viernes, 30 de septiembre de 2016
EJERCICIO DE SANACIÓN: LIBERAR APEGOS Y DOLORES EMOCIONALES
Toma unos minutos para estar a solas contigo mismo.
Con tres respiraciones profundas, empieza a relajarte y a adentrarte en tu interior. Puedes cerrar los ojos si lo deseas.
Ahora, recuerda una situación concreta o una persona que te haya generado una emoción negativa o dolor. También pueden ser varias emociones negativas, como por ejemplo, el enojo, la rabia, la ira, el rencor, el resentimiento, el odio, la cólera, el miedo, la tristeza, etc.
A continuación, hazte la pregunta: "¿Quién siente esta emoción?".
Permanece unos instantes en silencio, auto-indagando en quién es el que siente la emoción.
Tu respuesta es "yo". Pero, ¿quién es este "yo"?.
Contempla eso. Contempla quién es este "yo" que siente esa emoción negativa o ese dolor.
Ahora, hazte la pregunta: "¿Soy consciente de esto?".
Permanece unos instantes más en silencio, auto-indagando en si eres consciente de este "yo" que siente la emoción negativa o el dolor.
Tu respuesta es "sí, soy consciente".
Si no fueras consciente, no te darías cuenta de nada de esto, estarías totalmente ausente. Por tanto, hay alguien ahí que es consciente en todo momento.
A continuación, hazte la pregunta: "¿Quién es el que es consciente?" o “¿qué es eso que es consciente todo el tiempo?”
Toma unos momentos para estar en silencio, para auto-indagar en quién es consciente del "yo" que siente la emoción negativa o el dolor.
Tu respuesta es: "Yo soy consciente".
Entonces, hay dos yoes; el "yo" que siente la emoción y el "Yo" que es consciente del "yo" que siente la emoción.
Por tanto, ¿cuál de los dos yoes eres tú?
Contempla eso.
Estás cambiando el modo de ver las cosas. Estás cambiando tu foco de atención y te estás dando cuenta de que tú eres dos yoes, pero uno de ellos es real y el otro es ficticio, ¿cuál de ellos es el real y cuál es el ficticio?
El "yo" que siente la emoción, es tu persona, tu identidad. Es tu identificación con el cuerpo-mente y tu historia. Este “yo” ha experimentado una situación concreta y de ahí ha surgido una emoción. Este “yo” es el ego o también llamado "yo separado".
Este “yo” no es real, es tan solo una creencia mental que se identifica con este cuerpo-mente, dando lugar a un personaje ficticio basado en conceptos y condicionamientos mentales, y patrones establecidos. Todo esto forma parte de la historia, de la película, por tanto es ficticio.
Por otro lado, el "Yo" que está más allá de la historia, y que está todo el tiempo observando todo lo que sucede, es un "Yo" que no puede ser nombrado, no puede ser descrito, porque no tiene nombre ni forma. Está más allá de lo que acontece, percibiendo, observando y siendo consciente. Siempre permanece como Presencia Consciente, como observador.
Este "Yo" es tu verdadera naturaleza. Eres Tú. Es la Conciencia Pura no manifestada que está más allá de las formas manifestadas.
Ahora puedes ver claramente que no eres el personaje que está implicado en la historia. Puedes ver que esa emoción que sientes no es tuya, simplemente ha surgido debido a que estabas identificado con el “yo”, y cuando ha surgido un pensamiento, te has apegado a él. Este apegarse al pensamiento ha generado una emoción en tu cuerpo, la cual te ha hecho sentir mal, te ha hecho sentir dolor.
Así pues, cada vez que te identificas con este “yo” que crees que eres, cada vez que te identificas con tu cuerpo-mente y tu historia, estás generando dolor y sufrimiento. El apego al “yo” es la causa de todo el dolor emocional.
¿Puedes darte cuenta de que tú no eres el “yo”?
Contempla eso.
Tú eres eso que está más allá de esta película del “yo” y su historia. Eres eso que siempre observa, eso que siempre está consciente.
Pongamos un ejemplo: Imagina la pantalla de un cine, y en la pantalla aparecen unas imágenes; un bosque que se está quemando. Los árboles se queman, pero ¿se quema la pantalla?
La pantalla no se quema, pues no forma parte de la película.
La película es una proyección, por tanto, es una ilusión.
La pantalla, en cambio, es el espacio en el cual sucede la historia. Y nunca es afectada por la historia. Los árboles que aparecen en la pantalla sí se queman, porque forman parte de la película; pero la pantalla no se quema, ya que está más allá de la película.
La pantalla se mantiene siempre intacta. La película no puede dañarla, no puede herirla.
Tú, Presencia Consciente, eres la pantalla, en la cual sucede una historia. Mientras no estés identificado con un “yo”, no puedes ser afectado por lo que sucede en esa historia; no puedes ser tocado, ni herido. Por tanto, no puedes sentir dolor ni sufrimiento. Únicamente siente dolor y sufrimiento el personaje que está involucrado en la historia; el “yo”, el ego. Es importante trascender este “yo” y vivir desde nuestra verdadera esencia.
Mientras nos identifiquemos con un personaje que vive una historia, sentiremos dolor y sufriremos, pero si cambiamos nuestro punto de vista y enfocamos nuestra atención a Eso que está más allá y que siempre es consciente de todo lo que acontece, y reposamos como Consciencia Yo Soy, entonces nada ni nadie podrá afectarnos ni alterarnos, no habrá sufrimiento, solo paz.
Ahora que puedes ver claramente que Tú eres Presencia Consciente, observa esa emoción que siente este "yo" que creías ser. Únicamente observa intensamente esa emoción. Al observarla siendo Presencia Consciente, verás que la emoción desaparece. Se disuelve en la nada. Se transmuta en luz.
Tú tienes el poder de poder transmutar toda negatividad y dolor en luz. Solo con la luz de tu Presencia Consciente, cualquier forma de negatividad, se disolverá
►Ésta es la sanación más elevada. Y tú puedes acceder a ella siempre que quieras.
Camino al Despertar
jueves, 29 de septiembre de 2016
PURIFIQUE SU MENTE LIMPIANDO SU CASA
Qué le parecería hacer la limpieza de casa como la hacen los monjes budistas?. No es difícil, al contrario, es muy divertido. Si quiere purificar su alma sin moverte de casa, puede hacerlo transformando las tareas del hogar en un ejercicio espiritual, señala el monje budista japonés Keisuke Matsumoto.
“La jornada de un monje comienza con la limpieza. Se barre el interior del templo, el jardín, y se friega el suelo de la sala principal. No limpiamos porque esté sucio o desordenado sino para librar al espíritu de cualquier sombra que lo nuble”, según el religioso, autor del Manual de limpieza de un monje budista.
¿No se cuenta acaso que uno de los discípulos de Buda encontró el nirvana o liberación del sufrimiento, mientras estaba barriendo?, recuerda este monje del templo Komyoji (www.koumyouji.com) de Tokio.
Para aplicar y aprovechar los consejos prácticas y las reflexiones filosóficas y espirituales de Matsumoto, no hace falta llegar a tanto. Tampoco es necesario ser oriental, ni budista, ni retirarse a un monasterio zen, sino estar predispuesto a redescubrir la vida con una nueva mirada y efectuar, bajo una actitud diferente, una de las tareas humanas más universales: la higiene doméstica.
De hecho el propio Matsumoto, licenciado en Filosofía por la Universidad de Tokio y con un máster en administración de negocios, introdujo la mentalidad empresarial en el universo budista al sostener que “la gestión de un templo es análoga a la de una empresa. La única diferencia es que el objetivo no es la ganancia, sino la felicidad de sus fieles”. El monje también lleva el blog del templo y su página de Facebook recibe miles de visitas.Â
Si limpiamos y ordenamos nuestra casa nosotros mismos, nuestra mente se concentra en el presente, y en vivir el aquí ahora, una de las llaves de la felicidad y éxito en la vida y el trabajo, explica a Efe, el japonés Keisuke Matsumoto.
Para el religioso nuestro ambiente refleja nuestra mente y, donde existe desorden, no hay serenidad. “Si una persona puede llegar a ser verdaderamente feliz, incluso en un entorno desordenado, entonces debe ser Buda, es decir ‘un despierto'”, bromea.
Para la limpieza doméstica, según Matsumoto, no hace falta volver al siglo anterior, y “puesto que vivimos en el siglo XXI, podemos utilizar una aspiradora, no obstante, cualquiera que sea la herramienta o método que elijamo, lo que importa es mantener la actitud de  no postergar lo que debería hacerse hoy.
Con la escoba, atentos al aquí y ahora
En esta sociedad moderna, el progreso conduce al mundo industrializado que, a su vez, nos impulsa a dejar de lado las tareas manuales. No niego el progreso en sí mismo, que también tiene sus beneficios, pero en medio del progreso tenemos que ser conscientes de nuestro estado mental, añade.
Según este monje, a los seres humanos tienden orgánicamente a pensar y actuar con la mente centrada en sí mismos, pero esa mente egoísta no les hace felices. Por otra parte, muchas personas están fuertemente conectadas con el mundo materialista y eso les distrae de pensar en lo que es más importante para ellos, y se olvidan de hacerlo.
“En ese sentido, efectuar la limpieza de la casa, o del templo en el caso de los monjes budistas, es una práctica diaria que ayuda a cultivar la mente, e incluso algo tan monótono como barrer el jardín con una escoba, logra revitalizarnos”, según Matsumoto.
¿Cómo podemos motivarnos cuando no nos gusta la limpieza de la casa o nos da pereza realizar las tareas domésticas?, le preguntamos al monje.Supongamos que usted es una persona muy ocupada pero, ¿se ocupa de lo que es realmente importante en su vida? No se convierta en un esclavo de la eficiencia. Observe su entorno más cercano en lugar del futuro o el pasado”, señala Matsumoto, para quien todo lo necesario para ser feliz ya está aquí.
Supongamos que no nos gusta el trabajo de la casa y pagamos a otras personas para limpiarla. Esto no está necesariamente mal. Hagamos lo que hagamos, será bueno, siempre y cuando vivamos en el momento presente, añade.
En todo caso, según Matsumoto hay que tener presente que el ambiente de la casa es uno de los factores fundamentales que afectan directamente al estado de ánimo y hay que reflexionar si, mientras otra persona contratada limpia nuestro hogar, nos dedicamos a hacer algo más valioso que la limpieza doméstica o si mantenemos nuestra mente en calma.
“Así, el ambiente que nos rodea está conectado con nosotros y refleja nuestra mente: cuando ese entorno es desordenado, nuestra mente también. Si mantenemos hermosa nuestra casa, nuestra mente estará muy clara y tranquila”, añade.
“Darse cuenta de que todo es interdependiente, es la lección espiritual primordial que puede extraerse de la realización de la limpieza doméstica”.
Decálogo de la Limpieza Consciente
No hay que dedicar mucho tiempo, ni hacer grandes esfuerzos para limpiar y ordenar, pero hay que cultivar el hábito de hacerlo cada día, señala Keisuke Matsumoto, quien brinda un decálogo de recomendaciones y claves para encontrar la armonía y la serenidad, realizando las tareas domésticas de forma atenta, y eliminando las impurezas que nublan nuestra alma:
1. Quienes no cuidan los objetos, tampoco cuidan de las personas. Cualquier objeto ha sido creado con esfuerzo y dedicación. Cuando limpiemos o pongamos orden, debemos tratarlas cosas con cuidado.
2. Tengamos gratitud hacia las cosas que nos han sido útiles y, cuando realmente no las necesitemos, hagámoslas resplandecer con una nueva luz dándoselas a quien pueda hacer buen uso de ellas.
3. La limpieza debe hacerse a primera hora de la mañana. Si empezamos en silencio, rodeados por la calma, cuando la vegetación y las personas de alrededor aún duermen, nuestro corazón se sentirá en paz y nuestra mente despejada.
4. Por la noche, antes de irnos a dormir, debemos recoger, guardar y ordenar las cosas que hemos utilizado y desordenado durante el día, para dejarlas tal y como estaban, y facilitar la limpieza al día siguiente.
5. Puede que al principio nos cueste, pero si conseguimos limpiar por la mañana y ordenar por la noche, notaremos como nuestro espíritu y cuerpo se mantienen despejados a lo largo del día y podremos disfrutar de una espléndida jornada.
6. Antes de limpiar, hay que abrir las ventanas y ventilar para purificar el aire. Sentir en la piel la frescura del aire que entra, hace que uno se sienta más despierto y puro y, si llenamos con éste los pulmones, las ganas de limpiar surgen de forma natural.
7. El aire que entra es templado y agradable en primavera y otoño, bochornoso en verano y gélido en invierno, pero sentir su benevolencia y su dureza en nuestra piel nos pone en contacto con nuestra fragilidad humana, la Naturaleza y la fuerza de la vida.
8. Para respetar la vida, evitando que proliferen los insectos y tener que matarlos innecesariamente, debemos recoger después de las comidas, tirar la basura orgánica, evitar que se acumule el agua en sitios y recipientes y podar bien la vegetación.
9. En vez de arrepentirnos del pasado o preocuparnos por el futuro, debemos vivir plenamente el ahora y esforzarnos por no arrepentirnos mañana. Aplicado a purificar el espíritu mediante la limpieza sería: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
10. Repartir y rotar la limpieza ente todos los miembros de la familia ayuda a valorar lo que los demás hacen por nosotros. Comprender que nuestras existencias dependen unas de otras nos ayuda a trabajar en equipo y a hacer las cosas pensando en los otros.
Nuestro entorno está conectado con nosotros y refleja nuestra mente, cuando está desordenado, nuestra mente también. Si mantenemos nuestra casa hermosa, nuestra mente estará muy clara y tranquila.
Omar R. Goncebat
Consejos del conejo
miércoles, 28 de septiembre de 2016
7 actitudes que debemos olvidar si queremos triunfar en la vida
La vida
se compone de decisiones, algunas más importantes y otras menos, todas
ellas, de alguna forma, son las responsables de conformar nuestro éxito o
fracaso en la vida personal o profesional.
Es
inevitable que si elegimos una opción y nos equivocamos, eso nos lleva a
sentirnos tristes, preocupados e infelices. Pero, ¿hay alguna manera de
evitar sentirnos así y estar más seguros de cada paso que damos?
Los siguientes puntos te ayudarán a evitar ser indeciso ante cualquiera de las situaciones que se te presenten, ya que lo primero por hacer consiste en 2 cosas, no importa que tan aterrado estés:
Los siguientes puntos te ayudarán a evitar ser indeciso ante cualquiera de las situaciones que se te presenten, ya que lo primero por hacer consiste en 2 cosas, no importa que tan aterrado estés:
El miedo al fracaso y al error es algo
que nos frena todo el tiempo. Si nos paramos a pensar, cuando somos
pequeños, por ejemplo, ¿cómo aprendimos a montar en bicicleta? No
conozco a alguien que lo hiciera bien por primera vez. Para
aprender tuvimos que caernos y volver a levantarnos muchas veces hasta
conseguirlo. Imaginemos que en la primera caída nos hubiéramos
rendido. Nadie sabría montar, ¿no? En nuestra mente, cuando somos
pequeños, no existe el concepto del error porque en todo momento
seguimos nuestra intuición.
Al crecer resulta más complicado mantener esa actitud frente a la vida, ya que constantemente buscamos la aprobación de nuestros padres, amigos y otros referentes para hacer las cosas bien y satisfacerlos. Hay errores que nos marcan de forma negativa durante un tiempo, pero si queremos avanzar y conseguir nuestra metas, debemos salir de la zona de confort y realizar cambios. Solo así construiremos nuestra propia buena suerte.
Al crecer resulta más complicado mantener esa actitud frente a la vida, ya que constantemente buscamos la aprobación de nuestros padres, amigos y otros referentes para hacer las cosas bien y satisfacerlos. Hay errores que nos marcan de forma negativa durante un tiempo, pero si queremos avanzar y conseguir nuestra metas, debemos salir de la zona de confort y realizar cambios. Solo así construiremos nuestra propia buena suerte.
Para
algunas personas la indecisión está en elegir entre una carrera
universitaria, aceptar un empleo o seguir con una relación, otras
personas no saben decidir por cosas muy triviales como acudir a una
cita, elegir su ropa, la comida, etc.
Es en este punto cuando todo es más difícil, pues se trata de no sentirse bien con uno mismo, de algún problema de autoestima, estrés o la constante búsqueda de aprobación de lo demás. Una causa es la falta de cierto aprendizaje durante la niñez, cuando los padres tomaban las decisiones por nosotros.
Es en este punto cuando todo es más difícil, pues se trata de no sentirse bien con uno mismo, de algún problema de autoestima, estrés o la constante búsqueda de aprobación de lo demás. Una causa es la falta de cierto aprendizaje durante la niñez, cuando los padres tomaban las decisiones por nosotros.
Entonces, ¿qué hacer
para ser una persona menos indecisa y afrontar los miedos? Entre mayor
sea el nivel de dificultad para tomar una decisión, mayor será el
esfuerzo que requerirá:
Una vez que tengas esto claro y sepas que los errores no significan fracaso sino fortaleza, lee estos 7 puntos para que tomes una mejor actitud ante la vida y comiences a crecer en todos los ámbitos de la vida:
Una vez que tengas esto claro y sepas que los errores no significan fracaso sino fortaleza, lee estos 7 puntos para que tomes una mejor actitud ante la vida y comiences a crecer en todos los ámbitos de la vida:
Debes valorar el grado de importancia que tiene la decisión. Si no es importante, intenta no dedicarle mucho tiempo. Para
las decisiones más relevantes, deja de imaginar lo que pasará si optas
por ese camino. Muchas de las cosas que creemos que nos harán felices
(el dinero, una casa grande, un trabajo específico), es probable que en
realidad no lo hagan.
Consejo: no
pienses en el futuro. Puedes equivocarte. Lo más acertado es elegir
tomar una decisión de acuerdo a tus valores o tus creencias, así tendrán
un mejor resultado para ti en el futuro.
2. Aceptar la responsabilidad
Cuando nos desencantemos por una decisión, debemos ser responsables de ella, tanto si acertamos como si no. Si fracasamos, debemos aceptarlo e intentar hallar la solución. Recuerda que las decisiones no son para siempre, se pueden cambiar y así tomar el control para crecer.3. No busques la perfección y aprende de los errores
Equivocarse es de sabios, ya lo decía el refrán. Eso significa que cometemos errores y que aprendemos de ellos. Por tanto, aspirar nos llevará a ganar más cosas que a perderlas. El único fracaso será no intentarlo o dejarlo para después (y nunca hacerlo).4. Primero tú y después los demás
Cometemos el error de preocuparnos más de la cuenta, en agradar a los demás, antes que preguntarnos si nos sentimos bien con nosotros mismos. Queremos agradar a nuestros padres, amigos, profesores, pareja, pero ¿crees que realmente lo que has decidido te complace o lo haces por otra persona? Aprende a decir no si quieres vivir tu vida y no estar atado a los demás.
5. Confía en tu intuición
La
intuición es lo que nos llevará a elegir una opción en lugar de otra.
Aunque resulte alocada, dejarnos guiar por la idea de un pálpito, esto
nos ayudará a dar un paso firme. La información de ese pálpito la
registramos de forma inconsciente con nuestra experiencia y con
situaciones que ya hemos vivido.
Por
ejemplo, un fontanero siempre sabe cuándo se romperá una tubería porque
ha pasado por esas situaciones distintas veces, de manera inconsciente
las identifica antes de que ocurran. La intuición hace que actúe más
rápido.
6. Trabaja en tu autoestima
Tener una alta autoestima te permitirá
tomar mejores decisiones con mayo rapidez y seguridad. Si piensas que no
podrás lograr algo, más te costará decidirte. A veces descubrimos que
somos buenos en cosas que no teníamos ni idea porque no éramos capaces
de probarlas por culpa de la indecisión.
7. Lucha por lo que crees
Si no crees completamente en la decisión
que has tomado, nadie más lo hará. Y la actitud positiva es la pieza
fundamental para defender tu postura hasta el final.
Tal vez después de leer estos pasos, aún sigas un poco indeciso por lo que te dejamos estos 5 pensamientos que te impiden tomar decisiones correctas. Deja a un lado el miedo, los prejuicios, los otros, solo tenemos una vida y es demasiado corta para hacer todo lo que nos proponemos y entérate de los 10 secretos que la personas realmente felices nunca cuentan.
Tal vez después de leer estos pasos, aún sigas un poco indeciso por lo que te dejamos estos 5 pensamientos que te impiden tomar decisiones correctas. Deja a un lado el miedo, los prejuicios, los otros, solo tenemos una vida y es demasiado corta para hacer todo lo que nos proponemos y entérate de los 10 secretos que la personas realmente felices nunca cuentan.
Por Edith Gomez vía Cultura Colectiva
Lealtad Invisible
Se denomina Lealtad Invisible a
aquella lealtad consciente e inconsciente hacia un ancestro o familiar
que nos impulsa a repetir una conducta de un modo ciego, sobre el que no
tenemos el menor control. El término Lealtad Invisible se debe al
psiquiatra húngaro Ivan Boszormeny-Nagy quien, junto a Gerladine M.
Spark, publicó el libro Lealtades invisibles. Boszormeny-Nagy, asegura
que los trastornos, dolencias y problemas de las personas, provienen de
un desequilibrio en el dar y recibir dentro del sistema familiar.
Da
lo mismo si esa persona ha muerto hace mucho o poco tiempo, si sigue
viva, si nos caía bien o mal, si fuimos afín o no, si tuvimos contacto o
no, la lealtad a esa persona nos impulsa a repetir conductas que esa
persona llevaba a cabo, o aún lleva a cabo (sí está viva) e incluso muy
habitualmente nos hace repetir literalmente, su vida entera como si
fuera una gran historia que se perpetúa.
Por
ejemplo, una mujer fue infeliz en el amor y sus hijas repiten esa
infelicidad con recurrentes fracasos en su vida de pareja. El mensaje de
la lealtad es el siguiente: si mi madre no fue feliz, nosotras no
tenemos derecho a serlo. Un hombre muere prematuramente de manera brusca
y alguien, quizá nosotros, sufrimos un accidente o fallecemos en el
aniversario de su muerte décadas después (Síndrome de Aniversario).
Tu Inconsciente sabe
Inconsciente
familiar: Término acuñado por Szondi para designar un sustrato de la
psique, situado en un plano más profundo que el inconsciente personal,
constituido por las experiencias de los antepasados de la persona
«memoria familiar», que en forma de patrones de conducta, se esfuerzan
por manifestarse, dirigir nuestro «destino» e influir en nuestras
elecciones de enamoramiento, amistad y profesión, o incluso, generando
un determinado síntoma, enfermedad o tipo de muerte.
Nuestro
inconsciente recuerda TODO, absolutamente TODO sobre el árbol familiar
hasta la séptima generación, conoce la historia familiar, los secretos,
las verdades, las mentiras, lo que ha sido ocultado por uno o varios
miembros, lo que ignoraron, lo que se ha escondido u olvidado, lo que es
evidente y lo que no lo es. Si hubo crímenes, suicidios, abandonos,
infidelidades, traiciones, violaciones, muertes, accidentes, ruinas o
graves atentados a la dignidad de los miembros de tu clan, tu
inconsciente lo SABE.
¿Realmente piensas que todo lo que vives, sientes y experimentas es tuyo?
Muchas
enfermedades son el resultado de un dolor familiar que hay que sanar y
llevar a la luz. Una adicción al sexo puede ser la sobre-compensación de
la represión sexual de alguno de tus padres o abuelos; una enfermedad
crónica es, a menudo, el síntoma de un dolor emocional no expresado ni
resuelto en alguna parte del árbol.
Porque,
en el fondo, hay una gran lealtad, un gran amor ciego a aquellos que
nos trajeron al mundo, incluso aunque les odiemos, no nos hablemos con
ellos o nuestra relación sea distante o inexistente. El que es declarado
loco quizá es el más honesto, auténtico y valiente de todos los
miembros de su clan, el más lúcido, el que se da cuenta de las cosas. De
hecho es posible que enferme para intentar que los demás abran los
ojos.
Un
mártir, una mujer o un hombre muy sufrientes y sacrificados por los
demás, pueden en realidad estar ejerciendo un gran control sobre el
resto de los miembros de su familia, haciéndoles sentir culpables y no
dejándoles libertad para liberarse de su influjo. A veces las víctimas
tienen mucho más poder en la familia que el mandón exigente y gritón que
parece ser (solo lo parece) el que tiene el poder y control del clan.
Regla de Deuda
Lo que una generación deja sin resolver, será la siguiente la que, inocente e inconscientemente, trate de resolverlo; así queda atrapada en temas o asuntos que no son en realidad su responsabilidad. Existe una transmisión transgeneracional de los problemas familiares que a veces crean una cadena de destinos difíciles o trágicos.
Los
asuntos no resueltos de los sistemas familiares en generaciones
anteriores y las injusticias cometidas dentro y fuera del sistema
familiar pueden, inconscientemente, afectar la vida de las familias
manifestándose en alguno o varios miembros del sistema, enfermedades
inexplicables, suicidios, depresiones, relaciones conflictivas,
trastornos físicos y psíquicos, dificultad para encontrar pareja, para
prosperar económicamente y tener éxito en la vida, comportamientos
compulsivos, etcétera.
Por
ejemplo: Un niño nace como consecuencia de la muerte de otro. La madre
se empeñó en quedarse embarazada y luego se arrepiente y aborta
prematuramente de forma consciente o inconsciente. Pocos años después
tiene otro hijo e incluso le pone el mismo nombre o parecido, que le
hubiera puesto al hijo que no llegó a nacer. Este segundo niño, que si
ha nacido, pagará por ello toda su vida… pues él vive gracias a la
muerte de su hermano no nacido.
Posiblemente
sea muy leal, de forma inconsciente, a su hermano muerto y siempre
sienta que le falta algo, que no está completo elementos como la
melancolía, la tristeza o conductas auto-destructivas le harán mucho
daño, pues nota inconscientemente que no tiene derecho a la vida… ¿Qué
derecho tengo yo a vivir si otro murió para que yo naciera? Y si el no
paga la deuda, sus descendientes lo harán.
¿Qué puedo hacer si intuyo o sé que estoy tengo una lealtad familiar a un ancestro?Para
poder desentrañar los nudos familiares es fundamental, imprescindible,
conocer el propio árbol genealógico, con el mayor lujo de detalles:
conocer tanto los nombres, como las fechas de nacimiento y muerte, así
como los abortos o posibles secretos familiares ocultos, que acabarán
reapareciendo en las vidas de las generaciones posteriores.
Los abortos son
extremadamente importantes, una vida que no llegó a SER siempre tiene
consecuencias en nosotros y en los demás. Si viven con culpa, se debe
hacer un duelo, darles su lugar en nuestra familia y no permitir que su
energía, que suele estar colapsada e incorpora rabia y tristeza por
haber sido olvidado, por no haber nacido, nos haga daño o se lo haga a
nuestros hijos y nietos.
“Usemos nuestro pasado como trampolín no como sofá” – Alejandro Jodorowsky.
-Eugenio Sánchez/Jenny Gonzáles-
martes, 27 de septiembre de 2016
La paz ya existe
Hemos de darnos cuenta de que la paz es algo que siempre ha estado en nuestro interior, de que es algo inherente al reino del espíritu, que siempre existe, pero que sólo es posible percibir, comprender y vivir cuando uno sabe desprender la mente de los aspectos parciales, personales, transitorios.
Cuando se puede vivir simultáneamente este aspecto interior y permanente de la vida y a la vez participar en el aspecto cambiante, mutable, de lucha externa, entonces la vida se convierte -aun en los momentos más difíciles- en una verdadera, en una auténtica acción.
Entonces estoy actuando y estoy siendo un buen actor, porque tengo conciencia no sólo del personaje sino también de algo superior al personaje.
Entonces tomo conciencia de esta voluntad, energía e inteligencia que actúa detrás de todo, y por lo tanto a través de mí; y aprendo a colaborar, a seguir haciendo mi papel estando por encima de la situación.
Así, cada cosa que hago es para mí una verdadera creación dos veces creada: una re-creación; tanto en el sentido de una segunda creación como en el sentido de un verdadero placer; entonces es perfectamente compatible el que existan simultáneamente la paz y la lucha.
Pero para poder llegar a esto es preciso haber pasado por esta capacidad de entrega total, por este deshacer todos los nulos gordianos que hay dentro de nosotros -del egocentrismo, de los miedos, de buscar demasiadas seguridades, de no dar lo mejor de nosotros a los demás-. Y lo mejor de nosotros no es nuestro dinero, sino nuestro afecto y nuestra voluntad; al no dar esto -lo mejor de nosotros- a los demás, nos aislamos del ritmo de la vida, que siempre cambia, siempre fluye.
Comprendamos que no podemos retener nada, que en la vida todo es mutación, transformación, recreación.
Si nosotros vamos reteniendo cosas, ideas, en nuestro interior, estamos obstruyendo este ciclo natural, y toda obstrucción a lo que es una ley natural produce dolor.
Aprender a vivir con plenitud es lo mismo que aprender a vivir con sencillez; y si nosotros no podemos vivir con sencillez es porque somos complicados. Esta complicación nos viene porque queremos retener, conservar, porque nos falta generosidad interior.
Sólo cuando se pierde la seguridad, cuando uno entrega las cosas que le parece que le dan seguridad, sólo entonces pasa a un nivel donde la seguridad es de otro orden; entonces puede manejar las situaciones mucho mejor, con un enorme espíritu de independencia, de completa aventura.
Extracto de El trabajo interior
de Antonio Blay
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