domingo, 27 de marzo de 2016

Apertura

Campo Mórfico

Todos tenemos dos cumpleaños. El día en el que nacemos, y el día en el que despierta nuestra conciencia.   Maharishi.


Cuando nació nuestro cuerpo físico en la forma de aquel bebé, no éramos conscientes de que comenzaba la vida. Sin embargo, existe otro nacimiento posterior en el que nos damos cuenta de algo extraordinario que abre avenidas insospechadas. Se trata de una experiencia en la que, de pronto, atestiguamos que somos algo más que una mente pensante. ¿Le ha sucedido a usted ya? En tal caso, ¿en qué momento sucedió ese clic que abrió la puerta de una identidad más amplia?

En realidad, no sólo nacemos físicamente, sino que también nacemos espiritualmente. En este segundo nacimiento, devenimos conscientes de qué “somos esencia”. Una experiencia chispeante a través de la cual comenzamos a desear realizarnos y tomamos consciencia de la estupenda posibilidad de actualizar nuestras potencialidades y de recrearnos en la plenitud perfecta de que somos y nos rodea. En ese día irreversible, realmente, volvemos a nacer con mayúsculas.

El nacimiento físico conlleva el acceso progresivo a nuestra persona física, emocional y mental. Sin embargo, el llamado nacimiento espiritual anuncia la entrada en un Laberinto sin Retorno por el que paso a paso, vivencia a vivencia, expandimos nuestro nivel de consciencia. Hacer consciente la verdadera identidad es un camino que también empieza con un primer “darse cuenta”. La diferencia entre el antes y el después es algo parecido a vivir dormidos o despiertos a dimensiones internas insospechadas. Lo espiritual está mas allá de los credos e ideologías más o menos estrechas. Lo espiritual es una experiencia íntima y transracional por la que el Yo Profundo aflora. Se trata de un nacimiento que, cuando en algún día nos sucede, ya no tiene vuelta. Uno ya sabe que podrá cambiar sus ideas, pero no podrá renunciar a esa consciencia del sí mismo que ya le ha sido revelada. Un nivel que no se basa en la cantidad de información, sino en la capacidad de darse cuenta. Hay personas que han nacido a esa experiencia y otras que todavía no les llega. No es una cuestión de edad, inteligencia o tesón, sino de esa misteriosa fuerza que abre a unas rosas antes que a otras.

Lo que sí es cierto es que dicho nacimiento es un algo por lo que dar las gracias. Si sentimos que aún no ha llegado, es el momento de aprovechar una buena circunstancia emocional para abrirnos al Universo y abrirnos a una confiada espera. Todo llega en su momento. Se dice que cuando el discípulo está preparado, aparece el maestro. A veces, éste adopta la forma de un libro, otras, de un cálido atardecer, otras se esconde en el tacón de una bailarina o en la pupila de un lúcido. En ocasiones, llega acompañado de amor irresistible y de acontecimientos de dolor, cambio e inesperadas sorpresas.

Cuando uno despierta y accede a esa vivencia interna, sabe que ha vuelto a nacer porque ya no vivirá más de lo mismo, tal vez porque siente que antes deambulaba a ciegas. En realidad, darse cuenta de que uno vive en el sueño de la mente es una forma de despertar. “La vida es sueño”, decía Calderón. “Vivimos en una caverna y nos relacionamos con el mundo de las sombras”, decía Platón. Salir de la “caverna” significa devenir consciente. ¿Consciente de qué? De que, en esencia, uno es Observación, Infinitud, Océano de Conciencia. Un estado mental que no depende del patrimonio acumulado ni del grado de inteligencia. Ya sabemos que el camino del puro “tener” tiende a resultar insaciable. Para él nunca es bastante, y una vez conseguidas las cosas deseadas, nada nos garantiza la paz completa. El cultivo del “Ser” aquieta la mente y permite vivir el regalo de la lucidez y la paz profunda del alma.
 
 Extracto del libro Inteligencia del Alma - José María Doria (pag.44)

Parábola acerca de cómo las circunstancias cambian a la gente



Un día una mujer joven se acercó a su padre y tristemente le dijo:

— Papá ¡estoy tan cansada de todo! tengo muchos problemas en el trabajo, en mi vida personal y ya no tengo fuerzas...¿qué puedo hacer?

Su padre le respondió:
— Permíteme mostrarte:
Puso en el fogón tres ollas con agua y trajo una zanahoria, un huevo y café. Luego puso un ingrediente en cada uno de los tres recipientes. Al cabo de algunos minutos apagó el fogón y le preguntó a su hija:
— ¿Qué ha pasado con lo que puse en el agua?
— Pues papá, la zanahoria se coció, el huevo también. El café se disolvió, — respondió la chica.
— Así es, — respondió el padre, — pero si lo vemos más profundamente nos damos cuenta que la zanahoria, que era tan fuerte se hizo blanda y flexible. El huevo que parecía tan frágil y delicado se volvió duro. Su aspecto es el mismo, pero interiormente cambiaron, cada uno a su manera bajo una misma situación: el agua hirviente. Lo mismo ocurre con las personas: los que parecen fuertes pueden resultar siendo los más débiles y aquellos que parecen más indefensos y delicados se vuelven duros y rígidos...

— Vale pero ¿y el café? — preguntó curiosa la hija.
— Ah, pues el café es lo más interesante. Se disolvió completamente en el ambiente hostil y lo cambió, hizo del agua hirviente una bebida deliciosa y aromática. Hay personas que al entender que no pueden salir de determinada situación, deciden cambiarla y convertirla en algo positivo, poniéndose a disposición su conocimiento y a sí mismas para hacer de eso algo mejor. Es la elección de cada uno en qué convertirse luego de pasar por una situación difícil.

Vía Genial Gurú Foto de portada: marianafritsch

viernes, 25 de marzo de 2016

Ejercicios para sincronizar los hemisferios


No hay dos cerebros iguales y mucho menos dos formas iguales de utilizarlo. Aunque todos nosotros contamos con dos hemisferios, cada uno con las características que ahora veremos, la verdad es que damos mayor uso a uno u a otro en función de  nuestras diferencias personales.

Puedes conocer tu grado de preponderancia de uno u otro en este enlace
Pero para alcanzar el máximo rendimiento debemos trabajar con ambos sincronizados

La lógica de nuestro hemisferio izquierdo
Nuestro hemisferio izquierdo, tremendamente favorecido en nuestra sociedad, empezando por el peso otorgado en los colegios a sus “especialidades”, es el encargado de :

  • Las habilidades analíticas
  • Las habilidades verbales
  • Ciencia y matemáticas
  • El procesamiento secuencial
  • El razonamiento
  • Control motor de la parte derecha del cuerpo
  • Atención al detalle

Así , las personas con hemisferio izquierdo dominante, muestran las siguientes características:

  • Sistemáticas. Siguen una secuencia para la realización de acciones cotidianas.
  • Lógicas. Si algo no es lógico no es cierto
  • Objetivas. Lo que es, es…
  • Se fija en las diferencias. Compartimentan la información y la encapsula basándose en las diferencias.
  • Prefieren la certeza. No se sienten cómodos en la ambigüedad ya que se les rompen los esquemas.
  • Analíticas. Descomponen la información en secuencias más pequeñas, buscando el detalle
  • Dependencia del lenguaje. Prefieren hablar o escribir porque codifican las información a través de las palabras.
  • Controlan sus sentimientos. Después del análisis detallado de pros, contras, el filtro de la lógica, la certeza….. “lógicamente” no se dejan llevar por sus emociones.

Ejercicios para potenciar nuestro hemisferio izquierdo:

  • Hacer sudokus
  • Jugar al tres en raya
  • Jugar al ajedrez
  • Realizar secuencias lógicas del tipo : Descubre el número que falta en la siguiente secuencia: 4-7-12-21—–71
  • Ejercicios de encontrar la palabra semejante
  • Acertar un personaje por medio de un determinado número de preguntas cuyas respuestas sean sólo SI-NO
  • Jugar a la batalla naval o hundir la flota
  • Resolver problemas de lógica
  • Planificar secuencialmente alguna actividad, como una excursión, redactar un buen objetivo, escribir una receta con todos los pasos a seguir…
  • Puzzles [Rompecabezas]

La intuición de nuestro hemisferio derecho

El hemisferio derecho, más desarrollado en el caso de los zurdos y los artistas, es el
encargado de las siguientes funciones:

  • Habilidades de síntesis
  • Habilidades musicales
  • Habilidades espaciales
  • Procesamiento simultáneo
  • La emoción
  • La intuición
  • La creatividad
  • Percepción de pautas abstractas
  • Espiritualidad
  • El simbolismo
  • Control motor de la parte izquierda del cuerpo

Las personas con dominación del hemisferio derecho son:

  • Más azarosas. Sus comportamientos son más impredecibles, no limitándose a pautas sistemáticas de actuación
  • Más intuitivas. Suelen escuchar a su intuición y dejarse guiar por ella
  • Más subjetivas. No necesitan pruebas “científicas” para creer en algo
  • Se fija en las similitudes. Más holísticas, tienden a integrar más que a disgregar
  • Más espontáneas. No necesitan analizar situaciones al detalle para tomar decisiones
  • Más flexibles.
  • Más sintéticas. Buscan agrupar, no darán largos discursos sino que
  • concretizarán las ideas en algo más global
  • Su lenguaje no son las palabras, sino las imágenes, los símbolos y el movimiento,
  • por lo que suelen desarrollar aficiones u oficios relacionados con el dibujo, el
  • tacto, la fotografía, el baile…
  • Expresan sus sentimientos con mayor libertad.

Ejercicios para potenciar el hemisferio derecho:

  • Si eres diestro utiliza tu mano izquierda para escribir alguna palabra o para coger  cualquier objeto
  • Crea un símbolo que te identifique mediante el dibujo
  • Utiliza rutas alternativas para trayectos habituales modificándolas sobre la marcha.
  • Cierra los ojos y visualiza detalladamente objetos, rostros, espacios…que conozcas
  • Haz papiroflexia
  • Baila
  • Elige al azar parejas de palabras y trata de construir con ellas una metáfora.


En la sincronía está el equilibrio

Una vez conocidas las funciones de ambos hemisferios y los ejercicios para potenciar cada uno de ellos, si andamos muy descompensados, podemos hacer ejercicios para que funcionen a la vez.
Este es el más conocido de todos


  


Se trata de decir en voz alta el color del que está escrita cada palabra. La primera que nos encontramos es AMARILLO
Tu hemisferio izquierdo, que reconoce la palabra con sus letras dispuestas  secuencialmente, y que además es el encargado del habla, querrá a toda costa que de tu boca salga la palabra Amarillo. Sin embargo tu hemisferio derecho percibe claramente el color verde.
Nos damos cuenta de la potencia de nuestro cerebro porque a medida que vamos leyendo el resto de palabras de la serie nos resulta mucho más sencillo.

Otro ejercicio de sincronización, se dice que diseñado en la NASA, es escribir el abecedario en un folio de la manera que está escrito en la foto que encabeza este artículo.

Una vez tengamos el alfabeto dispuesto en el folio, escribiremos debajo de cada  caracter, las letras i, d y j de forma aleatoria.
Cuelga ahora el folio en una pared de forma que puedas verlo y comienza el ejercicio.

La letra i se refiere a la izquierda, la d a la derecha,y la j a las dos juntas.
Así, el objetivo es recitar el alfabeto levantando en cada letra el brazo que te indique la letra que has colocado debajo, si debajo de la A habías escrito una j, y debajo de la B una i, deberás decir A mientras levantas ambos brazos, B mientras levantas el brazo izquierdo, y así hasta completar dos veces el alfabeto.

El ejercicio tiene aún dos fases más, cuando hayas conseguido hacer las dos series del alfabeto completo deberás hacer dos más pero en orden inverso, es decir, comenzando por la Z y acabando por la A.
Ten en cuenta que si comentes un fallo debes volver a comenzar.
Y para rizar el rizo, una vez dominadas estas series, el paso siguiente es utilizar también las piernas, de forma cruzada.
Si encuentras una i mientras recitas la letra, levantarás el brazo izquierdo y la pierna derecha.
Con la d, brazo derecho y pierna izquierda.
Y con la j, levantar ambos brazos y saltar.

Otra forma de ayudar a sincronizar nuestros hemisferios, que recomiendo utilizar mientras nos sentamos en el ordenador, es escuchar con unos buenos auriculares músicas diseñadas para tal propósito, que utilizan diversas frecuencias que ayudan a la sincronización.

Rosa Ruiz vía Evolución Consciente