miércoles, 14 de junio de 2017

La Meditación Atenta


La Técnica de la Meditación Atenta es un procedimiento simple que puede crear un estado profundo de relajación de la mente y el cuerpo. A medida que la mente se aquiete, aunque permanezca despierta, experimentarás niveles de conciencia más profundos y silenciosos.
1. Empieza por sentarte cómodo en un lugar tranquilo, donde tengas pocas posibilidades de ser molestado.

2. Cierra los ojos.

3. Respira normal y naturalmente; poco a poco permite que tu conciencia se concentre en la respiración. Simplemente observa tu respiración, tratando de no controlarla ni alterarla en ninguna forma consciente.

4. Mientras observas tu respiración, tal vez notes que ésta cambia espontáneamente. Puede variar en velocidad, ritmo o profundidad e incluso puede haber momentos en los que tu respiración parece detenerse un rato. Al margen de lo que suceda con tu respiración, obsérvala en forma inocente, sin tratar de provocar ni iniciar ningún cambio.

5. Descubrirás que a veces tu atención se desvía de la respiración y estás pensando en otras cosas o prestando atención a los ruidos que llegan de afuera. Siempre que notes que no observas tu respiración, vuelve lentamente a concentrar tu atención en ella.

6. Si durante la meditación notas que te concentras en algún sentimiento, estado de ánimo o expectativa, trátalo como lo harías con cualquier otro pensamiento y lentamente vuelve tu atención hacia la respiración.

7. Practica esta meditación durante quince minutos.

8. Al cabo de esos quince minutos, mantén los ojos cerrados y permanece cómodamente sentado otros dos o tres minutos. Sal de la meditación en forma gradual antes de abrir los ojos y volver a la actividad.
Se recomienda la práctica de esta Meditación Atenta durante más o menos un cuarto de hora, dos veces al día, a la mañana y a la noche. También es posible esta técnica durante unos minutos a lo largo del día, para ayudar a que te concentres, si te sientes molesto o agitado.
Durante la práctica de la meditación tendrás una de estas tres experiencias. Cualquiera de ellas es correcta.
1. Tal vez te sientas aburrido o inquieto y tu mente puede llenarse de pensamientos, señal de que tensiones y emociones de raíces profundas están liberándose de tu organismo. Mediante una práctica continua y sin esfuerzo de la meditación, facilitarás la eliminación de todas estas impurezas de tu mente y tu cuerpo.

2. Tal vez te quedes dormido. Si así sucede en medio de la meditación, es señal de que necesitas más descanso en otros momentos del día.

3. Tal vez entres suavemente en la “brecha”.
Cuando el mantra o la respiración se torna más estable y refinada, entras en la brecha existente entre tus pensamientos, más allá del sonido, más allá de la respiración. Si permaneces descansado, cuidas de ti y te tomas el tiempo necesario para dedicarte a la meditación, sin duda entrarás en contacto con tu ser interior. Te internarás en la mente cósmica, la voz que te susurra en forma no verbal en los espacios de silencio entre tus pensamientos. 
Ésta es tu inteligencia interior, es el genio máximo y supremo que refleja la sabiduría del universo. Confía en esta sabiduría interior y todos tus sueños se harán realidad.
Extracto de "Viaje hacia el bienestar"
Dr Deepak Chopra

martes, 13 de junio de 2017

Descubre tu propia Sabiduría Interior


El discernimiento representa visiones internas que cambian nuestra vida. La mente cósmica nos susurra en los espacios de silencio que existen entre nuestros pensamientos y así surge la repentina sabiduría que nos transforma. El discernimiento produce una mutación de la conciencia que puede cambiar radicalmente la materia de nuestro cuerpo y alterar nuestra experiencia en el mundo. Cuando se reconoce algo por primera vez, como un rayo repentino de luz, este reconocimiento no es algo ni tiene estructura lingüística, ya que se trata del sentimiento súbito de saber y ese conocimiento resulta liberador, pues sin necesidad de palabras, lo reconocemos como la verdad. Más tarde, este conocimiento se traduce en palabras y estas refuerzan la sabiduría que ya ha tenido lugar. Es mi deseo que las palabras expresadas en las páginas que siguen os recuerden la verdad que ya conocéis.

La salud perfecta, pura e invencible es el estado que perdimos. Volvamos a ganarla y, así, ganaremos un mundo.

La salud no es simplemente la ausencia de enfermedad. Es la sensación de júbilo que debería acompañarnos todo el tiempo, un estado de bienestar positivo. 

Nuestro mecanismo de curación interior coincide perfectamente con el de nuestro exterior. El cuerpo humano no es como la verde pradera, pero su brisa, el agua cantarina, la luz del sol y la tierra se transformaron en nuestro interior y no quedaron en el olvido.

Todos necesitamos ser curados en el más alto sentido haciéndonos perfectos en mente, cuerpo y alma. El primer paso consiste en darse cuenta de que aún es posible. 

Para crear la salud se necesita de una nueva clase de conocimiento, basado en un concepto más profundo de la vida. 

Aunque nuestra fachada humana de piel y huesos sea muy convincente, es en realidad una máscara, una ilusión que disfraza nuestro verdadero ser, un ser interior que no tiene limitaciones.  

La razón por la que no todos somos capaces de llevar el proceso de curación hasta donde este puede llegar es que discrepamos drásticamente en nuestra capacidad de movilizarlo.

Existen algunas cosas que no requieren trabajo alguno y la curación es una de ellas. No es necesario que te esfuerces para llegar a silenciar tu mente; no debes trabajar para encontrar viejas heridas. Todas estas cosas, una vez que son descubiertas, representan un hecho. Este descubrimiento comienza en cualquier lugar en que te encuentres, pero su meta es siempre la misma: la revelación del todo que hace que el cuerpo, la mente y el alma sean una unidad.

La salud y la enfermedad se vinculan como si fueran las variaciones de una melodía. Pero la enfermedad es una variación incorrecta, una distorsión de ese tema. 

La causa de la enfermedad a menudo resulta compleja en extremo, pero de algo podemos estar seguros: nadie ha demostrado que enfermarse sea necesario.  


Extracto de "Viaje Hacia el Bienestar", Deepak Chopra

http://deepakchopraesp.blogspot.com.ar

lunes, 12 de junio de 2017

Adoro la gente que te mira con los ojos y ve con el corazón


Me gusta la gente sencilla y trasparente, las personas que son capaces de darte el auténtico reflejo de lo que son con corazón, y que a su vez, te permiten ser tú mismo en cada instante. Sin lugar a dudas no es pedir demasiado, y por ello, antes de preocuparnos también en encontrar personas auténticas, debemos preocuparnos también en serlo nosotros mismos. No es adecuado esperar que nos ofrezcan sin saber ofrecer primero.

Las personalidades que viven la vida desde el corazón son aquellas que no ocupan espacios, son hábiles constructores de puentes. Tampoco llenan vacíos, porque son artífices de las emociones más íntegras, de la humildad más auténtica.

Si en tu día a día conoces a alguien que enriquece la vida de la forma que sea: mediante el conocimiento, el apoyo diario, o esa complicidad que no se puede explicar con palabras, no la dejes ir.
No es fácil encontrar personas que de verdad conecten con nuestra esencia, y a su vez, nos hagan la vida más fácil sin pedir nada a cambio. Es preciso cuidarlos como el mejor de los tesoros, como el bien más preciado, porque quien vive una vida desde el corazón, solo puede ofrecer honestidad y reciprocidad.

Habitantes del corazón, artesanos de la integridad y la empatía


Llevar una vida íntegramente desde el corazón no es fácil. Requiere en primer lugar haber recorrido un largo trayecto interior para adquirir un adecuado autoconocimiento. Solo así logramos aceptar a su vez a los demás como a nosotros mismos.

Quien no se acepta a sí mismo, carga frustraciones e inseguridades en su interior. Un alma habitada por múltiples vacíos no resueltos solo es capaz de ver en los demás sus propios defectos, sus propias carencias.

Como puedes intuir no es sencillo poder ofrecer esa apertura, esa sinceridad en la cual nos dejamos envolver recibiendo esa mirada de quien nos sabe atender, de quien entiende el lenguaje de la comprensión y de los pequeños detalles. Ahora bien ¿Qué características están implícitas en estas personalidades?
  • Hay quien piensa que las personas sinceras y auténticas “vienen de fábrica”, que nacen con esa luz propia.
  • En realidad, muchas de ellas han pasado un largo recorrido en la vida del cual, han aprendido a hilar su interior, a crecer, a madurar en emociones, prudencia y entendimiento.
  • La base de quien sabe vivir desde el corazón es aquel que sabe mostrar empatía.
  • La empatía es el mejor tributo que nos ha ofrecido nuestro cerebro social. Yo soy capaz de reconocer emociones en los demás porque a su vez, reconozco y gestiono de forma adecuada las propias.
  • Quien es capaz de ofrecer esa apertura tan íntegra, ahí donde la mirada no atiende solo un rostro sino que sabe leer más allá del envoltorio físico, es capaz también de sentir en su propia persona lo que nosotros sufrimos, lo que nosotros vivimos.
Este tipo de “conexiones” tan excepcionales aparecen muy pocas veces. Ahora bien, al igual que es posible que dispongas de una o dos personas con estas características en tu círculo social,  puede que también tú seas así: alguien que vive la vida desde el corazón.


Vivir la vida desde el corazón es sentir las heridas del mundo

En ocasiones, resulta más fácil vivir una existencia con una venda en los ojos y el corazón lleno de parches, evitando que sienta, protegiéndonos a su vez de sentimientos dolorosos. De algún modo, sería como seguir esa famosa premisa de “no sentir para no sufrir“.

Ahora bien, en realidad, siempre encontrarás mayor autenticidad en la gente que sigue su camino con pies seguros y sonriéndole al mundo, con fuerza y entereza, sin importarle si tiene rotos los huesos de su espíritu.

Podríamos decir que el verdadero conocimiento recae en esas personas que han sufrido en algún momento de su vida, y han sabido actuar con resiliencia obteniendo un aprendizaje, sabiéndose ahora más fuertes. Ahora bien, pero en ocasiones, esa fortaleza interior no significa en absoluto que seamos invulnerables al dolor ajeno.
  • Quien ha vivido algún suceso doloroso, ya sea una pérdida, una decepción o cualquier hecho traumático es más sensible a las heridas del mundo, a las emociones ajenas.
  • Sus miradas son más sabias y más hábiles a la hora de intuir, de notar, de percibir en nosotros ciertas inquietudes.
  • Si es tu caso, si eres una de esas personas acostumbradas a sentir en una alta intensidad el dolor ajeno, empatizando con quien te rodea, sabrás que el día a día puede no resultar tan fácil como muchos piensan.
La vida desde el corazón es más intensa, más pura y más noble, pero en ocasiones también duele. No es tu tarea salvar al mundo entero, no es tu obligación sanar más corazones que el tuyo…

Ahora bien, tampoco podemos olvidar que a veces, no hay mejor bálsamo que el sentirse escuchado, atendido y comprendido. Si como dicen, el universo empieza siempre en nosotros mismos, la mejor forma de ofrecer amor es empezando por la comprensión
Vale la pena.

Psicología/Valeria Sabater
Cortesía imagen Christian Shloe, Marie Cardouat
https://lamenteesmaravillosa.com