sábado, 4 de noviembre de 2017

Voy a amarme bien


Voy a amar mis pecas y mis imperfecciones.
Voy a darme permiso para no preocuparme por si se notan mis pequeñas arrugas y mis grandes errores.
Y sólo yo tendré la llave que abre mi puerta, porque está cansada de estar siempre abierta y dejar pasar miedos y fantasmas. Y ver cómo se me escapan las ganas cuando no soy capaz de mantener el ánimo… 
Voy a soltar mi culpa por no haber llegado a la meta, convencida de que tiene un sentido cada minuto invertido en soñarla y cada segundo intentando aceptar que todavía no la he alcanzado.
Voy a darle a mi ego un respiro y le pediré que pierda, que se quede a un paso, que ceda el asiento y deje de marcar territorio. Le ordenaré que baje del pedestal y se mezcle con otros egos y espere su turno, si llega…
A veces, me hace sentir presa del mundo, porque quiere que me pelee con él para tenerme controlada y entretenida…
Voy a cerrar la puerta al pasado, renunciaré a todo lo que hay en él que me quema y me duele… Así ya no podré recordarlo y compadecerme y sentirme rota e hinchada de desgracia… Así no me quedará tragedia que desgranar en cómodas quejas y lamentos ni pena que llorar en lugar de salir a la calle a pasear un rato.
►Tanto buscar tragedias para quejarse y hacerse la estrella de los desatinos consume mucha energía y cuando quieres parar un rato te das cuenta de que has cogido demasiada inercia.
Voy a repartir lo que pensaba era imprescindible y a quedarme lo que no me asusta perder, porque así sabré que nada es del todo mío y valoraré cada momento… Porque abriré mis ventanas a que entre lo nuevo echando lo viejo y donde reparten sabrán que tengo espacio libre…
Nada como tirar los muros de mis pensamientos para darme cuenta de  que aquello que pensaba que eran paredes maestras en realidad eran tabiques prescindibles que me alejaban de la luz…
Y lo mismo haré en mi alma y en mi cabeza.
Soltaré penas rancias y acumuladas para dejar paso a toda clase de amores maravillosos, empezando por mí… Y vaciaré mi cabeza cansada de pensamientos corruptos y hacinados para que esos pensamientos que te llenan de alegría y esperanza hagan nido en mi mente sedienta de felicidad.
Ay, lo tengo decidido… Voy a amarme bien porque me traiciono mucho. Voy a pensar en mí también cuando reparta y dejaré de hacer aquello que más que llenarme me vacía. Me quedaré sin argumentos para soltar mi ira ante otros porque no podré reprocharles nada porque no haré nada desde ese ser hambriento de recompensa, porque daré desde el amor infinito y no desde ese mendigo de amor que llevo dentro y que haría cualquier cosa por una migaja de cariño…
Tengo mucho trabajo pendiente, mucho…
Voy a dejar de tragarme palabras y escribirlas todas…. Voy a llorar cada una de mis heridas por última vez y les diré adiós con la mano cuando se marchen a la nada, donde ninguna quema ni rabia, donde ninguna es ya útil para culpar a nadie, ni tan sólo a mí.
Tal vez algunas de ellas le sirvan a otros para soltar las suyas, para arrancarse las etiquetas que llevan pegadas y que llevan escritos unos nombres que no les pertenecen. Que les reclaman que sean como no son y que sientan lo que no sienten… 
Voy a pedir lo que quiero y aceptar lo que viene como un regalo maravilloso. Voy a amar a mi miedo tanto que se convertirá en mi estandarte para librar esta batalla sin batalla… Sin más lucha que mi paz interior y una calma dulce que invada mis sentidos.
Voy a permitirme recibir lo que merezco y a dejarme de «no hacía falta» y «no quiero nada» y esas chorradas que decimos para menospreciarnos y que dibujan caminos para que otros nos menosprecien y no nos tengan en cuenta.
Voy a quedarme sentada cuando quiera estar sentada y correr como una loba cuando haya luna llena…
Basta de pedir permisos y excusas por culpas imaginarias y de sentarse en el borde de la silla, en una esquina para molestar menos…
Voy a soltar mi necesidad de controlar y comprender con la razón lo que sólo se entiende desde el alma.
Voy a cambiar todo esto si me apetece porque ya no me sujeto a nada. No me he vuelto loca, cada día estoy más cuerda, más suelta y más equilibrada.
Voy a sucumbir a mis deseos sabiendo que puedo prescindir de ellos pero que no tengo que privarme de nada porque como todo ser merezco lo mejor…
Nada me aleja tanto de mí como yo misma… Nada me hace sentir tan pequeña como no aceptar mi grandeza y ocupar mi lugar. 
Voy a amarme bien porque me tengo abandonada… ¿Y tú?

merce roura
https://mercerou.wordpress.com
Pintura: Francisco Sanchís Cortés

viernes, 3 de noviembre de 2017

Beneficios de la risa

La revista Muy interesante publicaba hace unos días un artículo sobre el efecto de la risa en nuestro cerebro. Cuenta que la escuela de medicina de la Universidad de Loma Linda en California (EEUU) realizó un estudio con 31 voluntarios cuyas ondas cerebrales fueron monitoreadas mientras veían vídeos sobre tres temáticas: humor, espiritualidad y terror.


Los resultados determinaron que los vídeos humorísticos producían un alto nivel de ondas gamma, las mismas que genera la práctica de la meditación, según los investigadores.
Los vídeos espirituales estimulaban las ondas cerebrales alfa, análogas a las que se producen mientras dormimos o estamos en reposo.

Por último, los vídeos perturbadores provocaban ondas cerebrales planas, como cuando una persona se encuentra en una situación en la que no desea estar. Y añaden como resultado que el humor en realidad involucra una experiencia total en el cerebro similar a la meditación, y que con la risa es como si el cerebro recibiera un entrenamiento. Y este efecto es importante, porque permite ser capaz de pensar con mayor claridad, tener pensamientos más positivos y conciliadores y ser capaces de tomar decisiones clave en nuestra vida de una forma más serena, afirma Lee Berk, líder del estudio.
El yoga desde hace milenios nos habla de Santosha, una de las primeras actitudes a tener en cuenta para todos aquellos que están en la vía del yoga. Un paso previo antes de comenzar en esa experiencia de autoconocimiento. Es difícil de traducir y frecuentemente se hace como resignación o aceptación. Pero Santosha va más allá: es estar contento, tanto lo que ocurra me guste como si no me gusta. Tan difícil es de traducir que la palabra que más me parece que puede corresponderle -ocurre así en los idiomas- de momento no existe para la Real Academia de la Lengua: contentamiento.
Para mí es uno de los grande regalos que la India le ha hecho a la humanidad. Si cuando estamos disgustados, asustados o preocupados nos acordamos de Santosha, podemos volver a ese espacio que da el testigo y nos es fácil dejar de identificar nuestro estado interior con las cosas que nos causan aflicción. Os dejo dos imágenes que reflejan lo que quiero decir, ateniéndome a que una imagen es mejor que mil palabras.
Como médico me alegro de que la ciencia certifique poco a poco las bondades del yoga, de que la ONU lo haya declarado Patrimonio de la Humanidad. Como profesora y practicante, agradezco estos mensajes recibidos que tanto han contribuido a mi bienestar y felicidad. Os animo a que plantéis Santosha, como una semilla tanto en vuestro cerebro como en vuestro corazón, si es verdad que son sitios diferentes, seguro que florecerá… y a reírse!!!


Dra. Pila Luna//Médico y profesora de yoga

http://www.yogaenred.com

jueves, 2 de noviembre de 2017

Técnicas de manipulación psicológica de las que puedes estar siendo víctima


Están en los lugares que frecuentamos más a menudo. Puede ser tu jefe, el vecino de arriba, un compañero de trabajo, un cliente, un familiar lejano o cercano o cualquier amigo. Hablamos de personas que dominan a la perfección ciertas técnicas de manipulación y que las usan para confundirnos.
Aunque estén a nuestro alrededor, no es fácil detectar a estas personas. Sus características y rasgos de personalidad no son evidentes. Nadie lleva un cartel en la frente avisando que es un narcisista o un sociópata. Entonces, ¿cómo podemos evitarlas?

¿Por qué a mí?

Este tipo de personas se alimentan del dolor ajeno. Por tanto, no es que tú seas más débil, vulnerable o especial, sino que eres otra víctima para ellos. Un número más.
Todos hemos experimentado culpabilidad o desconfianza después de ciertas situaciones en las que nos vemos involucrados. Y lo peor es que lo sentimos sin saber: ni cómo ni por qué. Pero el caso es que las consecuencias nos salpican, minan nuestra moral, complican nuestra vida y aumentan nuestras inseguridades. ¿Cómo lo hacen sin que nos demos apenas cuenta?

¿Qué buscan los manipuladores?

En general, existen muchas clases de personas manipuladoras: sociópatas, narcisistas, mentirosos o los llamados vampiros psicológicos. Y detectarlas es más una cuestión práctica que teórica. Por eso, si habéis sido víctimas de ellas alguna vez, os será más fácil anticiparos a ellas.
Sin embargo, sí se puede considerar que los objetivos de las personas manipuladoras son muy claros, instrumentales y siguen un patrón determinado. Algunos de ellos son:
  • Anular tu fuerza de voluntad: buscan sembrar la duda y que permanezcas bajo su amparo.
  • Destruir tu autoestima: sacarle pegas a todo lo que hagas o hayas hecho. No son constructivos, solo tratan de sacar defectos.
  • Venganza pasivo-agresiva: te castigan con su ignorancia. Cuando les necesitas, te dejan de lado; por lo que basta con que les pidas algo, para que te den plantón o ni siquiera vuelvan a dirigirte la palabra.
  • Tergiversar la realidad: disfrutan confundiendo a las personas y creando discusiones y malentendidos ajenos. Tras haber generado una disputa, se mantienen al margen divirtiéndose con las disputas de los demás.

Aprende a evitar sus técnicas de manipulación

Las consecuencias de su manipulación pueden llegar a generar una huella muy profunda en cada uno de nosotros. Por eso, se antoja necesario que conozcamos cuáles son las técnicas de manipulación que usan con más frecuencia. La cuestión es aprender a anticiparnos y a no a ser sus títeres.
Estas personas suelen reírse de nuestras opiniones, responsabilizarnos o hacernos sentir culpables, atacar sutilmente, interrogarnos, retrasar lo que no les interesa, autocompadecerse, negar verdades… Todo lo necesario para controlar la situación. Pero, ¿qué técnicas de manipulación usan para conseguirlo?

Gaslighting

Conocida como “luz de gas”, es una de las más insidiosas. “Eso no ha sucedido nunca”, ‘Te lo has imaginado” o “¿Estás loco?”. Son algunas de las expresiones que emplean para distorsionar y confundir tu sentido de la realidad, haciéndote creer algo que no ha sucedido.
Infunde en las víctimas un sentido extremo de angustia y confusión, hasta tal punto que dejan de confiar en sí mismos, en su propia memoria, percepción o juicio.

Proyección

El manipulador traslada sus rasgos negativos o desplaza la responsabilidad de sus comportamientos a otra persona. Los narcisistas y psicópatas la usan en exceso, afirmando que la maldad que los rodea no es su culpa, sino tuya.

Conversaciones sin sentido

Diez minutos de conversación. Eso es el tiempo que seguramente tardes en abandonar la charla. Los manipuladores dicen sinsentidos, explicaciones ilógicas, cortinas de humo, acontecimientos del pasado…
Solo enredan. Hacen monólogos y tratan de envolverte con su palabrería. ¿Un consejo? Corta por lo sano. Y si puedes irte a los 5 minutos, mejor. Tu mente lo agradecerá.

Generalizaciones y descalificaciones

Hacen afirmaciones generales, vagas, inconcretas. Pueden parecer intelectuales, pero, en realidad, son vagos. Sus conclusiones son demasiado generales; su objetivo es desestimarte y echar por tierra tus opiniones.
Por ejemplo, “es que siempre quieres llevar razón”, “todo te molesta”, “nunca estás de acuerdo”. Mantén la calma. Puedes tirar de ironía, con un simple “gracias”, o por ignorarle con un rotundo “creo que estás algo alterado, ya hablaremos después”.

El absurdo

Recuerda que buscan minar tu moral y hacer que te replantees aquello en lo que crees. Pueden poner palabras en tu boca que no has dicho, te harán pensar que tienen el súperpoder de “leerte la mente”. Pero no, solo son argucias y tejemanejes. Puedes ayudarte mediante la claudicación simulada. Le dices que tiene razón para que se lo crea, pero mantienes tu postura. También puedes responder a su chantaje con un “vale” o con frases lacónicas.
Lo importante es que alejes tu autoestima de sus manos. Piensan que es lo que quieren tirar por el suelo para poder controlarte. Una vez que te ha debilitado, la tarea para ellos es mucho más fácil.
► No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.

Disfraz de bondadoso

“Sí, pero…”. Si te acabas de comprar una casa, te dirá que qué pena que aún no tengas otra en la playa; si te has puesto más elegante que nunca, apuntará que otros pendientes te habrían quedado mejor… Si has completado un informe impecable, se fijará en que la grapa no está bien fijada.
Pero que no te afecte, ¡tú sabes lo que vales! Tus logros y tus virtudes valen más que sus técnicas de manipulación. No le des credibilidad y júntate con personas que pasan más tiempo recalcando lo que está bien y animándote; esas que te halagan cuando lo tienen que hacer y emiten críticas constructivas, no destructivas.

Resiste su ataque de rabia

Cuando te opones a un manipulador, lo más normal es que su cólera aumente en pocos segundos, especialmente si no le sigues el juego: su tolerancia a la frustración no suele ser muy alta. Es posible que comience a decir barbaridades e incluso te insulte y se refiera a ti en términos despectivos y peyorativos. Es fruto de su propia desconfianza.
Estas son las técnicas de manipulación más sutiles y frecuentes que emplean estas personas para humillarte. Dominar tus emociones y mantener la cabeza fría: la única forma de escapar a su control. Si no sucumbes, se cansarán y acabarán buscando otra víctima. 
La vida lejos de la gente tóxica es mucho mejor.

Psicología/Sara Clemente
https://lamenteesmaravillosa.com