jueves, 5 de enero de 2017

La desconexión interior, cuando descuidamos nuestras emociones


La desconexión interior es un mecanismo de defensa que muchos suelen practicar. Es elegir no sentir para no sufrir, es “enfriar” el corazón para proteger el alma de nuevos fracasos, de nuevas decepciones y heridas que no cicatrizan. Ahora bien, esta estrategia lo que va a conseguir en realidad es alejarnos de una participación saludable de la vida.
Analicemos por un momento qué finalidad tienen nuestras emociones. Cada vez que se activan en el cerebro ejercen una reacción en todo nuestro ser. La repugnancia, por ejemplo, nos aleja de algo o alguien. El cariño, la ilusión, el afecto o la pasión nos conectan y nos inyectan todo un torrente de dinámicas con las cuales, ser más energéticos o creativos que nunca.
“No amar por temor a sufrir es como no vivir por temor a morir”
-Ernesto Mallo-

Sin embargo, quien piense que las emociones negativas no tienen ningún fin o que su único propósito es traernos la infelicidad se equivoca. En realidad, son ellas las que han permitido que el ser humano se adapte, aprenda y avance a lo largo de su evolución y su ciclo vital. El miedo o la angustia son mecanismos de supervivencia, son señales de alarma que debemos saber interpretar para poder traducirlas en respuestas adaptativas que garanticen nuestra integridad.
Desde la neurociencia, y a través de libros tan interesantes como “A new view of pain as a homeostatic emotion” (Una nueva visión del dolor como principio de la emoción homeostática), se nos explica algo muy revelador: el hombre moderno experimenta mucho miedo. A pesar de carecer de depredadores externos o de peligros físicos concretos, el temor de este mundo avanzado es mucho más profundo y laberíntico.
Hablamos de los temores internos, de esos demonios personales que nos paralizan, que nos quitan el aire y que tienen, sin duda, múltiples orígenes. Ante nuestra incapacidad para gestionarlos, a menudo, optamos sencillamente por aplicar el síndrome de desconexión emocional.
Te proponemos reflexionar sobre este concepto que, tal vez, te sea ya muy conocido.

El síndrome de desconexión interior: un mecanismo de defensa demasiado común

Imaginemos por un momento a una persona ficticia con un nombre cualquiera: Miguel. Este joven cuenta ya con un pasado afectivo surtido y numerosos fracasos. Su nivel de decepción es tan profundo que ha iniciado una nueva etapa en su vida donde reduce su grado de compromiso emocional a la mínima expresión. No quiere volver a sufrir ni experimentar más desilusiones, más desengaños.
Sus mecanismos de defensa para lograr este objetivo son muy afinados: ha iniciado una compleja disociación entre pensamientos y emociones hasta el punto de “intelectualizar” cualquier hecho. De este modo, protege su aislamiento emocional en todo momento con razonamientos como el siguiente: “Soy feliz estando solo, pienso que el amor es una pérdida de tiempo y algo que frena mi futuro profesional”.
Miguel ha desarrollado lo que se conoce como síndrome de desconexión interior para dejar a un lado los desencantos del pasado, procurando  así que no vuelvan a repetirse. No obstante, y aquí llega el dato más revelador: además de poner muros a una participación saludable de la vida, lo que está consiguiendo nuestro protagonista es hundirse en el mismo vacío emocional del que deseaba protegerse.

Los efectos de la desconexión emocional


Si para Miguel amar es sufrir, cerrar las puertas al amor supone a menudo trasladar ese mismo sufrimiento a todos los ámbitos de su vida. La desconexión emocional es un virus implacable que avanza despacio conquistando múltiples territorios. Porque la persona que lo experimenta deja de registrar internamente el cariño y el afecto como algo significativo.
Al poco, emergerá la sibilina frustración, la afilada amargura, el implacable mal humor y ese malestar emocional que tarde o temprano, se traduce en dolor físico, en insomnio, en diversas enfermedades y cómo no, en la sombra de una depresión.

Vivir conectado a nuestras emociones: un salvavidas cotidiano

Hablábamos al inicio del peso de las emociones negativas en nuestra vida. Las definíamos como mecanismos de supervivencia; sin embargo, como hemos podido ver en el ejemplo anterior, muchos de nosotros en lugar de atenderlas y entenderlas, las colocamos en el ancla de nuestros barcos mentales para sumergirlas en el vacío de la indiferencia. Del olvido.

“Si no hubieras sufrido como lo has hecho, no tendrías profundidad como ser humano, ni humildad ni compasión”
-Eckhart Tolle-

Elegir no sentir para no sufrir no tiene sentido. No lo tiene porque el ser humano, por mucho que nos digan, no es una entidad racional ni un ordenador. Somos un cúmulo de fabulosas emociones que nos guían y que nos dan la vida para conectar los unos con los otros, para aprender después de las caídas, para llorar las penas, reír la felicidad y avanzar con el rostro alto tras sortear esos peligros de los cuales, hemos obtenido una lección.



Desde la neurociencia nos recuerdan que la desconexión interior que nace de un conjunto de emociones negativas no es útil ni saludable. Las emociones negativas, como el miedo o el disgusto, tienen un propósito y dan forma a algo que los científicos definen como “impulso homeostático”. El ser humano está diseñado para actuar, no para quedar aislado en sus islas de insatisfacción. 
Cuando nuestro equilibrio interior se ve perturbado, una buena idea es aunar energías, ser creativos, valientes para recuperar esa homeostasis interna; así alcanzaremos esa plenitud emocional o ese punto perfecto donde nada duele y nada se echa falta. Permitámonos “sentir” de nuevo para conectar primero con nosotros mismos y después atrevernos a establecer contacto con quienes nos rodean.
Al fin y al cabo, nuestro cerebro es una maravillosa entidad social y emocional que necesita de los demás para estar bien, para estar en paz y en necesitado equilibrio. Cuidemos  entonces de nuestras emociones.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 4 de enero de 2017

El Poder de la Mente Subconsciente


Entrevista con Bruce Lipton, comprendiendo el poder sanador de nuestros pensamientos. En esta entrevista el doctor Bruce Lipton explica el poder de nuestra mente subconsciente, cuán real es el efecto placebo, y el poder sanador de nuestros pensamientos.
¿Estás preparado para utilizar tu mente consciente para crear una vida colmada de salud, felicidad y amor sin la ayuda de la ingeniería genética y sin convertirte en un adicto a los medicamentos? ¿Estás dispuesto a escuchar una opinión distinta a la del modelo médico que considera el cuerpo como una máquina bioquímica?

No son las hormonas ni los neurotransmisores producidos por los genes los que controlan nuestro cuerpo y nuestra mente; son nuestras creencias las que controlan nuestro cuerpo, nuestra mente y, por tanto, nuestra vida.

 Bruce Lipton es doctor en Biología Celular y fue pionero en la investigación con células madre. Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética.

En la eterna controversia entre herencia y medio, el péndulo se había declinado hacia la herencia. En un principio se pensó que el ADN era el único responsable de nuestras características físicas, pero después comenzamos a creer que los genes también controlaban nuestras emociones y nuestro comportamiento. Así pues, si se ha nacido con un gen de la felicidad defectuoso, se debe esperar una vida infeliz.

Entrevista con Bruce Lipton Ph.D

¿Cómo se puede usar el poder de la mente subconsciente?

Lo primero es reconocer esto, estoy corriendo mi vida el 95% del tiempo con la mente subconsciente. Hemos ahora a través de la ciencia descubierto que el pensamiento toma el 95% de nuestra vida de vigilia, lo que significa que el 95% del tiempo están operando a través de los programas subconscientes. La mente consciente es usted, sus deseos y anhelos los cuales funciona sólo el 5% de las veces.
Si usted puede reescribir los programas negativos en su vida y cambiarlos a comportamientos positivos, esto hace que el 95% de la jornada no sea saboteando con los programas negativos, pero sus programas positivos se ejecutarán inconscientemente y subconscientemente en su vida y le llevarán a donde se organizaron esos programas.
Para desprogramar o reprogramar la mente subconsciente es un proceso largo. En la historia ha sido un proceso largo debido a la comprensión de que en realidad nunca entendimos que el consciente y el subconsciente son entidades independientes, y siempre pensamos que eran uno solo. La creencia era que si puedo hacerme consciente de algo o traer la conciencia de nuevo en mi vida, esta nueva conciencia o una nueva comprensión cambiarán automáticamente los programas en la mente subconsciente. El problema es que esto no es cierto en absoluto. Hay que repetir el nuevo comportamiento todo el tiempo como un ejercicio, y luego en última instancia esto funcionara.
Con sólo tener la creencia de que quiero cambiar mi programa subconsciente y decir que esto es lo que quiero, no es un pensamiento consciente y no cambia el programa. Si me entero de que en mi vida esta todo mal, a causa de los comportamientos que recibí de mi familia y yo digo esos comportamientos son incorrectos y no creo en ellos, es la mente con pensamientos conscientes sobre eso, esto no se traduce en la programación subconsciente.
Algunos creen que si se repite un comportamiento durante un largo período de tiempo, pueden cambiar, pero en la mayoría de los casos no cambiarán a menos que haga un ejercicio para hacerlo cambiar. Si usted no entiende cómo funciona la mente subconsciente, que es de una manera diferente a la mente consciente, entonces tomara mucho tiempo. Pero si usted entiende cómo crear cambios en los programas tomará un período relativamente corto de tiempo.
Si utilizo la hipnosis puedo reescribir programas directamente en la mente subconsciente a través de una sesión de hipnoterapia. Si quiero aprender algo o cambiar la programación y luego hacer un nuevo comportamiento, tengo que repetir el nuevo comportamiento cotidianamente, y el significado es que cada vez que repito el mismo comportamiento aprende la mente subconsciente.
Estos son procesos como empujando el botón en un dispositivo de grabación, si se involucran realmente en estos procesos pueden crear nuevos programas en minutos, esto es más emocionante en la evolución del cambio. Mediante la creación de un estado de súper aprendizaje, estos procesos permiten a los individuos descargar un nuevo comportamiento en cuestión de minutos que durará para siempre.
3 Formas de cambiar la mente subconsciente para darle el poder de nuevo:
  1. Re-programar usando la hipnosis.
  2. Re-programar usando una repetición de conducta, para obtener un nuevo hábito.
  3. Utilizar la nueva modalidad de psicología energética para cambiar rápidamente los programas existentes.
  4. En física cuántica la energía conforma la realidad física. Si se define campo diremos que son las fuerzas invisibles que influyen sobre el cuerpo visible. Y la definición de espíritu es: “fuerza invisible que influye sobre lo físico”.

    ¿Es la mente subconsciente un nexo de unión entre la mente finita y la conciencia colectiva?

    Simplemente lo que es la mente subconsciente, es una base de datos de los programas y de la mente consciente, está conectada a la conciencia colectiva del mundo. Pero la mente consciente está funcionando en el cuerpo, esencialmente como la computadora usando los programas para ejecutar sus vidas. La mente consciente puede crear pero crea a través del filtro de la programación subconsciente.
    El subconsciente es un enlace, un recurso de comportamiento, un programa para facilitar la vida, una vez que aprendes a caminar es un hábito y no necesitan aprender de nuevo. Si no hay mente subconsciente todos los días te levantarías y si quisieras caminar, tendrías que volver a aprenderlo todos los días una y otra vez.
    Básicamente, si se nos diera no tener una mente subconsciente probablemente nunca seríamos capaces de hacer nada, cosas simples como levantarse por la mañana y de cuidar de nosotros mismos, porque tendríamos que volver a aprender todos los días. La mente subconsciente es un conector muy importante porque conecta comportamientos que usamos todo el tiempo a los programas que se puede activar con sólo pulsar el botón pero no es un vínculo entre la conciencia colectiva.
    Pero la mente subconsciente es utilizada por el individuo, no hay otras personas que tengan acceso a la mente subconsciente, excepto a través de usted. Se conecta directamente a la mente consciente y la mente consciente es la que se encarga de la selección de los programas y de la creación del comportamientos.

    ¿Crees que el efecto placebo funciona para trastornos psicológicos y psiquiátricos?

    Absolutamente sí, lo hace y te daré el mayor ejemplo de todos. En todo el mundo hoy en día hay medicamentos SRI (inhibidores de la recaptación de serotonina) en estos medicamentos se incluye el Prozac y miles de millones de personas en todo el mundo toman Prozac. Cuando ves la investigación de la compañía farmacéutica sobre sí mismos, el Prozac no es más eficaz que un placebo. Así funciona el efecto placebo.
    La respuesta es la cantidad de gente que se curaran tomando Prozac, en el sentido, que puedan hacerse cargo de sus vidas y mantenerse a sí mismos juntos y en equilibrio contra los problemas. Prozac no lo hizo, fue el efecto placebo que hizo eso, de hecho funciona para los trastornos psicológicos y psiquiátricos y mil millones de personas que utilizan este medicamento dará testimonio de su eficacia.
  5. Una creencia entonces es una percepción o un pensamiento que hace que la química pase del cerebro a la sangre. Una creencia positiva causa un crecimiento sano y la negativa apaga el crecimiento. Así, cuando cambias la creencia cambias la química en tu sangre, que controla la genética y el comportamiento.

    ¿El poder de la intuición o escuchar tu interior? ¿Cree usted que muchas personas están abiertos a eso, o no son conscientes?

    La gente puede ser consciente de la voz intuitiva o escuchar a su ser interior, pero la descartan por no ser valiosa. Ellos la descartan porque estamos programados para seguir programas. Se nos enseña a hacer esto y esto y si la persona que está escuchando su yo interno, con su mente consciente y la información que entra en ellos proviene de la fuente, por lo general no le damos mucho valor en comparación con los programas.
    Personalmente, si obtengo una idea maravillosa, esto se puede sentir en el corazón o en la cabeza, si realmente quiero hacer esto o no lo deseo. La gente ignora esto porque hemos sido programados para prestar atención a los pensamientos errantes a nuestros programas. Estos están presentes desde el desarrollo del niño, le damos mas poder a los programas que aprendemos, a nuestras creencias sobre estos programas.
    Este es el porque tantas personas tienen problemas con sus vidas, porque su “yo” interior les da respuestas a cuestiones con las que están lidiando día a día, esto realmente les ayudaría, pero la creencia de las personas es que no deben escuchar esa voz.
    La mayoría de la gente ignora todo esto, y una de las razones es que de niños estamos influenciados por los programas, por los profesores, y nadie nos dice que escuchar la voz interior es muy valioso. Si hubiéramos sabido esto desde niños, seriamos mucho mas eficaces en nuestras vidas y prestaríamos mas atención a nuestra voz interior.
    Es una cuestión de programación sobre estas creencias, el concepto que no es importante, nos impide prestar atención a esa voz. Si cambiamos esto y la escuchamos entonces nuestra vida cambiara de forma positiva.

    ¿Cómo los pensamientos pueden curar físicamente? Si los seres humanos están compuestos por 80% de agua, cree usted que el agua que bebemos también se ve afectado por nuestros pensamientos o intenciones?

    Cuando puse células embrionarias, en un cultivo y pude cambiar la composición por medio del cultivo, en realidad puedo cambiar el destino de la célula. Este fue uno de mis experimentos, en el cual tenia células genéticamente idénticas en 3 placas de petri y cambiar la composición, la química del medio de cultivo, en cada uno de los platos. En un plato las células forman huesos, en otro plato células musculares, y en el tercer plato se forman células de grasa.
    ¿Cual es el punto de esta investigación?, la respuesta es que todas las células eran genéricamente idénticas, por lo que el destino de las células no habría podido ser controlado por los genes, porque todos tienen los mismos genes. Mas bien el destino de las células se determino mediante la química del medio de cultivo. En el cuerpo humano las células son como la piel cubriendo la placa de cultivo, en el interior tenemos 50 billones de células, el medio de cultivo es nuestra sangre. Si cambio la composición de la sangre, al igual que se cambio de la composición del medio de cultivo, entonces esto afecta el destino de las células.
    Es un punto simple de entender, si hacemos un medio de cultivo en un laboratorio, usando un plato de plástico, trataremos de hacer otro basado en la composición de la sangre, desde donde las células proviene. Si cambio la composición de mi sangre, puedo cambiar el destino de mis células.
    El cerebro es lo que controla la química de la sangre, pero la mente determina los químicos que serán puestos en libertad. Por ejemplo -si usted tiene la sensación de estar en paz y amor, sus pensamientos son de que esta en paz y sintiendo amor-, los químicos liberados cuando el cerebro esta en paz y amor, incluyen hormonas como la dopamina asociadas al placer.
    Los químicos también liberan hormonas de crecimiento que apoyan el crecimiento de las células. Cuando una persona esta en el amor, los químicos que vienen del cerebro y entran en la sangre, que es el medio de cultivo, controlan las células y generan salud y felicidad.
    Por eso, cuando la gente esta en el amor, viven de manera saludable, y la razón de esto es porque el cerebro es el encargado de la creación del medio de cultivo, la sangre con sus elementos afectan la genética y la actividad de las células. Lo mas interesante es que si cambio mis pensamientos puedo entonces cambiar mis células. Así que si usted esta y vive en el amor, y de repente, usted se llena de miedo, de ira por algo que imagina va suceder, entonces el amor es reemplazado por el miedo. El pensamiento de miedo libera sustancias químicas, así como el estrés libera sustancias químicas inflamatorias, que afectan el sistema inmunologico de un cuerpo sano.
    Si tengo pensamientos negativos como el miedo y el estrés, estoy liberando sustancias químicas de mi cerebro que apagaran el crecimiento de las células. Sin embargo, si me mantengo con pensamientos de salud, de armonía y amor, esto dará lugar al crecimiento de las células. Los pensamientos pueden sanar físicamente porque los pensamientos pueden cambiar la química del medio de cultivo y el medio de cultivo en si, la sangre es lo que alimenta y organiza el comportamiento de las células.
  6. Una célula es un humano en miniatura, y solemos pensar que la célula es inferior a nosotros, que el ser humano es inteligente y que debajo del ser humano no hay nada; pero las células nos componen a nosotros, por lo que deben ser muy inteligentes. El futuro de la humanidad se resuelve en un campo de la ciencia llamado Biomimesis, que es una ciencia que estudia el comportamiento de las células y tratar de hacer lo que ellas hacen.
    Bruce Lipton nació el 21 de octubre de 1944 en EE.UU. Se doctoró en Biología Celular en 1972 por la Universidad de Virginia y ha sido profesor e investigador en varias universidades dentro y fuera de EE.UU. Su libro “La biología de la creencia” recibió en 2006 el premio al mejor libro de ciencia por la USA Book News, que se considera una publicación revolucionaria dentro del campo de la biología moderna. También ha recibido el premio Goi de la Paz en 2009, en Tokio.
    Un humano es como la célula de un cuerpo más amplio llamado humanidad, y estamos evolucionando hacia un súper organismo. El concepto Humanidad es el de un solo organismo compuesto por 7.000 millones de seres humanos, y un elemento importante de esta evolución es Internet, que se comporta como un sistema nervioso que puede comunicar esos millones de células en una sola.
http://neuroemocional.com/

martes, 3 de enero de 2017

Bailando con el Universo

Fragmento de "Poder, Libertad y Gracia: Vivir en la Fuente de la Felicidad Perdurable"


Imagen de la Vía Lactea (la galaxia en donde está nuestro sistema solar)
NUESTRO CUERPO, NUESTRA MENTE, NUESTRAS emociones, nuestra fisiología entera está cambiando a cada momento en función de la hora del día, de los ciclos de la luna, las estaciones e incluso las mareas. Nuestro cuerpo es parte del universo y, en última instancia, todo lo que sucede en el universo afecta a su fisiología. Los ritmos biológicos son una expresión de los ritmos de la Tierra en relación con todo el cosmos, y sólo cuatro de ellos (los ritmos diarios, mareales, mensuales y lunares) son la base de todos los demás ritmos de nuestro cuerpo.
La Tierra gira sobre su eje, por lo que experimentamos un ciclo de 24 horas de día y noche al que llamamos ritmo circadiano. Dicho ritmo se basa en el giro de la Tierra y, al formar parte de ella, también todo nuestro cuerpo gira siguiendo el ritmo de la Tierra. Cuando este ritmo biológico se ve interrumpido, por ejemplo, por algún viaje de larga distancia, sentimos jet-lag. También cuando nos quedamos trabajando toda una noche, aunque descansemos durante el día no nos sentimos del todo bien, ya que nuestros ritmos biológicos están desacompasados con los ritmos cósmicos.
Los datos científicos muestran que si sometemos a un animal a cierta dosis de radiación una vez al día, éste puede experimentar algún efecto beneficioso. Pero si le damos la misma dosis de radiación doce horas más tarde, el animal puede morir. ¿Por qué? Porque su fisiología ha cambiado por completo en ese periodo de doce horas. Incluso nuestra pequeña experiencia subjetiva nos dice que a ciertas horas del día tenemos hambre, mientras que a otras tenemos sueño. Sabemos que tendemos a sentirnos de una cierta manera a las cuatro de la tarde y de otra a las cuatro de la mañana.
Los ritmos de las mareas también afectan a nuestra fisiología. Estos ritmos son el resultado del efecto gravitatorio del sol, la luna y las estrellas de galaxias distantes sobre los océanos del planeta Tierra. En nuestro interior nosotros también tenemos un océano similar a los de nuestro planeta. Más del 60 por ciento de nuestro cuerpo es agua, y más del 60 por ciento de nuestro planeta es agua. Por lo tanto, experimentamos en nuestra propia fisiología las pleamares y las bajamares y los flujos y reflujos de las mareas. Cuando nos sentimos incómodos es porque nuestro cuerpo está fuera de sincronía con el cuerpo del universo. Pasar tiempo cerca del mar o en cualquier sitio natural puede ayudarnos a sincronizar nuestros ritmos con los de la naturaleza.
El ritmo lunar es un ciclo de veintiocho días que se produce como resultado del movimiento relativo de la Tierra, el sol y la luna. Dicho ritmo es evidente considerando el crecimiento y decrecimiento de la luna. Vemos la luna llena, media luna, dejamos de verla, y el ciclo vuelve a empezar otra vez. La fertilidad humana y la menstruación son buenos ejemplos de ritmos lunares, pero hay otros muchos ciclos de veintiocho días. Cuando trabajaba como medico en una sala de urgencias, era de esperar que atendiésemos a más pacientes con determinados tipos de problemas dependiendo de la hora del día y de los ciclos de la luna.
Debido al movimiento de la Tierra alrededor del sol, experimentamos los ritmos estacionales en forma de diferentes cambios bioquímicos en nuestro cuerpo y mente. Por eso somos más propensos a enamorarnos en primavera o a deprimirnos en invierno. Las personas que padecen un síndrome conocido como desorden afectivo estacional se deprimen en invierno pero mejoran al ser expuestos a la luz solar. Los cambios estacionales no sólo afectan a la bioquímica del cuerpo humano: afectan a la de los árboles, las flores, las mariposas, las bacterias y todo lo que está presente en la naturaleza.
La Tierra se inclina sobre su eje en primavera y brotan las flores, las marmotas salen de sus madrigueras, migran las aves, los peces regresan a sus territorios de desove y comienzan los rituales de cortejo. Las personas se sienten inclinadas a escribir poesía, los amantes cantan sus canciones y corazones jóvenes y viejos se enamoran. Los ritmos estacionales nos afectan biológica, mental y emocionalmente; todos ellos tienen que ver con la relación entre la Tierra y el sol.
Hay otros ritmos y ciclos que oscilan cada pocos segundos, como las ondas cerebrales y electrocardiográficas, mientras que otros como los ritmos ultradianos duran desde treinta minutos a veinticuatro horas. Hay ciclos dentro de otros ciclos, alcanzándose un elevado nivel de complejidad que en su conjunto funciona al unísono como una sinfonía.
Todos esos ritmos crean la sinfonía del universo; cuerpo y mente siempre están intentando sincronizar sus ritmos con los ritmos universales.
Separar el cuerpo y la mente del resto del cosmos es no ver las cosas como son. El sistema cuerpo-mente forma parte de una inteligencia superior, es parte del cosmos, y los ritmos cósmicos generan cambios profundos en nuestra fisiología. El universo es una verdadera sinfonía de las estrellas. Y cuando nuestro cuerpo y nuestra mente están sincronizados con dicha sinfonía, todo se da espontáneamente y sin esfuerzo, y la exuberancia del universo fluye a través de nosotros en glorioso éxtasis.

Cuando los ritmos de nuestro cuerpo y mente están sincronizados con los ritmos de la naturaleza, cuando vivimos en armonía con la vida, vivimos en estado de gracia. Vivir en gracia es experimentar ese estado de conciencia en el que las cosas fluyen sin esfuerzo y nuestros deseos son satisfechos con facilidad. La gracia es mágica y sincrónica, está llena de coincidencias y es maravillosa. Es ese factor de la buena suerte.
Pero para vivir en la gracia es necesario que permitamos que la inteligencia de la naturaleza fluya a través de nosotros sin interferir con ella.
Teóricamente, si estuviésemos totalmente alineados con el cosmos, si estuviésemos en completa armonía con sus ritmos y si tuviésemos cero estrés, habría muy poca entropía en nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo no envejecería si estuviésemos completamente sincronizados con los ciclos del universo. Si su entropía no se incrementase, estaría dentro de la escala del universo, que se mide en ciclos cósmicos o eones de tiempo.
Pero nuestro sistema cuerpo-mente no está perfectamente alineado con los ritmos del universo; ¿por qué es así? Por el estrés. Ya lo ves, en cuanto tenemos un pensamiento, cualquier pensamiento, éste interfiere con la tendencia innata de los ritmos biológicos a sincronizarse con los universales.
¿Cómo interferimos con la inteligencia de la naturaleza? En términos espirituales, podemos decir que interferimos cuando nos identificamos con la imagen que tenemos de nosotros mismos y perdemos de vista a nuestro ser interior; cuando perdemos nuestra sensación de conexión con nuestra alma, nuestra fuente. En términos más comunes, podemos decir que interferimos cuando empezamos a preocuparnos, cuando empezamos a anticipar problemas, cuando empezamos a pensar en lo que podría salir mal. Cuando intentamos controlarlo todo, cuando nos asustamos, cuando nos sentimos aislados; todas esas cosas interfieren con el flujo de la inteligencia de la naturaleza. Cada vez que sentimos resistencia, frustración, que las cosas van mal, que exigen demasiado esfuerzo, es porque estamos desconectados de nuestra fuente, el campo de la pura conciencia, que se manifiesta en la infinita diversidad del universo. El estado de miedo es el estado de separación; es resistencia hacia lo que es. Cuando no oponemos resistencia todo es espontáneo y sencillo, no exige esfuerzo.
Nuestro cuerpo nos está hablando constantemente mediante señales de comodidad e incomodidad, placer y dolor, atracción y repulsión. Cuando prestamos atención a las sutiles indicaciones de nuestras sensaciones corporales, accedemos a la inteligencia intuitiva. Dicha inteligencia es contextual, relacional, enriquecedora, holística y sabia. La inteligencia intuitiva es más detallada y precisa que cualquier otra cosa existente en el reino del pensamiento racional. La intuición no es pensamiento; es ese campo cósmico de información no localizado que nos susurra en el silencio que hay entre nuestros pensamientos. Por lo tanto, cuando hacemos caso de la inteligencia interior de nuestro cuerpo, que es el genio supremo y definitivo, nos estamos introduciendo en el universo y accediendo a una información a la que no suele tener acceso la mayor parte de la gente.
Cuando hagamos caso de la sabiduría de nuestro cuerpo, cuando seamos conscientes de las sensaciones de nuestro cuerpo, conoceremos el cosmos entero, ya que experimentamos todo el cosmos en nuestro cuerpo en forma de sensaciones. Cuando no estamos en armonía con los ritmos universales, la señal que nos llega es de incomodidad, ya sea física, mental o emocional. Cuando fluimos en armonía con el universo, la señal que nos llega es una sensación de comodidad, de alegría, de que todo es fácil. 
En realidad, esas sensaciones son la voz del espíritu, que nos habla al nivel de sentimiento más sintonizado de nuestro cuerpo. Cuando ofrezcamos a nuestro cuerpo una profunda atención, escucharemos la voz del espíritu, porque nuestro cuerpo es un bioordenador constantemente conectado con la mente cósmica. Nuestro cuerpo tiene una habilidad informática que lo capacita para reparar instantáneamente en la infinidad de detalles que crean cada acontecimiento de nuestra vida.
Sabiendo todo esto, ¿por qué no tratas a tu cuerpo con respeto y lo cuidas? Cuida de él con amorosa atención. Aliméntalo con comida saludable y agua fresca. Aliméntalo con la frescura de la tierra y con los colores del arcoiris que la tierra ofrece en forma de frutas y vegetales. Bebe intensamente las aguas de la Tierra para que ellas puedan abrir las líneas de comunicación e inteligencia que corren a través de tus tejidos y de tu torrente sanguíneo. Respira profundamente para que tus pulmones se expandan por completo con el aire.
Libérate de toda atadura o constricción consciente para que tu cuerpo pueda relajarse en los ritmos del universo. Mueve tu cuerpo, ejercítalo y mantenlo en movimiento. Comprométete a mantenerlo libre de toxinas, tanto físicas como emocionales. No lo contamines con bebidas o alimentos muertos, químicos tóxicos, relaciones o emociones tóxicas en forma de ira, miedo o culpa. Asegúrate de alimentar tus relaciones saludables y no albergues rencores ni resentimientos. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, ya que cada célula es un punto de conciencia en el campo de conciencia que tú eres.
Cuerpo y mente son la danza del universo y, cuanto más bailen con el universo, más alegría, vitalidad, energía, creatividad, sincronicidad y armonía experimentarás. Puedes permanecer sintonizado a tu cuerpo siendo consciente de cómo bailas con el universo. Si prestas atención a los ritmos y ciclos de tu cuerpo y mente y te familiarizas un poco con los ritmos cósmicos, verás cómo puedes sincronizar los ritmos de tu cuerpo con los del universo. No tienes que ser ningún experto, simplemente presta un poco de atención a esto. Observa cómo te sientes en diferentes momentos del día y del mes dependiendo del ciclo lunar. Mira al cielo y fíjate en los ciclos de la luna. Si lees el diario, mira los horarios de la pleamar y la bajamar. Siente tu cuerpo y observa cómo se relaciona con cada estación. Entiende que estos ritmos pueden ayudarte de verdad; la siguiente información es lo único que debes recordar.
Entre las seis y las diez de la mañana y las seis y las diez de la noche es cuando tu cuerpo está hipometabólico, en su fase de metabolismo más baja. Intenta pasar un rato en silencio en torno a las seis de la mañana y de la tarde. Lo Ideal sería meditar al inicio de esta fase y hacer ejercicio en la mitad de ella, especialmente si lo haces para perder peso.
Entre las diez de la mañana y las dos de la tarde es cuando el fuego metabólico se encuentra al máximo. Es el momento de hacer la comida principal porque tu cuerpo metabolizará mucho mejor la comida. Entre las dos y las seis de la tarde es un buen momento para estar activos, aprender nuevas actividades mentales o emprender actividades físicas.
Entre las dos y las seis de la mañana es buen momento para soñar.
Alrededor de las seis de la tarde, preferiblemente antes de la puesta del sol, es un buen momento para cenar. Es mejor cenar algo ligero y dejar al menos dos o tres horas de intervalo entre la cena y el sueño. 
Por lo tanto, intenta acostarte hacia las diez o diez y media de la noche y tendrás un descanso ideal con grandiosos sueños.
Estas son recomendaciones muy básicas pero, una vez que empezamos a sintonizar nuestros ritmos con los ritmos cósmicos, el cuerpo se siente bastante diferente. Se siente vital; no se cansa. Subjetivamente nos sentimos más enérgicos. Empezamos a experimentar ese estado de conciencia en el que todas las cosas de nuestra vida fluyen con facilidad. Una salud vibrante no es solo la ausencia de enfermedad; es esa alegría que debería estar en nuestro interior todo el tiempo. Es un estado de bienestar positivo no solo físico sino emocional, psicológico y, en última instancia, incluso espiritual. La tecnología no va a hacernos más sanos. Lo que va a hacernos más sanos es que estemos alineados con las fuerzas del universo, que sintamos que nuestro cuerpo es parte del cuerpo de la naturaleza, comulgar con ella y con nuestra alma pasando tiempo en soledad y silencio.
El poeta hindú Rabindranath Tagore resume el milagro de la vida de una manera más hermosa de lo que la ciencia puede hacerlo. Dice: "La misma marea de la vida que corre por mis venas día y noche corre por el mundo y baila con métrica cadenciosa. Es la misma vida que se dispara con alegría por el polvo de la tierra en innumerables briznas de hierba, rompiendo en olas tumultuosas de hojas y flores. Es la misma vida a la que mece el mar, cuna de nacimiento y muerte, en su flujo y reflujo. 
Siento que la caricia de este mundo de vida hace gloriosos a mis miembros. Y mi orgullo viene del latido de eras que baila en este momento en mi sangre".
Los mares y ríos de esta biósfera son la sangre de la vida que circula por nuestro corazón y nuestro cuerpo. El aire es el aliento sagrado de vida que da energía a cada célula de nuestro cuerpo, a fin de que sea posible vivir, respirar y participar en la danza del cosmos. Tener la experiencia de "el latido vital de eras que baila en este momento en nuestra sangre" es vivir la alegría, la conexión con el cosmos. Esta es la experiencia sanadora; es la experiencia de estar completo. Y estar completo es vivir en la gracia.

Dr. Deepak Chopra
“Poder, Libertad y Gracia: Vivir en la Fuente de la Felicidad Perdurable”
Publicado con permiso de Amber-Allen Publishing, Inc., San Rafael, California.
http://www.caminosalser.com/