lunes, 9 de enero de 2017
LOS PLACERES EN EL DESARROLLO PERSONAL
En mi opinión, hay personas que confunden la seriedad que pueda tener un asunto con la seriedad –o no- con que hay que afrontarlo.
Digo esto porque me he encontrado con personas que cuando inician el Camino se ponen serias –muy serias- y se lo toman como algo que hay que afrontar desde una actitud de gravedad manifiesta, solemnemente, tal vez siendo secamente inexpresivas, pensando que de esa forma le dan empaque, y que ellas mismas, por eso de aparentar tanta seriedad, se revisten de importancia y se sienten de una raza especial que ha de estar aparte.
En cambio, yo opino que hay que tomárselo de un modo distinto. Es un asunto serio en el sentido de que es importante –no hay duda-, pero eso no lo condena a la seriedad en la expresión y el afrontamiento.
Vivir es –también- sonreír, reír, divertirse, ser feliz… y todo eso se puede hacer compaginándolo con los momentos de introspección y reflexión, y de recogimiento y revisión, porque una cosa no excluye a otra, y porque la dedicación exclusiva al Desarrollo Personal, desde un punto casi obsesivo, es perjudicial.
Dios, o el Creador, -o “lo que sea o quien sea”, para los ateos-, no nos puso los cinco o seis sentidos y todas las maravillas que hay en el mundo como una tentación que se ha de vencer continuamente, ni nos dotó de la capacidad de sonreír para que la estemos reprimiendo constantemente, ni dijo que la felicidad y el buen humor sólo se pueden alcanzar al final del Camino.
El hecho de encarar la vida con optimismo, y los problemas con buen ánimo, y de ser capaces de desdramatizar la vida y lo que nos ocurre, no es un atentado contra la importancia del Camino. No es que se menosprecie. Quiere decir que un Camino se puede hacer en silencio o cantando, ya que de ambos modos se dan pasos. (Personalmente, prefiero la segunda opción)
Silencio, meditación, recogimiento, o introspección, son necesarios pero no es obligatorio que sea a todas horas.
Estamos en el Mundo y en la Tierra y eso implica que hay que compatibilizar trabajo con familia con ocio con matrimonio con viajes con religión con problemas con hijos con facturas que pagar con pensar en el futuro con tener miedo con llorar con espiritualidad con reír con estar desanimado con estar contento con amar con Vivir… y amalgamarlo todo, hacer un conjunto en el que todo ello pueda convivir cordialmente, cada cosa a su tiempo y en su momento, y estando uno por encima de todo ello observándolo, gozándolo, aprendiendo, siguiendo adelante en su propio Proceso pero sin abandonar a lo otro y a los otros.
Los placeres son para gozarlos.
El hecho de gozar, de reír, de estar a gusto, de sentirse bien o querido entre otra gente, la felicidad… todo eso es alimento para llevar en el Camino, y con ello la esperanza y la ilusión se reconfortan y crecen.
Y más aún porque hay muchos placeres que son muy puros e intensos, y que además son gratis. O casi.
Busca los tuyos y no los abandones, no los desatiendas así como tampoco desatiendas tu Proceso.
Que convivan armoniosamente.
Estas son solamente unas ideas de lo que quiero decir:
- Ver –conscientemente- un amanecer o una puesta de sol.
- Pasear por el parque, por el monte, por el campo.
- Charlar con amigos.
- Leer.
- Escuchar música.
- Meditación, relajación, reflexionar, yoga, zen.
- Desarrollo personal.
- Acudir a charlas, conferencias, exposiciones.
- Cenas o comidas en grupo.
- Abrazar, reír, amar…
Revisa cómo llevas el asunto de los placeres.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco De Sales
buscandome.es
domingo, 8 de enero de 2017
Con un poco de humor. . . Autoayuda express
Para todos los que creen que hay que enseñar y/o aprehender tanto ... a esta altura de la vida ! Luego de ver que hay gente que se hace millonaria explicando en un taller cómo ser líder. Luego de ver que hay gente que indica qué hacer para autosanarte. Luego de escuchar a aquellos que te enseñan a mejorar tu imagen y que siendo solteros y hasta divorciados, se la pasan escribiendo blogs sobre cómo mantener un matrimonio saludable. . Me he dado cuenta de que las cosas son más fáciles de lo que pensamos y que quizás puedas solucionar tus asuntos en dos sencillos pasos: Curso de Superación personal en dos pasos: 1 - Deje de hacerse el idiota y 2 - Póngase a trabajar. Curso para bajar de peso en dos pasos: 1 - Cierre la boca, y 2 - Póngase a hacer ejercicios. Curso de Administración en dos pasos: 1 - No gaste lo que no tiene, y 2 - Deje de pedir prestado. Curso para mejorar su autoestima en dos pasos: 1 - Quiérase mucho así como está, y 2 - Que le importe un bledo lo que piensen los demás. Curso para encontrar pareja en dos pasos: 1 - No hay gente hecha a la medida de sus caprichos y 2 - Por favor piérdale el miedo a estar solo Curso de autosanación en dos pasos: 1 - Perdónese sus estupideces y 2 - Perdone las estupideces de los demás. Curso para hablar en público en dos pasos: 1 - No tenga miedo a decir estupideces, y 2 - Si ya las dijo, no se calle; siga hablando. Curso de Mejoramiento de Imagen en dos pasos: 1 - Báñese, péinese y lávese los dientes, y 2 - Luego cuando salga de su casa, camine siempre DERECHIIIIITO!!! Curso de Modales y Etiqueta en dos pasos: 1 - Salude siempre y 2 - Mastique con la boca cerrada. Curso de Liderazgo en dos pasos: 1 - Pida las cosas con coraje y sin miedo, y 2 - Siempre dé el ejemplo. Curso de Valores en dos pasos: 1 - No jorobe a su prójimo y 2 - Siempre que pueda, ayúdelo. Curso de Autoconocimiento en dos pasos: 1 - Siempre mírese bien en el espejo, y 2 - Dígase sus verdades aunque le duelan. Curso para un matrimonio de éxito en dos pasos: 1 - Si no la / lo quiere.... váyase. 2 - Cumpla con sus obligaciones, sea feliz. Curso de crecimiento Emocional y Espiritual en dos pasos: 1 - Deje de tenerse lástima y 2 - Deje de echarle la culpa a los demás de sus fracasos. "Cuando el agua te llega al cuello, no te preocupes si no es potable"
(Stanislaw Jerzy Lec)
sábado, 7 de enero de 2017
Pon atención e intención en tu vida
Para poner atención, hay que vivir más despacio, más atentos a lo que ocurre en cada momento, siendo conscientes de nuestros actos, nuestras actitudes y sus consecuencias.
Poner intención en la vida significa proyectar nuestra vida, ya que además de estar atentos, tenemos que caminar, tomar decisiones y buscar nuevas posibilidades. De esta forma, nuestra intención se convierte en nuestra realidad.
Pon atención con el poder del aquí y ahora
Poner atención en cada instante de nuestra vida, supone vivir consciente y hacer un esfuerzo por vivir “aquí y ahora”. Para ello podemos seguir algunos consejos:
- Parar, esto es buscar momentos del día para “parar de hacer”, nos pasamos la vida haciendo cosas, deprisa, rápido y a ritmo frenético porque no llegamos, y esto nos hace perder atención. Para recuperarla, busca un hueco para ti en tu día a día, y aprovéchalo para escuchar el silencio, leer, escribir, observar…
- Escuchar, entendiendo que es diferente a oír. Escuchamos cuando ponemos atención en lo que sucede a nuestro alrededor. Estando atentos a los mensajes verbales o no verbales que nos dan las personas que nos rodean o las diferentes situaciones de la vida.
- Observar, es muy importante observar, para ello tenemos que parar y saber escuchar, a la misma vez que observamos lo que ocurre a nuestro alrededor, sin influir en ello, solo para aprender de ello, y conocer mejor el medio y las personas que nos rodean. Observar, también es una forma de aprender.
- Ser consciente, es poner atención y estar receptivos, además es entender lo que sucede a nuestro alrededor. Para ser conscientes ponemos todos nuestros sentidos, recibimos mensajes y los analizamos, interpretándolos para que nos sirvan como aprendizaje del momento presente.
- Bajar el ritmo, es seguir avanzando, aunque más despacio. No se trata de parar, sino de caminar a un ritmo más lento. Ese ritmo que nos permita a la misma vez avanzar y disfrutar del paisaje que vamos dejando atrás.
- Centrarse en algo concreto es importante, poner la atención en una sola cosa cada vez del presente. Para vivir en el aquí y ahora, tenemos que poner la atención en alguna tarea o persona del presente, sin dejarnos llevar por el resto de estímulos exteriores e insignificantes en éste momento.
► “Dale a cualquier cosa que estés haciendo o a cualquier persona con la que estés el regalo de tu atención”
-Jim Rohn-
Pon intención, viviendo intensamente
Poner intención es saber lo que queremos hacer en cada momento y en un futuro cercano. Para ello, la intención nos abre camino, dirigiéndonos en la dirección que nos llevará en el sentido deseado. Si ponemos intención, nos daremos la posibilidad de vivirlo intensamente. Para poder hacerlo en la práctica te propongo:
- Definir una intención. Es importante tener muy claro la intención de nuestros movimientos, sea en la vida en general o en situaciones concretas. Cuando definas tu intención, también habrás alcanzado el momento de caminar hacia tu deseo.
- Proyectar tu deseo. esto significa trazar la dirección de la línea de tu camino. Proyectar es visualizarse, saber dónde queremos llegar y estar atentos a las experiencias y oportunidades que la vida nos ofrece en la dirección del camino que hemos puesto intención de llegar.
- Tomar decisiones. es necesario para avanzar y vivir intensamente, que tomemos decisiones en la dirección marcada por nosotros, con la intención de llegar dónde nos hemos propuesto llegar. No podemos esperar a que nadie decida por nosotros, sin embargo, si estamos atentos, la vida nos mostrará oportunidades, y a partir de ahí, cada uno decide su vida.
- Seguridad para vivir intensamente, tenemos que sentirnos seguros del lugar al que queremos llegar. Aunque no sepamos lo que sucederá con cada decisión tomada, la seguridad está en saber que queremos seguir avanzando, disfrutando y viviendo cada momento como si fuese el único.
- Buscar opciones, cuando sabemos lo que queremos, y queremos vivir intensamente, es importante estar abiertos a diferentes opciones, reflexionarlas y valorarlas antes de tomar una decisión.
►“La intención es el verdadero poder detrás del deseo”
-Deepak Chopra-
Sentir profundamente
Cuando ponemos atención e intención a la vida, sentimos todo lo que nos ocurre de forma profunda, ya que nos sentimos protagonistas de aquello que nos ocurre, viviéndolo en primera persona. Pese a lo sencilla que parece la idea, no es algo que ocurra normalmente: nos sumergimos en un mundo de automatismos y cuestiones superficiales, que lejos de hacernos felices, nos hacen cada día más insensibles, alimentando la sensación de lejanía con nuestro interior.
►“Yo nunca habría tenido éxito en la vida si no me hubiera dedicado a las cosas más pequeñas con la misma atención y cuidado que le dediqué a las más grandes”
– Charles Dickens –
Nuestra mente subconsciente nos permite vivir en “automático”, de manera rutinaria; Sin embargo, podemos llegar a ser conscientes de lo subconsciente, solo observando e interpretando lo que sentimos. Una buena forma de descubrir la parte de nosotros que es ajena a nuestra consciencia es estar atentos a quienes somos realmente.
Psicología/Dolores Rizo
https://lamenteesmaravillosa.com
viernes, 6 de enero de 2017
LO QUE HAY QUE EVITAR EN EL DESARROLLO PERSONAL
En mi opinión, las personas que se comprometen en un Proceso de Desarrollo Personal adquieren una responsabilidad con la que tienen que ser bastante rigurosos.
Este Camino no siempre es corto ni es cómodo ni es fácil.
Esto quiere decir que no se anda solo sino que requiere de la atención continua y de la constancia, de la observación y el cuidado, y del progreso insistente aunque sea a base de pasos milimétricos.
Conviene evitar varias cosas, aunque todas ellas están relacionadas de algún modo -o son la misma cosa con distintos nombres-, y son esas cosas que nos incitan a la rendición o al estancamiento.
Alguien dijo que el enemigo de la vida no es la muerte, sino el desaprovechamiento.
Hay dos tipos de vida que aparentemente son exactamente el mismo tipo de vida, que no se distinguen exteriormente, en los que pasan idénticamente las mismas cosas, pero que cambian radicalmente en la sustancialidad, en la visión, y en la vivencia.
La misma cosa puede estar vacía de vida o puede estar llena de vida. Y la única diferencia está en cómo se viva dentro, en cómo se sienta. En la vigilancia que se le preste y en el jugo que se le extraiga. En el darse cuenta.
Ser consciente de lo que se haga o se piense o se sienta le añade a la vida un plus que la engrandece, y de cara al Desarrollo lo que hace es extraerle la enseñanza, lo que enriquece, lo que añade el paso siguiente.
EL DESAPROVECHAMIENTO es una de las cosas que hay que evitar, y con esto no me refiero a que haya que estar continuamente haciendo cosas para acabar cada día con la sensación de que se aprovecha la vida –que sí puede ser un modo de aprovecharla-. Me refiero a que las cosas no sucedan sin más y se vayan al olvido vacías, sino que dejen un poso, una lección, un enterarse de que uno está Aquí y Ahora, y de quién es, y de tener la sensación o la seguridad de que uno gobierna su vida.
LA PEREZA, y no me refiero a la pereza física, que perfectamente puede uno no tener ganas de hacer cosas un día, sino a la pereza en la intención o el compromiso de seguir aprendiendo –aprendiéndose- aún cuando uno esté tirado en la cama. La observación y la reflexión han de estar activadas a todas horas. La vida de atención y observación continua, y su correspondiente reflexión, no es obsesiva ni agobiante: es enriquecedora.
EL ABANDONO está prohibido. Cuando uno empieza a conocer las delicias del Proceso de Desarrollo Personal, cuando comienza a recoger los primeros frutos, se da cuenta de que no quiere abandonar, quiere seguir ahondando, descubriendo, aprendiendo. Se es consciente de que no hacerlo es engañarse a sí mismo. Ya saben cuál es una de mis frases favoritas: PROMETO NO ABANDONARME NUNCA MÁS. Aparezca lo que aparezca a lo largo de ese Camino –que en muchas ocasiones van a ser cosas desagradables del pasado- no se debe abandonar. El premio –que es uno mismo y el contacto íntimo con el Uno Mismo- está en el seguir adelante.
LA MENTIRA y EL ENGAÑO. Ni siquiera la mal llamada mentira piadosa. La transparencia y la verdad son imprescindibles. Nada que se construya sobre una mentira puede perdurar. Nada que sea una mentira se debe admitir. La ética y la honorabilidad han de estar presentes en todo momento.
LA DESESPERANZA, EL HUNDIMIENTO, EL ENFADO CONTRA UNO MISMO, LA RENDICIÓN. Nada de esto ayuda, nada de esto enriquece, nada de esto aporta algo positivo…por lo tanto son cosas a evitar.
Hay que seguir. Este Camino no admite la marcha hacia atrás. No se puede borrar lo andado y regresar a donde uno estaba antes de iniciarlo. Afortunadamente. El Caminante no ha de arrepentirse de los pasos dados.
Es un error de interpretación cuando uno cree que está peor que al principio o cuando cree que cada vez está más atrás. En realidad es como si a cada paso que uno da se creara un barranco detrás de nuestro talón. Ya es imposible retirarse y sólo queda la opción de avanzar.
La atención a la Vida y la atención a uno mismo y al Uno Mismo –el Ser Espiritual, la divinidad personal- son imprescindibles. Y en cuanto uno se dé cuenta de que puede estar en alguna de las situaciones que hay que evitar conviene echar mano de todo el optimismo, del Amor Propio, de la ilusión, de la Fe, o de cualquier cosa que nos saque de ese estado y nos ponga nuevamente en marcha.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco De Sales
buscandome.es
jueves, 5 de enero de 2017
Relaciones humanas, fractales, y la ley de las dependencias
Hace unos 2.500 años, un filósofo indio llamado
Kapila formuló una doctrina que explicaba los orígenes del universo, y
toda la vida consciente del mismo. Sus conceptos incluían la teoría del
«quinto elemento», conocida por muchos gracias a la alquimia y varios
textos herméticos, y precedían a las enseñanzas de Aristóteles y Platón.
La filosofía de Kapila se denomina samkya, y se erigió en una
de las seis escuelas de la filosofía india clásica, siendo tan
importante su incidencia que tuvo consecuencias trascendentales en el
pensamiento metafísico budista y la filosofía griega, y extendiéndose
hasta la Edad Media a través de los alquimistas europeos. Las huellas de
la filosofía samkya aparecen en enseñanzas tales como las
diferentes escuelas rosacruces, el “cuarto camino” de Gurdjieff, la
masonería, la teosofía, el gnosticismo, etc.
Kapila
decía que la conciencia pura e indiferenciada ha existido siempre, que
ha estado irradiando eternamente, sin principio ni fin, a través del
espacio y el tiempo, expresándose a través de una serie de principios
que, en conjunto, podemos generalizar como energía consciente en movimiento.
Para manifestar lo que entendemos por la “Creación”, la energía se
condensa en cinco estadios o formas diferentes (elementos), que actúan
como bloques de construcción de toda manifestación material, en diversas
permutaciones y combinaciones. Estos elementos, todos los cuales
proceden del primero de ellos, que los griegos llamaron éter, o en
sanscrito se llamaba akasha, son el Aire, el Fuego, el Agua y la Tierra.
Esta
antigua lista de elementos es un método rápido para clasificar toda la
materia manifestada, y es la base de muchas enseñanzas esotéricas,
alquímicas, mágicas y ocultistas de manipulación de la componentes de la
realidad según su estado, cada uno con unas propiedades determinadas,
que se denominan colectivamente tattwas, un término que viene a
designar todas las cosas que poseen esencia, y hay sistemas completos
destinados a estudiarlos y aprender a manipularlos a voluntad. Todo lo
que podemos percibir en nuestro plano terrenal se compone de uno o más
de estos cinco elementos combinados de varias maneras y en diferentes
proporciones. Así mismo, es también la base para la medicina tradicional
china, intercambiando y modificando alguno de los nombres de los
elementos, y de otras filosofías orientales derivadas de las escuelas
místicas de la india.
De la misma manera que estos
cinco elementos se combinan para darnos los bloques básicos de
construcción de la realidad (partículas cuánticas, partículas
subatómicas, átomos, etc.), y nada puede existir sin que haya una
relación interdependiente de los mismos para conseguir cualquier otra
cosa, los seres humanos nos relacionamos para generar la experiencia de
la vida humana, y nada se puede conseguir sin la existencia de estas
relaciones.
La relacionalidad de la vida humana
En
los años 80, un filósofo llamado James Care escribió que la manera en
que las personas solemos ver el mundo hoy en día está totalmente en
contra a como la vida nos ha creado para verla [originariamente, antes
de las varias manipulaciones genéticas sufridas]. Las relaciones humanas
entre dos personas, por ejemplo, están basadas en una interacción que
suele durar una duración finita de tiempo, que tiene una serie de reglas
y normas para que se lleve a cabo, y en la cual, en muchas ocasiones,
de esa interacción sale alguien que gana algo, y alguien que pierde algo
(en ello se basan los deportes, el mundo financiero, educativo, la
economía en la que se sustenta nuestro día a día, etc.). Es un tipo de
relación en el que siempre prevalece el individualismo y el servicio a
uno mismo. Sin embargo, decía James Care, este individualismo y las
sociedades basadas en el mismo no son más que una ficción, ya que no
existe tal cosa como un único individuo separado de su contexto y
aislado, que pueda existir y desarrollarse como tal sin apoyarse en los
demás y necesitarse mutuamente, sino que toda la experiencia humana está
constituida por roles y relaciones entre nosotros, ya que vivimos en el
mundo, y somos parte del mundo, o, como dice un mantra que suelo usar
mucho para recordar mi porqué en esta encarnación: “soy una célula en el cuerpo de la humanidad, y estoy al servicio de la totalidad”.
Todos dependemos de todos
No
hay nada que el ser humano pueda llevar a cabo sin tener en cuenta los
elementos y personas que le rodean. Sabemos, y hemos hablado en otros
artículos y conferencias, que es el programa ego de gestión de nuestra
psique lo que nos da la ilusión de la separación y de la individualidad,
y lo que nos hace vernos como seres aislados, pero todo lo que hacemos y
somos depende de todo lo demás, y nada puede ser hecho o alcanzado sin
tener en cuenta las relaciones con objetos, elementos y personas
involucradas, por lo que la filosofía de vida que está más alineada con
nuestro propósito y función no es nunca la filosofía de la
individualidad, sino la de la relacionalidad e interdependencia de todos
con todos. En este aspecto, todos necesitándonos a todos, y todos
trabajando con todos, es una forma de existencia que fluye con los
principios de la vida que rigen el planeta, sin principio ni fin, un
tipo de relación con el entorno, los otros reinos de la naturaleza y el
resto de la raza humana donde el enfoque está puesto en reforzar los
lazos y las conexiones de las que penden nuestros crecimientos mutuos,
para poder resolver situaciones cada vez más grandes con la fuerza de la
unidad.
Para solventar paradojas a la hora de
entender bien el concepto de individualidad contra el que James Care
escribe, hemos de ver a esta principalmente como un componente en el
trabajo personal de mirar hacia nuestro interior para conocernos mejor,
sanarnos, desprogramarnos, autoevaluarnos y observarnos, etc., ya que es
el único aspecto que nadie puede mirar o hacer por ti, y del que no
dependes de nadie para poder hacerlo, pero si que puedes necesitar a los
demás para ayudarte a ello. Pero, perfectamente alineado, resulta
también que el trabajo de cambiar en nuestro interior para poder cambiar
el mundo exterior pasa también por ver esa ilusión de individualidad en
lo más recóndito de cada uno, y ya cuando hemos removidos unas cuantas
capas de filtros, velos y programas mentales, aparecen atisbos de que
viajando hacia el interior de ti mismo para cambiarte y crecer, llegas
al corazón de los campos de consciencia que unen todas las cosas y todas
las personas, volviendo a darte cuenta que el mundo exterior, de nuevo,
cumple con las ideas a rajatabla de que todo depende de todo, y que los
limites que nos ponemos para definir donde termino yo y donde empiezas
tu son solo una construcción de la mente, en la parte más terrenal de
los múltiples niveles que componen nuestra existencia.
La ley de correspondencias
Los
antiguos filósofos ya se dieron cuenta de que si todo depende de todo y
todas las personas dependen de todas las personas, debe haber algún
tipo de ley cósmica o universal que rija estas dependencias. Hace un par
de años, en este otro articulo, ya explicamos porqué se corresponden ciertas cosas con ciertas otras cosas, basándonos en la ley de las octavas.
Habréis
leído hasta la saciedad que lo que buscas “ahí fuera” lo tienes
entrando “hacia dentro”. Porque es lo mismo. No es que seamos parte del
universo. Es que todo el universo es parte de nosotros, está en
nosotros. El más absoluto infinito se concentra en la parte más pequeña
de cada una de nuestras células. ¿Es esto correcto? ¿Cómo puede algo
“finito” como nosotros, un ser humano, “ser” algo infinito como el
Universo?
Fractales infinitos
La
respuesta está en lo que se llama un fractal. Un fractal es una
representación geométrica que puede ser dividida hasta el infinito y
conserva su misma forma, estructural, potencial, etc. Fijaros en la
figura siguiente. Es la conocida estrella de David, símbolo de
muchísimas culturas que se pierden en la antigüedad (y mal apropiada por
alguna actual). Imaginaros una de vuestras células, la más pequeña,
como el círculo que rodea la figura. Este espacio es finito, está
acotado, es fácil de entender que tiene límites. Ahora insertamos una
figura geométrica en su interior, un triángulo equilátero, mejor dicho,
dos. Uno hacia arriba, y otro hacia abajo. Buscamos una representación
geométrica que nos explique cómo el infinito puede estar contenido en
algo finito, y este es el modelo que lo explica.
¿Y
por qué dos triángulos y no otra cosa? Porque representan la dualidad
de nuestro universo y la doble polaridad de todo lo que existe.
Existimos en una realidad en la cual percibimos que no existe blanco sin
negro, ni frío sin calor, una cosa y su contrario, por eso este símbolo
representa la dualidad. ¿Es correcta esa percepción? No. Todo funciona
por triadas, y al ser humano le falta ver la realidad a través de la
tercera energía o polaridad, la energía neutra o equilibrante, pero por
la manipulación de la esfera de consciencia sufrida en los albores de
nuestra creación no podemos ver los tres componentes que forman todo lo
que existe, y por eso vivimos bajo la ilusión de la dualidad.
Volviendo
a la figura, en estos momentos seguimos teniendo un espacio finito (el
interior del círculo) acotado por la circunferencia que representa ser
un átomo nuestro, una célula o nuestro cuerpo entero, el límite que
defina no tiene importancia. ¿Cómo metemos algo infinito en ello? Si
para cada uno de los nuevos triángulos resultantes vamos añadiendo más
triángulos, dividiendo estos que ya hemos creado, tal y como veis en la
figura siguiente, volvemos a obtener nuevas estrellas de David de tamaño
menor, pero siempre totalmente completas, con las mismas
características y propiedades que la estrella “madre”, los mismos
ángulos, las mismas proporciones, etc.
Cada
una de esas divisiones crea la misma forma que el dibujo original, y lo
que es mejor, podemos seguir así hasta el infinito, porque cada
estrella nueva que se crea, puede ser dividida de nuevo hasta donde
queramos, suponiendo que pudiéramos tener un microscopio tan potente que
nos permitiera ver esas subdivisiones tan pequeñas hasta el infinito.
Y, además, para cada nivel en el que dividimos, tenemos un nuevo círculo
que lo rodea que representa el límite ilusorio de algo acotado que
tiene ese subnivel.
Todo conectado con todo
Gracias
a este proceso existe el infinito dentro de un espacio finito y esta es
la respuesta que nos permite entender cómo todo el universo puede estar
dentro del más pequeño de nuestros átomos, porque cada célula nuestra
es un fractal que está conectado con todo el universo que existe en la
célula, persona o silla de al lado (tal y como están conectadas entre sí
todas las mini estrellas de David que salen en la figura). Es la ley de
la correspondencia hacia arriba, o hacia abajo, hacia dentro o hacia
afuera, es el modelo de las relaciones humanas, de la vida, de la
consciencia, en cualquier plano, en cualquier dimensión, en cualquier
nivel.
El infinito, el universo y todos sus planos
existenciales están en nosotros y una parte del Todo no puede existir
sin la parte de al lado. No existe individualidad como tal, como
concepto de una parte aislada del resto que pueda hacer algo sin la
concordancia y existencia del resto de partes que forman el conjunto
mayor al que pertenece. Y, por el mismo motivo, no existe acción, por
pequeña que sea, que una de las micro-micro-figuras fractales realizara,
que no afecte si o si a todo el conjunto, de ahí que no hay
pensamiento, acción o energía movida, creada o emitida por el ser
humano, que no tenga repercusión, en su justa medida, en todos y cada
uno del resto de fractales de la Creación. El “efecto mariposa”, del
cual seguro habréis oído hablar, nace de este concepto.
Todo
está conectado, todo es interdependiente, todo afecta a todo, y quizás
lleguemos a tener todos esta visión del mundo, en algún momento de
nuestro periplo evolutivo como especie. Requiere algo que pocos humanos
han llegado hasta el momento a ser conscientes en cada momento de sus
vidas, pero es una de esas cosas que esperan a ser descubiertas más allá
del velo de la ilusión de nuestra realidad percibida, manipuladamente,
como individual y separada de todo lo demás.
Publicado el 04/01/2017 por David Topí
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