miércoles, 30 de noviembre de 2016

12 FORMAS DE EXPANDIRSE Y CRECER



“La función básica de cada ser es expandirse y contraerse. Los seres expandidos son permeables, los seres contraídos son impermeables”. -Thaddeus Golas, Manual de iluminación para holgazanes

La vida es una experiencia dinámica. Algunas veces puedes tener la impresión de que tu vida es estática y fija, pero a la distancia es posible ver que en realidad estás en un estado de cambio constante. Los cuerpos vienen y van, al igual que las emociones, los estados de ánimo, las percepciones y las personalidades. Algunas veces una situación o cambio te ayuda a expandirte y crecer, y otras puede hacer que te contraigas y ensimismes. 

Aunque la expansión y contracción son una parte natural de la vida, las personas tienden a recurrir a la contracción durante momentos de estrés. La contracción es una suerte de mecanismo de defensa habitual. Al sentir estrés ante el cambio o la agitación es más sencillo ensimismarse. A pesar de la tendencia natural a contraerse, la expansión ofrece mayores posibilidades de crecimiento, transformación, y felicidad. 

Ten en cuenta que un ser expandido por lo general es más incluyente, más envolvente y espacioso, capaz de llenar el mundo con la versión más grande y mejor de sí mismo. Por otra parte, un ser contraído es hermético, limitado, y comprimido en un núcleo sólido, denso e inamovible. Un ser expandido es como una onda, que se disemina en el tiempo y el espacio. Un ser contraído se parece a una partícula, estática y fija en una posición en un momento determinado. 

Piensa en una estrella. Una estrella saludable, como el sol, brilla e irradia luz y calor; envía ondas expansivas de energía en todas direcciones. No hay planeta ni objeto interestelar que se resista al toque del sol, brilla sobre todo. Sin embargo, cuando una estrella está próxima a morir, comienza a quedarse sin combustible y se contrae hasta que hace implosión. Aplastada por su propia gravedad, se convierte en una masa tan increíblemente densa y pesada que literalmente apaga su propia luz. Todos somos como esa estrella, y podemos elegir brillar y expandirnos hacia el mundo, o encogernos y encerrarnos en nuestra propia densidad abrumadora. 

¿Cómo puedes dejar que tu luz brille? ¿Cómo puedes expandirte aún más? Estos doce consejos pueden ayudarte.
 
  1. Pregúntate: “¿Me estoy expandiendo o contrayendo en esta situación?” El sólo hecho de reconocer tu situación te ayudará a hacerte más consciente de hacia qué lado te estás inclinando en un momento determinado. En esa conciencia radica el potencial de cambiar hacia un estado expandido.
     
  2. Rehúsate a quejarte, rezongar o a ventilar reclamos. Estos comportamientos son pesados, indolentes y limitantes. Conducen al juicio y a la condena que sólo te aíslan y hacen que tu conciencia se pliegue en una concha cerrada herméticamente.
     
  3. Sé un millonario de las sonrisas. Esta es una manera sencilla y disfrutable de expandir tu conciencia y de irradiar felicidad al mundo. El acto de sonreír es una expresión física de expansión, ya que irradias una onda contagiosa de dicha hacia el mundo.
     
  4. Respira y muévete. Cuando te quedas quieto por mucho tiempo, tu energía física y mental se estanca. Pero cuando te levantas, te mueves, y respiras profundamente, expandes tus pulmones y llenas tu entorno. Sentarse sin moverse crea una inercia que te hace sentir restringido, así que levántate y muévete.
     
  5. Domina al ego. De todas las capas de la vida, el ego es la más limitada. Lucha por sentirse distinto y superior que los demás y defiende su sentimiento de engreimiento a toda costa. Salirte de tu ego es un movimiento expansivo muy importante. Toma a tu ego de la mano, llévalo a una esquina y dile de buen modo: “Siéntate y cállate; en este momento nos estamos expandiendo”.  Siempre puedes volver por él después, no se irá a ningún lado.
     
  6. Ve lo divino en los demás. Reconoce que todos los seres vivos son una expresión del mismo campo unificado de conciencia y se merecen tu respeto y amor. En la India, por lo general la gente reconoce esta idea a través del saludo en sánscrito Namaste, que significa honro a la divinidad en ti que es la misma divinidad en mí; somos uno. En silencio, repite Namaste cada vez que tu mirada se cruce con la de otra persona y recuerda que a nivel del espíritu, somos uno.
     
  7. Deja ir los apegos y acepta lo desconocido. Los apegos se fundamentan en el miedo y la inseguridad, dos estados emocionales extremadamente contraídos. El desapego, en cambio, acepta la incertidumbre y conduce a la expansión. Adéntrate en lo desconocido, suelta esas ideas preconcebidas, prueba algo nuevo. Todo lo anterior te ayudará a crecer para convertirte en una persona más grande, más extendida y que lo acepta todo.
     
  8. De manera consciente, envía paz y compasión al mundo. En la tradición budista tibetana, existe una práctica de medicación que se conoce como Tonglen en la que uno se visualiza absorbiendo el dolor o el sufrimiento de otra persona y los transforma  en paz, amor, y compasión que envía de regreso al mundo. Tú también puedes imaginar que irradias luz, paz, y compasión a todos aquellos en tu entorno inmediato. Visualiza la paz que brilla en cada centímetro de tu entorno y se expande hacia los más lejanos confines del espacio.
     
  9. Pregúntate: “¿Cómo puedo ayudar?” Esta pregunta encarna el diálogo interno del espíritu. Influye y expande tu conciencia orientándola hacia el servicio y el cuidado de los demás y la aleja de  la limitada y cerrada conciencia del ego. Reconoce que una parte de la razón por la que estás aquí es para ayudar al prójimo.
     
  10. Da gracias por todo. La gratitud es otra emoción expansiva que te permite dar la bienvenida a todo aquello que experimentas y a verlo como una herramienta para el crecimiento o como un punto de partida para algo mejor. Cuando valoras todo lo que viene a ti, abres un poco más un estado de conciencia cerrado.
     
  11. Repite este mantra todos los días: No estoy en mi mente, mi mente está en mí; no estoy en mi cuerpo, mi cuerpo está en mí; no estoy en el mundo, el mundo está en mí. Puedes usar estas palabras para poner los pies sobre la tierra y comprometerte a expandir aún más tu estado de conciencia. Es un recordatorio de quién eres en realidad más allá de la ilusión de una existencia material separada. Repite estas palabras y siente cómo te expandes en todas direcciones hacia el infinito.
     
  12. Acepta y ama tanto como puedas, ama a todos y todo. El sol no niega su luz ni su calor a nada ni a nadie que esté a su alcance. Del mismo modo, muéstrate dispuesto a amar y a aceptar todo aquello que experimentes, incluyéndote a ti. Entre más amoroso y dispuesto a la aceptación estés, más expandido serás. Para bien o para mal, ama todo. Tal vez haya cosas que no puedas imaginarte amando en este momento. ¿Imagina cómo sería si pudieras amar a esa cosa o persona? Con este sencillo ejercicio puedes expandirte más allá de los límites que le has puesto a tu capacidad de amar.
Siempre que te sientas pesado, denso, y contraído, haz  la prueba con estos sencillos pasos para volcarte hacia el exterior. Con suerte, te ayudarán en tu camino hacia un estado de conciencia más expandido.

Adam Brady 
The Chopra Center
https://choprameditacion.com

martes, 29 de noviembre de 2016

Mi paz interior… no es negociable


Considero que una las incesantes búsquedas del ser humano está asociada a la de la paz, que aunque cada persona puede tener un concepto y percepción de ella, en términos generales encierra el estado en el cual nos sentimos serenos, sin perturbaciones externas o internas y más allá de la situación que vivamos podemos encontrar nuestro centro y refugiarnos en él.
Ciertamente hay condiciones que favorecen o atentan contra los estados de paz, con la capacidad que tiene cada quien de mantener la calma, de estar tranquilos, no disimulando, sino realmente inafectado por lo que ocurre. No tiene que ver con indolencia, ignorancia o poca empatía, tiene que ver con un estado de consciencia que permite romper un vínculo de identificación con las situaciones, que en escenarios corrientes nos definen.

Debemos tomar el control de nuestra vida y establecer los parámetros que sean necesarios para sentirnos a gusto, esto en un principio podrá ser vulnerado por personas que no contribuyan a nuestro estado de equilibrio, por momentos de ansiedad a lo que pueda ocurrir, por situaciones estresantes o que nos empujen a preocuparnos de manera constante. Sin embargo, mientras más dominio tengamos de nuestra mente y mayor facilidad desarrollemos para conectarnos con nosotros mismos, será mucho más difícil que los factores externos puedan perturbarnos.
Debemos hacer un análisis interior y ver qué tipo de proyecciones estamos haciendo en nuestra vida, qué tipo de situaciones toman protagonismo, qué tipo de personas son las que nos rodean y buscar siempre mantener la armonía, independientemente de lo que vivamos, que todo tenga un espacio, un orden y una posición en nuestra escala de prioridades.

Tengamos la suficiente autonomía como para manejar las cosas que nos afectan, no le demos mayor poder a nada de los que nos ocurra y ante cualquier conflicto externo, refugiémonos en nuestro interior, allí está todo lo que necesitamos, todo lo que buscamos y eso que llamamos paz, felicidad, que inclusive se la podemos endosar a alguien más está justo dentro de cada quien.
Nuestro mundo exterior debe ser un reflejo de nuestro mundo interior, si vivimos en un caos físico, alguna relación está teniendo con cómo nos sentimos, así que un buen avance consiste en darle orden a nuestros espacios, a los sitios en los cuales nos desenvolvemos, como es adentro es afuera. Nuestras actividades también deben estar planificadas, esto nos evitará el estrés propio de la desorganización e improvisación y tendremos más espacios físicos y mentales para dedicarnos a lo importante.
►No negocies tu paz con nadie, cualquier cosa cuyo costo sea tu paz, es extremadamente costosa y de seguro no valdrá la pena.

SaraTibet 
http://rincondeltibet.com/

lunes, 28 de noviembre de 2016

OCHO ACTIVIDADES PARA REINICIAR TU MENTE (QUE NO INCLUYEN MEDITAR)


¿Anhelas cosechar los beneficios de una práctica de meditación pero te intimida el acto de sentarte en quietud? La meditación es un proceso simple que no requiere esfuerzo para algunos, pero para otros puede representar una tarea abrumadora.

La buena noticia es que hay muchas maneras de cultivar un estado de atención plena y tranquila que no incluyen la meditación en quietud. Intenta alguna de estas actividades alternativas para poner en práctica tu atención en el momento presente, y disfruta del enfoque, la claridad y la paz que le siguen.

Sal a dar un paseo
Tanto la naturaleza como el ejercicio son recetas para mejorar la salud y el bienestar. Henry David Thoreau lo estableció muy claramente: “Caminé por el bosque y regresé siendo más alto que los árboles”. Esto se debe a que estar en la naturaleza se siente bien. Alimenta tu cuerpo, mente y espíritu.

Encuentra un sendero o camino cerca de ti. Intenta encontrar en AllTrails una nueva ruta que explorar. Mientras caminas, presta atención a cómo respiras al moverte. Date cuenta de tus sensaciones corporales, observa cómo aumenta tu frecuencia cardiaca cuando subes un monte, y cómo participan tus pantorrillas mientras desciendes.

Fíjate en todos los detalles a tu alrededor: los colores, las plantas y los árboles, el ritmo y la cadencia de tus movimientos, y tus pies que caen sobre el piso en un ciclo. Absórbelo todo sin distraerte.

Haz jardinería
En lugar de arreglar el jardín mientras escuchas música, trata de cultivar un estado de atención presente y silenciosa. Si puedes mantener tu mente enfocada en prestar atención a lo que estás haciendo (la sensación de tus manos en la tierra, la briza sobre tu rostro, el aroma de la albahaca que está creciendo y tu respiración al moverte), puedes convertir tu sesión de jardinería en una práctica de conciencia presente.

Pinta entre líneas
Hay una nueva moda en el mundo de la conciencia llamada colorear para adultos. Los libros para colorear dirigidos a adultos dicen brindar horas de relajación, alivio de la tensión, expresión creativa y un estado de conciencia presente. Además, parece ser una forma divertida de jugar de nuevo como un niño.

Baila
Pon buena música (de preferencia con mucho ritmo pero sin letra), cierra los ojos y permite que tu cuerpo se mueva libremente. Intenta hacerlo en un lugar amplio como el patio, la sala o el sótano, y baila como si nadie te estuviera mirando porque, bueno, nadie lo hace, pero también porque se siente bien.

Haz ejercicio con atención plena
Hay muchas formas de mover tu cuerpo de manera atenta, solo se necesita algo de enfoque y conciencia para combinar la atención plena y el ejercicio físico. Prueba con correr, saltar la cuerda, practicar tai chi o cualquier otro ejercicio aeróbico mientras sigues estos consejos para integrar la atención plena a tu programa de ejercicios.

Practica yoga
El yoga, también una forma de estirar tu cuerpo y hacer ejercicio, es la manera en que mucha gente encuentra la meditación. En la práctica física del yoga, es más fácil enfocarse primero en el cuerpo y luego usar ese enfoque para domar a la mente del mono.
Encuentra una clase de yoga cerca de ti, pon un video de yoga en línea, o haz una secuencia de yoga para fortalecer tu columna o posturas para despertar por la mañana. Permite a tu cuerpo y respiración conducir tu mente conforme vas de una postura a la siguiente.

Toca un instrumento
Tocar música es una forma increíble de expresión creativa. No tienes que ser talentoso para disfrutar de ella. De hecho, si no te tomas tan en serio un instrumento, puede servir como un gran ejercicio de atención plena porque no tienes un objetivo más allá de solo tocar.
Si ya tocas un instrumento, pasa algún tiempo con él y deja todo lo demás afuera. Convierte esta en una sesión de atención plena, en lugar de perfeccionar una canción o escribir algo nuevo para que los demás lo disfruten.

Si aún no tocas ningún instrumento, escoge uno de los que siguen, que requieren muy poco o nulo conocimiento para comenzar:
•    Tambor
•    Gong
•    Cuencos tibetanos
•    Campanas chinas
•    Calimba
•    Maracas
•    Tu propia voz
Recuerda que el propósito no es ganarte al público, sino enfocar tu atención en el momento presente mientras creas ritmo, melodía y sonido.

Disfruta de una puesta de sol
No hay mayor sensación de presencia que observar el sol esconderse detrás de una nube o más allá del horizonte. Además de su belleza natural, la puesta de sol también es un luminoso recordatorio de que todos los días nos ofrecen un nuevo final y un nuevo comienzo.
Piérdete en los colores vibrantes y el espíritu de la puesta de sol, y toma el consejo de la Madre Naturaleza de que el resto de tu lista de cosas que hacer puede esperar hasta mañana.

Melissa Eisler
The Chopra Center
https://choprameditacion.com

domingo, 27 de noviembre de 2016

APRENDER DE LAS EXPERIENCIAS EN EL DESARROLLO PERSONAL



En mi opinión, y esta es una opinión que me ha costado mucho tiempo consolidar debido a mi mente que es muy racional, todas las cosas suceden por algún motivo y todas las cosas –todas- tienen una lección que aportarnos.

Ya sé que para quien está muy convencido de ello, y desde siempre, esta afirmación no tiene importancia. “Ya lo sabía”, dirán unos. “Por supuesto”, dirán otros.

Claro. Podemos aprender de un libro, del anuncio de un refresco, de una mirada y de una emoción, pero… ¿Qué hacemos con ese aprendizaje?

Lo primero: se requiere intención, atención, perspicacia, y voluntad. Y si no se hace de este modo, es inútil. La vida pasará ante nuestros ojos y las cosas ocurrirán ante nosotros con la misma impunidad e invisibilidad con que lo hacen en la mayoría de las ocasiones.

Por experiencia propia puedo afirmar que el Camino del Desarrollo Personal no tiene fin. Y esta afirmación, lejos de invitar a la decepción o a la rendición, ha de convertirse en un aliciente y una alegría, porque eso significa que siempre podemos estar aprendiendo y desarrollándonos. 

►Nuestras posibilidades de mejoramiento no tienen límites. Aleluya.

Si hubiera un límite estaríamos acotados, confinados entre un principio y un fin, y eso no es bueno porque quiere decir que seríamos limitados, que solamente podríamos desarrollarnos hasta cierto punto y nada más.

Pero nuestras posibilidades de aprendizaje no encuentran límite, a cada instante podemos seguir creciendo. Cada vez podemos ser mejores. Cada día podemos dar una serie de pasos que nos acerquen más a nosotros mismos, que desarrollen nuestras cualidades, que domestiquen nuestros defectos.

Nuestra grandeza no tiene fronteras. Y esto es maravilloso.

Esto invita a vivir cada uno de los instantes y cada una de las experiencias o circunstancias -como escribí anteriormente-, con intención, con atención, con perspicacia y con voluntad.

Cuando nos sucede algo que nos aporta un resultado que sea o que aparente ser un error, o que está mal –si es que el “error” y el “mal” existieran-, no es momento de enfadarse y enzarzarse en una retahíla de auto-reproches y lamentos -si acaso y como máximo, un minuto y nada más-, sino que es momento de serenarse, poner la cordura a trabajar, desapegarse de lo que haya sucedido, no perder el tiempo en buscar culpables, y centrarse en extraer esa lección. Cada uno a su modo.

En estos casos está bien preguntarse POR QUÉ y PARA QUÉ. Si somos capaces de dar respuestas vamos bien. Significa que estamos aprendiendo.

Las respuestas verdaderas que vayamos encontrando las tenemos que ir incorporando y las tenemos que tener presentes cuando vuelva a suceder una situación igual o similar. Y no tienen que ser, precisamente, respuestas grandilocuentes construidas con palabras pomposas, sino que una emoción o un sentimiento indescriptibles pueden ser la confirmación de que en nuestro interior ha sido aceptada como correcta.

Si lo único que hacemos ante el descubrimiento de un “error” o de algo que está “mal” es quedarnos en el lamento, en la queja, en el hundimiento, magnificándolo y haciendo de ello una tragedia de la que es imposible recuperarse, y además eso nos sirve para confirmar esa teoría que nos ronda de que no valemos, somos torpes, no aprendemos, todo lo hacemos mal… pues en ese caso estamos desaprovechando una lección que nos sería conveniente aprender.

Y el destino, o Dios, o el Maestro Interior, o quien sea, que es más listo que nosotros y sabe que esa experiencia y su correspondiente aprendizaje son necesarios para nosotros, hará que se nos repita una y otra vez hasta que aprendamos la lección. Puedo asegurar que es así como funciona.

Así que es mejor colaborar con nosotros mismos. Ya que tenemos que aprender, mientras antes mejor. Y que no sea necesario repetir lo que no nos gusta.

Casi me atrevo a decir que deberíamos alegrarnos cada vez que nos encontráramos con una situación dura, porque así aprenderemos.

Te diré, eso sí, que existe la opción de aprender por las buenas y sin sufrimiento: viviendo con intención, con atención, con perspicacia y con voluntad.

Pero, como siempre, tú decides.

Te dejo con tus reflexiones…

sábado, 26 de noviembre de 2016

Aprender a olvidar




En mi opinión, hay muchas cosas que por nuestro propio bien -por nuestra tranquilidad personal y emocional-  sería muy conveniente olvidar deshaciéndonos de ellas urgentemente una vez extraída la lección implícita que todas las cosas que nos suceden traen para nosotros.

Olvidarlas, borrar hasta la última huella de su paso por nuestra vida, deshacernos de su influencia, liberarla y liberarnos. 

Ya habrás escuchado esta frase: “NOS RESULTARÍA MUCHO MÁS FÁCIL OLVIDAR LAS COSAS DESAGRADABLES SI NO INSISTIÉRAMOS TANTO EN RECORDARLAS”. 

En muchas ocasiones es como si nos repitiéramos machaconamente “Que no se me olvide que lo tengo que olvidar”. Un contrasentido. Pero así de torpes somos en demasiadas ocasiones, unos absurdos teóricos que saben la regla que tienen que aplicar pero no la aplican. Una gran torpeza por nuestra parte.

He escuchado a algunas personas decir que persisten en no querer olvidar una cosa porque quieren tenerla presente para no volver a repetirla. Esto estaría muy bien si se quedasen sólo con la foto del hecho histórico, solamente con lo que pasó, pero en cambio –en mal cambio- mantienen el hecho y además todo lo negativo que aportó ese hecho. No se quitan la espina para recordar cuánto duele una espina clavada. Absurdo también.

Deberíamos confiar en que somos lo suficientemente inteligentes como para darnos cuenta de que algo que nos hizo mal –o algo que hicimos mal-, no necesita seguir martirizándonos, sino que con saberlo y haberlo aprehendido dentro ya es suficiente.

Recrearnos masoquistamente en el mal no aporta nada que sea bueno o beneficioso y en cambio –también en mal cambio- nos ata a una sensación dolorosa de ser víctimas o culpables, cuando no somos ni una cosa ni otra sino simples actores de un papel en el mundo.

Olvidar es sano y libera, porque nos exime del peso del asunto.

Olvidar no es de cobardes, sino de sensatos.

Mantenerse en el dolor –sea el que sea- es una autoagresión y una injusticia.

Aprender a olvidar es aprender a liberarse, es aceptar que uno es humano –y eso le da derecho a equivocarse-, y que trata con otros humanos -que también tienen derecho a equivocarse- ,y que las cosas no siempre suceden como uno quisiera y que los otros no siempre se comportan como sería deseable, y liberarse es comprender que la vida está compuesta por momentos buenos –que conviene multiplicar y disfrutarlos todo cuanto se pueda- y momentos menos agradables -que hay que pasar y dejar que vayan al olvido-.

¿Cómo se hace para olvidar?

DESAPEGÁNDOSE DEL ASUNTO.

DANDO PERMISO PARA QUE SE VAYA, DICIÉNDOLE QUE YA SE APRENDIÓ LO QUE HABÍA QUE APRENDER.

ANALIZÁNDOLO OBJETIVAMENTE.

DESDRAMATIZANDO LOS SUCESOS.

COMPRENDIENDO Y ACEPTANDO.

NO INSISTIENDO EN EL RECUERDO.

RECONOCIENDO QUE ERA SIMPLEMENTE UNA EXPERIENCIA.

NO IMPLICÁNDOSE MÁS DE LO NECESARIO.

CAMBIANDO EL PENSAMIENTO POR OTRO CUANDO SE PRESENTE.

Que cada uno utilice el método  o los métodos que considere adecuado o adecuados a su caso. Y que añada los que les sean útiles. Cada uno se conoce –o se debería conocer- y sabe qué es lo que mejor le puede funcionar.

Por cierto, hemos hablado de olvidar lo malo, pero lo bueno, si no causa dolor su ausencia, está bien mantenerlo sin olvidarlo.

Te dejo con tus reflexiones…

Francisco De Sales
buscandome.es