jueves, 2 de febrero de 2017

ESTRATEGIAS DE LA MENTE PARA NEGAR EL MOMENTO PRESENTE



La inconsciencia ordinaria (aquella de la que no nos damos cuenta porque no hay sufrimiento intenso) siempre está ligada con la negación del Ahora. Una falta de aceptación de lo que es.
¿Te estás resistiendo a tu aquí y ahora?
Algunas personas preferirían estar siempre en otro lugar. Su “aquí” nunca es satisfactorio.
Por medio de la observación de ti mismo, descubre si es el caso en tu vida. Dondequiera que estés, esté plenamente allí.
Si encuentras tu aquí y ahora intolerable y te hace infeliz, tienes tres opciones: APARTARTE DE LA SITUACIÓN, CAMBIARLA O ACEPTARLA TOTALMENTE.
Si quieres tomar la responsabilidad de tu vida, debes escoger una de esas tres opciones y debes escoger ahora.
Después, acepta las consecuencias, sin excusas, sin negatividad, sin contaminación mental. Mantén tu espacio interior despejado.
Si emprendes algún tipo de acción (cambiar tu situación o salir de ella), suelta la negatividad primero, si es posible.
La acción que surge de la comprensión de lo que se requiere, es más efectiva que la que surge de la negatividad.
Cualquier acción es a menudo mejor que la no acción, especialmente si has estado detenido en una situación de infelicidad durante mucho tiempo.
Si cometes un error, al menos aprendes algo, en cuyo caso ya no es un error. Si permaneces atascado, no aprendes nada.
¿Te impide el miedo emprender una acción?
Reconoce el miedo, obsérvalo, pon tu atención en él, permanece completamente presente con él. Hacer esto corta el vínculo entre el miedo y tu pensamiento. No permitas que el miedo surja en tu mente. Usa El poder del Ahora. El miedo no puede prevalecer contra él.
Si realmente no hay nada que puedas hacer para cambiar tu aquí y ahora, y no puedes alejarte de la situación, entonces acéptala totalmente soltando cualquier resistencia interior.
El yo falso e infeliz que adora sentirse desgraciado, resentido o compadecerse de sí mismo no puede sobrevivir entonces.
A esto se le llama RENDICIÓN.
La rendición no es debilidad. Hay gran fortaleza en ella. Sólo una persona rendida tiene poder espiritual.
Por medio de la rendición, serás libre interiormente de la situación. Puede que descubras entonces que la situación cambia sin ningún esfuerzo de tu parte. En cualquier caso, eres libre.
¿Hay algo que “deberías” estar haciendo pero que no haces? Levántate y hazlo ahora.
O como alternativa, acepta completamente tu inactividad, tu pereza o tu pasividad en este momento, si esa es tu elección.
Entra en ella completamente, goza de ella. Sé todo lo perezoso e inactivo que puedas.
Si te aplicas a ello completa y conscientemente, pronto saldrás de ello. O quizá no. En cualquier caso, no hay conflicto interior, ni resistencia, ni negatividad.
¿Estás estresado? ¿Estás tan ocupado tratando de llegar al futuro que el presente se reduce a un medio de llegar allá?
El estrés es causado por estar “aquí”, pero querer estar “allá”. Estar en el presente pero querer estar en el futuro.
Es una ruptura que te desgarra interiormente.
Crear y vivir con un desgarro interior así es malsano.
Si tienes que hacerlo, puedes moverte de prisa, trabajar de prisa o incluso correr, sin proyectarte en el futuro y sin resistirte al presente. Según te mueves, trabajas, corres, hazlo totalmente. Goza el flujo de energía, la alta energía de ese momento. Ahora no estarás ya estresado ni partido en dos, sólo moviéndote, corriendo, trabajando y gozándo.
O puedes dejarlo todo y sentarte en una banca del parque. Pero cuando lo hagas, observa tu mente. Puede que diga: “Deberías estar trabajando. Estás perdiendo el tiempo”. Observa la mente, sonríele.
¿El pasado toma gran parte de tu atención? ¿Hablas de él, piensas frecuentemente en él, ya sea positiva o negativamente?
¿Las grandes cosas que has logrado, tus aventuras o experiencias, o tu historia de víctima y las cosas horribles que te han hecho, o quizás lo que tú le has hecho a otra persona? ¿Tus procesos de pensamiento están creando culpa, orgullo, resentimiento, ira, remordimiento o autocompasión?
Entonces no sólo estás reforzando un sentido falso de identidad, sino también ayudando a acelerar el proceso de envejecimiento de tu cuerpo al producir una acumulación de pasado en tu mente.
Verifica esto por sí mismo observando a los que te rodean, que tienen una fuerte tendencia a aferrarse al pasado.
Muere al pasado en cada momento. No lo necesitas. Refiérete a él sólo cuando sea absolutamente relevante para el presente. Siente el poder de este momento y la plenitud de Ser. Siente tu presencia.
¿Estás preocupado? ¿Piensas a menudo “qué pasaría si …”?
Está identificado con tu mente, que está proyectándose a sí misma en una situación futura imaginaria y creando miedo.
No hay forma de que puedas hacer frente a esta situación porque no existe. Es un fantasma mental.
Puedes detener esta locura que corroe la salud y la vida simplemente reconociendo el momento presente. Hazte consciente de tu respiración. Siente el aire que fluye de y hacia tu cuerpo. Siente tu campo interior de energía. Todo lo que tienes que manejar, enfrentar, en la vida real -por oposición a las proyecciones imaginarias de la mente- es este momento.
Pregúntate a ti mismo qué “problema” tienes ahora mismo, no el año que viene, mañana o dentro de cinco minutos.
¿Qué está mal en este momento?
Puedes siempre enfrentar el Ahora, pero nunca puedes enfrentar el futuro, ni tienes que hacerlo. La respuesta, la fuerza, la acción o el recurso correctos estarán allá cuando los necesites, no antes ni después.
“Un día lo lograré”.
¿Tu meta te toma tanta atención que reduce el momento presente a un medio para lograr un fin?
¿Eso te está arrebatando la alegría de lo que haces?
¿Estás esperando para empezar a vivir?
Si desarrollas un patrón mental así, no importa lo que alcances o logres, el presente nunca será suficientemente bueno; el futuro siempre parecerá mejor.
Una receta perfecta para la insatisfacción y falta de realización permanentes.
¿Habitualmente estás esperando algo?
¿Cuánto tiempo de tu vida gastas esperando?
Lo que yo llamo “espera a pequeña escala” es esperar en la cola del correo, en un embotellamiento de tráfico, en el aeropuerto, por la llegada de alguien o el final del trabajo.
La “espera a gran escala” es esperar las próximas vacaciones, un empleo mejor, que los hijos crezcan, una relación realmente significativa, el éxito, hacerse rico, ser importante, alcanzar la iluminación. No es raro que la gente pase toda la vida esperando empezar a vivir.
Esperar es un estado mental. Básicamente significa que quieres el futuro, y que no quieres el presente. No quieres lo que tienes.
Con cualquier tipo de espera creas inconscientemente un conflicto entre tu aquí y ahora, en el que no quieres estar, y el futuro proyectado, en el que deseas estar. Esto reduce enormemente la calidad de tu vida, pues te hace perder el presente.
No hay nada malo en esforzarse por mejorar la situación vital.
Puedes mejorar tu situación vital, pero no puedes mejorar tu vida. La vida es primaria. La vida es tu más profundo Ser interior. Ya es completa, perfecta.
Tu situación vital consta de tus circunstancias y tus experiencias. No hay nada malo en establecer metas y esforzarse por lograr cosas. El error está en usar esto como sustituto del sentimiento de la vida, del Ser.
El único punto de acceso a esto es el ahora. Tú eres entonces como un arquitecto que no prestas atención a los cimientos del edificio, pero pasas mucho tiempo trabajando en la superestructura.
Por ejemplo, muchas personas están esperando la prosperidad. No puede llegar en el futuro. Cuando honras, reconoces y aceptas plenamente tu realidad presente (dónde estás, quién eres, qué estás haciendo ahora mismo), cuando aceptas plenamente lo que tienes, estás agradecido de lo que tienes, de lo que eres, de Ser.
La gratitud por el momento presente y por la plenitud de la vida ahora es la verdadera prosperidad. No puede llegar en el futuro. Entonces, con el tiempo, esta prosperidad se te manifiesta de muchas formas.
Si estás insatisfecho con lo que tienes, o incluso frustrado o enfadado con tus carencias presentes, esto puede motivarte a volverte rico, pero aunque ganes millones, continuarás experimentando la condición interior de carencia y en el fondo seguirás sintiéndote no realizado.
Puedes tener muchas experiencias emocionantes que el dinero puede comprar, pero llegarán y se irán y te dejarán siempre con una sensación de vacío y con la necesidad de más gratificación física o psicológica. No habitarás en el Ser para sentir la plenitud de la vida ahora, que es la única prosperidad verdadera.
►Abandona la espera como un estado mental.
Cuando te sorprendas a ti mismo cayendo en ella, sal inmediatamente. Vuelve al momento presente. Simplemente sé y goza el estar siendo.
Si estás presente, no hay nunca necesidad de esperar por nada. Así que la próxima vez que alguien diga: “Siento haberte hecho esperar”, puedes contestar: “Está bien, no estaba esperando. Estaba parado aquí divirtiéndome, en el gozo de mí mismo”.
Éstas son sólo algunas de las estrategias habituales de la mente para negar el momento presente, que son parte de la inconsciencia ordinaria.
Es fácil pasarlas por alto porque forman parte de la manera normal de vivir: la estática de fondo del descontento perpetuo. Pero cuanto más practiques el monitoreo de tu estado interior mental y emocional, más fácil te será saber cuándo has sido atrapado en el pasado o en el futuro. Es decir, en la inconsciencia, y despertar del sueño del tiempo al presente.
Pero permanece alerta: el ser falso, el ser infeliz basado en la identificación con la mente, vive del tiempo. Sabe que el momento presente es su muerte y por eso se siente muy amenazado por él. Hará todo lo que pueda por apartarte a ti de él. Tratará de mantenerte atrapado en el tiempo.
Eckhart Tölle
caminoaldespertarr.blogspot.com.ar

miércoles, 1 de febrero de 2017

REFLEXIONAR – DECIDIR – ACTUAR



En mi opinión, la mayoría de las personas no somos conscientes de que el hecho de no reflexionar nuestros asuntos lo suficiente y del modo adecuado es la razón de que las cosas después no se produzcan del modo que hubiéramos deseado.

Es una actitud entre infantil e insensata. Actuamos de un modo absurdo y a cambio pedimos que el resultado sea el correspondiente a un acto reflexivo y atinado.



►REFLEXIONAR

Cuando se trata de tener que tomar una decisión, el primer paso es el de encontrarse en una actitud serena –y un poco desapegada- para poder ver con objetividad y conciencia el asunto que se va a observar. 

El segundo paso es ser absolutamente sincero con lo que se va a revisar, no autoengañarse, y no esconderse información ni obviar algo que pueda tener un peso decisivo e importante. 

El tercer paso es reflexionar. Reflexionar va mucho más allá de pensar. Es asistir objetivamente, pero dirigiéndolo, a ese proceso mental que se convierte en descontrolado si uno no está pendiente de los derroteros que va tomando la mente y si uno deja el gobierno del proceso en enemigos habituales como son la desidia, los complejos, los miedos, los traumas que arrastramos, y las opiniones nefastas que sobre nosotros mismos tenemos. Es saber ordenar los resultados y ser ecuánime con ellos. 

Cuando se descubre una idea que puede ser apropiada como respuesta para lo que se trata, se anota en un papel y se la deja reposar. Se despeja la mente de esa idea para que no se obsesione con ella pensando que ya es la adecuada –que puede serlo- y de ese modo queda espacio para que aparezca otra que también puede ser buena o puede ser mejor. 

Uno puede ser perezoso -por naturaleza o costumbre- para estos asuntos de reflexionar y puede conformarse con la primera idea que aparezca sin darse cuenta de quién es el creador de esa idea y sin comprobar qué intereses ocultos se esconden detrás. 

Uno puede ser una de esas personas a las que les cuesta ponerse a pensar y, además, no confía mucho en sus propias decisiones, así que le resultará más fácil quedarse con esta primera y si luego demuestra no ser la adecuada ya se recurrirá a culpabilizar a los motivos habituales: la mala suerte, el destino, la propia ineptitud, o hasta el propio Dios que le dio poca cabeza a uno.

Conviene ser conscientes para evitar algo que utilizan algunas personas habitualmente, y es que cuando creen haber encontrado la respuesta –y para no seguir dándole vueltas al asunto que es algo que les resulta muy incómodo- se quedan aferrados a ella y no permiten que se acerque otra. En realidad lo que hacen es seguir buscando justificaciones o excusas que les sirvan para reafirmarse en esa idea. Y si la idea es la adecuada eso está bien, pero… ¿Y si no es la adecuada? En ese caso se está reafirmando lo incorrecto y eso llevará a optar por la decisión incorrecta.

Si uno ha tomado la precaución que propongo de anotar las ideas que aparezcan para que no se olvide ninguna, y lo propongo porque si no se hace así, la mente no va a estar despejada para actuar libremente, sino que una parte suya se va a quedar pendiente de que no se olvide la opción primera y de ese modo no puede trabajar con plena dedicación y libertad.

Para quien aún no lo tenga claro, conviene que sepa que la mente no es un ente autónomo que ha de funcionar por su propia voluntad y cuyas propuestas se han de acatar sin discusión desde la suposición equivocada de que los pensamientos de nuestra mente son nuestros propios pensamientos. 

La mente divaga. 

La mente –siempre- está condicionada, nunca es libre. 

La mente tiene tendencia a ser repetitiva y a actuar mecánicamente aportando la misma respuesta para situaciones similares. 

Y la mente es un instrumento que, siempre que sea manejada conscientemente por nosotros mismos, sirve para comparar u organizar pensamientos, para analizar ideas, para desarrollarlas y llegar a suposiciones, para cotejar imaginaciones y valorarlas consecuentemente, para desarrollar nuevas opiniones, pero es conveniente que sea bajo nuestra supervisión consciente. Y no creerse que lo que piensa la mente es lo que piensa uno.

Otra cosa es que uno no insista en las reflexiones porque es una persona con una inteligencia casi sobrenatural –y esté demostrada su fiabilidad a lo largo de los años- o porque tiene una intuición infalible en la que confía ya que ha demostrado su capacidad.


►DECIDIR

Con la información que ha proporcionado la reflexión, una vez ordenada y dada por buena, el siguiente paso es el de tomar una decisión. La que sea. 

Las cosas no se tienen que producir por omisión de decisiones sino porque uno es consciente de lo que quiere hacer y lo hace. 

Para algunas personas tomar decisiones es un asunto complicado. Bien por su falta de confianza y autoestima, o porque se recuerda constantemente que ya se ha equivocado muchas veces y con resultados nefastos y ese autoconcepto se convierte en un enemigo inmovilizador, o porque ante dos alternativas similares no sabe por cuál decidirse, el caso es que sabe que tiene que hacer, hasta es posible que sepa lo que tiene que hacer y cómo, pero… sigue sin decidir.

Y decidir es necesario. Sin miedo. O con miedo, pero haciéndolo en cualquier caso. Asumiendo el riesgo y la responsabilidad.

Viviendo, ya que vivir implica tomar continuas decisiones.



►ACTUAR

Si se ha hecho el proceso del modo adecuado ya se tiene una decisión que ahora necesita realizarse. Llega el momento de actuar. Ahora es cuando hay que desembarazarse de las excusas, desmontar los inconvenientes, salirse de la noria que da vueltas continuamente a lo mismo, ser maduro, comprometerse firmemente con uno y con su presente y su destino… y hacer… dejar de pensar en “tendría que hacer”  y hacer.

Es muy conveniente que la vida de cada uno sea lo que uno quiere que sea –dentro de las posibilidades- y no conformarse con excusas. 

►Vivir implica reflexionar, decidir y actuar. 

Y eso es una responsabilidad que no se debe traspasar a los otros, ni al destino, ni a la suerte, ni a la pereza.


Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales
buscandome.es

martes, 31 de enero de 2017

LÍMITES



Establecer límites nos ayuda a NO PERDER ENERGÍA.

¿Cómo hacerlo? ...Muy simple:

:: Si necesitas decir NO, ya sea a una invitación o porque no estás disponible para realizar la actividad a la cual fuiste invitad@, entonces simplemente dilo así: NO. Si lo consideras necesario puedes aclarar los motivos, pero nunca lo hagas como si fuera una disculpa. 

►Necesitamos aprender a decir NO, sin sentirnos culpables.

:: Establece y COMUNICA cuáles actividades son prioritarias para ti, no importa si las demás personas las consideran "poco importantes" o si tú lo consideras así. Pasar tiempo tejiendo, leyendo, escribiendo, danzando, sembrando o embelleciendo un jardín es en realidad una necesidad del corazón y como tal hay que honrarla.

::Si necesitas algo, EXPRÉSALO, no supongas que la otra persona sabe lo que necesitas, la habilidad de leer la mente sí es una capacidad de esta nueva era, pero aún no se desarrolla de manera colectiva. Así que vuelve a la regla básica: PEDIR LO QUE NECESITAS.

:: Permítete DESCANSAR. Gran cantidad de veces somos nosotr@s mism@s nuestro juez y transgresor@s de nuestros límites, tanto, que solemos no permitirnos el descanso correcto y reparador. Si necesitas tomarte unos minutos para cerrar los ojos y recuperarte, házlo. Si necesitas en medio de la semana tomarte uno o dos días libres para caminar en el bosque o tener contacto con la naturaleza, por supuesto, concédetelo. El descanso es esencial para tener energía libre y limpia.
***
Establecer límites es un ACTO DE AMOR, amor propio y hacia los demás. Dejemos de castigarnos y castigar a los que están a nuestro alrededor, soltando la culpa, y permitiéndonos decir, hacer y vivir lo que necesitamos.


lunes, 30 de enero de 2017

Para ser feliz, hay que aprender a ignorar


En algunos casos, alejarnos de las personas conflictivas no es una cuestión de comodidad, sino de equilibrio mental. Es cierto que no existen personas enteramente “malas” ni completamente “buenas”. Pensar asi sería extremadamente reduccionista. No obstante, existen personas cuya forma de ser y comportarse simplemente no se complementa con la nuestra y mantener una relación estrecha con ellas solo puede hacernos daño porque sus actitudes nos desequilibran, bloquean o nos impiden realizarnos plenamente como personas.

Hay relaciones que, aunque nos aporten determinadas cosas positivas, cuando las colocamos en una balanza, terminan causando más daño que bien. Estas relaciones se establecen con personas tóxicas que contaminan nuestra vida y terminan contagiándonos emociones negativas que no necesitamos.

Desgraciadamente, en la mayoría de los casos esas personas no están dispuestas a cambiar, por lo que solo nos queda una salida: ignorarlas, o más bien, aprender a ignorar algunas de sus actitudes. Porque no tiene sentido sacrificar nuestro bienestar emocional solo para mantener a flote una relación que nos está causando daño.

¿Qué debemos aprender a ignorar?


1. Las críticas destructivas. Las críticas son positivas, siempre y cuando tengan un objetivo constructivo y nos ayuden a reparar un error o a crecer. Sin embargo, hay personas que solo critican por el placer de criticar y causarle daño a los demás. Si queremos blindar nuestra autoestima, debemos aprender a ignorar esas críticas. Una vez que has detectado a una persona así, que solo hace críticas destructivas, deja de preocuparte por lo que piense sobre ti. Después de todo, sus opiniones no te permitirán crecer sino que tan solo servirán para desestabilizarte.

2. Las comparaciones inútiles. Todos tenemos una tendencia innata a comparar. De hecho, se trata de una de las operaciones básicas del pensamiento, gracias a la cual podemos sacar conclusiones. Sin embargo, hay personas que recurren a las comparaciones para manipularnos emocionalmente. Se trata de gente que nunca está satisfecha y siempre compara nuestras decisiones, comportamientos o actitudes con otros, para hacernos quedar mal. Obviamente, si conoces a alguien que siempre menosprecia tus logros, es conveniente que aprendas a hacer oídos sordos de sus opiniones.

3. Las preocupaciones sin fundamento. Todos nos preocupamos, pero hay personas que son verdaderos profesionales a la hora de buscar motivos para preocuparse. Se trata de gente que siempre tiene un problema para cada solución, que se centran en los aspectos negativos y siempre están avizorando catástrofes o desgracias. Obviamente, no necesitamos a alguien así en nuestra vida. No se trata de adoptar un optimismo ingenuo que no nos llevará a ninguna parte, pero rodearse de personas que solo ven lo negativo terminará deprimiéndonos y descorazonándonos, sumiéndonos en un estado en el que solo esperamos lo peor. Por tanto, es mejor aprender a ignorar ese tipo de vaticinios.

4. Las inseguridades innecesarias. Hay personas que van por la vida como si fueran expertos de todo. Siempre tienen algo que opinar y se encargan de minimizar nuestra opinión, haciéndonos sentir insignificantes. Esas personas generan una profunda inseguridad, que termina socavando nuestra autoconfianza y nos pueden sumir en un estado de bloqueo emocional que nos impida cumplir nuestros sueños. Por eso, procura ignorar ese tipo de comentarios y actitudes, sobre todo cuando no tienen en su base un conocimiento profundo de la situación y no sirven para ayudarte a construir el proyecto que te estás planteando.

5. Las culpas erróneas. Hay personas que ven la paja en el ojo ajeno pero no son capaces de percibir la viga en su propio ojo. Esta gente a menudo recurre a la sensación de culpa para manipularnos, haciendo que nos sintamos realmente mal con nosotros mismos, hasta el punto que pueden convertirnos en sus esclavos porque nuestro estado de ánimo y decisiones quedan sometidas a sus deseos. Se trata de gente que reclama continuamente y que jamás está satisfecha. Obviamente, es fundamental aprender a ignorar esos intentos de echarnos la culpa, para no caer en su red.

¿Qué consigues cuando aprendes a ignorar las actitudes dañinas?


Cuando aprendes a ignorar todas esas actitudes, te das cuenta de que puedes escuchar tu diálogo interior con más fuerza, que logras conectar con tu “yo” más profundo, para descubrir qué es lo que quieres realmente. Cuando dejas de preocuparte tanto por lo que piensan los demás de ti, comienzas a descubrir lo que de verdad te apasiona.

A la vez, te llenas de una energía que no conocías, porque las actitudes de estas personas reclamaban gran parte de tus recursos psicológicos, unos recursos limitados que ahora puedes dedicar a ti mismo, a crecer como persona y a seguir tus sueños.

El camino no es sencillo pero los resultados valen la pena, sin duda.

Psicología/Jennifer Delgado
http://www.rinconpsicologia.com

domingo, 29 de enero de 2017

7 Fuentes de estrés demasiado frecuentes



1. La gente difícil

No dejes que la negatividad de nadie te haga infeliz. La compañía negativa nunca te va a dejar tener una vida positiva. Examina lo que toleras. Cada vez que restas negatividad a tu vida, haces más espacio para que entren cosas positivas. La felicidad se encuentra en gente que te entusiasma y que quiere.

Aprende a ignorar a ciertas personas es uno de los mejores caminos a la paz interior. La vida se vuelve fácil cuando te alejas de aquellos que se encargan de hacerla difícil.

2. Intentar vivir cumpliendo las expectativas de otros

Recuerda, no puedes basar tu idea del éxito y felicidad en las opiniones de otras personas. No estamos aquí para vivir las expectativas de otros. Estamos aquí para seguir nuestra intuición y hacer nuestro mejor esfuerzo. Cuando te limpias de las expectativas de otros, o de la de cosas que “se supone” tienes que querer o hacer, finalmente creas el momento necesario para comenzar a perseguir tu destino.

3. Tu propia negatividad

Deja de concentrarte en lo estresado que estás y recordarás todas las cosas buenas que tienes. Quejarte no servirá de nada, pero una actitud positiva puede significar un gran cambio. La vida es muy corta para pasar el tiempo enfrascado en una guerra contigo mismo. Practica la aceptación y el perdón. No dejes que cosas sin importancia afecten tu estado de ánimo.

4. Las heridas del pasado


El primer paso para vivir la vida que deseas vivir, es dejar la vida que no quieres. Dejar el pasado atrás en el primer paso para ser feliz.

No dejes que los errores del pasado definan la persona que eres. Eres todas las cosas buenas que haces hoy.

Estás aquí por una razón especial, deja de ser un prisionero del pasado. Vuélvete el arquitecto de tu presente y tu futuro. Aprende de tus errores, pero no te castigues por ellos. Vive más allá de tus miedos y concentrarte en las muchas posibilidades que merecen tu atención.

5. Inventar excusas para aplazar todo


Hoy, deja de inventar excusas para no terminar cosas y concéntrate en todas las razones de por qué deben hacerse. Deja de hablar de lo que has hecho o de lo que vas a hacer. Sólo hazlo y deja que los hechos hablen por si mismos. La mayoría de las cosas en la vida, no ocurren por casualidad, ocurren por una razón. Nunca sabes lo que es posible hasta que tomas el riesgo y lo averiguas.

6. Un estilo de vida demasiado “Segura” sin diversión y pasión

Mereces ser feliz. Mereces vivir una vida que disfrutes vivir. No dejes que otros te hagan olvidar eso. No dejes que vivir una vida demasiado segura te haga estar en situaciones en donde tu potencial simplemente se pierda.

¿Alguna vez has guardado algo de valor en un lugar seguro por miedo a perderlo, hasta que un día despiertas y te das cuenta de que lo escondiste tan bien, que ni siquiera TÚ logras encontrarlo? Si alguna vez te ha pasado algo parecido, entonces puedes entender que es sabio dejar tu corazón y sueños libres y abiertos. Buscar lo que podría ser, incluso cuando tienes dudas…Dejar lo que has perdido, incluso cuando es doloroso…Vivir valientemente, incluso cuando tienes miedo…Estas son las pruebas que debes enfrentar y las decisiones que debes tomar a lo largo del camino de la felicidad y el éxito.

7. Abandonarse a ti mismo

La fase más difícil de la vida no es cuando nadie parece entenderte, es cuando tú mismo no logras entenderte. Es fácil vivir para otros, y mucha gente lo hace, pero te reto a vivir por ti mismo y siguiendo tus propios valores, ideas y sueños. Cree en ti mismo. Escucha tu alma. Sí, claro que puedes ayudar a otros, pero no te abandones a ti mismo en el proceso. Date a ti mismo el tiempo que mereces.

►Vive tu vida para que cuando llegues a viejo, nunca te arrepientas de no haber sido la persona que pudiste haber sido.



FUENTE: Marc and Angel hack life