sábado, 28 de enero de 2017

Ayúdate con tu respiración celular


Una breve retención en la respiración proporciona profundos beneficios a los órganos, glándulas y sistemas del organismo. El pulso cardíaco se reduce a menos de la mitad, la presión de la sangre disminuye y la respiración celular queda automáticamente activada. ¡Las células del cuerpo empiezan a respirar por sí mismas!, descomponen espontáneamente los azúcares para liberar oxígeno y excretan los residuos celulares al torrente circulatorio para su eliminación.
La respiración celular genera calor corporal, este calor suele notarse en la parte inferior del abdomen desde donde se extiende luego a las extremidades, provocando la transpiración incluso en un frío día de invierno. ¿De dónde procede este calor? De lo que irradia la “caldera” de todas las células del cuerpo.
Desde la respiración profunda, con retenciones medias de 3 a 5 segundos, entre inhalaciones y exhalaciones profundas de misma duración, podemos equilibrar de forma natural el sistema simpático y parasimpático (sistema nervioso), sumamente eficaz contra la tensión que uno pueda tener en su día a día.
Además estudios demuestran que practicando la respiración profunda de unos 15 minutos al día causa abundante secreción de pepsina – hormona que digiere las proteínas – , y otros jugos digestivos, además de favorecer la peristalsis. Este efecto que se produce durante la fase de retención, hace de la respiración un excelente remedio contra la indigestión, el estreñimiento y otros trastornos digestivos.
No es la duración ni el volumen de aire retenido lo que produce estos excelentes resultados terapéuticos, sino más bien la suave y rítmica regularidad de todo el proceso respiratorio.

Cristina Casanova

casanovacris.wordpress.com

viernes, 27 de enero de 2017

10 "PEQUEÑOS" TEMAS PARA PENSAR


1) - Siente este momento... ¡Donde estás ahora mismo, es donde estás!
Es posible que hayas manifestado un millón de deseos de estar en otros lugares, haciendo otras cosas, pero no estás allí. ¡Estás, aquí!

¡SIENTE ESTE MOMENTO EN SU PLENITUD!
 2) - De prisa, ¡agárralo! Este momento ya ha pasado, no volverás a vivirlo ¡nunca más!

3) - ¿Te has fijado como el tiempo a veces se mueve muy despacio y a veces muy de prisa?

En algunos períodos de la vida, vivimos una gran cantidad de experiencias en un tiempo muy corto.

En esos momentos de intensidad, la vida pasa con mucha rapidez.
En otros, la vida parece ser lo mismo de siempre y pasa muy lentamente.

Aprovecha al máximo cada período de tiempo, porque la vida se mueve en ciclos. Vive y experimenta las cosas mientras suceden.
Vive las épocas ajetreadas lo más conscientemente posible. Reflexiona sobre todas tus nuevas experiencias en cuanto el tiempo pase más despacio.

4) - Tómate tiempo para no hacer nada. Se te abrirá un mundo de ideas, completamente nuevo

5) - Lo que haces en este momento, no solo afecta a este momento
Emprender acciones positivas y constructivas ahora, equivale a un futuro positivo.
Emprender acciones negativas y destructivas ahora, crea acontecimientos negativos en el futuro

6) - No puedes volver atrás
Lo pasado ya ha pasado. No volverá nunca más. Lamentarse no trae nunca nada, salvo infelicidad. 

7) - Vive el momento AHORA. Disfruta de los momentos que vengan, y no dejes que nada te impida encontrar aquello que realmente deseas vivir.

8) - Si pudieras hacer algo AHORA MISMO, en este momento, ¿qué harías? ¿Qué te lo impide?
A excepción de la innecesaria, no deseada o inconsciente intervención de los demás en tu deseo, deberías ir y hacerlo.

9) - Parece que siempre nos damos cuenta "después" de lo que deberíamos haber hecho, de lo que podríamos haber hecho...

10) - Estás VIVO
No importa la edad que tengas ni lo impedido que estés; mientras sigas VIVO, cualquier cosa es posible.


Extracto de El pequeño libro del tiempo - Scott Shaw 
http://panycirco.com

jueves, 26 de enero de 2017

Hacerse cargo - Agarra fuertemente las riendas de tu vida

 
 
Hacerse cargo significa tomar las riendas de nuestra vida, aceptar los errores y aprender de ellos, y también hacerse cargo de los éxitos y disfrutarlos.
 
 
De las decisiones, de los pensamientos, de los sentimientos, de las acciones, de las inacciones, de la propia vida.

Conozco muchas personas que culpan a quien tengan a mano de sus infortunios, a su familia, cultura, al gobierno de turno, al Universo, al jefe, a una adicción, lo que les surja; y muchas otras que les otorgan sus créditos a la suerte, a un favor que recibieron, a la casualidad o lo que sea.

La realidad me ha demostrado que cada uno de nosotros somos responsables de nosotros mismos y de las cosas que nos suceden.

Por supuesto que hay imponderables, situaciones que están totalmente fuera de nuestro control, y otras en las que tenemos una influencia muy relativa. Sin embargo siempre podemos elegir como reaccionar frente a estas situaciones y hacernos cargo de ello.

Cuando nos damos cuenta que esconder la cabeza como el avestruz es una opción lamentable y sumamente perjudicial, comenzamos lentamente a desear salir de ese agujero.

Hacerse cargo significa tomar las riendas de nuestra vida, aceptar los errores y aprender de ellos, y también hacerse cargo de los éxitos y disfrutarlos.

Cuando responsabilizamos a otros por nuestras acciones les estamos entregando el poder, actuamos como niños cuya primera respuesta es yo no fui.

Hacerse cargo y enfrentar las consecuencias de las decisiones tomadas significa madurar, y también implica algo sumamente importante, la posibilidad de cambiar.

La única forma de modificar aquello que no nos gusta, que nos está saliendo mal, que no se ajusta a nuestros deseos, es hacernos cargo de que estamos en ese lugar por nuestros propios actos. Desde aquí, podemos elegir otro camino.

Los pensamientos generan sentimientos y estos a su vez nos impulsan a actuar o no, de determinada manera. Hacernos cargo es ser libres para pensar, sentir y actuar en forma independiente escuchando nuestra voz interna.

Podemos equivocarnos mil y una vez y muchas más, podemos errar la ruta, podemos sufrir con los resultados, sin embargo si nos hacemos cargo de aquello que nos llevó hasta aquí, también sentiremos que tenemos la inmensa posibilidad de ajustar la brújula, tomar otro rumbo, salir de este lugar. Y actuaremos de acuerdo a ello.

Hacerse cargo es dar la cara, enfrentar y confrontar con quien sea necesario. Es asumir nuestro rol y nuestra responsabilidad, es cumplir con nuestra palabra y no darla sin pensar, en vano, solo porque es eso lo que suponemos que se espera.

Es también empezar a elegir desde nuestra dignidad, siendo fieles a nosotros mismos, es estar atentos a las oportunidades y tomarlas cuando se presentan, es darnos la chance de cambiar cuantas veces sea necesario.

Hacerse cargo es pedir ayuda en el momento que lo precisamos, es reconocer nuestras vulnerabilidades, es tender la mano y permitir que otro la sostenga.

Y por supuesto es reconocernos en nuestros logros, felicitarnos por ellos, darnos el crédito que nos merecemos. Es estar conscientes de nuestras fortalezas, es acompañar a quien nos necesita

Cuando nos hacemos cargo, nos estamos dando un lugar y no permitimos que otro nos desplace. Nuestra estima se robustece y salimos al mundo con vigor y determinación.

Y el mundo responde en consecuencia.

AUTOR DESCONOCIDO
Compartido por OCTAGONAL