sábado, 16 de diciembre de 2017

Heridas en la infancia, cicatrices en la madurez


►Lo más singular de la infancia, es que por muy pequeños que seamos, no hace falta comprender una situación para sentir su impacto, para padecer el dolor, el desconcierto o el miedo. La edad no nos exime del sufrimiento.
Una vez crecemos y la razón ya nos da capacidad para entender todo lo sucedido en ese pasado, las heridas ya han hecho mella en nuestro corazón y lacerado el recuerdo en nuestra mente.
Sufrir malos tratos, crecer sin la presencia de nuestro padre o nuestra madre, perder a alguien, vivir en un hogar desestructurado… son realidades que hieren nuestra infancia, instalándose a veces en nuestro interior a modo de traumas hasta el punto de vestirnos con la armadura de la desconfianza, impidiendo que podamos abrirnos a otras personas para formar relaciones duraderas, tiñendo nuestra felicidad con el eco de aquellos días de niñez donde no pudimos establecer unos vínculos de sincero cariño y seguridad personal.

PROYECTAR UN FUTURO A PESAR DEL PASADO

Un pasado difícil no debe condicionarnos para alcanzar un presente pleno, la felicidad no exige penitencia y todos podemos y debemos saber gestionar nuestra vida para vivirla de modo óptimo y con madurez, de ahí el término resilencia, que no es otra cosa que esa importante virtud de la que disponemos las personas para seguir proyectándonos en el futuro a pesar de las condiciones desestabilizadoras, de las dificultades y los traumas.
Pero ¿cómo hacerlo? ¿Cómo afrontar todo lo sucedido? ¿Cómo dejar a un lado todas esas cicatrices de nuestra niñez que sólo nosotros vemos?
– DESARROLLAR UN CONCEPTO DE TI MISMO SANO.
No te sientas responsable de lo ocurrido en el pasado, busca en la medida que puedas el perdón y la aceptación de lo sucedido. Siempre es complicado, pero es un proceso que nos ayudará a soltar “lastre”; no se trata en absoluto de justificar, sino de aceptar. Debemos vernos como seres capaces de avanzar en nuestra vida, de creernos fuertes y con las habilidades suficientes como para afrontar el día a día. Merecemos ser felices, la fragilidad de nuestra niñez es un motivante para alcanzar la fortaleza en la madurez.
– ESTRATEGIAS DE SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
Nuestra cotidianidad nos va a traer, sin duda, situaciones en las que siempre van a emerger los recuerdos, donde la inseguridad nos haga creer que no somos capaces de afrontar algo, de allí la necesidad de aprender técnicas de solución de problemas, saber anteponer prioridades, establecer metas, aprender habilidades de comunicación, de asertividad
– CONSTRUYE TU AUTOESTIMA.
Aprende a valorarte, a tener en cuenta tus potencialidades y habilidades. 
Eres capaz de muchas más cosas de las que seguramente crees, y lo último que debes hacer es compararte con otros, o decirte a ti mismo que no eres capaz. Debes levantarte cada día con la seguridad suficiente como para afrontar las dificultades que puedan presentarse, si confías en ti, si tienes bien establecido tu autoconcepto, tus valores y tus metas, no dejes que la inseguridad te atrape. 
Fuiste vulnerable en un pasado, pero de la fragilidad pueden aprenderse muchas cosas, sabes cuáles son tus límites y debes armarte con la coraza de la fortaleza para hacer frente a la vida.
►Porque recuerda: una infancia infeliz no determina una vida. De ti depende, todos merecemos ser felices.


Psicología/Valeria Sabater
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viernes, 15 de diciembre de 2017

7 frases de Erich Fromm sobre el amor


El legado contenido en las frases de Erich Fromm sobre el amor sigue inspirándonos en la actualidad. Porque, si hay algo que debemos admitir, es que amar no siempre es fácil. Requiere valentía, requiere acción, compromiso y también un alto sentido de la humildad y de la responsabilidad. Pocos autores nos han enseñado tanto sobre el tema como el propio Fromm.
El maestro, poeta y activista por la paz, Thich Nhat Hahn, dijo una vez que amar sin saber amar hiere a la persona que amamos. Lo más complicado de todo esto es que a menudo, vemos este proceso como algo pasivo. El enamoramiento representa para muchos el efecto secundario de ese flechazo donde uno queda rendido, paralizado casi; ahí donde no queda más opción que la dejarnos llevar, que la de esperar ser correspondidos, nutridos y validados por el ser amado, en un acto carente de energía, creatividad y reciprocidad.
Amar con inteligencia y de forma plena es el resultado de un acto deliberado, un propósito que requiere y al mismo tiempo demanda buscar la excelencia. Si nos limitamos a dejarnos llevar, a actuar de forma pasiva esperando que el otro diga, el otro haga, el otro adivine y me corresponda derivaremos en la frustración más absoluta. Esto mismo es lo que nos enseñó el psicólogo social, psicoanalista y filósofo alemán, Erich Fromm, en su libro “El arte de amar”, y estas son una serie de frases que resumen esta obra inolvidable a la que siempre vale la pena volver…
Paradójicamente, ser capaz de estar solo es la condición para ser capaz de amar.
                                                                   Erich Fromm

Frases de Erich Fromm sobre el amor

“El arte de amar” no es una obra separada dentro del vasto e interesante legado intelectual que nos dejó Erich Fromm. En realidad, es una continuación de otro libro, “El miedo a la libertad”. En este último ya había abordado diversos aspectos de la naturaleza humana, y por tanto sentía la necesidad de profundizar en esa dimensión tan básica y esencial para las personas, como es el amor.
Así, si hay algo que buscaba por encima de cualquier cosa era enseñarnos que el amor es un arte, y que como tal exige un dominio exquisito tanto de la teoría como de la práctica, porque, y esto es importante recordarlo, el amor es la única respuesta a nuestra existencia, él es quien nos confiere sentido, quien da significado también a nuestra sociedad.
Veamos a continuación cuáles son las frases de Erich Fromm que mejor resumen estas ideas.

1. El amor es la preocupación activa por la vida y el 

crecimiento de lo que amamos

Si hay un aspecto interesante en el libro de “El arte de amar” es la tesis de que la mayoría de nosotros no sabemos amar. Puede que sea una idea algo desoladora, sin embargo, también es bueno recordar el contexto social en el que vivió Fromm. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial existía un gran vacío de valores, una crisis existencial que obligó a gran parte de los pensadores, filósofos y psicólogos a reformular muchas ideas.
El amor era y es, por tanto, ese motor que debe empujarnos a ser mejores. Para ello, estamos obligados a trabajar de forma activa en nuestra personalidad y crecimiento personal, de manera que satisfagamos primero al amor propio, para después amar en plenitud al otro. Algo así requiere verdadera humildad, coraje, fe y disciplina.

2. El amor es una actividad, no un efecto pasivo; es 

un estar continuado, no un súbito arranque

Lo señalábamos al inicio. Estar enamorado no debe ser un acto pasivo, como quien se limita a dejarse llevar, sin hacer nada más. Todo lo contrario, es un acto en cuyo deleite hay una gran cantidad de movimiento, voluntad e intercambio.
Esta es otra de las frases de Erich Fromm más representativas y donde se nos insta adejar a un lado esa nube en la que estamos instalados para afianzar esa relación, para invertir esfuerzos, para ir juntos de la mano trabajando en un mismo proyecto y siendo creadores cotidianos de nuestra propia relación.

3. El amor infantil sigue el principio: “Amo porque me 

aman”. El amor maduro…

El amor infantil sigue el principio: “Amo porque me aman”. El amor maduro obedece al principio: “Me aman porque amo”. El amor inmaduro dice: Te amo porque lo necesito. El amor maduro dice: “Te necesito porque te amo”.
                                                           Erich Fromm

Una de las frases de Erich Fromm que no se limita en exclusiva al ámbito de las relaciones afectivas. En realidad tiene mucho que ver con el modo en que las personas se relacionan con la propia sociedad: lo hacen más por necesidad o sensación de carencia que por altruismo, que por un amor auténtico por sus semejantes.
Esta forma de amar, la que se basa en la necesidad, es para Fromm algo patológico.Supone no atendernos ni entendernos, supone esperar que los demás se responsabilicen de lo que nosotros no somos capaces de procurar y que en realidad, se sitúa en nuestra parcela de responsabilidad.
El primer paso es tomar conciencia de que el amor es un arte, así como la vida es un arte; si queremos aprender a amar, debemos proceder de la misma manera que debemos proceder si queremos aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura, la carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.
                                                          Erich Fromm


4. Si dos personas que han sido extrañas…

Si dos personas que han sido extrañas… dejan de pronto que la pared que hay entre ellas se rompa para sentirse y descubrirse, esta será una de las experiencias más emocionantes de la vida.

                                                          Erich Fromm

Esta es otra de las frases de Erich Fromm más hermosas. Nos habla de la intimidad, ese milagro que suele iniciarse con la atracción y que se consuma con un encuentro más profundo que trasciende a la piel y la propia sexualidad. Hablamos de la conexión emocional, del descubrimiento del otro como persona en todos sus matices, con sus virtudes, con sus defectos, sus esencias…
Hablamos de la intimidad en la que se deslizan las confianzas, el tacto que eriza los pelos de la piel, o una conversación relajada y nostálgica que se cuela por esos agujeros del cielo, llamados estrellas.

5. El amor no es esencialmente una relación con una 

persona específica

►El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso.

                                                             Erich Fromm

Algo que nos quiere hacer entender Fromm en su obra es que las personas vemos el amor como un objeto y no una facultad. Amar tampoco es una dinámica que se limita a esa relación que establecemos con nuestras parejas, nuestros padres o nuestros hijos.
“Amar” es enriquecer nuestra existencia, es una actitud capaz de dotar a este mundo de un sentido, de un propósito capaz de transformar la sociedad. Sin embargo, tal y como nos explica Fromm, en esta cultura moderna lo hemos mercantilizado todo en nuestro afán de satisfacer las propias necesidades, incluso el amor.

6. Resulta paradójico que dos seres se hagan uno y a la 

vez sigan siendo dos

Esta es otra de las frases de Erich Fromm más conocidas y también una de las que más invita a la reflexión. Como ya sabemos, una tentación en la que solemos caer muy a menudo es en diluirnos en el ser amado, especialmente al comienzo de la relación. Es un proceso entrópico que acaba con la propia identidad, que consume esencias, libertades y dignidades.
No podemos olvidar que el auténtico arte de amar consiste en seguir siendo nosotros, pero implicados en un mismo proyecto. Ser dos en un mismo compromiso, ser dos orientados a la responsabilidad de facilitar el propio crecimiento y el de la pareja…

7. Hay una gran diferencia entre enamorarse y 

permanecer enamorado

Para Fromm hay una gran diferencia entre enamorarse y permanecer enamorado. Piensa que si la relación se inicia con la atracción sexual y se consuma el acto, de alguna manera se pone el peligro el vínculo.
Fromm nos explica en “El arte de amar” que para desarrollar un amor maduro, sabio y responsable necesitamos trabajar en cuatro dimensiones esenciales: el cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento. Sin embargo, en muchas ocasiones, nos encontramos más bien con un amor sin intimidad basado solo en la mera necesidad, esa que se consuma con el acto sexual.
Este es un amor de consumo, de usar y tirar. Donde puede aparecer la pasión, pero también nublarse fácilmente por la desconfianza y el desconocimiento del otro. Un amor que nunca llega a coger forma, antes de reciclarse de nuevo. 
Por su parte, quien sabe (y quiere) ir más allá de la atracción y excitación sexual inicial, procurará crear una auténtica intimidad, procurará ser un artesano para hacer del enamoramiento un amor real, un amor maduro y valiente.
Para concluir, en estas frases de Erich Fromm hemos aprendido que el amor no solo es un acto de maestría, ahí donde dominar la práctica y la teoría. El arte de amar se formula también como una actitud activa y responsable hacia la vida y la propia sociedad. Es una fuerza transformadora que requiere conciencia y no conformismo, que clama creatividad y no pasividad.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

jueves, 14 de diciembre de 2017

Consideración y desconsideración



Todos los aspectos que hemos trabajado en las últimas semanas en estos artículos sobre conceptos duales, posiblemente tienen en común el hecho de que son cualidades que, por un lado, todos consideramos en general deseables, y por otro, todos las reconocemos y las destacamos cuando no están presentes o cuando vemos a alguien que no las manifiesta. Así por ejemplo el amor, la laboriosidad, la sinceridad o la atención, de las que ya hemos hablado, pasan algo más desapercibidas que el miedo, la desidia, el engaño o la distracción.
Es simplemente cuestión de darnos cuenta que ambas polaridades forman parte de la maquinaria humana, a nivel mental principalmente, y que, en general, tengamos claro cual de las dos facetas es la que queremos manifestar para todos en la sociedad de esa “nueva Tierra”, como nos ha dado por llamar a un futuro nivel evolutivo que esperamos algún día ver manifestado en nuestra realidad.
Los dos paramentos de hoy no son diferentes en ese aspecto, la consideración hacia los demás, y la desconsideración hacia ellos. La empatía y la apertura de miras, el querer comprender y el ponerte en la piel del otro, o el querer cerrar los ojos ante ellos y rechazarlos, ya que es más fácil, o suele serlo, debido a mecanismos automáticos de protección imbuidos en la psique, rehusar y confrontar que escuchar y aceptar. Y todo, efectivamente, una vez más, por los múltiples miedos subyacentes que poseemos y que se manifiestan en las relaciones humanas.
Un espacio para el entendimiento
¿Qué es la consideración? Es tener y tomar en cuenta a los demás, lo que dicen, lo que piensan, lo que hacen. Aunque no lo compartamos o no nos veamos reflejados en ellos, les comprendemos o tratamos de hacerlo. Este comportamiento provoca y genera un espacio energético para el entendimiento, cosa harto difícil en muchos lugares, situaciones y entre muchas personas ahora mismo en una gran parte de las realidades de nuestro planeta. ¿Os imagináis que toda la población fuera considerada con todo el resto? Utopía quizás, pero realidad sin la cual no se puede alcanzar ningún futuro nivel evolutivo basado en otras reglas de convivencia y respeto común.
La consideración de una persona hacia otra suele ser un atributo de aquel que comprende varias máximas de la realidad en la que vive, y, por lo tanto, las aplica en su trato con sus semejantes, y que vienen a ser algo así como que nadie tiene en este plano la verdad absoluta, que cada uno vive en su propio universo y nivel de realidad según sus creencias, patrones y programas almacenados en su psique, y que, para cada uno de nosotros, existe una verdad tan real como la verdad de la persona de al lado, pero que no la percibe de la misma manera.
Teniendo en cuenta esto, ¿para que vas a discutirle a alguien algo en lo que cree firmemente solo porque no cuadra con lo que crees tu? Siempre suele ser más efectivo escucharse mutuamente y tomar en cuenta, considerar, todas las verdades individuales de todas las realidades existentes en el planeta, pues el mundo que vemos es la suma de las realidades donde considerándolas todas como válidas por parte de su proyector responsable (la persona que la crea), podemos llegar a entender a otra parte de la Creación haciendo su trabajo de crear en su trozo de universo la experiencia que necesita para que la Fuente se expanda y se comprenda a si misma un poco más.
Las fuerzas del choque entre realidades
Por el contrario, las fuerzas de la confrontación promueven la desconsideración como arma para enfrentar posturas, aunque lo que subyace por debajo de ello puede ser simplemente el miedo que uno puede tener a estar equivocado, a sentirse infravalorado, o simplemente miedo a que con las posturas o ideas de los demás se lleguen a romper parte de las estructuras y creencias que pudiéramos tener nosotros fuertemente implantadas sobre algún aspecto, y que nos obligue a replantear los cimientos mismos de nuestra vida en casos más extremos.
Así, para evitar esto último, poseemos varios Yos gestionados por el ego que facilitan la puesta en marcha de mecanismos de defensa ante estas situaciones, y que son los que detonan ataques entre personas, procesos de difamación, juicio a otros, crítica, etc. Simplemente, por miedo, y por ser incapaces de ponernos en la piel de los demás y entender que ven el mundo de forma diferente a uno, ya que el contenido de su realidad es distinto. 
Energéticamente, además, es fácil suponer que subyace debajo de estos opuestos, pues la consideración incluye patrones derivados de la energía del amor, mientras que la desconsideración tiene siempre un sustrato de algún tipo de miedo, por mucho que se disfrace o se esconda bajo cualquier otro comportamiento aparentemente más inocente o superficial. También, como posiblemente ya habéis visto o leído anteriormente, el ser humano puede llegar a poseer de forma natural la cualidad de la consideración activa a través de los llamados centros superiores de control, ya que precisamente el centro emocional superior regula esta capacidad de entender y ponerse en la piel de otros para empatizar con ellos y pasar de la visión del “yo” a la visión del “nosotros”, proceso que se consigue a partir, como siempre, del trabajo interior que cada uno debe hacer para conseguir despertar esas otras cualidades subyacentes de forma que se manifiesten siempre de forma automática.
Dejemos paso a la consideración. Hay tantos puntos de vista y realidades solapadas como mónadas hay en el conjunto de toda la existencia, y es de recibo que todas contengan su propia versión del universo y de la Creación.

David Topí
http://davidtopi.com