al espirar pronunciando el sonido visualizaremos como expulsamos las energías negativas de nuestro órgano (enfermedades y emociones)

Los 6 sonidos Curativos y sus respectivos órganos son los siguientes:

1. MADERA: Sonido “XU” Tranquiliza el Qi (energía) del hígado, se usa para tratar enfermedades de los ojos, dolor de cabeza, tics y también problemas faciales. Combate la depresión, la ira, la frustración, el resentimiento, la amargura y el desprecio.

2. FUEGO: Sonido “KE” o “HE” Refuerza el Qi del corazón y se utiliza para tratar la inquietud, las palpitaciones, el insomnio, las perturbaciones del sueño, la locuacidad. Se recomienda para disminuir la excitación, el deseo y la alegría excesiva, los celos y la avaricia.

3. TIERRA: Sonido “HU” Refuerza el Qi del bazo y trata los problemas digestivos. Reduce la reflexión excesiva y la obsesión.

4. METAL: Sonido ·”Si” Tonifica el Qi de los pulmones siendo indicado para combatir las enfermedades pulmonares como la tos y el asma. Indicado para mitigar los episodios de tristeza y de preocupación excesiva.

5. AGUA: Sonido “CHUI” Refuerza el Qi de los riñones y está indicado para los problemas de insuficiencia renal, eyaculación precoz y espermatorrea. Combate el miedo, los sustos, shock y ansiedades.

6. FUEGO: Sonido “ XI” Regula el Qi del Triple Calentador/SANJIAO. Se utiliza para tratar el tinitus, la sordera, hinchazón de axila, dolor de muelas y la inflamación de garganta.

 

¿CÓMO PODEMOS PRACTICARLOS?

Con los ojos cerrados se atiende al órgano (se pone la atención en él):

1.-HÍGADO: ponga la lengua junto al paladar y con una exhalación lenta y prolongada, produzca el sonido SSHHHHHHHHHHHH. Al mismo tiempo que elimina la rabia, la Ira, la cólera, la agresividad.

Si le viene a la mente en ese momento una situación o persona que le produce rabia, cólera o agresividad, no lo aparte de su mente, sino piense en ello mientras hace el sonido para eliminar la situación o persona de su mundo interior, para transmutarlo.

Durante los periodos de descanso respire hacia el hígado y sonríale al tiempo que lo rodea de una luz verde brillante. Sienta la virtud de la Amabilidad.

2. – CORAZÓN: Con la boca completamente abierta colocando la punta de la lengua detrás de los dientes inferiores haga una exhalación lenta y profunda al tiempo que produce el sonido HAAAAAAAAA y elimina el orgullo, el odio, la soberbia, la impaciencia y la prisa.

Si le viene a la mente en ese momento una situación o persona que le produce esta emociones que está eliminando, no lo aparte de tu mente, sino piense en ello mientras hace el sonido para eliminar el odio, orgullo, etc. de la situación o de la persona. Durante los periodos de descanso respire y sonría al Corazón al tiempo que lo rodea de una luz roja brillante. Sienta la virtud del Amor, y la Felicidad.

3-BAZO: Ponga otra vez la lengua junto al paladar y haga una exhalación lenta y profunda al tiempo que produce el sonido GUUUUUUUUUUU ( desde la garganta como el sonido de “Gemir”) y elimina la preocupación.

Si le viene a la mente en ese momento una situación o persona que le produce preocupación, no lo aparte de su mente, más bien piense en ello mientras hace el sonido para limpiar la situación o la persona..

Durante los periodos de descanso respire y sonría al Bazo al tiempo que lo rodea de una luz amarilla brillante y siente la virtud de la Belleza que potenciará positivamente este órgano.

4. PULMONES: Con la lengua detrás de los dientes cerrados y con una exhalación lenta y prolongada, producir el sonido SSSSSSS

Hacerlo con la intención de soltar todas las tristezas y depresiones. Si viniera a la mente una situación o recuerdo triste aprovechar para eliminarlo. Este sonido limpia de toda tristeza al pulmón, el órgano donde se guardan esta emociones.

Al inspirar llevar la energía del coraje, del valor y el buen animo a los pulmones. Sonreír y brindarle amor a estos órganos. Conviene visualizarlos envueltos en una luz blanca.

5.- RIÑONES: Formar una O con los labios como si se soplase la vela de cumpleaños y con una exhalación lenta y prolongada emitir el sonido HOOOOOO, al tiempo que se elimina el miedo e inseguridad.

Si le viene a la mente en ese momento una situación o persona que produce miedo e inseguridad, no lo aparte de su mente, sino piense en ello mientras hace el sonido para eliminar el miedo de la situación.

Durante los periodos de descanso respire a los riñones y sonríele mientras le envía una luz azul o negra brillante. Sienta la virtud de la Bondad y Paz.

6.-TRIPLE CALENTADOR: Si es posible haga este ejercicio tumbado. Con la boca abierta, exhale lentamente el aire mientas hace el sonido HIIIIIIIIIIIIII. Cuando pare para exhalar, trate de imaginar un rodillo grande que va aplanando el pecho, el estómago y el abdomen, y siéntase vacío ( es como cuando aplastamos con la mano una bolsa de plástico para guardarla. Sonría al triple calentador (no es un órgano).

Esto equilibrará todas las energías activadas por los demás sonidos y relaja el cuerpo en general.

La práctica habitual de estos ejercicios depura al organismo de energías negativas, hace prevalecer nuevos y poderosos estados de conciencia de tal forma que se torna cada vez mas improbable caer en tristezas, depresiones, cóleras, miedos, etc.

Un estado de completitud y felicidad se instala, nuestro estado de conciencia original.

Del mismo modo que no podemos vivir sin aire, no puede existir vida humana sin sonido. El hallazgo de los sabios del Asia antigua fue preguntarse cómo el sonido podía ser utilizado para la mejora y evolución del ser humano. La respuesta es que sí, los sonidos curan.

La vida humana se desarrolla en un entorno sonoro: el sonido es connatural a la existencia.

La ausencia total de sonido es materialmente imposible. Así, desde el origen de los tiempos, el hombre ha vivido en un entorno repleto de sonidos procedentes de las diversas manifestaciones de la naturaleza: el ulular del viento, el caer de la lluvia, el canto de los pájaros, el crepitar del fuego, el rumor de las olas. Un mundo lleno de armonía que ha conseguido influir física, emocional y mentalmente al ser humano consiguiendo crear estados de relajación, de estimulación o de armonización de la energía vital.

El sonido es la vibración del aire, y así, como la vida humana se da en un medio aeróbico (es decir, en el cual el aire es necesario para vivir), la existencia de sonido es inevitable.

Pero también existe sonido en la vida prenatal. En el nivel más intimo, el sonido nos ha rodeado y alimentado desde el momento en que fuimos concebidos. En el instante en que el ovulo se fija en el útero de la madre se pone en contacto con un entorno sonoro: las pulsaciones del latido cardiaco, los ruidos intestinales, la respiración de la madre. A medida que el feto se desarrolla se da cuenta de la importancia del latido cardiaco que percibe como esencial para su vida dado que la disminución le supone una falta de oxigeno, de nutrición o de temperatura. Cualquier alteración en el mismo conlleva estados de estrés. El feto no oye el sonido a través del sistema auditivo sino a través de la percepción vibracional o energética.

El sonido es una forma de energía de manera activa en el desarrollo y evolución de la persona.

Así pues, con el sentido pragmático que caracteriza a las culturas asiáticas, los filósofos y sabios chinos e indios pensaron que si el sonido era un elemento constante, omnipresente e inevitable en la existencia humana, podía ser utilizado como medio hábil para su mejora física, mental y espiritual, del mismo modo que el silencio meditativo lo era para los mismos fines.

 Fuente: https://evolucionconsciente.org