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viernes, 27 de abril de 2018

¿QUÉ HACER FRENTE AL ABANDONO?


Pelear la vida. A regañadientes, a las malas, con las uñas, como quieras, pero no hay otra opción. Puedes sentarte a llorar tu mala suerte, a lamentarte de la “injusta” soledad, a sentir lástima por tu aporreado yo y autocompadecerte. O por el contrario, puedes levantar cabeza y aplicar una dosis de racionalidad a tu desajustado corazón.


Si te dejó, si se fue como un soplo, si no le importaste, si te hizo a un lado con tanta facilidad, si no valoró lo que le diste, si apenas le dolió tu dolor, si decidió estar sin tu presencia, ¿no será, y lo digo solo como hipótesis, que no te merece?.
Y si te dejó porque ya no te ama, porque se le agotaron los besos, y hasta la más simple de las caricias se le convirtió en tortura, ¿no será, y lo digo solo como hipótesis, que ya no te ama?
¿Y no será, que si fue cruel o se le terminó el amor, ya no tiene sentido insistir en resolver lo que ya está resuelto? ¿No será que hay que quemar las naves, cerrar el capítulo y dirigir la atención a otra parte? No se trata de no sufrir, sino de darle al sufrimiento un giro y elaborar el duelo (resignarse a la pérdida). No preocuparse por lo que podría haber sido y no fue, sino por que es.
Lo curioso del despecho es que los que han sido abandonados, casi siempre terminan por autocastigarse: “Si la persona que amo no me quiere, no merezco el amor” o “Si la persona que dice quererme me deja, definitivamente no soy querible”. La consecuencia de esta manera de pensar es nefasta. El comportamiento se acopla a la distorsión y el sujeto intenta confirmar, mediante distintas sanciones, que no merece el amor. Veamos cuatro formas típicas de autocastigarse que utilizan los “abandonados”:
1. Estancamiento motivacional: “No merezco ser feliz, entonces elimino de mi vida todo lo que me produzca placer” (autocastigo motivacional)

2. Aislamiento afectivo: “No merezco a nadie que me quiera. Cuánto más me guste alguien, más lo alejo de mi lado” (autocastigo afectivo)

3. Reincidencia afectiva negativa: Buscar nuevas compañías similares a la persona que nos hizo o todavía nos hace sufrir (profecía autocastigante)

4. Promiscuidad autocastigadora: Entregarse al mejor postor, “prostituirse” socialmente o dejar que hagan de uno lo que quieran (autocastigo moral)
Me pregunto, ¿Y no será que de pronto no eres tan culpable como crees, y que no haya ni buenos ni malos, vencedores y vencidos?
Ahora que te dejó, hay que comenzar a vivir de otra manera. Retomar lo bueno que tenías olvidado y arrancar. Todos somos capaces de recuperarnos del fracaso afectivo. Al principio duele hasta el alma, pero al cabo de un tiempo, si eliminamos el autocastigo, la mente empieza reponerse.
Piensa en las pérdidas que has tenido anteriormente en tu vida, y cómo ahora, no te producen ni rasquiña. Es muy probable que dentro de un tiempo, esta última decepción, la que ahora estás padeciendo, quede reducida a un recuerdo insípido y descolorido.

Y mientras tanto, te toca sobrevivir. Evitar caer en los puntos a, b, c y d. Rodearte de amigos y amigas de verdad, porque la amistad cura. También puedes acceder a la vida espiritual que tenías abandonada, y no me refiero a encerrarte en un templo, sino revisar tu sentido de vida. Las crisis activan la auto-observación y nos obligan a mirarnos desde una óptica nueva.
Siempre habrá alguien, testarudo y persistente, que nos quiera a pesar de todo. A esta hora, en algún lugar de la ciudad, hay una persona desconocida que aún no conoces, dispuesta a contagiarte de amor, que pronto entrará a tu vida. Es solo cuestión de tiempo.

Walter Riso
http://www.walter-riso.com

jueves, 19 de abril de 2018

4 enseñanzas del Tao para manejar a las personas difíciles

Dentro de las enseñanzas del Tao se hallan también esos sabios consejos para tratar y manejar a las personas difíciles, a esas presencias que nos roban energía y que a menudo ponen cerco a nuestros caminos. Según los principios de Lao-Tse, en estos casos lo mejor es mantener la serenidad, vaciarse de emociones negativas y quitar poder a quien disfruta arrebatándonos la calma.
Si echamos un vistazo a las últimas publicaciones que hablan sobre cómo mejorar nuestro estilo de comunicación y sobre cómo alcanzar el éxito en el trabajo, hay un tema que se repite con frecuencia: la necesidad de aprender a manejar a las personas difíciles. Ahora bien, somos conscientes de que esa etiqueta le da nombre a un pequeño cajón desastre, y que por tanto conviene definir, antes de nada, qué entendemos por personalidades difíciles.
Dentro del mundo de la empresa y del coaching se tiene constancia de que para sobrevivir en nuestros contextos sociales, debemos convivir a la fuerza con unos perfiles de personalidad muy concretos. Nos referimos a las personas pasivo-agresivas y a las narcisistas. Son presencias que pululan en casi cualquier escenario, que hacen uso del abuso verbal, de la manipulación y que en ocasiones, su mera presencia ya nos enturbia.
En los últimos años, gran parte de las publicaciones que tienen como objetivo enseñarnos a manejar a este tipo de situaciones se nutren de las enseñanzas del Tao por varias razones. La primera por su buen manejo de las emociones, la segunda por la adecuada gestión de esos estados con los que podremos, en última instancia, afrontar el abuso del poder, poner límites y mejorar nuestros estilos de comunicación.
No importa que los textos de Lao-Tse tengan tantos siglos de antigüedad. Dicho legado sigue siéndonos muy útil.

1. Controlar a las personas difíciles sin necesidad de luchar con ellas

     ►Controlar al enemigo sin luchar con él es la más alta habilidad.
                                                              Gichin Funakoshi

Dentro de las enseñanzas del taoísmo se ensalza el símil de que vivir es como fluir por un río. Dejarnos llevar por su cauce sin resistencias es parte de esa armonía de la que todos deberíamos disfrutar.
Ahora bien, conceptos como la lucha, el enfrentamiento o la resistencia son la antítesis de esa idea, de ese concepto donde se nos anima simplemente a avanzar con ánimo y flexibilidad. Así, quien elija, por ejemplo, hacer uso de la discusión, de la afrenta constante con las personas difíciles lo único que conseguirá es mayor desánimo y una tremenda frustración.
Optar por la “no lucha” no significa claudicar o dejarnos avasallar. Significa, por encima de todo, no dar poder a quien no lo merece, elegir la sabiduría por encima de la violencia y optar por la calma antes de abrir las compuertas, de par en par, para que la ansiedad nos inunde.

2. Vacía tu taza de emociones negativas

  ►El vacío es el mejor punto de partida … Así que abandona todas tus ideas preconcebidas y sé neutral. ¿Sabes por qué esta taza es tan útil? Porque está vacía.
                                                        Bruce Lee

Las personas difíciles, a menudo, nos estropean el día con una sola palabra o un comentario. No importa lo irracional que sea su mensaje, lo inapropiado de sus acciones nos afecta sí o sí. Uno de los consejos que nos transmite las enseñanzas del Tao es que cuanto menos reactivos seamos más espacio nos quedará para hacer uso del juicio.
Intentemos por tanto controlar la angustia, las emociones negativas. Una vez la persona difícil haya llevado a cabo su maniobra contaremos hasta 10 y respiraremos hondo. Nadie tiene derecho a estropear nuestro día, así que nos vaciaremos de rabias, despechos y mal humor, uno a uno…
La mente debe quedar como una sala despejada, ahí donde el viento contaminado entra por un portal y desaparece al segundo por otro.

3. Sé proactivo, no reactivo

Las personas difíciles a veces nos convierten en víctimas de sus artes malsanas. Poco a poco, acumulamos tanto odio, malestar y frustración que corremos el riesgo de reaccionar de la peor manera. No es lo adecuado. Tarde o temprano nos arrepentiremos de esa reacción y sobre todo de no haber puesto límites con anterioridad.
 ► No seas esclavo de nada ni de nadie, logra la verdadera libertad.
                                                        Credo de Jeet Kune Do
El Tao nos recomienda aprender a ser proactivos. ¿Qué significa esto exactamente? Quiere decir que debemos aprender a tomar el control de los acontecimientos en lugar de quedarnos mirando cómo suceden las cosas. 
Uno consejo que nos propone las enseñanzas del Tao es que cada vez que veamos a una persona difícil, intentemos ponernos en su lugar haciendo uso de la siguiente frase :”no debe ser fácil”.
  • Esta frase nos puede ayudar a entender muchas cosas: “no debe ser fácil para mi compañero de trabajo caerle mal a todo el mundo, tener tan poca paciencia y tan poco control de sus emociones”. “No debe ser fácil para mi hermano estar sin trabajo, con una deuda y teniendo además ese carácter tan complicado”.
Entender la perspectiva ajena nos permitirá estar preparados para controlar mejor la situación. Hará que cuando nos dispongamos a prestar ayuda… esta sea más oportuna, a que cuando hagamos una crítica constructiva… esta sea más acertada y motivadora.

4. La fuerza del bambú

► Hay momentos en los que, cuando todo lo demás falla, no queda más opción que ser contundentes. Como el bambú que coge fuerza tras haber sido doblado.
                                                   El Tao del Liderazgo

En ocasiones ocurre, nuestras circunstancias con las personas difíciles llegan a un límite y quedamos no solo arrinconados, sino que nos sentimos doblegados, incluso completamente humillados. En esos instantes, el Tao nos recomienda visualizar un bambú.
También ellos se doblan, también ellos reciben el impacto del viento fiero que desea controlarlos y tenerlos bajo su poder. Sin embargo, esto nunca ocurre, porque el bambú obtiene su fortaleza de su flexibilidad. El hecho de que se doblegue hace que tenga mayor fuerza para reaccionar.
También nosotros podemos hacerlo. Cuando sintamos que hemos llegado al límite es momento de alzarnos con mayor fuerza para generar un cambio. No haremos uso de la violencia, porque fuerza no es violencia, es capacidad de respuesta, es saber posicionarnos con valentía ante quien osa convertirnos en algo que no somos: personas débiles.

Para concluir, las enseñanzas del Tao contienen maravillosas ascuas de conocimiento que siguen encendiendo nuestra capacidad de aprendizaje, alumbrándonos con su templanza para manejar con mayor sabiduría las complejidades del mundo actual.
Aprendamos de ellas y apliquémoslas siempre que nos sea posible.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

martes, 17 de abril de 2018

El Trabajo

     ► Un método simple para desarmar creencias que nos hacen infelices.


Byron Katie sufrió una severa depresión después de cumplir los treinta años. A lo largo de diez años, su depresión se profundizó y se pasó cerca de dos años casi incapaz de salir de su cama y obsesionada con la idea del suicidio. 
De repente una mañana, desde las profundidades de la desesperación, tuvo una revelación que transformó su vida.
Katie comprendió que cuando creía que algo debería ser diferente de cómo era («Mi marido debería quererme más», «Mis hijos deberían apreciarme») ella sufría, y que cuando no creía estos pensamientos, sentía paz. 
Vio que la causa de su depresión no era el mundo alrededor suyo, sino lo que ella creía respecto a ese mundo.
 
En un repentino despertar interior, Katie entendió que nuestro esfuerzo por encontrar la felicidad estaba enrevesado: en vez de intentar, inútilmente, cambiar el mundo para ajustarlo a nuestros pensamientos de cómo «debería» ser, podemos cuestionar estos pensamientos y, mediante el encuentro con la realidad como es, experimentar una libertad y un gozo inimaginables.
 
Katie desarrolló un método de indagación sencillo y, sin embargo, poderoso llamado El Trabajo, que hacía alcanzable esta transformación. Como resultado, una mujer deprimida y con tendencias suicidas se llenó de amor por todo lo que la vida le aporta.
Las 4 preguntas:
1.   ¿Es verdad?
2.   ¿Puedes absolutamente saber que eso es verdad?
3.   ¿Cómo reaccionas cuando crees en ese pensamiento?
4.   ¿Quién serías sin ese pensamiento?

 
Su método puede hacerlo uno mismo (con cuaderno y lápiz) o conversando con otra persona.
Podés usar este método cuando identificas una creencia o pensamiento que te causa ansiedad o infelicidad. Algo que para vos es importante, que te problematiza. Por ejemplo: “Mi madre nunca me amó” o “Fulano/a espera que yo resuelva todos sus problemas”.
Con esa creencia te hacés las 4 preguntas y vas respondiendo cada una.
Su trabajo se presenta como una mirada de no-dualismo. Y es más un des-hacer creencias que un agregarse nuevas.
Byron Katie dice:
Si prestas atención advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Debería enseñarse a los niños a comportarse bien», «Mis vecinos deberían cuidar mejor su césped», «La cola del supermercado debería avanzar más deprisa», «Mi mujer o mi marido debería estar de acuerdo conmigo», «Debería estar más delgada o ser más guapa o tener más éxito».
 
Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es.
 
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque, cuando discuto con la realidad, sufro. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.
 
Sólo puedo encontrar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. (Para mí, la palabra Dios significa «realidad». La realidad es Dios, porque gobierna. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo que yo denomino «los asuntos de Dios».) Buena parte de nuestras tensiones proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros asuntos.

Byron Katie

Información más detallada sobre cómo hacer "El Trabajo":

Traducción y compilación:    Fernanda Caffaro Taboada 
www.caminosalser.com

domingo, 15 de abril de 2018

Creer en uno mismo: la psicología de la voluntad


Si no lo haces tú, nadie lo hará. Creer en uno mismo no es cuestión de orgullo sino de dignidad personal. Es ese amarre psicológico al que aferrarnos cada día para confiar en nuestras decisiones, para dejar de tener miedo a los equívocos y permitirnos levantarnos una y cien veces. Creer en nosotros es amarnos con valentía sabiéndonos merecedores de algo mejor.
Es muy posible que la frase “creer en uno mismo” le suene a muchos al recurrido título de libros de autoayuda. Sin embargo, si estas cuatro palabras las vemos con tanta frecuencia en escaparates, manuales y revistas especializadas es por un hecho muy concreto: al ser humano le cuesta enormemente confiar en sus capacidades, potenciar sus virtudes y creer en sus posibilidades.
► Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido.
                                                            George Elliot

Si esto es así, se debe ante todo al modo en que construimos nuestra realidad interna. Ya desde niños damos forma a nuestra autoimagen en base a los estímulos que recibimos y a las interpretaciones que hacemos de estos. Así, y en base a lo que otros nos digan o nos proyecten, construiremos un sentido de identidad más fuerte y resistente o por el contrario, desarrollaremos un yo más vulnerable.
Creer en uno mismo no es fácil cuando nuestro entorno no ayuda. Confiar en las propias capacidades no es sencillo cuando nos centramos más en nuestros fallos que en el sentido de superación. Proyectar un sentido de identidad fuerte y valiente tampoco resulta fácil si nos han enseñado a fijarnos mucho más en lo que hacen, dicen o piensan los demás en lugar de atendernos a nosotros mismos…

Creer en uno mismo es aceptar que somos únicos, diferentes a los demás

A menudo no nos damos cuenta del rumor de nuestros pensamientos, de nuestras actitudes, atribuciones y razonamientos. Son ellos los que perfilan la arquitectura de lo que somos, quienes nos limitan o nos potencian, ellos son los que al fin y al cabo influyen en cómo nos sentimos y cómo nos comportamos.
El arte de creer en uno mismo es por encima de todo un ejercicio de voluntad. Y la voluntad es un músculo de poder que se ejercita mediante unos pensamientos adecuados, centrados y orientados a un fin concreto: promover nuestro bienestar y nuestro crecimiento personal.
Sin embargo, y esto lo sabemos bien, no es sencillo orientar la brújula de nuestros pensamientos hacia el positivismo y la autoconfianza cuando lo que habita en nosotros es una autoestima baja. Cuando lo que sentimos es apatía, frustración y desmotivación.
Por curioso que nos parezca, algo que a menudo olvidan nuestros padres e incluso los sistemas educativos es enseñarnos a creer en nosotros mismosNos orientan en cambio a ser como la mayoría. Porque “ser normal” es hacer, pensar y comportarse como aquellos que nos rodean, es diluir nuestras particularidades en lo ordinario, en lo cotidiano. Porque a veces, ser único es ser diferente, y el diferente no encaja bien, no rima. Es desarmonía en un mundo que adora lo predecible.

Sin embargo, vale la pena recordar algo tan simple y elemental como lo siguiente: no somos seres producidos en serie, somos diferentes a cualquier otro. Somos excepcionales e irrepetibles. Contamos con unas huellas dactilares únicas, con una personalidad propia, con unas facciones diferentes a los demás. Hemos nacido para dejar nuestra impronta en este mundo, y para ello, debemos hallar nuestros propósitos creyendo en nosotros mismos, en nuestro poder.

La psicología de la voluntad: cuando creer es poder

Creer en uno mismo es un ejercicio constante que nunca debemos dejar de lado. Nadie debería salir de casa sin una buena dosis de autoconfianza y la firme creencia de que merece todo aquello que desea o se proponga. Por ello, y desde el marco de la psicología de la voluntad, es interesante tener en cuenta estos consejos que sin duda, pueden servirnos de ayuda o de inspiración.

Borrón y cuenta nueva

Lo hacemos a menudo con nuestros dispositivos. No hay nada como restaurar el sistema de un móvil o un ordenador para que este funcione más rápido y más ligero. Sin embargo, tal acción requiere en primer lugar saber qué archivos vamos a conservar y cuáles elegimos borrar.
Para creer en nosotros mismos debemos dejar a un lado muchas actitudes heredadas, ideas que otros nos han transmitido así como atribuciones que uno puede haber construido. Las personas nos boicoteamos con mucha frecuencia, y lo hacemos cuando nos infravaloramos o nos comparamos con los demás. Hay que acabar con todos esos enfoques poco útiles: borrón y cuenta nueva.

Las montañas se mueven llevando pequeñas piedras primero

Para conseguir un objetivo debemos creer en nosotros mismos. Sin embargo, la psicología de la voluntad nos recuerda que tal y como dijo Confucio, las grandes proezas se consiguen primero logrando pequeñas victorias.
Así, y antes de marcarnos metas desmesuradas o demasiado elevadas, no hay nada como proponernos pequeños desafíos cotidianos. Esos con los que ganar en seguridad personal, esos donde conseguir mayor confianza y una autoimagen más positiva.
Tal y como decíamos al inicio, el arte de creer en uno mismo es como un músculo que ejercitar en el día a día. Por tanto, no dudemos en hacer uso de él dejando a un lado las opiniones ajenas. Atrevámonos a decidir y a salir jornada a jornada de nuestra zona de confort. Enfrentémonos a nuestras inseguridades poco a poco y sin prisas…

Vayas donde vayas, sé siempre tú mismo

Para creer en ti, no te alejes nunca de ti. Vayas donde vayas no pierdas tus esencias, no dejes atrás tus valores, tus pasiones o tu identidad. Que tu esencia marque cada uno de tus pasos y decisiones, sin miedo a lo que otros puedan pensar. Ser uno mismo en cada momento y en cada situación no siempre es fácil, por ello, ese esfuerzo cotidiano es también un ejercicio de voluntad, ahí donde ganar a su vez confianza y seguridad personal.
Para concluir, aunque las personas no podamos controlar nunca lo que nos pueda traer la vida, lo que sí podemos controlar es el modo en que reaccionamos ante cualquier circunstancia. Si creemos en nosotros mismos las dificultades serán menos duras, y las montañas menos altas. Pensemos en ello.

Psicologia/Valeria Sabater
Imagen principal cortesía de Dimitra Milan
https://lamenteesmaravillosa.com

jueves, 12 de abril de 2018

La sanación cuántica de Deepak Chopra


Deepak Chopra basa su sistema de curación en la medicina Ayurvédica. El Ayurveda, que se originó en la India hace más de 6 mil años, significa en sánscrito “la ciencia de la vida”.
Esta medicina hace referencia a una visión integral del ser humano, donde el cuerpo y la mente están estrechamente relacionados y se influencian mutuamente.
El cuerpo se moldea a partir de la conciencia, ya que ésta tiene un potencial enorme para producir cambios en el organismo, como curar enfermedades y retardar el envejecimiento.
Nuestro sistema actual de vida está regido por la gran ilusión de la materia: creemos que ésta es lo único que existe y que la conciencia es un subproducto de ella. Pero esa concepción está basada en una interpretación sensorial, y está claro que nuestros sentidos físicos no nos permiten percibir la verdadera naturaleza de la realidad. Pensamos que es sólida y estática, cuando en verdad está en permanente cambio.
Esto también es válido para el cuerpo humano, que experimenta un cambio permanente. En menos de un año, se reemplaza el 98% de los átomos del cuerpo, la piel se renueva cada cinco meses, el esqueleto cambia cada tres meses e incluso el ADN, que es donde se inserta nuestro código genético, se reemplaza cada seis semanas: “Uno parece ser el mismo por fuera; sin embargo, es como si se cambiaran continuamente los ladrillos del edificio”.
Pero no debemos confundir el instrumento con el usuario del instrumento. El cuerpo cambia y se renueva, no es el mismo y, sin embargo, mantiene su identidad, ya que la base de su existencia está más allá de la materia y pertenece al dominio quántico, donde no hay materia, sino sólo inteligencia que organiza la información y es capaz de identificarse y comunicarse con el resto del Universo. La mente, que es el movimiento de la conciencia -o alma-, utiliza energía electromagnética para crear el cuerpo.
Ciertamente, no es posible retroceder la edad cronológica, pero sí es posible revertir el proceso de envejecimiento. Esto significa actuar sobre la edad psicológica (cómo nos sentimos y cómo ejercemos la edad cronológica) y sobre los 15 marcadores biológicos de ésta: presión sanguínea, tasa metabólica, densidad ósea, regulación de la temperatura, contenido de grasa, capacidad aeróbica, nivel de colesterol, masa muscular, fuerza muscular, niveles de hormonas sexuales, tolerancia al azúcar, sistema auditivo, visión, inmunidad y estado de la piel.

Investigaciones científicas que se han venido realizando desde hace ya más de 50 años, a partir de la década del 70, han descubierto que cada uno de esos marcadores puede revertirse hasta 15 años. Al igual que en el universo, todo es reciclable en el ser humano: las moléculas y células del cuerpo, las emociones y los pensamientos.
El cambio de uno de los marcadores biológicos de la edad produce el cambio de todo el resto de ellos, pero cuando todos éstos cambian a la vez… ¡el cambio ya es exponencial!
Chopra explica que existen diversas técnicas para modificar los marcadores biológicos. Para esto, hay que actuar a nivel del cuerpo físico (conexión, energía o materia, prana o ki en otras tradiciones); del cuerpo sutil (mente, intelecto, ego, ideas, emociones, conceptos, personalidad, auto imagen, etc.) y del cuerpo causal (genera causas y hace que se creen los otros cuerpos, aquí se ubican el alma y el espíritu). Así, desde el cuerpo físico hasta el causal, vamos del tiempo a la eternidad.
Uno de los mejores métodos para conservarse joven y vital es la práctica regular de la meditación, que permite que los niveles hormonales se mantengan altos y no decaigan. La meditación permite conectarse con la fuente primordial de energía del universo - lo Superior, Dios o como elijas llamarle -  y realizar algo tan importante como retornar a la memoria del Amor, que es propia del ser humano.
El contacto directo con lo sagrado -por ejemplo, a través de la meditación o la comunión con la naturaleza- proporciona la experiencia máxima de Amor. Se irradia como luz y plenitud, que transforman el cuerpo y las emociones y, por tanto, el mundo que nos rodea.

Diez consejos para retardar el envejecimiento:

1. Cambio de la percepción: Pasar de una visión materialista del universo a una visión integral y espiritual de la vida y la materia.
2. Tiempo: Dejar de vivir preocupados por el mañana o de vivir de los recuerdos y aprender a estar presente y vivir del ahora.
3. Sueño: La mala calidad de sueño acelera el envejecimiento. Lo que importa no es la cantidad, sino la calidad del sueño. La medicina ayurvédica aconseja acostarse sobre las 10:00 de la noche. Estas dos horas antes de la medianoche tienen un efecto reparador mucho mayor que las 6 horas siguientes. Es bueno dormir unas 8 horas y no excederse, si no se obtiene el efecto contrario, debilita.
4. Vigila tu alimentación: De acuerdo con el Ayurveda, el cuerpo se siente satisfecho y en equilibrio cuando tiene acceso a los seis sabores básicos (astringente, dulce, amargo, salado, agrio y picante). Los alimentos deben ser lo más frescos y naturales posibles, porque así aportan mayor cantidad de prana o energía. Además, se deben tomar suplementos nutricionales (multi-vitamínicos con minerales), ya que aunque tengamos una buena dieta, los necesitamos debido a la gran cantidad de toxinas y de tensiones a las que estamos expuestos diariamente.
5. Haz deporte: El yoga, el tai-chi o cualquier deporte que nos mantenga activos será bueno para recuperar la relación mente-cuerpo. La mejor forma de integración de ambos es a través de la respiración consciente, que facilita el movimiento energético de lo físico a lo mental.

6. Aprovecharse de los beneficios del Sol. Mirarlo, tomar baños de Sol, etc. Contrariamente a lo que dicen las empresas que venden protectores solares el cuerpo, hay más enfermedades de la piel en países donde casi no sale el Sol.
7. Eliminar las toxinas: Se deben eliminar las drogas, el alcohol y el humo del cigarrillo, pero también las toxinas emocionales, como miedo, depresión, culpa, enojo e ira, que actúan al nivel del cuerpo sutil. Desintoxica tu hígado, riñones y colon habitualmente.
8. Amor: Dar y recibir amor estimula el sistema inmunológico. Los tres niveles en que se expresa el amor son verbal (“te quiero”), atencional (escuchar al otro ininterrumpidamente) y afectivo (tocar, acariciar).
9. Creatividad: Aplica tu creatividad. Pinta, escribe, cocina, canta, etc, pero expresa tu creatividad de un modo libre y natural.
10. Mejórate: Mantén tu mente alimentada con lecturas que te hagan crecer interiormente. Ayuda a tu Alma día a día a que se eleve de la materia con lecturas inspiradoras.

Anclaje de Luz
Vía. http://paradigmaterrestre.com

miércoles, 11 de abril de 2018

Las mejores frases de Wayne Dyer, el «padre de la motivación»


Alrededor de sus más de 40 libros, Wayne Dyer, formó un «ejército» de millones de fans que convirtieron la mitad de sus obras en best-sellers a nivel mundial. La piedra angular de su legado, «Tus zonas erróneas», fue publicado hace casi cuatro décadas, en 1976, y se convirtió rápidamente en un texto de referencia en la automotivación, llegando a permanecer 64 semanas en la lista de más vendidos del The New York Times.
El libro fue ideado mientras trabajaba como profesor en la Universidad de St. John, en Nueva York, tras finalizar su Doctorado en Educación. En sus clases se reunían alumnos que no estaban inscritos en su asignatura. Dyer, que era huérfano y había crecido en un barrio pobre de Ohio,hablaba de positivismo y motivación, lo que llamó la atención de un agente literario, que le propuso escribir un libro que reuniese sus enseñanzas. Así fue como nació el llamado «padre de la motivación».
Algunas de sus frases marcaron la vida de millones de personas que le seguían, no solo a través de sus libros, sino también en sus conferencias o apariciones públicas varias. Esta dedicación a la comunicación hizo que proclamara sentencias que han quedado para la memoria.

Progreso

«El progreso depende de seres que son innovadores, que rechazan los convencionalismos y modelan sus propios mundos».

Carpe Diem

«Siendo la muerte una propuesta tan eterna y la vida tan increíblemente breve, pregúntate a ti mismo: ¿Debo evitar hacer las cosas que realmente quiero hacer? Ser feliz, vivir efectiva y eficientemente y amar son metas mejores y más importantes».

Autoengaño

«Tú puedes hacer lo que te propongas. Eres fuerte y capaz. No eres frágil ni quebradizo. Al postergar para un momento futuro lo que quisieras hacer ahora, te entregas al escapismo, a la autoduda, y lo que es aún peor, al autoengaño»

Nuevas experiencias

«Puedes mirarte a ti mismo con ojos nuevos y abrirte a nuevas experiencias que nunca llegaste a pensar que podrían estar dentro de tus posibilidades como ser humano, o puedes seguir haciendo las mismas cosas, de la misma manera, hasta que te entierren».

Saborea el presente

«Valora el momento presente. Aférrate a cada momento de tu vida y saboréalo».

Enfado y cólera

«Entender la cólera como una elección más que como algo que sencillamente te ocurre, te permitirá eliminarla cuando te inmoviliza o cuando inmoviliza a otros. Si te limitas a aceptar la idea de que no puedes evitar ser como eres y que tus emociones simplemente se producen, es evidente que no podrás hacer nada por cambiarlas cuando interfieran en tu vida».

Barreras

«El prejuicio se basa no tanto en lo que uno odia o le desagrada, ya sean ideas, actividades o gente, sino en el hecho de que es más fácil y seguro quedarse con lo conocido».

Buscar tus circunstancias

«La gente siempre le echa la culpa a sus circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo en las circunstancias. La gente a la que le va bien en la vida es la gente que va en busca de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las fabrican».

Camino

«No tienes que saber hacia dónde vas; lo importante es estar en el camino».

Rompe tu rutina

«El tener conciencia de la rutina es dar el primer paso para cambiarla».
abc.es
Vía: http://paradigmaterrestre.com

sábado, 7 de abril de 2018

Relaciones amorosas: ¿químicas o alquímicas?


“Le preguntaron a un Maestro cuál era la diferencia entre la química y la alquimia en las relaciones de pareja y contestó estas hermosas y sabias palabras:

– Las personas que buscan química son científicos del amor, es decir, están acostumbrados a la acción y a la reacción. Las personas que encuentran la alquimia son artistas del amor, crean constantemente nuevas formas de amar.
– Los químicos aman por necesidad. Los alquimistas por elección.
– La química muere con el tiempo, la alquimia nace a través del tiempo…
– La química ama el envase. La alquimia disfruta del contenido.
– La química sucede. La alquimia se construye.
– Todos buscan química, solo algunos encuentran la alquimia.
– La química atrae y distrae a machistas y a feministas. La alquimia integra el principio masculino y femenino, por eso se transforma en una relación de individuos libres y con alas propias, y no en una atracción que está sujeta a los caprichos del ego.

En conclusión, dijo el Maestro mirando a sus alumnos:
– La alquimia reúne lo que la química separa. La alquimia es el matrimonio real, la química el divorcio que vemos todos los días en la mayoría de las parejas.” 

Comencemos a construir relaciones conscientes, pues la química siempre nos hará desgastar el amor, mientras la alquimia siempre nos acariciará desde adentro. Que todas nuestras relaciones sanen.
                                                              *Jai Maa

Sabias palabras a través de las cuales podemos diferenciar entre lo tangible y lo sublime, lo temporal con lo trascendental dentro del marco de las relaciones amorosas. Si por lo menos teóricamente, tenemos claras algunas definiciones y diferencias, podemos establecer un norte y en la práctica trabajar por construir nuestra “alquimia” en nuestras relaciones.

La química siempre será importante en las relaciones y puede determinar las probabilidades de éxito e inclusive de ocurrencia de una relación, pero si no fomentamos la esencia, lo fundamental, lo que nos conecta más allá de nuestros cuerpos, probablemente nos encontremos vacíos e intentando revivir sensaciones en lugar de sentimientos.

Comencemos construyendo la alquimia con nosotros mismos, que la relación con nosotros sea la primera que sanemos y que a partir de allí, desde un verdadero amor propio, irradiemos amor al resto del mundo, dándole la importancia a nuestros seres amados que se merecen, desde el mejor sitio desde donde podemos amarlos, desde un Yo pleno y satisfecho por sí mismo, desde la mejor versión de nosotros mismos.