El optimismo inteligente, nos ayuda a disfrutar más de nuestra vida cotidiana, adoptando ya sea que nos lo propongamos o no, actitudes beneficiosas para nosotros y nuestro entorno. Es por eso, que te propongo ver 5 pasos para entrenar el optimismo que aplicados con constancia en el día a día, contribuyen a ir arraigando esquemas de pensamiento más convenientes.
1) Evitar la exageración. Muchas veces en nuestra vida cotidiana, al estar preocupados extendemos esa intranquilidad a situaciones inesperadas, que en otro momento no nos angustiarían. Respira hondo y pregúntate si este cambio significa un inconveniente, en caso de que realmente lo sea,
¿es tan importante como para que te pongas nervioso? En la mayoría de los casos, los imprevistos cotidianos son sencillos de resolver. Aquí la opinión de un observador externo, puede ser útil para acceder a una dimensión más real de las cosas.
¿es tan importante como para que te pongas nervioso? En la mayoría de los casos, los imprevistos cotidianos son sencillos de resolver. Aquí la opinión de un observador externo, puede ser útil para acceder a una dimensión más real de las cosas.
2) Atreverse a aceptar desafíos. La valentía es parte del optimismo inteligente, por permitirnos ganar en experiencia y confianza. De ahí la conveniencia atrevernos a aceptar un nuevo reto, una vez que calmadamente consideramos sus características y vemos que contamos con lo necesario para abordarlo y beneficiarnos del mismo. Es un paso que apunta que te sientas mejor contigo y protagonices los cambios en tu vida cotidiana.
3) Flexibilidad. Reconocer distintos aspectos de las circunstancias, con sus ventajas e inconvenientes, nos permite pensar y adaptarnos mejor. Es un logro, tanto el obtener ganancias como el ver que somos capaces de salir airosos de las dificultades. El optimismo inteligente significa enfrentar la adversidad constructivamente, aprovechando cada oportunidad y herramienta de las que dispongas, valorando luego cada aprendizaje que has ganado. La flexibilidad también implica, no caer en un pensamiento categórico que nos lleva a extremos como “pésimo o excelente” o bien “todo o nada”.
4) Distinguir tus propios sentimientos y pensamientos. Por muy intensa que sea por ejemplo cierta idea que tengamos, no significa que efectivamente refleje lo que sucede o el pensar de otros. Aceptar la realidad, implica reconocer que lo que nos rodea no siempre es como lo pensamos. Admitir aspectos distintos, nos acerca a los demás habilitándonos a interactuar mejor y avanzar juntos.
En esta línea puede afirmarse por ejemplo, que si en tu vida cotidiana alguien hace algo que te ofende, no siempre significa que sea a propósito. Es necesario, distinguir si nuestra interpretación de lo que sucede está teñida de sentimientos relacionados con otras personas o circunstancias o no. Podríamos juzgar la actitud de alguien como irritante, debido a que ya estábamos molestos por una situación anterior.
5) Estimular la capacidad de reflexión. Se vincula con todo lo anterior, ya que el optimismo inteligente en la vida cotidiana, se relaciona con contemplar los desafíos como oportunidades, analizar las situaciones en su totalidad aliándonos con los aspectos positivos para crecer, darnos el tiempo necesario para pensar calmadamente antes de actuar, recordar que podemos hacer cambios favorables, reconocer nuestro mérito en los logros alcanzados, ponernos en el lugar de los demás, entre otros aspectos. Una actitud constante y reflexiva, es la base para aplicar estos 5 pasos para entrenar el optimismo.
Psicologia/Pilar Naveira