lunes, 30 de abril de 2018

Dime cómo respiras y te diré cómo estás


4 tipos de respiración para mejorar nuestras vidas
Mediante diferentes tipos de respiración podemos mejorar nuestra vida, nuestra salud e, incluso, nuestra claridad mental. ¿Empezamos?
Las emociones desbordadas pueden generar tensión muscular, alterar la postura y mermar la respiración, pero si nos detenemos para observarla, vemos que la respiración se amplía, la postura mejora y se diluye la tensión muscular, el cuerpo se relaja, la mente se serena y las emociones se aquietan.

Distintos tipos de respiración aportan beneficios diferentes

No se trata de dejar de pensar, sino de centrar la mente, de dirigir la atención. De hecho, respirar conscientemente es una forma de meditación. Veamos distintos tipos:

1. Respiración lenta y profunda

Es importante que nos acostumbremos a respirar por la nariz, ya que de este modo se filtran sustancias tóxicas que se propagan por el aire y se refuerza el sistema inmunológico. Esta clase de respiración tiene enormes beneficios en la salud física, mental y emocional.
Sin forzarnos en ningún momento, la exhalación debe durar más que la inhalación. Pero lo importante es que la respiración no sea superficial, que el aire penetre por las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, llene la parte superior de los pulmones y baje hasta llegar al diafragma y al abdomen.
Cuando los pensamientos incesantes nos desbordan o sentimos miedo, ansiedad o depresión, la respiración se acorta y se acelera. De este modo, nos llega menos oxígeno al cerebro y somos incapaces de pensar con claridad, las tensiones se acumulan en la parte alta del cuerpo y podemos sentir estrés, angustia, cefaleas, vértigos…
Si centramos nuestra atención en la respiración regular, lenta y profunda, notaremos que disminuyen las tensiones y contracturas de los músculos de la cara, el cuello, los hombros y la espalda, y se produce una reducción en el ritmo cardiaco. La mente se relaja y la ansiedad y el estrés se regulan.
Esta respiración combate la depresión y otros trastornos de la conducta y mejora el ánimo, ya que una buena oxigenación favorece la segregación de neurotransmisores que influyen positivamente en las alteraciones emocionales.

2. Respiración sanadora

Una inspiración profunda hace que el diafragma se contraiga y baje hacia el abdomen. La exhalación es muy suave.
Esta respiración se convierte en una especie de masaje revitalizador del esófago, el estómago, el intestino grueso y el delgado, los riñones, el páncreas, la vesícula biliar, el bazo y el aparato urinario.
Aumenta la ventilación de los alveolos y la oxigenación, así como la capacidad de los pulmones de redirigir ese oxígeno eficientemente a todo el organismo; el hígado, el bazo y los riñones desalojan más sangre y se desintoxican, se activa la circulación sanguínea, y la digestión, el estómago y los intestinos funcionan mucho mejor.
Como consecuencia, el corazón tiene menos presión y el ritmo de los latidos se regula y fortalece, las probabilidades de padecer trastornos cardiacos se reducen, aumenta la cantidad de glóbulos rojos y baja la presión arterial. Todo ello favorece el tratamiento de enfermedades cardiacas, asma, hipertensión, insomnio, úlceras gástricas, alteraciones de la conducta…
Cuando exhalamos, nuestro abdomen se contrae e impulsa suavemente el aire y la energía a través de la médula espinal hacia el cerebro, oxigenándolo. Este es el órgano que necesita más oxígeno, por lo que así ayudamos a prevenir el Alzheimer y otras demencias.

3. Respiración desintoxicante


Existe también otro tipo de respiración con propiedades depurativas de toxinas y energías negativas. Esta limpieza se realiza al inhalar por la nariz y exhalar lenta y profundamente por la boca. En este caso, la exhalación debe durar más o menos el doble que la inhalación.
Podemos mejorar sus efectos benéficos y prevenir trastornos gástricos si llevamos la inspiración nasal en profundidad hasta el diafragma y de ahí al abdomen, expulsando después el aire suavemente por la boca hasta comprobar que hemos vaciado completamente los pulmones mediante una ligera contracción del abdomen.
De esta manera, al inhalar en los pulmones entra una mayor cantidad de aire renovado que permite una mayor limpieza del organismo en general y de la cavidad pulmonar en particular.

4. Respiración revitalizante

Con ella tonificamos el organismo al instante. Se trata de inhalar por la boca y exhalar por la nariz. Conforme hacemos esta respiración más profunda y larga, se intensifica la energía en todo el cuerpo y se percibe un aumento de la temperatura. Uno de los más efectos más notables es la mejora de la circulación sanguínea.
Es una respiración ideal para elevar las defensas y combatir enfermedades digestivas, hepáticas y especialmente las del sistema cardiovascular y el respiratorio, ya que aumenta la capacidad y elasticidad pulmonar y torácica.

Permite distribuir eficaz y uniformemente el oxígeno en el organismo, mejora la oxigenación celular y eleva la energía interna.

Empieza a respirar aquí y ahora

Amanece, el sol comienza a despuntar, abrimos la ventana y respiramos profundamente. Nuestros pulmones se llenan de aire. Respirar conscientemente es unir cuerpo y mente, consciente e inconsciente, en una sola entidad que vive al unísono. Al hacerlo nos convertimos en observadores.
En los núcleos urbanos inhalamos aire desvitalizado con iones positivos junto con la contaminación, el polvo y los tóxicos domésticos, elementos que pueden ser nocivos para la salud. En la naturaleza, en principio, sucede lo contrario, respiramos iones negativos, aire limpio y vital, que nuestro organismo agradece de inmediato.
El lugar donde nos encontramos es importante, pero hay algo que suele pasar inadvertido para la mayoría de las personas: la necesidad de respirar correcta y saludablemente.
Vivamos donde vivamos, aprender a respirar es una de las mejores cosas que podemos hacer por nosotros mismos y por los demás: cuando tomamos conciencia de ello, nuestra manera de percibir la realidad cambia radicalmente.
Una respiración deficiente origina un amplio abanico de síntomas y enfermedades; pero en cuanto la normalizamos, el organismo reacciona positivamente y hace frente a cualquier patología de forma más eficaz.

Dos movimientos clave

La inspiración es un proceso de concentración de la energía hacia lo más profundo del organismo. Si es deficiente, la energía vital se debilita; en estos casos es fácil encontrar trastornos en los órganos y en la médula ósea de los huesos, disminución de las defensas inmunológicas, anemia…
Por otra parte, la espiración es un proceso expansivo hacia las zonas exteriores, como los miembros y la piel. Una exhalación deficiente provoca problemas circulatorios, manos y pies fríos, infecciones, envejecimiento prematuro, trastornos de la piel, deshidratación…

Respiración eficiente: ¿por dónde empezamos?

Beneficiarnos de una respiración eficiente está en manos de todos, la podemos practicar en cualquier lugar y momento y es una de las bases en las que se asienta el bienestar. Solo necesitamos tomar conciencia de cómo hacerlo:

1. Primero, observarnos

Para empezar, centraremos nuestra atención en la respiración, en cómo penetra el aire en nuestro cuerpo, revitalizándolo, y en cómo sale, llevándose lo negativo. Profunda y rítmicamente, inspiramos y espiramos.

2. Una tarea cotidiana

Podemos practicar en cualquier momento y lugar, con los ojos abiertos o cerrados, antes de dormir, al despertar, mientras meditamos, caminamos, fregamos los platos, sentados o tumbados…, aunque lo mejor es que la columna vertebral esté bien erguida. Es una práctica de vida, salud y consciencia que permite comprobar que los estados de relajación y de paz interior perduran en el tiempo.

3. Aspectos esenciales

Son recomendables al menos 10 respiraciones conscientes, lentas y profundas 10 veces al día siguiendo estos principios:
  • Respirar preferentemente por la nariz, suave y silenciosamente.
  • Inspirar y espirar lenta y profundamente.
  • Relajar la mandíbula, los hombros y el cuello.
  • Sentir cómo el aire penetra desde la nariz hasta lo más profundo del abdomen.
  • Hacer la espiración más prolongada que la inspiración.
  • Centrar la mente en el proceso de respiración.
  • Prestar atención a las zonas del cuerpo que están en tensión mientras el aire entra y sale.
  • Empezar y acabar el día con una práctica de respiración consciente.
Mente Sana
http://paradigmaterrestre.com

domingo, 29 de abril de 2018

Había una vez un mundo mágico llamado Plenitud


Había una vez, en un Universo muy lejano, un mundo mágico y diferente a todos los mundos. Ese mundo tenía por nombre PLENITUD.
En él reinaba la luz; no existían los límites; las palabras “tiempo” y “espacio” eran totalmente desconocidas para sus habitantes, y vivían momento a momento en ausencia de la prisa y el miedo. Todo fluía y se movía en armoniosa sintonía…
Pero un día, un terrible día para su historia, apareció un extraño ser llegado desde otro Universo. Ese ser decía llamarse SER HUMANO y venir de un mundo llamado TIERRA. Con su llegada, los habitantes de Plenitud quisieron reunirse con él y poder conocer todo sobre su mundo y costumbres. “Sería interesante y novedoso escucharle” – pensaban…
Y es que decía venir con muchos mensajes, “sabias enseñanzas” a su modo de ver, con tono de suficiencia y superioridad. Pronto comenzaron a creer que debía de tratarse de un ser superior a ellos y que aprenderían muchísimo de él. Escuchándole, cayeron en la cuenta de que en su mundo de humanos se habían inventado términos que Plenitud desconocía.

Supieron del Tiempo y el Espacio

Es por ello que no dudaron que ese Ser, al que comenzaron a llamar Maestro, había viajado millones de kilómetros por el espacio para iluminar sus vidas con su sabiduría… Y así fue, sus primeras lecciones no pasaron desapercibidas, ya que reveló en ellas el significado de las palabras: Tiempo y Espacio, hasta la fecha, desconocidas para ellos.
Habló durante horas sobre todos los significados de la palabra Tiempo y sus implicaciones… El Tiempo marcado por el pasado, los límites del tiempo, el futuro como parte del tiempo, la medición del tiempo (inventos tan logrados como los relojes, agendas, calendarios…) y un largo etcétera.
A todo ello, le sumó la enseñanza del término Espacio, también con todas sus implicaciones: Los límites del espacio, las murallas, las fronteras, las propiedades, los lugares que te hacen feliz, los lugares que te hacen infeliz…
Los habitantes de Plenitud, asimilaron rápidamente las enseñanzas de su nuevo Maestro, y no dudaron en tenerlas en cuenta a partir de entonces en su día a día. Para ello, se fueron poniendo en marcha cadenas de creación de Tiempo y Espacio, lo que facilitó que pudieran tener acceso a fechas, horas, cálculos temporales, calendarios, relojes…

Supieron del Pasado y el Futuro

Por fin, el pasado y el futuro ya estaban presentes en sus vidas. Y es que, ¡Cómo no se habían dado cuenta antes!, ¡El tiempo se acaba!…por lo que “hay que correr para conseguir un futuro mejor, no vaya a ser que hoy no hagas lo suficiente para ello y entonces te lleve a un terrible pasado”.
De esta manera, verles correr para ir al siguiente lugar se convirtió en algo habitual, y con ello la siguiente ilusión creada: el valor a los espacios. Y es que, quizás era un determinado lugar el que les diera más satisfacción en un futuro y así poder tener recuerdos maravillosos.
Por lo que comenzaron a levantarse deprisa, para ir corriendo a la calle, para en la calle ir corriendo a la montaña, para en la montaña ir corriendo para llegar antes y una vez allí, bajar corriendo para llegar a un lugar de descanso, para poder descansar corriendo e ir más tarde a un lugar donde fueran a estar mejor. ¡Pufff!, ¡Eso si que era disfrutar y aprovechar la vida al máximo!

Supieron de la Prisa y el Miedo

Los habitantes de Plenitud siguieron durante mucho tiempo en esta espiral, sin ser conscientes de ello…hasta que comenzaron a sentir sensaciones nunca vividas: unos empezaron a sentir falta de aire, sentimientos de ahogo, palpitaciones, otros comenzaron a tener reacciones en la piel, manchas… otros decían tener dolores de cabeza y musculares….y todos coincidían en sentir una agitación mental constante, a tal nivel que se estaban dando cuenta de que les hacía enfermar.
Hasta su mundo, antes iluminado, comenzó a perder su luz para convertirse en un mundo gris y apagado. No encontraban explicación a todo esto, pero si sabían que todas estas sensaciones no les dejaban disfrutar, y con ello comenzaron a sentir MIEDO, miedo a que todos esos síntomas siguieran ahí, miedo a que si no se iban acabaran enfermando o les acabara sucediendo algo grave…lo que les llevó a correr más para buscar una solución, ya que si se daban prisa quizás encontraban un remedio a sus males y así poder evitar un futuro peor.
Tanto corrieron, que acabaron perdiéndose en el descontrol, en el sentimiento de vacío, en no saber quiénes eran, ¡Ni por qué corrían! Los sentimientos de vacío se hicieron tan grandes, que el amor propio y hacía los demás comenzó a perderse. Personas que se amaban a sí mismas por el hecho de serlo, comenzaron a sufrir por creer no estar en el lugar adecuado en un determinado momento. Y de tener relaciones basadas en el respeto, muchos pasaron a odiarse por el apego a los lugares y la obsesión por el tiempo.
Plenitud, no sólo era ya un mundo gris, apagado y caótico, ahora se le sumaba la violencia. Pero como en todo cuento, hay un gran héroe y salvador, éste no iba a ser menos. Su salvación apareció. Fue tanto lo que empezaron a sufrir, que en su sufrimiento muchos se perdieron y no pudieron ver más allá, pero otros despertaron como salida a su sufrimiento. ¿Cómo? Llegaron a lo más profundo de su SER, a lo que siempre habían sido.

Todo se soluciona cuando vuelves a ti

Al contemplarse a sí mismos tan asfixiados, comenzaron a cerrar los ojos y a respirar. Es ahí donde pudieron parar el torbellino, es ahí donde encontraron la verdadera solución. Todo se soluciona cuando vuelves a ti. Cuando despiertas y vuelves a conectar. Y es así como volvieron a caer en la cuenta de que todo sucede aquí y ahora, como siempre había sido. Y que la idea de lo pasado o lo que estaba por llegar realmente era una ilusión creada por su mente. Un límite psicológico al que se habían atado convirtiéndose en una tortura para sus vidas.
Poco a poco, los que fueron dándose cuenta se ocuparon de agrupar al resto para ayudarles a recordar su verdadera esencia. ¡Despertar! – Les decían. Cerrar los ojos, respirar y quedaros ahí. Cuando los abráis, no es el fin de vuestra presencia, podéis seguir ahí, presentes en vosotros mismos.
Y así fue, cuando volvieron a conectar con ellos mismos, fueron despertando, volviendo a convertir su vida en lo que estaba destinada a ser: Simplemente eso, SER, y nada más. Todos volvieron a un estado de constante PRESENCIA, la que les llevó a no creer ni esperar que el siguiente momento fuera más pleno que el que estaban viviendo. Nadie esperaba ya al siguiente momento.
A partir de entonces, el SER HUMANO llegado desde la Tierra, dejó de ser escuchado. Lo que resultó ser tal ataque para su EGO, que sintió no ser valorado lo que merecía llevándole a tomar la decisión de volver a su mundo, y lo hizo con mucha prisa. Ellos si que sabrían apreciar su llegada y no esos necios habitantes de Plenitud.
No dudaba de lo felices que haría a sus familiares y amigos cuando le vieran allí, en el lugar y momento adecuado. Es más, tal sería su felicidad, que seguro alguno de ellos se encargaría de inmortalizar ese momento con fotografías y subirlas rápidamente a las redes sociales para que todo el mundo supiera y estuviera informado de lo felices que eran en ese momento.
Los habitantes de Plenitud, no tuvieron nada que reprocharle, ya que gracias a su estancia en su planeta, pudieron afianzar lo que ya sabían: Las únicas tres preguntas importantes en la vida y sus verdaderas respuestas…
¿Dónde estamos? … Aquí
¿Qué hora es? … Ahora 
¿Nuestra salvación? … la Conciencia.
Y colorín, colorado…espero que este cuento os haya concienciado.


Saioa Barredo Canales
para http://psicopedia.org

sábado, 28 de abril de 2018

TODA ENFERMEDAD TIENE UN SENTIDO BIOLÓGICO



TODA ENFERMEDAD TIENE UN SENTIDO BIOLÓGICO.
Christian Fléche





Cuando en el año 1991 me encontré al Dr. Hamer me quedé estupefacto y seducido por sus coherentes explicaciones aunque me di cuenta de la falta de estructura terapéutica. Desde entonces he podido verificar algunas proposiciones. Uno de los elementos centrales en la comprensión de este abordaje es el sentido biológico ya que para el la enfermedad tenía un sentido biológico.

Dos años más tarde aprendí con Marc Fréchet que las enfermedades se inscriben en un ciclo y que algunas de ellas tienen una o varias raíces transgeneracionales.

Mediante la terapia y gran parte se la debo al Dr Erickson se llega a la curación, el cambio o la transformación profunda y duradera. Fue un maestro de la terapia breve. Para él toda experiencia tiene una estructura y la terapia es una reacomodación de esa estructura y no de la escucha de un contenido psicológico o histórico de un problema que para él no tenía ningún interés. Para el encontrar el origen histórico de un problema no era necesariamente terapéutico. Cambiar la estructura de la experiencia sí.

Es así como en 1993 creé el nombre de Descodificación Biológica Original, para distinguirme de la Nueva Medicina Germánica, ahora tan sólo Nueva Medicina.

¿Qué quiere decir sentido biológico?
Nuestro cuerpo está constituido por órganos que están compuestos por células y esto es así independientemente de cuál sea nuestra raza, nuestra especie, nuestro color o seamos animales o seres humanos. Cada órgano busca satisfacer eso para lo que existe: los pulmones permiten la entrada del aire y el intercambio, el estómago recibe el alimento y lo transforma, la vejiga contiene la orina y la elimina, el tejido neural cerebral sirve para controlar y tomar decisiones, etc. Nos comportamos como los animales sin saberlo rechazando o transportando nuestra base de conflictos arcaicos.

La necesidad para la que existe el órgano debe ser satisfecha para permitir la supervivencia del conjunto es decir colabora con los otros órganos. El aire inspirado es usado por nuestros músculos, el alimento proveerá de energía a los pulmones para que pueda realizar su actividad. Pero el ser humano tiene algo peculiar y es que no sabe hacer la diferencia entre lo real y lo virtual: imaginar un plato suculento o tenerlo en la boca provoca el mismo efecto en la salivación.

De esta manera todo estimulo exterior va a ser codificado biológicamente: veo que me van a robar mi coche. En que parte de mi cuerpo se va a recibir la información? Podrán ser distintas partes y eso dependerá de cómo lo viva interiormente la persona. Unos ejemplos: El colon porque es “asqueroso lo que me hacen”

Bajo el mismo principio virtual es igual a real aunque no se observe nada en el colon la persona mantiene sobre este evento una noción de porquería. En otro caso podría codificar el evento a nivel muscular porque resiente impotencia para recuperar el vehículo. O la laringe porque el acontecimiento lo deja “aterrorizado”. Y así podemos ver como un mismo acontecimiento da lugar a distintas codificaciones.

Por qué el colon? Porque biológicamente es la parte del cuerpo que gestiona lo que se vive como « asqueroso » y es esa parte la que conoce cómo gestionar aquello que se tiene que eliminar. Porque los músculos? Porque son los que demuestran nuestra potencia y eficacia.
Y la laringe? Porque es la que permite el grito, la llamada de auxilio.

Así es como desde que ocurre un acontecimiento exterior nuestro espíritu para poder aprender algo codifica biológicamente y de esa manera existe. La transforma para aprehender la esencia, la lleva al interior de sí mismo. Si no simplemente no existiría tal como no somos conscientes de los rayos o los infrasonidos. Solo vemos lo que aprendimos a ver, oímos lo que aprendimos a oír y esto es cultural y biológico.

Por eso para mí la hipótesis de trabajo es que todo síntoma, sea el que sea sin excepción es una metáfora de la historia conflictual que está en el origen del síntoma. El hilo conductor que va de uno a otro es el sentido biológico.

La enfermedad lejos de ser algo anárquico o de no responder a ningún sistema tiene un sentido muy preciso que es movilizar todas las fuerzas para optimizar nuestras posibilidades de supervivencia. La enfermedad no es un error de precisión, un fallo de la célula y tiene su razón de ser y se inscribe como un elemento útil en el plan general de la naturaleza. Es necesario localizar una solución exterior (como subirse a un taburete si uno es pequeño para coger algo o llamar al timbre). Si no hay solución exterior aparece la situación conflictual y el cuerpo busca una solución interna de adaptación => enfermedad.


Elizabeth Romero Sánchez
Akasha Sanación Integral.