jueves, 29 de junio de 2017

Tú eres el resultado de ti mismo


No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar; corrigiéndote: el triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.

Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer; las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera, todo dependerá de ti; no te amargues con tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño; 
recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si, tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido por ti.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo.

Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.

Reconócete dentro de ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias,
porque tú mismo eres tu destino.

Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.

Levántate, mira las mañanas y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de la vida

Ahora despierta, camina, lucha.

Decídete y triunfarás en la vida.

Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.


                                                                                                Pablo Neruda

miércoles, 28 de junio de 2017

20 Lecciones sobre creatividad que podemos aprender de los niños


Nos esforzamos en convertirnos en esos adultos responsables e independientes que admiramos… solo para darnos cuenta que hemos perdido por el camino todo aquello que realmente era especial y divertido.

Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido.
Existen muchísimas cosas que podemos aprender de los niños, de su actitud ante la vida, la forma de enfrentarse a problemas, su decisión… Aún no hemos entendido que realmente no tenemos que esforzarnos en aprender a ser creativos e innovadores, sino que únicamente debemos recordarlo.

  1. Pon el corazón en lo que hagas. Da igual, que estés jugando, corriendo o montando un puzzle. En ese momento es lo único importante, así que disfrútalo con todo tu ser, energía y pasión.
  2. Sé flexible y adaptable. Da igual que al principio no te salga y te frustres. Al final lo conseguirás, la clave es seguir intentándolo y explorar otras formas diferentes… al final serás capaz.
  3. Deja atrás tus prejuicios. Si olvidas tus ideas preconcebidas podrás descubrir que el mundo es mucho más fácil y atractivo, y que está lleno de posibilidades.
  4. Tienes que divertirte. Aburrirse es aburrido. Si no te diviertes, es que algo estás haciendo mal. Aunque sea con un palo y una piedra, siempre es posible pasarlo bien. La clave está en tu imaginación.
  5. El mundo está lleno de cosas asombrosas. La ilusión por descubrirlas es una de las mejores motivaciones que hay. No hay nada malo en asombrarse y expresar genuina ilusión, sino más bien lo contrario. Es el principio de algo apasionante, así que no tengas miedo de explorar.
  6. Compartir es divertido. Aunque jugar sólo está bien, lo mejor es compartir tus juguetes con otros niños. Juntos podemos descubrir más cosas que solos, y además es un proceso más divertido
  7. Si te caes, levántate. Aunque te hayas hecho daño y te duela, tras llorar un poco hay que levantarse, y volver a intentarlo. Estar lamentándote hace que te pierdas cosas divertidas. No tengas miedo a equivocarte, es sólo un paso en el camino.
  8. No tengas miedo a relacionarte. La vergüenza sólo sirve para no hacer cosas. Conocer a otros como tú, jugar con ellos y pasarlo estupendamente bien vale el esfuerzo.
  9. Expresa tus emociones. Tanto si eres absolutamente feliz como si estás triste, déjalo salir. Te sentirás genial, y aprenderás a reconocer y aceptar tus emociones. Si las dejas dentro, acabarás por no ser feliz.
  10. Mira las cosas como si fuera la primera vez que las vieras. Tu mente está llena de posibilidades, así que celebra lo extraordinario y elimina tus prejuicios.. lo que te llevará a ser capaz de encontrar nuevas ideas y posibilidades.
  11. Sé honesto. La verdad es tu mejor aliada, así que siempre di lo que sientes o piensas. Aunque a veces puede ser duro escucharlo, la gente confiará completamente en ti… así que míralos a los ojos sin pestañear y dilo.
  12. Tus límites están en tu mente. No dejes que nadie te diga qué puedes hacer y qué no puedes hacer, las primeras limitaciones están en tu cabeza. Si encuentras barreras, acabarás por encontrar una forma de superarlas… pero si no lo intentas, seguro que no lo conseguirás.
  13. Aprender cosas nuevas es genial. Todo conocimiento es una nueva pieza a utilizar al resolver problemas y divertirse, no importa sobre qué sea. Cuantas más cosas sabes, más posibilidades hay.
  14. No te preocupes por hacer el ridículo. Es una censura autoimpuesta que sólo sirve para dejar de hacer cosas. Atrévete y olvídate de los demás. Puede que no seas el que mejor baila o pinta, pero sabes divertirte… así que hazlo.
  15. Disfruta de cada momento. Da igual si estás en la escuela, en casa o en el parque. Todo es juego y emoción, así que olvídate de las etiquetas (trabajo=aburrido) y encuentra el lado divertido de las cosas.
  16. No le hagas mucho caso a los “mayores”. Muchos han olvidado cómo divertirse, así que no te preocupes. En realidad sienten envidia porque les encantaría tirarse en el suelo contigo y ponerse perdidos de pintura.
  17. Pregunta lo que no sabes, y si lo necesitas, pide ayuda. Es normal que no lo sepas todo, y la vergüenza a preguntar es una tontería que sólo te hace permanecer ignorante. Si algo no te sale, levanta la cabeza y pide ayuda.  ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Que te quedes como estás
  18. Busca lo [simple]. No pierdas tiempo en cosas complicadas o inútiles. La clave es eliminar todas aquellas cosas superfluas o que no te interesan de la ecuación, y centrarte en la base.
  19. Descansa cuando estés cansado. Si ya no te quedan energías, lo único que vas a conseguir va a ser enfadarte. Busca un sofá cómodo o el regazo de la persona que tengas al lado y da una buena cabezadita. Los problemas se ven mucho más sencillos después.
  20. La vida es más fácil de lo que crees. Toda esa obsesión por lo que sucederá en el futuro, o por lo que pasó hace tiempo no sirve de nada. Vive en el ahora, disfruta de cada momento y apóyate en las que personas que te quieren.
Aquí tienes un video de Adora Svitak, la conferenciante más joven en pasar por TED y a la que nadie le había explicado que un niño no podía dar una conferencia inspiradora en un evento como ese. Su charla: “Lo que los adultos pueden aprender de los niños”. Siguiendo este enlace podrás ver el video con subtítulos en español.



(Mi papá dice que Adora no se comporta como una niña sino como una niña que aprendió a comportarse como adulta y que ver este video le produce sensaciones contradictorias… de todas maneras, te invito a verlo y tener tu propia resonancia.)





Seleccionado por Camila Ubierna de Javier Megias.
http://andresubierna.com

martes, 27 de junio de 2017

La consideración positiva de si mismo



“Nuestras potencialidades individuales son resultado directo de nuestra autoestima. Lo que quiere decir que nos sentimos eficaces respecto a nosotros mismos. Si llegamos a adoptar mejor concepto de nosotros, esperaremos más de nosotros […] Este proceso de crecimiento da como resultado metas más agresivas, expectativas mayores y, tanto, logros más impresionantes. Si cree usted lo que acabo de decir, no podrá evitar la conclusión de que aquellos a quienes ha seguido con pasión, con alegría, con entusiasmo, le han hecho sentirse alguien. No se trataba simplemente de que tuvieran el oficio, o el poder […] de alguna manera se sentía usted admirable por estar junto a ellos.” Irwin Federman

La consideración positiva de sí mismo parece ejercer su fuerza mediante la creación en los otros de una sensación de confianza y de elevadas expectativas, efecto no muy distinto del fabuloso Pigmalión.

Cuando Ian McGregor se hizo cargo de la presidencia de la British Steel Corporation , su primera orden fue la de restaurar la moral de los sectores medios de la administración. “Siempre he trabajado sobre la base de la teoría –dijo- de que para el personal superior de una organización es muy importante imaginarse cómo motivar al personal subordinado.” No podía ofrecer a sus ejecutivos las recompensas financieras habituales en las compañías con grandes ganancias, pero podía proporcionar motivación a través de su independencia y su autoconfianza. “La gente empieza a sentir que una parte de la empresa depende de ella- dijo-. Tiene más oportunidades de mostrar sus capacidades.”

La autoconsideración positiva se relaciona con la madurez, pero preferimos la expresión sabiduría emocional a madurez. Madurez recuerda demasiado el momento que se supera el comportamiento infantil. Pero nuestros líderes parecen retener gran parte de las características positivas del niño: el entusiasmo de la gente, la espontaneidad, la imaginación y una ilimitada capacidad para aprender nuevas conductas. La sabiduría emocional, como hemos llegado a entenderla, se refleja en la manera de relacionarse con otras personas. En el caso de nuestros noventa líderes, utilizaron cinco habilidades clave:


1) La capacidad para aceptar a la gente como es, no como uno quisiera que fuera. En cierto sentido, eso podría considerarse como una medida de sabiduría (ponerse en el lugar de otra persona, comprender cómo son los otros en sus términos y siempre sin juzgarlos).

2) La capacidad para enfocar las relaciones y los problemas en términos de presente y no de pasado. Por cierto, es verdad que podemos aprender de errores pasados. Pero a nuestros líderes les parecía más productivo utilizar el presente como punto de despegue para tratar de cometer menos errores, y sin duda eso era psicológicamente más saludable que volver una y otra vez sobre cosas ya superadas.

3) La capacidad para tratar a quienes están cerca con la misma atención amable que se daría a conocidos más lejanos y casuales. La necesidad de esta capacidad es en general la más evidente –y la más escasa- en nuestras relaciones con nuestra familia. Pero es igualmente importante en el trabajo. Tendemos a dar por supuestos a aquellos de quienes más cerca estamos. A menudo nos acostumbramos tanto a verlos y a oírlos que perdemos la capacidad de escuchar lo que dicen realmente o para apreciar la calidad –buena o mala- de lo que hacen. Interfieren aquí los sentidos personales de amistad, de hostilidad o de indiferencia.

Este problema de la excesiva familiaridad tiene dos aspectos. El primero es el de no oír lo que se dice: la sordera selectiva lleva a malentendidos, equívocos y errores. El segundo es la cuestión de la retroalimentación que dejamos de proporcionar para indicar nuestra atención.

4) La capacidad de confiar en los otros, aun cuando el riesgo parezca grande. La suspensión de la confianza suele ser necesaria como autoprotección. Pero el precio es demasiado alto si significa estar siempre en guardia, en actitud de permanente sospecha de los otros. Aun cuando a veces una sobredosis de confianza implique el riesgo de ser víctima de engaño o de decepción, es más sabio a largo plazo que dar por supuesto que la mayoría de la gente es incompetente o no es sincera.

5) La capacidad de actuar sin la constante aprobación y el permanente reconocimiento de los demás. En particular en una situación laboral, la necesidad de aprobación constante puede ser perjudicial y contraproducente. En realidad no debería importar a cuánta gente le gustan los líderes. Lo importante es la calidad del trabajo que resulta de colaborar con ellos. Los líderes emocionalmente sabios advierten que esta cualidad se ve afectada cuando se coloca un énfasis indebido en el hecho de ser “buen tipo”. Más importante es que gran parte del trabajo de los líderes consista en asumir riesgos. Y los riesgos, dada su naturaleza, no pueden ser placenteros para nadie


Seleccionado por Camila Ubierna de Líderes: Estrategias para un liderazgo eficaz, de Warren Bennis.

http://andresubierna.com