miércoles, 28 de diciembre de 2016

8 lecciones para la vida que los niños pueden enseñarles a los adultos



Siempre pensamos que somos los adultos quienes debemos guiar a los niños, tomarles de la mano para ayudarles a recorrer el camino de la vida y enseñarles todo lo que no saben. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en las enseñanzas que los niños nos pueden ofrecer. Y tampoco nos detenemos a pensar en las cosas que nuestras enseñanzas les arrebatan a los niños, cosas que también son muy valiosas para enfrentar la vida. De hecho, el escritor británico Ken Robinson afirmó: "La educación es la culpable, casi siempre, de desviar a la gente de sus talentos".

Volver a ser niños implica conectar con nuestra esencia


1. Piensa en cada día como en un nuevo comienzo

¿No es agradable pensar en el día que comienza como en una nueva oportunidad en vez de sentirnos abatidos o agobiados apenas abrimos los ojos? Para los niños, cada día implica la posibilidad de vivir una aventura, de descubrir algo, de ser felices. Los niños no llevan equipaje de un día para otro, y nosotros deberíamos aprender a contagiarnos de ese espíritu porque es una sensación increíble que solo puede hacernos bien.

2. Busca motivos para sonreír

Charlie Chaplin dijo que “un día sin reír es un día perdido”. Sin embargo, muchos adultos prácticamente han olvidado qué se siente al reír a carcajadas. En realidad, hay mil motivos para sonreír, solo que no los vemos porque estamos demasiado ensimismados en nuestras preocupaciones y problemas. Los niños, al contrario, echan a volar su imaginación y le encuentran el matiz simpático a las situaciones cotidianas. Reaprender a enfrentar la vida con sentido del humor es uno de los mayores regalos que puedes hacerte, tu equilibrio emocional te lo agradecerá.

3. Sé el héroe de tu vida
Nora Ephron dijo que "todos deberíamos ser el héroe de nuestra vida, no la víctima”. De hecho, cuando los niños cuentan una historia son proactivos, siempre asumen el papel de héroes. Sin embargo, a medida que crecemos nos volvemos más reactivos, en vez de tomar las riendas nos dejamos llevar y nos ponemos cada vez más a merced de las circunstancias. Así, terminamos minimizando nuestros logros y comenzamos a culpar al destino asumiendo el papel de víctimas. No obstante, si de verdad quieres vivir sin arrepentimientos, la clave radica en ser el protagonista de tu vida, no verla como si fueras un espectador o un actor secundario.

4. Muestra tus cicatrices con orgullo
Cuando un niño se rompe un hueso, todos le firman el yeso y se convierte en la estrella de la clase. Si se corta, enseña la cicatriz con orgullo, como si fuera un trofeo de guerra. Sin embargo, cuando crecemos comenzamos a esconder nuestras heridas emocionales, nos avergonzamos de ellas. No nos damos cuenta de que un amor no correspondido, la pérdida de una persona amada o un fracaso en un proyecto son señales de que hemos vivido y nos hemos atrevido a intentarlo. Por tanto, no debemos esconder nuestro dolor, tristeza, desasosiego sino compartirlos con las personas cercanas. Las cicatrices no son signos de debilidad sino señal de fortaleza y resiliencia, son una historia que contar, no algo vergonzoso que se deba ocultar.

5. Atrévete a probar cosas nuevas

Andre Gide dijo que “el hombre no puede descubrir nuevos océanos si no tiene el valor de perder la vista de la orilla”. Los niños no tienen miedo a enfrentarse a lo desconocido porque no están llenos de prejuicios y temores como los adultos. Los pequeños buscan con entusiasmo lo nuevo, y lo disfrutan plenamente porque la novedad estimula sus sentidos y su mente. Los adultos piensan que están bien en su zona de confort y les atemoriza salir de sus límites, pero lo cierto es que su cerebro necesita la novedad tanto como el cerebro infantil porque solo cuando dan un paso fuera de lo que conocen, solo cuando exploran nuevos territorios, logran crecer. 

6. Disfruta los pequeños placeres

Disfruta de las pequeñas cosas porque un día puedes mirar hacia atrás y darte cuenta de que esas eran las cosas grandes”, dijo Robert Brault. Los niños lo saben, son capaces de entusiasmarse ante una flor aparentemente insignificante, disfrutan del tacto de la arena de la playa, se inspiran con un arcoíris, se alegran cuando pueden jugar bajo la lluvia… Los adultos también tenemos todos esos pequeños milagros al alcance de la mano, pero como hemos dejado de apreciarlos, también dejamos de disfrutarlos.

7. Cuestiona todo, y a todos

Los niños no se dan por satisfechos con tanta facilidad, quieren llegar al fondo de las cosas y cuestionan todo, incluso las cosas que los adultos dan por sentadas. De hecho, su "¿por qué?" es una de las herramientas más valiosas que tienen a su disposición, no solo para descubrir y entender el mundo sino también para desarrollar una actitud crítica y autodeterminada. Los adultos dejamos de plantearnos ese tipo de preguntas y simplemente comenzamos a aceptar lo que la sociedad nos dice. En ese mismo momento nuestro pensamiento comienza a marchitarse y nos convertimos en autómatas. Sin embargo, volver a cuestionarse todo, como si fuéramos niños pero ahora con los ojos de un adulto, te abrirá nuevas puertas que ni siquiera sospechabas que existían.

8. Confía en tu brújula interior de la felicidad

Los niños tienen un sentido especial para la felicidad, saben perfectamente qué les hace felices y no dudan en buscar con fruición esa agradable sensación. A medida que crecemos acallamos ese sentido, lo sacrificamos en el altar del deber. Los otros, esas personas que ya se han resignado a no ser felices, nos dicen que es egoísta, utópico o inútil pensar en términos de felicidad. Sin embargo, deberíamos reencontrar ese sentido perdido para hacer cada día lo que creemos correcto, lo que nos gusta, cuando nos apetece y a nuestro propio ritmo.

Psicología/Jennifer Delgado
http://www.rinconpsicologia.com/

martes, 27 de diciembre de 2016

Acuario, la era de la prosperidad interior (Extracto)



La inteligencia del hombre todavía no es perfecta porque siempre se ha desarrollado por razones de interés propio. Todo el mundo se beneficia del extraordinario progreso que se ha hecho, pero sólo externamente. Interiormente, todavía están aislados y separados; No están unidos. Externamente, es cierto que los miembros individuales de las naciones y sociedades se ayudan y se apoyan mutuamente a través de instituciones de defensa nacional, seguridad social, subsidios familiares, etc. Pero los humanos todavía no han entendido lo que significa este progreso en realidades objetivas. Todavía no han descifrado el mensaje contenido en todos los adelantos, posibilidades y ventajas de la vida moderna, ni las han trasladado al plano de su propia vida interior.

Todavía hay mucho trabajo por hacer, por lo tanto, para formar esta sociedad interior, esta comunidad humana en el plano espiritual. En el interior, los seres humanos siguen separados y mutuamente hostiles; No se están moviendo juntos hacia el mismo objetivo. Sin darse cuenta, los diferentes países están trabajando por la separación, el aislamiento. Por supuesto, tienen varias formas de relaciones internacionales tales como Ministerio de Relaciones Exteriores, Servicio Diplomático, Comercio Mundial, etc., pero en realidad cada nación está decidida a defender su identidad separada, cada uno quiere ser un Poder Mundial e imponer su voluntad a los demás.

No, verdaderamente, no hay muchos que están íntimamente unidos. Es por eso que debemos trabajar para hacer de la fraternidad universal interior una realidad; Debemos trabajar para unir a los seres humanos, pueblos y naciones y ayudarles a alcanzar esa sublime conciencia de unidad y una vida de plenitud y abundancia, una vida de prosperidad interior. La prueba de que esta cuestión está sólo a medio resolverse se puede ver en el hecho de que, aunque los seres humanos han logrado resultados fantásticos en el nivel exterior, en el nivel interior a menudo se sienten insatisfechos, vacíos, pobres y en la oscuridad. Esto demuestra que hay que avanzar un paso más.

Más gente en el mundo ahora tiene comida y alojamiento. Las condiciones externas, por lo tanto, son mucho mejores que en el pasado. Sí, pero ¿qué pasa con las condiciones interiores del hombre? Esta es la obra del futuro: procurar una prosperidad interior para la humanidad igual a la que goza exteriormente.

Omraam Mikhaël Aïvanhov,
Complete Works, Vol. 25, A New Dawn: Society and Politics in the light of Initiatic Science
 

Todo es un milagro

A mí me gusta andar solo por los senderos del campo, rodeados de arrozales y maleza, y poner cada vez el pie en el suelo siendo consciente de ello, sabiendo que estoy caminando por la maravillosa tierra.


En esos momentos la existencia es una realidad milagrosa y misteriosa.   La gente considera que caminar por el agua o por el aire es un milagro y sin duda lo es.
Pero yo creo que un verdadero milagro también lo es caminar consciente por la tierra.
Cada día participamos en milagros que ni siquiera reconocemos: el cielo azul, las nubes blancas, las hojas verdes, los curiosos ojos de un niño, nuestros propios ojos… ¡Todo es un milagro!
Pero si eres una persona activa y ocupada, significa que tienes poco tiempo para pasear por los senderos del campo rodeados de hierba y para sentarte al pie de los árboles.
Tienes que preparar proyectos, hacer consultas a los vecinos, intentar resolver un millón de problemas y terminar un montón de trabajo.
Has de enfrentarte a toda clase de dificultades, durante todo el día tienes que estar concentrado en el trabajo, atento, listo para manejar la situación con inteligencia y destreza. Así que podrías preguntarme:
¿Cómo voy a practicar el ser plenamente consciente?
Mi respuesta es la siguiente: Concéntrate en tu trabajo, mantente listo para afrontar con inteligencia y destreza cualquier situación que surja.
La plena conciencia es simplemente eso. No hay ninguna razón para que tenga que ser un estado distinto al de concentrarte en tu trabajo, estar atento y evaluar las cosas del mejor modo posible.
Mientras estás consultando algo, intentando resolver un problema y afrontando una situación, sea la que sea, si deseas obtener unos buenos resultados tu corazón necesita estar sereno y tú has de tener autodominio.
Cualquiera puede darse cuenta de ello.
Si eres incapaz de controlarte y te dejas llevar por la impaciencia o la ira, entonces tu trabajo deja de tener valor.
La plena conciencia es el milagro que nos permite ser dueños de nosotros mismos y recuperar la plenitud.
Imagina, por ejemplo, un mago que corta su cuerpo en muchas partes y que deja cada una de ellas en una región distinta: las manos en el sur, los brazos en el este y las piernas en el norte, y que por medio de algún poder milagroso, al lanzar un grito vuelve a unir todas las partes de su cuerpo.
La atención plena -Mindfulness- es como esta imagen, es el milagro que te permite en un instante unir tu mente dispersa y recuperar la plenitud para vivir cada minuto de tu vida.
Thich Nhat Hanh