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sábado, 13 de enero de 2018

2018 un Año Maestro



Cada año que comienza se caracteriza por tener su propia vibración, la cual viene determinada por los números que conforman ese año. El 2018, de acuerdo a la numerología, será un año 11. Y ese número se genera de la suma de todos sus dígitos (2+0+1+8 =11).  
Como el 2017 fue un año 1 según la numerología, era de suponer que este año 2018 sería un año 2 al sumar los dos números que conforman el 11 (1+1=2).  Pero en numerología el 11 es un número maestro y no se suman sus dígitos entre si. El 11 es un número mágico que está guiado por una fuerza superior que se escapa de nuestro control. 
Al mantenernos en una frecuencia de vibración elevada vamos a poder ser testigos y protagonistas de esta magia tan especial. El aspecto espiritual está latente durante todo el año 2018 y nos brindará la oportunidad de poder desarrollar nuestra intuición a niveles increíbles.  Dicho en otras palabras, vamos a tener la oportunidad de conectar con el maestro interno que todos llevamos dentro.
El 2017 fue un año de nuevos comienzos, ahora en este nuevo año continuaremos con el proceso que comenzamos el año pasado.  Este año 2018 es el segundo año del ciclo de 9 años que comenzó el año pasado. Este gran ciclo culminará en el 2025 y nos traerá como resultado la expansión de la conciencia de la raza humana. Y dicha expansión solo será posible cuando logremos conectarnos con la conciencia del corazón.  
En lineas genérales el 2018 nos invita a  lograr cambios externos pero enfocándonos en nuestra energía interna. Al lograr sintonizarnos con la vibración energética de este nuevo año vamos a poder encontrar un equilibrio en medio del caos que nos rodea.  La vibración del número 11 nos aportará una sabiduría especial que nos ayudará a tener más claro las metas que queremos conseguir. 
El 2018 es un año excelente para preparar el terreno que nos ayudará a completar satisfactoriamente los 8 años que faltan para este gran ciclo que nos llevará  “Hacia la Conciencia del Corazón” 
Sintonízate con la energía del año 2018 y prepárate a vivir un año mágico. 
Gracias a todos por formar parte de mi realidad. 
Les envío un abrazo energético.

Daniel López de Medrano
http://www.lopezdemedrano.com 

sábado, 30 de diciembre de 2017

7 maneras de ser emocionalmente más fuertes


Ser emocionalmente más fuertes no tiene nada que ver con la fortaleza física, sino más bien con la resistencia, con la habilidad de encarar los altibajos, con tener una mente flexible capaz de reinventarse, de asumir desafíos con confianza, con valiente resolución. Estamos ante una herramienta valiosa que todos deberíamos desarrollar para disfrutar de una mejor calidad de vida.
Decía Lao-Tse, con gran acierto, que fuerte es quien conquista a los demás, pero poderoso es quien es capaz de conquistarse a sí mismo. Tal hazaña, lo creamos o no, nos puede llevar una vida entera; aún más, hay quien avanza por todos sus ciclos vitales sin llegar a asumir nunca tal objetivo, tal principio de crecimiento personal con el que adquirir una mejor perspectiva del propio ser y del mundo que le rodea.
► Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia.
                                                             Herman Hesse

Así, la fortaleza emocional nos dota de recursos psicológicos adecuados con los que hacer frente a cualquier reto. Para que esto ocurra, para ser emocionalmente más fuertes,necesitamos tomar conciencia de lo que deseamos ser y de lo que queremos y no queremos en nuestras vidas. Una vez quedan claras las prioridades, ya no dejaremos espacio para las inseguridades o rendiciones…

Cómo ser emocionalmente más fuertes: 7 pasos que poner en práctica

La fortaleza emocional no es algo que uno adquiera tras un largo viaje o tras embarcarse en una valerosa aventura donde hallar un tesoro, un supuesto grial. En realidad, para ser emocionalmente más fuertes se requiere solo de un adecuado trabajo interior, de una artesanía privada, íntima y cuidadosa donde movilizar adecuados recursos psicológicos.
Veamos a continuación unos pasos con los que poder lograrlo.

1. La autoconciencia: 20 minutos de reflexión personal al día

Al igual que dedicamos una parte de nuestros días a hacer deporte, a leer o ver la televisión, sería muy recomendable que además, nos “regalásemos” un intervalo de tiempo para reflexionar, para practicar la autoconciencia.
► Algo que necesitamos para ser emocionalmente más fuertes es aprender a tomar distancia de todo lo que nos rodea y poder así reconocer nuestras necesidades, adentrándonos en nuestros más profundos laberintos y percibir con claridad qué nos molesta, qué nos preocupa y cómo nos afectan determinadas cosas.

2. Acepta las emociones negativas

Pensemos en algo durante un momento. Nos han convencido durante mucho tiempo de que “debemos ser felices”, nos lo han repetido tantas veces que al final nos hemos convertido en adictos de las emociones positivas. Algo así provoca que, de algún modo, no toleremos o no entendamos el objeto de las emociones negativas.
La tristeza nos bloquea, la rabia nos desborda y nos tragamos una decepción tras otra sin saber muy bien qué hacer con toda esas emociones adversas… Por su parte, las personas emocionalmente fuertes aceptan ese tipo de realidades internas. Ahora bien, aceptación no es sinónimo de rendición, sino de asunción de unos hechos internos que hay que saber gestionar y encarar.

3. Entiende que los obstáculos no son muros, son desafíos

Los recursos psicológicos que vamos a tener que desarrollar para ser emocionalmente fuertes no siempre son fáciles ni rápidos de asumir. Una tercera estrategia que nos puede resultar útil es la de darle un sentido distinto a los obstáculos. Hablar de ellos, con nosotros y con los demás como si fueran retos y no puertas sin salida o amenazas.
A veces, lo que a simple vista parece un final no es más que una invitación directa a crear algo nuevo, a cruzar una frontera que nos traerá nuevas oportunidades.

4. En lugar de atención ajena, reclama respeto

Hay quien pasa gran parte de su vida nutriéndose de la atención ajena. La necesita tanto como el oxígeno que respira, porque de otro modo, se sentiría indefenso o perdido. Así, al disponer de la aprobación de los demás, de la complacencia de los amigos y de la familia, logran validarse y alimentar la propia autoestima.
Esta práctica insana nos impide ser emocionalmente más fuertes. Lo que necesitamos no es atención, es respeto, el mismo que ofreceremos a los demás para que de este modo, todos avancemos siendo libres, personas realizadas que no necesitan que otros les digan qué hacer o cómo mostrarse.

5. Recuerda, el cambio forma parte de la vida

Algo que caracteriza a las personas fuertes emocionalmente es el entusiasmo. La personalidad entusiasta tiene una fuerza en su interior que le anima a superarse, a encontrar nuevos desafíos con los que crecer, a hallar ese impulso con el que dejar atrás los entornos tóxicos, las personas que no aportan y hacen daño.
El cambio forma parte de la vida, y lo que se estanca, lo que se queda quieto y atrapado, acaba estropeándose, acaba perdiendo ese maravilloso entusiasmo… Recordemos por tanto el valor del cambio y la propia necesidad de renovarnos cada poco tiempo para ser más fuertes en todos los sentidos.

6. Aprender a dar gracias

Puede que a simple vista nos parezca algo ingenuo o incluso poco científico, pero en realidad el acto de dar gracias cada día por lo logrado, por lo que uno tiene, por lo que uno es y le rodea, es en realidad un ejercicio altamente saludable.
Intentemos llevar un diario de gratitud, un cuaderno donde reconocer todo lo positivo que nos caracteriza, que nos envuelve y que de algún modo debe proporcionarnos motivación y seguridad en cada momento.

7. El mejor día para conquistar tus sueños siempre es hoy

Ser emocionalmente más fuertes implica también ser capaces de luchar por aquello que deseamos sin miedos, sin inseguridades, sin tener que aplazar para mañana las necesidades que tenemos hoy. Aceptémoslo, muchos de nosotros nos decimos eso de “algún día” le diré a esa persona cuánto me gusta, “algún día” le pediré a mi jefe un aumento, “algún día” haré ese viaje increíble, “algún día”….
Sin embargo “algún día” nunca aparece en el calendario. Dejamos pasar el tiempo y la vida se nos escapa por las tuberías de la indecisión o el miedo. ¿Vale la pena? Desde luego que no. Por tanto, aunemos confianza, autoestima, determinación y unas gotas de coraje para escalar nuestros sueños, para defender las propias necesidades.

Para concluir, ser emocionalmente más fuertes es una tarea que en realidad nunca se termina. Es un quehacer cotidiano, es un tendón psíquico que cuidar y que ejercitar en cada reto, que aplicar en cada adversidad y en cada sueño. Es un acto de confianza en uno mismo donde entender que la felicidad se trabaja, que el bienestar se cultiva con cariño y amor propio.


Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

lunes, 25 de diciembre de 2017

25 AFIRMACIONES PARA LA NAVIDAD




Amo las Festividades! Es un tiempo en el que celebramos y compartimos nuestro amor radiante con familia y amigos. Es un momento para alcanzar a aquellos en necesidad. Amabilidad, amor y apreciación son los regalos más grandes. Así que brinda estos regalos generosamente y míralos regresar a ti en abundancia reluciente.
Como un regalo especial para ti, me gustaría darte las siguientes 25 afirmaciones. Que te traigan abundante amor y alegría. Compártelos con todos los que te rodean y ve cómo pueden ayudarte a crear una vida excepcional. Felices Festividades mis queridos. Y recuerda, eres un regalo para todos los que conoces.

25 Afirmaciones para las Festividades

1. Comienzo hoy amando y aceptando cada parte de mí mismo, por dentro y por fuera, exactamente como soy.
2. Hoy, busco la belleza en todos y en todo.
3. Hoy, cada vez que necesito algo, sé que será provisto.
4. Estoy agradecido por todo lo bueno que viene en mi camino.
5. Hoy me tomo un momento para contar mis bendiciones.
6. Cuando pienso en los demás, afirmo que son felices y sanos y que todo está bien en su mundo.
7. Los atascos en el tráfico durante las festividades me dan tiempo para hacer más afirmaciones.
8. La abundancia viene de fuentes esperadas e inesperadas, y expreso gratitud por todo esto.
9. Tengo energía ilimitada durante las festividades y la uso bien.
10. Esta es una temporada armoniosa, amorosa y pacífica. Tengo tiempo para todos a mi alrededor.
11. Ahora permito que cosas nuevas y maravillosas entren en mi vida. Estoy abierto y receptivo a todo lo que es bueno.
12. El cambio y la sorpresa son evidentes en todos lados a donde voy hoy. Miro con deleite todo lo que veo.
13. Me aseguro de que los alimentos y bebidas decembrinas que ingiero contribuyan a mi vibrante salud.
14. Comparto mi amor y alegría navideña con todas las personas que conozco. La vida es buena.
15. Abro mi casa y recibo invitados con música y amor navideño. Para mí, son como una familia amorosa.
16. Mi hogar es un lugar feliz para estar durante las vacaciones. Bendigo a todos los que entran por la puerta, incluido yo mismo.
17. Mis amigos son cariñosos y solidarios.
18. Todos en mi familia están Divinamente protegidos en todo momento.
19. Amar a los demás es fácil cuando me amo y me acepto a mí mismo.
20. El humor y la alegría contribuyen a mi bienestar general.
21. Los elogios son regalos de prosperidad. He aprendido a aceptarlos amablemente.
22. La vida es muy simple durante las festividades y todos los días. Lo que doy, recibo.
23. Hoy me doy permiso para hacer lo que sea que me dé más placer.
24. Durante las festividades, estoy centrado, tranquilo y equilibrado.
25. Mientras me calmo y me concentro en las cosas bellas de mi vida durante este tiempo, me abro a mis propios poderes de sanación.
►“Siento la satisfacción y la paz, y celebro la temporada de Navidad con un corazón amoroso. Abrazo toda la vida y reconozco que soy parte algo más grande”

Louise Hay
Vía: https://consejosdelconejo.com

viernes, 22 de diciembre de 2017

Reiki para niños, ¿a qué edad pueden iniciarse?


¿Pueden los niños iniciarse en el Reiki?

Los niños son canales puros de sanación, su inocencia los lleva a estar libres de prejuicios, haciendo que la energía del Reiki fluya hacia ellos de forma totalmente natural, espontánea, luminosa, sin las limitaciones producto de temores o creencias de ningún tipo.
Ellos no dudan de su esencia de Luz, y sólo si el niño desea ser Reikista se Inicia en el Primer Nivel, siendo conscientes de que es muy importante respetar su libre albedrío, ellos deben decidir por sí mismos asistir a un curso.
¿A qué edad?
La edad de los niños que asisten a los cursos es desde 5 a 11 años. Cuando son menores de 5 años, aún no tienen la capacidad de decidir por sí mismos y cuando son mayores de 12, es más recomendable que asistan a un curso de adultos.

Ventajas del Reiki para niños

Las Iniciaciones les aportan seguridad, arraigo, alegría. La práctica del Reiki, tanto para ellos como para otros, los va a ayudar a adquirir la conciencia necesaria para no tener que aprender basándose exclusivamente en errores.
Asímismo, sus sistemas se equilibran, además sus estudios, la memoria, la voluntad. La alegría para jugar, para llevarse mejor con sus amigos, para entender de manera intuitiva lo que los rodea.

Otros beneficios para ellos

Con mucha frecuencia los niños reikistas reportan que caen dormidos con mayor facilidad y gozan de un mejor sueño con Reiki, lo que ayuda en momentos de nerviosismo. Por ejemplo: en el colegio, o de miedo, así como también cuando aparece un dolor repentino. (Al igual que a los adultos, al levantar las defensas revitaliza la salud física, mental y emocional. N/de Adriana*)

¿Cuál es la mejor manera de enseñarles?

Un niño aprende jugando, experimentando… y para enseñarle lo que es Reiki se tienen que adaptar las actividades a su ritmo y lenguaje, compartir la experiencia con ellos y disfrutarla a tope.
Un niño puede conocer la esencia del Reiki a través del juego y de actividades que le resulten divertidas. Por la sensibilidad y espontaneidad que tienen, enseguida abren todos los sentidos y se benefician de estas experiencias aún más que los adultos.
Se le enseña al niño que el Reiki es Amor, es algo muy especial… parecido a la “magia”… que no se ve, como el sol, que da calor; como el viento, que sopla; no lo vemos, pero lo sentimos y se da a través de nuestras manos.

Ellos ya lo hacen de forma intuitiva

Cuando se hacen daño en alguna parte de su cuerpo o les duele, la acción inmediata y natural es poner la mano… o buscar la mano de los padres para que la pongan allí y sentirse protegidos. Eso es Reiki.

Resumiendo los beneficios del Reiki para niños

  • Comunicarse con los demás de una forma más afectiva y efectiva.
  • Saber reconocer y manejar las emociones y sentimientos.
  • Trabajar y desarrollar la empatía.
  • Establecer fácilmente las relaciones interpersonales.
  • Tomar las decisiones propias.
  • Estimular el pensamiento creativo.
  • …y, en definitiva, conocerse un poco mejor a sí mismos y a su entorno.

¿Alguna precaución?

Ahora bien, si de recibir Reiki se trata, los niños no tienen más contraindicaciones que las que se aplican a los adultos, en lo único que pudiera haber cierta restricción es en el tiempo de tratamiento, ya que los niños son sabios, cuando no necesitan más Reiki, ellos simplemente lo manifiestan. (Aún los bebés. Cuando han recibido suficiente, te retiran la mano.N/Adriana*)

Un caso real

Como ejemplo de lo maravilloso del Reiki, tengo como testimonio a mi sobrina, quien comenzó en esto cuando tenía tan solo 8 años, y se inició en Reiki cuando tenía 9. Cada vez que tiene un problema, un malestar, una enfermedad.. me llama… ¡Tía, hazme Reiki!. Nada más hermoso que un intercambio de  amor que nos conecta más allá de lo palpable, donde solo hay AMOR!!

Reiki y embarazo

Y en el caso de las mujeres embarazadas, estas pueden aprovechar el Reiki para sentir de forma diferente a su bebé, comunicándose con él y conectándose espiritualmente con su feto, intensificando así el lazo entre mamá y bebé.
En el año 2011 tuve la oportunidad de tener en uno de mis cursos a una chica embarazada que tenía cerca de los 7 meses de embarazo, al tiempo de nacer su bebé, esta fué su opinión:
“Hola Blanca, estos días conversaba con mi familia de lo bien que fue hacer el curso de Reiki I y II que con tanto amor dictas, en esos momentos estaba embarazada y mi bebé es un niño tan feliz! Comentábamos que era el bien que nos hizo el ReiKi, lo comparto para que lo conozcas, saludos. Námaste!!!”

Conclusión

Esto es lo más gratificante, esa conexión especial y divinamente maravillosa que se desarrolla entre el niño y el reikista y que se magnifica si quienes lo trasmiten son sus padres.

Blanca De León 
Reiki Master/Venezuela
http://www.enbuenasmanos.com

domingo, 10 de diciembre de 2017

Meditar y fluir como una ola

Somos gravedad y elevación, pero también ritmo. Late el corazón y respira el cuerpo, la noche sucede al día, las estaciones giran cada año, la vida pasa y se renueva… Somos, qué duda cabe, ritmo dentro de otros ritmos, y eso, precisamente, es lo que nos recuerda nuestra respiración: que hemos de fluir entre un ritmo y otro.



Cuando escuchamos la respiración, estamos bailando con el llenado y el vacío, con la tensión y la distensión, con el coger y el soltar.
La respiración nos dice, a su manera, que todo está interrelacionado, que el adentro y el afuera se asemejan, se relacionan, se intercambian. En cada inspiración, el universo entero espira dentro de nosotros, y en cada espiración nos diluimos en esa misma totalidad que nos envuelve. La respiración hace añicos la ilusión de separación que marca la piel y que nuestros sentidos recrean.
Seguramente, en cada nueva bocanada de aire estamos inhalando el mismo aire que han respirado infinitas veces todos los animales y plantas de este planeta azul. Podríamos decir que la respiración, con el paso del tiempo, cose por dentro a todos los seres vivos en un manto energético.
En su fluir permanente, la respiración nos dice que somos cambio. Como la ola, la respiración va y viene; ahora está arriba y ahora abajo. De entrada, sólo vemos su movimiento, su crecida y su bajada, pero poco a poco nos damos cuenta de que esa ola, y la siguiente, y todas ellas, nacen y mueren en el océano. 
El océano ha estado siempre ahí, eternamente; la ola sólo aparece en su superficie, vinculada con el viento. 
La ola, la respiración -en definitiva, nosotros mismos- puede creer que es autónoma, que está separada… hasta que cae y se diluye en la arena, en la roca, en el mismo mar que la vio nacer.

Julián Peragón Arjuna,
http://www.yogaenred.com

jueves, 7 de diciembre de 2017

LOS TRES PRINCIPIOS ELEMENTALES DE LA OSTEOPATÍA

El enfoque osteopático a cualquier nivel del cuerpo humano abarca siempre los tres principios del la Osteopatía, que son:
La HOMEOSTASIS, es decir el principio según el cual el cuerpo posee en sí mismo, en las condiciones normales, el potencial de luchar contra las agresiones, hasta que esas fuerzas superan las defensas internas, generando lesiones, fuentes de varias patologías. Es la capacidad de absorber todos los golpes, psíquicos y físicos, de cada tejido del cuerpo.
La UNIDAD de este ser humano como unidad indivisible de estabilidad y movilidad, en relación con su medio ambiente. Es decir, un sistema de sistemas internos en relación con su sistema exterior, el ambiental. Cada movimiento es particular de una estructura pero trabajan en unidad.
La RELACIÓN ENTRE ESTRUCTURA Y FUNCIÓN, que abarca las dos precedentes. Es la más conocida. Subrayamos, por ejemplo, que para restablecer la función en su totalidad, es imprescindible tomar siempre en cuenta su estructura completa.
Con el fin de mantener esta unidad doctrinal osteopática, cualquier enfoque clínico, terapéutico o gestual, deben respetar sus principios fundamentales que son la unidad del cuerpo, su potencial homeostásico y también la relación estructura función.

DIFERENCIA CONCEPTUAL ENTRE EL ENFOQUE OSTEOPÁTICO Y EL DE LA MEDICINA CLÁSICA:
La filosofía de la osteopatía no tiene bases en la filosofía de la medicina clásica. Pues la meta de la Osteopatía es sencillamente de dar al cuerpo su libertad en todos sus niveles, permitiendo la expresión de la vida (entendiendo por vida al movimiento), para que pueda manifestarse a este nivel en que se expresa, tanto en el orden de su movimiento general como en cada uno de sus movimientos particulares.
“El cuerpo puede expresar entonces totalmente su vida”
Se realiza una lectura peculiar, tanto al nivel corporal de cada una de sus articulaciones, de cada una de sus funciones, como de cada uno de sus órganos.
No es tratar síntomas, ya que el cuerpo puede hacerlo si se le permite a la vida expresarse tras él.

►Restaurando el propio poder de curación del cuerpo, entonces todas sus funciones se normalizan.

Alain Gehin, Dr. O. – EADOPA – 2004


Lic. María Laura Coscia
https://mlcoscia.wordpress.com

viernes, 17 de noviembre de 2017

El Profundo Mensaje de Marie Kondo y la Magia del Orden

Hoy hablaremos de uno de los libros que más me ha impactado recientemente: “La Magia del Orden”, de Marie Kondo.
Creo que vale la pena hacerlo porque, aunque es un libro muy famoso, no es fácil comprenderlo en toda su amplitud.
Si lo miramos superficialmente, habla de temas prácticos relacionados con el orden de la casa: cómo plegar la ropa, cómo ordenar los armarios, cómo seleccionar los libros, etc.
Pero en realidad no va de esto.
El mensaje de Marie Kondo es mucho más profundo. Es un mensaje con un gran poder transformador.
Y cuando lo comprendemos en toda su magnitud, se produce un gran cambio no solo en nuestro hogar, sino también en nuestro interior.

El Mensaje de Marie Kondo y la Magia del Orden

Si has leído “La Magia del Orden” o si has visto alguno de los videos que hay en Internet, habrás visto que Marie Kondo da consejos muy concretos sobre cómo ordenar la ropa, los libros y los demás objetos de la casa.
Y muchas personas se quedan con estos consejos y ya está.
Pero Marie Kondo insiste mucho en que esto no es lo más importante. Su objetivo no es tener una casa ordenada y nada más, sino utilizar el orden de la casa como un trampolín hacia una vida más plena y luminosa.
En realidad da igual cómo ordenemos las cosas. Lo que realmente importa es comprender la filosofía de una casa equilibrada.
Y esta filosofía se puede resumir en tres puntos:
  1. Ten únicamente cosas que te hagan feliz.
  2. Sé plenamente consciente de cada cosa que tienes.
  3. Ordena tu casa de manera que cada rincón te haga feliz.
La manera concreta de ordenar las cosas son simplemente sugerencias que Marie Kondo da a partir de su experiencia, pero no son normas cerradas ni mucho menos. Lo importante  es comprender estos tres puntos.

La Primera Regla de Marie Kondo: Ten Únicamente Cosas que Te Hagan Feliz

Cuando pensamos en ordenar nuestra casa, normalmente pensamos en cómo colocar nuestras cosas: dónde ponerlas y cómo ponerlas. Pero en realidad hay un paso previo que casi siempre nos saltamos: decidir qué cosas tener.
El acto de ordenar está directamente relacionado con el acto de poseer, porque solo tenemos que ordenar aquello que poseemos. Así que antes de ordenar, primero hay que decidir qué poseer.
Y respecto a esto, Marie Kondo tiene una regla muy simple: quédate solo con las cosas que te hagan feliz.
Esta regla es absolutamente maravillosa, porque pone la felicidad en el centro del proceso, que es donde debe estar.
Desde hace mucho tiempo, las personas regimos nuestros pasos por muchos factores que poco tienen que ver con la felicidad. Tomamos nuestras decisiones por temas prácticos, por dinero, por miedo, por el qué dirán… pero pocas veces pensando en la felicidad. Y por esto sufrimos tanto.
Hemos olvidado que la felicidad es lo que realmente importa en la vida. Nos hemos enredado en un círculo de responsabilidades y presiones sociales, y hemos perdido de vista que lo que le da verdadero sentido a la vida es la felicidad.
Lo que determina si nuestra vida va bien o no es la cantidad de felicidad que sentimos (puedes profundizar en este tema aquí).
Es posible que, al  oír esto pienses: sí, esto es muy bonito, pero es muy poco realista. Sería maravilloso centrar nuestra vida en la búsqueda de la felicidad, pero es imposible. Todos tenemos facturas que pagar y responsabilidades que atender, y si lo dejamos todo y nos preocupamos solo por la felicidad, podemos tener bastantes problemas.
Y es verdad. No es fácil hacer este cambio de un día para otro.
Pero podemos intentar hacerlo lentamente. Podemos empezar a escuchar a nuestro corazón con más atención, e ir haciéndole caso poco a poco.
Y un buen lugar para empezar este proceso es nuestra casa, porque aquí no hay ningún peligro. Dejar un trabajo que no te hace feliz puede ser arriesgado, pero deshacerte de un objeto que no te da felicidad no lo es en absoluto. Así que puedes usar tu casa como espacio de prácticas para mejorar tu capacidad de conectar con tu propia felicidad.
El proceso es simple: saca todos tus objetos del lugar donde los guardas, míralos bien y quédate solo con los que te aporten felicidad. No te quedes nada solo porque te da pena tirarlo, porque quizás lo necesitas dentro de diez años, o por cualquier otro motivo no relacionado con la felicidad. Quédatelo solo si te hace feliz tenerlo.
Marie Kondo propone un método concreto para hacer esta elección, y te recomiendo leer el libro para más detalles, pero la base es simplemente esta: repasa una por una todas tus posesiones y quédate solo las que te hagan feliz.
Es una muy buena manera de volver a situar la felicidad en el lugar del que nunca debería haber salido: el centro de nuestra vida.

Segunda Regla: Sé Consciente de Cada Cosa que Tienes

La segunda regla se deriva automáticamente de la primera, pues para poder quedarte solo con las cosas que te hacen feliz, primer tienes que ser muy consciente de todas las cosas que tienes. Pero es una regla tan importante que merece ser comentada por sí sola.
La gran mayoría de nosotros tenemos varias cosas en casa que ni siquiera recordamos que tenemos. Las guardamos en su momento en el fondo de un armario, y ya no recordamos que están allí.
De entrada, esto puede parecer un hecho sin importancia. En general creemos que los objetos no tienen ningún tipo de conciencia, así que pensamos que no pasa nada por olvidarnos de ellos.
Pero no es así. En este universo todo tiene un cierto grado de conciencia; los objetos también. Y también sufren a su manera.
¿Alguna vez has estado en una reunión sin que nadie te hiciera caso? Estabas solo en un rincón, sin que nadie te prestara atención…
Si has vivido esta situación, ya sabrás que es muy dolorosa. Sentirse solo e ignorado es una de las sensaciones más dolorosas que existen.
Pues así es cómo se sienten los objetos que no recordamos que tenemos. Y esto hace que la energía de la casa sea mucho menos luminosa.
Así que, si quieres mejorar la energía de tu hogar, sé muy consciente en todo momento de todo lo que tienes.
Cada una de tus posesiones es un compañero que vive contigo. Y vive contigo porque tú lo decidiste. Se merece un reconocimiento. Se merece que siempre tengas en cuenta que está allí.

Tercera Regla: que Cada Rincón de Tu Casa Te Haga Feliz

Por último, una vez ya somos plenamente conscientes de todo lo que tenemos en casa, y decidimos quedarnos únicamente con lo que nos hace feliz, el paso final es ordenarlo todo de manera que cada rincón de la casa nos despierte alegría y felicidad.
Personalmente, este es el punto que más me impactó del libro: ¿cada rincón? Parece lógico ordenar la casa de una manera que nos guste y nos haga felices, ¿pero es necesario que cada rincón cumpla este criterio? ¿No es demasiado exagerado?
Pues no, no lo es.
La gran mayoría de nosotros tenemos la parte principal de la casa bastante bonita y ordenada: el comedor, las habitaciones, la entrada… Pero casi siempre hay alguna zona olvidada: un trastero, el garaje, el cuarto de la lavadora, un armario… A nivel mental, creemos que no puede ser que todo sea bonito, y necesitamos algún espacio donde podernos despreocupar y tenerlo más descuidado.
Y esta visión tiene profundas implicaciones en nuestra vida.
Si te fijas, esto que pasa en casi todas las casas, pasa también a nivel global en la sociedad. Vivimos en un mundo bastante bonito y ordenado, pero hay muchas zonas que no lo son en absoluto. Tenemos parques y jardines en los pueblos, pero en las afueras hay vertederos y fábricas llenas de humo. Tenemos ciudades más o menos prósperas y abundantes, rodeadas de barrios marginados y pobres. Tenemos países con un nivel de vida bastante alto, al lado de otros que están en guerra y pasan hambre.
Todo esto es fruto de la misma creencia: no puede ser que todo sea bonito. No puede ser que todo esté bien. No puede ser que todo el mundo sea feliz.
Creemos que para que algo esté bien, otra cosa debe estar mal en otro lugar.
Creemos que para que unos ganen, otros tienen que perder.
Este es el mundo en el que creemos, y por lo tanto es el mundo que tenemos.
Por supuesto, es una creencia errónea. El universo donde vivimos no tiene ningún límite, y puede darnos todo lo que necesitamos y más.
Pero tenemos que abrirnos a ello. Nada puede llegar a nuestra vida si no lo creemos posible.
Y el cambio empieza en cada uno de nosotros, en nuestra propia casa.
Nuestra casa es un muy buen lugar para empezar a cambiar esta dinámica, y demostrarnos a nosotros mismos que sí es posible conseguir que cada rincón esté lleno de luz. Sí es posible que cada lugar sea hermoso y abundante, y que todo el mundo esté bien.
Y la mejor manera de ver que es posible es hacerlo: ponernos a trabajar y llenar de alegría cada cajón, cada armario y cada rincón de la casa.
Una vez nos demos cuenta de que realmente podemos crear una casa donde cada lugar sea hermoso, empezaremos a creer que podemos ir más allá, y crear un mundo donde cada lugar sea hermoso.
Y cuando creamos firmemente en un mundo así, lo veremos florecer delante de nuestros ojos.
Un gran abrazo.
Jan


          Jan Anguita
https://www.jananguita.es

domingo, 29 de octubre de 2017

Prānāyāma, la expansión de la energía vital

Para el Yoga, la respiración es un bien preciado que podemos utilizar a nuestro favor, tanto para vigorizar nuestro cuerpo como para calmar nuestra mente. Más sutil que el trabajo postural, la disciplina respiratoria logra armonizar el mundo emocional y darnos el vigor suficiente para empujar nuestra propia vida y las responsabilidades sociales que derivan de ella.


El prānāyāma nos ayuda a purificar las vías respiratorias y a aumentar nuestra capacidad pulmonar; a incrementar nuestro aporte de oxígeno y a equilibrar el sistema glandular; a regular los flujos de energía, calmar la ansiedad y también a desarrollar nuestra capacidad de concentración y de voluntad, entre otros muchos beneficios. (…)
Para hacer un trabajo eficaz con la técnica respiratoria, previamente debemos observar nuestra respiración y hacer un buen diagnóstico de ella. Esa respiración que se da en lo cotidiano desde que nos levantamos, desayunamos, conducimos y trabajamos, y así hasta que nos vamos a dormir y seguimos durmiendo, adolece muchas veces de sensibilidad, profundidad y capacidad de adaptación a cada momento.

Barreras respiratorias

A menudo, nuestra respiración se limita a un movimiento superficial porque la caja torácica alberga una gran cantidad de tensiones musculares que le impiden una adecuada apertura. Es evidente que las desviaciones de la columna vertebral, tales como la cifosis o la escoliosis (por citar las más evidentes) deforman la caja torácica, enrollan las costillas y hunden el pecho, acortando la musculatura pectoral necesaria para una buena respiración.
Unos abdominales demasiado tónicos y una parrilla costal rígida pueden dificultar el movimiento del diafragma, principal músculo inspiratorio, así como su correcta expansión. Por otro lado, la misma ropa que vestimos, desde el cinturón del pantalón, sujetadores muy ceñidos, corbata muy apretada y hasta la misma goma de las medias o leotardos pueden inhibir una respiración más amplia y natural.
También nos limitan los malos hábitos respiratorios: respirar con esfuerzo, con ruido o de forma intermitente. Hay un gran porcentaje de personas que respiran por la boca, ya sea a causa de rinitis, alergias, desviación del tabique nasal o mala oclusión dental, entre otras. Pero respirar por la boca puede suponer una insuficiencia de oxigenación, e incluso provocar que padezcamos apneas. Y no es necesario remarcar, dado que es evidente, que las enfermedades del sistema respiratorio (como bronquitis, asma, enfisema, etc.) van a socavar nuestra plena capacidad respiratoria.
Una de las características de esta respiración ordinaria que estamos analizando es que es demasiado rápida, fruto en la mayoría de los casos de una mente agitada y de una vida estresada. Este aumento de la frecuencia respiratoria arrastra también al corazón y acaba por influir en todo el sistema.
Ahora bien, aunque las patologías respiratorias, las desviaciones de la columna, las corazas musculares o la forma de vestir son contundentes y dejan su huella en nuestra respiración, no podemos olvidarnos de la actitud emocional o psicológica que están detrás de nuestros hábitos respiratorios. El nerviosismo, el temor, la dispersión, la desgana, la depresión, la excitación, la ira o la tristeza, entre muchas otras, pueden dejar con el tiempo una impronta energética o una tendencia corporal que incidirá sin duda sobre la respiración. (…)

La respiración funcional

Una respiración es funcional cuando sostiene sin problemas la actividad vital que llevamos en cada momento. Por ejemplo, cuando caminamos un buen trecho, corremos tras el autobús que se escapa o subimos las escaleras de nuestro edificio… la respiración debería darnos el oxígeno necesario para hacerlo sin claudicar, sin entrar necesariamente en disnea respiratoria. Una respiración natural se adapta sin esfuerzo a nuestra actividad, ya sea plácidamente cuando leemos un libro o contemplamos el paisaje por la ventana, o más enérgicamente cuando hacemos el amor o practicamos nuestro deporte aeróbico favorito. (…)
Uno de los errores en la divulgación del Yoga es la introducción de técnicas avanzadas cuando las estructuras físicas, emocionales y psíquicas del practicante todavía están débiles. Y Patañjali es muy claro en este sentido: la práctica del prānāyāma debería ir a continuación de un trabajo ético y personal, y de una intensidad sobre āsana ¿Quiere esto decir que no podemos trabajar con la respiración hasta una etapa muy avanzada en la práctica de Yoga? Por supuesto que no, tenemos un trabajo imprescindible de escucha de nuestra respiración, sensibilización y purificación, pero dejando para más adelante técnicas y ritmos mucho más intensos.
Si el cuerpo está tenso, si las emociones están a flor de piel y la mente está agitada, hemos de proceder de forma diferente. A veces, sólo con tumbarse sobre el suelo, con las piernas dobladas, y poner las manos en el vientre para sentir la respiración, podemos producir un efecto apaciguador extraordinario. Dirigir la atención a sentir, sin modificar todavía la entrada y salida del aire, las zonas que se abren o se cierran, la sensación de frescor y de calor alrededor de la nariz, las diferentes fases de la respiración y las pequeñas pausas entre ellas, puede ser suficiente para empezar. En todo caso, nunca hemos de forzar el trabajo de respiración e ir más allá de los límites personales. (…)
La respiración ordinaria suele ser, la mayoría de las veces, inconsciente, superficial, rápida, esforzada e irregular, fruto de una mente agitada. Nuestra mente está alterada porque está condicionada e impregnada de patrones que no hemos revisado. Nuestra confusión, miedo, deseo o aversión, entre otras emociones y tendencias, puede generar en nuestro interior una tormenta de contradicciones e inseguridades. Incidir directamente sobre esos patrones inconscientes no resulta nada fácil, de ahí que la respiración constituya un atajo para ello. La respiración está tan a nuestro alcance que podemos regularla conscientemente, pues partimos de la hipótesis de que la respiración está tan estrechamente vinculada con los procesos mentales que somos capaces de actuar sobre ellos de forma indirecta.

¿Cómo empezar a regularla?

En primer lugar hay que tomar consciencia de cómo respiramos, de los malos hábitos adquiridos y de los síntomas asociados a ellos. Sólo si sabemos con claridad cuál es nuestro punto de partida, podremos diseñar una práctica personalizada que sea efectiva y que no genere más tensión de la que pretendemos eliminar. No seríamos los primeros (ni seguramente los últimos) que después de una sesión de prānāyāma se van a la cama sin poder conciliar el sueño.
Lo importante en esta personalización es acercarse de forma progresiva, avanzando paso a paso. Podremos observar, en principio, cómo es la entrada y salida del aire, si el flujo es continuo o irregular. Observar también las diferentes fases de la respiración, desde la inspiración a la espiración, sin olvidar, aunque sean breves, los espacios de retención en lleno y vacío. Tenemos que percibir si la respiración es más abdominal, costal o pectoral, o si el ritmo es lento o rápido.
Hay todo un universo respiratorio en cada uno de nosotros en permanente metamorfosis. En concreto, Patañjali nos recuerda en el sūtra 50 del Sādhana-pāda los elementos que podemos utilizar para esta regulación necesaria de la respiración. Nos dice que contamos con cuatro fases (inspiración, retención en lleno, espiración y retención en vacío) para hacer una verdadera alquimia con nuestro estado energético y mental. Y también nos recuerda que su control está determinado por los espacios respiratorios, la duración de cada ciclo y el número de respiraciones que vamos a hacer en cada ejercicio. Nos recuerda, por último, que la respiración tiene que ser larga y sutil. (…)
Si en el capítulo de la disciplina corporal habíamos recordado que Patañjali define āsana como un equilibrio entre sthira y sukha, esto es, entre una cualidad de firmeza y otra de abandono, también, de forma inteligente, define el prānāyāma como un equilibrio entre dīrgha y sūkshma. (Nos quiere decir que la respiración tiene que ser larga y sutil.)
De un lado, es importante que la respiración sea larga y profunda, que tenga un ritmo lento que involucre todo el espacio respiratorio como si fuera una burbuja de aire que se expande en todas direcciones. En las respiraciones más superficiales, el ápice de los pulmones no termina de ventilarse adecuadamente y es necesaria una respiración más amplia que movilice y ventile todas las porciones de los pulmones. Por otro lado, las respiraciones largas ejercen una gimnasia importante a todo el parénquima o tejido pulmonar manteniendo la necesaria flexibilidad que se va perdiendo con la edad. Y otro elemento importante es que las respiraciones profundas logran recolocar la columna en la verticalidad evitando una caída de las costillas y una sobrecarga en la zona torácica que puede llevar, con el tiempo, a una cifosis.
En el otro extremo de este delicado equilibrio se encuentra el aspecto sutil de la respiración. Podríamos decir que la respiración no es sólo una cuestión de cantidad de aire inhalado, sino que también es importante la calidad de esa respiración. Uno podría hacer una respiración larga con brusquedad e incluso con ruido. Los deportistas están preparados para respiraciones profundas que sostienen los enormes retos de resistencia y fuerza a los que se someten, pero no es exactamente eso lo que busca el Yoga.
Debemos complementar la longitud con un mayor refinamiento de la respiración hasta volverla fina, sutil, delicada y silenciosa. Esto se traduce en una mente extraordinariamente atenta y sensible.
Dīrgha, el aspecto de longitud de la respiración, nos lleva a una mayor calma de nuestra mente al introducir profundidad y ritmo. En cambio, sūkshma, el aspecto sutil, mantiene nuestra mente en atención. Un exceso de dīrgha hará, como hemos indicado, que se pierda la sutilidad. Y un predominio de sutileza puede atenuarla hasta el punto que acabe por perder profundidad. La clave está en el equilibrio. (…)
Seguramente todos hemos pensado alguna vez que el pez vive en el agua pero que no es consciente de ella. Nosotros vivimos en un mar de aire del que muchas veces tampoco somos conscientes. Los astronautas han fotografiado esa minúscula capa de pocos kilómetros de la atmósfera que nos permite respirar, en realidad una línea azulada en la inmensidad del cosmos. Una capa de aire limitada que ha sido respirada innumerables veces por la inmensidad de plantas y animales desde el inicio de la vida. Podríamos decir que cada bocanada de aire que respiramos tiene la impronta de toda la vida y, al final, el aire se convierte en una matriz que aúna a todos los seres, en un cordón umbilical que nos va nutriendo.
Es cierto, respiran nuestros pulmones y evidentemente nuestro cuerpo, pero a menudo nos olvidamos de que también respira nuestra alma. Lo que es el oxígeno para el cuerpo, es armonía para nuestra mente luminosa. La mente se centra y el alma busca un vuelo para abrazar la totalidad. Todos sabemos que por muy largas que sean las alas del pájaro, necesita aire bajo ellas para poder batirlas. El alma, como proceso íntimo, se apoya en la respiración, se inspira en ella, se deja flotar y se vacía de tanto y tanto dato anecdótico que acumulamos en el vivir. Por supuesto, se trata de dejarse respirar.


Julián Peragón (Arjuna)

Ilustración: Eva Veleta

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