viernes, 4 de mayo de 2018

Control


Abordar este concepto puede abrir, a priori, dos pensamientos; uno es el de tener las cosas bajo control (el cual transmite seguridad, aparente seguridad) y el otro tiene que ver con una limitación (aparentemente exterior), si estoy controlado no puedo sobrepasar cierto límite. Por lo tanto, fiel a la dualidad en la que vivimos diariamente, en uno somos el controlador y en el otro el controlado.
Sin entrar en particularidades o en las distintas formas de control, el objetivo de esta entrada es que abordemos el control como herramienta utilizada por el ego, por lo tanto, de cómo somos controladores y controlados al mismo tiempo.
Desde que nacemos y, como especie, nos acostumbramos a querer que las cosas sean de una cierta manera; cuando somos bebés lloramos para obtener aquello que queremos hasta que ese deseo sea satisfecho (controlamos), luego comienzan los límites externos y comenzamos a aprender  que no todo es cuando o como queremos (somos controlados); luego de eso, comenzamos a encontrar herramientas con las que podamos superar esos límites como las sonrisas, otras formas de queja, gestos, etc (controlamos nuevamente) y así crecemos entre un ida y vuelta constante en el juego del controlador y el controlado. Esto que comienza como una forma de supervivencia, lo aplicamos a todas las áreas de nuestra vida y así es como intentamos controlar nuestro entorno para hacerlo más a nuestro gusto y que sea lo más adecuado a nuestros gustos posible.
Ante los sucesos externos que no podemos controlar y nos generan angustia, incomodidad, tristeza, indefensión, etc., comenzamos a buscar motivos externos que justifiquen aquello sucedido y es en este momento cuando dejamos que el ego se manifieste de manera autónoma, permitiéndole jugar al juego de la culpa y el victimismo, echando culpas en lugar de responsabilidades, señalando hacia fuera en vez de hacer una revisión introspectiva comprendiendo que el de afuera no existe y, no es más que la proyección de nosotros mismos sobre el otro.
Buscando respuestas
Ante cualquier tipo de experiencia vivida y sin explicación aparente, lo primero que queremos hacer es hallar respuestas, la mente necesita respuestas y el ego busca culpables, víctimas. Es por esto que siempre estamos en la búsqueda de los “¿POR QUÉ…?” Y creemos ser nosotros quienes tenemos las respuestas, es aquí donde podemos observar el control en su máxima expresión.
Encontrando respuestas
Cuando comprendemos que las respuestas que buscamos no aparecen como resultado de nuestra búsqueda sino más bien por ser observadores de la realidad que nos circunda, nos enfocamos en “¿PARA QUÉ…?”, transmutamos la culpa en responsabilidad y nos hacemos cargo de que todo aquello que nos sucede es el resultado de aquello que somos y proyectamos.
Básicamente, cuando dejamos de querer controlar, nos abrimos a la experiencia, al SER más que al HACER y eso es un paso más hacia la libertad emocional.

Federico Cetani

jueves, 3 de mayo de 2018

La meditación acelera la velocidad de procesamiento del cerebro

La meditación fortalece al cerebro de múltiples maneras. Una de ellas consiste en promover la girificación, es decir la cantidad de pliegues que se encuentran en la corteza cerebral.


La vertiente terapéutica de Yoga, una de las más interesantes, es un área de estudio y documentación que sigue ocupando tiempo a Ramiro Calle, pionero en difundir el Yoga en España, que fue el primero en someterse a una serie de sofisticadas pruebas médicas hace 30 años, las primeras realizadas, y que validaron las modificaciones provocadas por las técnicas del Yoga. Él mismo nos remite esta noticia y otras que iremos publicando próximamente.
La meditación fortalece al cerebro de múltiples maneras. Una de ellas consiste en promover la girificación, es decir la cantidad de pliegues que se encuentran en la corteza cerebral. A dichas conclusiones llegó una investigación conducida por Eileen Luders, neuróloga de la Universidad de California, Los Angeles (Estados Unidos). La experta explica que una mayor girificación permite que el cerebro procese la información con mayor velocidad. Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Frontiers in Human Neuroscience.
Investigaciones previas encontraron que la meditación aumenta el tamaño del cerebro y mejora la conexión entre las neuronas. Para analizar el efecto de esta disciplina en la girificación cerebral, los investigadores tomaron imágenes de resonancia magnética funcional de 50 personas que meditaban y de 50 que no lo hacían.
"No queríamos simplemente comparar a los individuos que meditan y los que no. Buscamos observar si hay una relación entre el tiempo de meditación de una persona y los cambios que genera en el cerebro. Es decir, si el número de años de práctica se relaciona con el nivel de pliegues en la corteza cerebral".

Un cerebro más fuerte

Luders observó importantes cambios en la girificación de varias regiones de la corteza cerebral, y subraya que cuantos más años llevaban de meditación los voluntarios, mayores eran las modificaciones observadas en su cerebro.
La experta subraya los cambios observados en la corteza insular. "Se cree que la corteza insular funciona como un núcleo de integración autonómica, afectiva y cognitiva. Las personas que meditan son expertas en la introspección y conciencia así como el control emocional y la auto-regulación, por lo cual los hallazgos de la investigación tienen sentido. Cuanto más tiempo lleva una persona meditando, mayor es el nivel de pliegues en la corteza insular".
Luders también recalca que la relación entre el tiempo de meditación y el nivel de girificación muestra la capacidad del cerebro de modificarse y de adaptarse a los cambios ambientales.


Ramiro Calle
https://www.yogaenred.com

miércoles, 2 de mayo de 2018

7 BENEFICIOS DEL ARTE PARA TU CEREBRO

En palabras de Henry David Thoreau “el mundo entero no es más que un lienzo para nuestra imaginación”, sin embargo hay quienes creen que la creación de arte les pertenece sólo a unos cuantos elegidos rebosantes de talento. Esto no es así,  puede ser que sean sólo algunas personas las que eligen desarrollar alguna disciplina artística profesionalmente, pero esto no significa que sólo ellos puedan beneficiarse física, mental y emocionalmente del arte. De hecho ¡todos podemos!  Ya que el arte tiene muchos beneficios terapéuticos y está recomendado especialmente para quienes tienen una ocupación que les genera mucho estrés, quienes sufren un desorden mental o tienen alguna discapacidad física o cognitiva, también para aquellos que han sufrido algún tipo de lesión cerebral o tienen una enfermedad crónica.  Además la terapia de arte es muy recomendable para los niños o adolescentes que están enfrentando retos personales o en la escuela.


En algunos casos este tipo de terapia ha sido empleada para tratar con éxito a pacientes con ansiedad, depresión, trastorno bipolar, demencia, trastornos de estrés postraumático, dolor crónico, presión alta y Alzheimer entre otras condiciones. Así que si estás deseoso de dejarte colorear o crear algo nuevo  seguramente esta lista de los beneficios que el arte tiene para tu cerebro terminará por convencerte. 

1. Crear arte ayuda a liberar estrés. 
Cuando estamos tensos es cuando más necesitamos hacer una pausa mental, pero es justamente cuando nuestros pensamientos más se resisten. Crear arte puede ayudarte a distraerlos dándole ese tan necesario descanso a tu mente. Además pintar, esculpir, dibujar y tomar fotografías son pasatiempos que pueden ayudarte a sentir mayor claridad y calma. Entre más tiempo enfoques tu atención en realizarlo más probabilidades tendrás de entrar a ese estado mental conocido como “la zona” en la cual tus ideas pueden fluir con mayor facilidad otorgándote placer y satisfacción.  Esta es la razón por la cual los libros de colorear para adultos han ido cobrando popularidad. 

2. El arte estimula el pensamiento creativo.
El arte mejora nuestras habilidades para resolver problemas y estimula a la mente a buscar soluciones únicas y originales que no  necesariamente se adapten a las normas establecidas. A diferencia de las matemáticas en  el arte no hay una respuesta correcta que sea única. Este tipo de pensamiento original estimula el crecimiento de nuevas neuronas en el cerebro así como la creación de nuevas conexiones entre las neuronas. A diferencia de lo que se cree comúnmente el pensamiento positivo no tiene que ver con un hemisferio único del cerebro sino en la comunicación de ambos.

3. El arte mejora la autoestima.
Sumergirse en una tarea creativa propicia la secreción de un neurotransmisor conocido como dopamina, el cual está relacionado con el placer y las sensaciones de bienestar. Esta sustancia además está detrás de la concentración y la motivación y nos permite resistir los impulsos inmediatos para concentrarnos en nuestras metas reales. La dopamina es la que te da un  sentimiento de recompensa o logro  y para experimentarlo no es necesario que crees una obra de arte sofisticada; tejer, bordar, hacer carpintería, jardinería o algún tipo de trabajo manual le ayudará a tu cerebro a mantenerse en buen estado. 

4. El arte mejora la plasticidad cerebral.
Cada vez que haces algo nuevo o te involucras en una actividad compleja tu cerebro crea nuevas conexiones entre las neuronas y la neuroplasticidad es la habilidad de crear y modificar esas conexiones a lo largo de tu vida. Hay teorías que indican que nuestro coeficiente intelectual depende más del número de conexiones que tenemos que del volumen de nuestra masa cerebral y el arte es una excelente forma de estimular su creación. 

5. El arte ayuda a los niños a ser mejores estudiantes.
A través de la realización de imágenes de resonancia magnética del cerebro ha sido confirmado que aprender música u otras formas de arte estimulan el aprendizaje en general. Los niños que tienen entrenamiento musical suelen tener un mejor desempeño en su manejo del lenguaje y razonamiento matemático. En parte esto puede estar relacionado con el aumento en el flujo sanguíneo que ocurre cuando se mejora la neuroplasticidad.  Por otro lado tomar clases de artes visuales también contribuyen a un mejoramiento de la atención y el coeficiente intelectual. Además estos beneficios pueden acompañarlos por el resto de su vida adulta. 

6. El arte ayuda a desarrollar tolerancia, empatía y afecto. 
El neurobiólogo Semir Zeki descubrió que el simple hecho de mirar una pieza  proporciona placer al  cerebro del observador Ya que a través de escaneos cerebrales, notó actividad y liberación de dopamina en las partes del cerebro que  usualmente se activan cuando estamos enamorados. De tal manera que cuando alguien te dice que “ama” tal escultura o cuadro es mucho más literal de lo que podrías creer. 

7. La terapia de arte ayuda a los pacientes  con demencia.
Crear arte ayuda a mejorar la memoria y  otras actividades cognitivas, lo cual es particularmente importante para los pacientes de demencia. Pues junto a una pérdida de memoria con frecuencia experimentan síntomas como ansiedad, depresión, insomnio y en ocasiones agresión. La terapia de arte puede ayudar a estos pacientes no sólo a mejorar su conectividad cerebral y combatir los efectos de su dolencia, también les proporciona una actividad placentera mejorando su calidad de vida.

Si a pesar de todo esto aún  tienes algunas reservas, recuerda lo que alguna vez dijo Van Gogh: 
►“Si escuchas una voz en tu interior que dice “no puedes pintar”, entonces pinta y esa voz callará”.


Edmeé García para https://www.harmonia.la
Con información de Be Brain Fit.