lunes, 12 de septiembre de 2016

¿No es maravilloso soñar cuando aún todo es posible?


¿No es maravilloso soñar cuando aún todo es posible, cuando todo está al alcance de la mano, de las ganas y el esfuerzo, cuando acabas de empezar un proyecto y la ilusión te embarga dándote un empuje que te hace luchar contra viento y marea sin que nada te importe?
Todo viaje empieza con un primer paso, con algo que puedes soñar y que intentas que se haga realidad. Y es en ese momento, en ese instante, en el que todas tus fuerzas se centran en un solo objetivo, es en el que ves que todo es posible si peleas por ello.
Entonces, paso a paso comienzas a hacer todo lo necesario para acercarte al objetivo, no importa lo lejos que esté, tienes fuerzas de sobra para luchar por ello. Es cuando ves que los imposibles son posibles si luchas por ellos con todo tu empeño.
Pero resulta que no todo es tan bonito, resulta que fallas en el primer intento, en el segundo, e incluso, puede que falles en más ocasiones, y entonces, aquello que era posible se vuelve imposiblePero, si antes era posible, ¿por qué va a dejar de serlo?

La diferencia entre QUERER y PODER es CREER

El objetivo es el mismo pero tú no, y es ahí donde nacen las dudas, donde los monstruos de tu interior se abren paso para que las dudas sobre ti, y tus capacidades, superen a la ilusión y las esperanzas que tenías cuando empezaste persiguiendo tu sueño.
Y es cuando con el tiempo comienzas a ser tu mayor enemigo, cuando dejas de darte esperanzas y comienzas a hundirte en el desánimo. Cuando en lugar de soñar construyes obstáculos en tu camino. Cuando dejas de tenderte puentes para ponerte trampas en el camino.
Cuando dejas de saber que la única diferencia entre querer y poder es creer, porque si crees que puedes lucharás por ello, y si luchas por ello sin rendirte en algún momento, tarde o temprano, lo lograrás. Porque si luchas por ello y pones todo de tu parte para conseguirlo, hasta la escurridiza suerte tiene que cumplir las leyes de la probabilidad.

Soñar no es dejar de tener los pies en el suelo

Pero soñar, luchar, no es dejar de tener los pies en el suelo. Soñar no es dejar de ser realista, porque sigues sabiendo que tu objetivo es complicado, pero también sigues creyendo en ello, creyendo en ti, dándole una oportunidad a la fe para que mueva montañas.

La fe en ti no implica intentar coger un arcoíris con las manos o meter toda el agua del mar en una botella. Tus sueños no son demasiado grandes si tú no te vuelves demasiado pequeño para ir tras ellos. El momento de luchar es ahora, porque es ahora cuando sabes que es lo que quieres y hay personas que tardan una vida en saber sólo eso.
El miedo y las dudas pueden llegan a acumular mucho poder cuando comenzamos a encontrarnos piedras en el camino, pero no olvides que tus sueños se construyen a través de la ilusión de que lo que quieres es posible y si es posible es que no son sueños son realidades. No pierdas la ilusión porque entonces habrás perdido tu capacidad de luchar, y por tanto, tus sueños.
Psicología/Lorena Vara González
https://lamenteesmaravillosa.com

domingo, 11 de septiembre de 2016

Si te escondes. . .



Si te escondes, te borras del mundo…
Si lo escondes, te estalla en la cara, te deja seco cuando empiezas a andar hacia el que crees que es tu destino.
►No hay destino dulce para quien no saca la basura del pasado.
Si te lo callas, se te acumula dentro y se hace una cabaña, una casa, un palacio que crece y lo conquista todo a su alrededor.
Si te quema, siempre queda una brasa, siempre te perfora porque no lo sueltas…
Cuando te aferras a algo, se te pega, se te impregna y ocupa tu lugar. Habla por ti. Sueña por ti. Decide por ti. Todo lo que cargas y arrastras, se pone tus zapatos y ocupa tu vida. Se cuelga tus medallas, bebe tus copas, besa a tus amantes y sale a pasear con los tuyos al lado del mar.
Lo que asfixias y sofocas, encuentra salida. Desborda el cauce, llega al mar, arrastra tu conciencia, tus recuerdos hermosos, tus ilusiones reprimidas… El dolor siempre supura, siempre busca salida, siempre se dibuja en las facciones… Siempre araña tus paredes interiores con sus garras exhaustas de querer liberar…
Lo que no quieres ver siempre brilla más, siempre grita más, siempre huele tanto que aturde tus sentidos… Su aroma intenso se cuela en tus poros, invade tu ser y te obliga a mirar.
Y si no lo miras, te sujeta de la garganta, te comprime el pecho y te invade los ojos hasta que te llega el mensaje “estoy aquí”. Y siempre está, aún cuando lo evitas y buscas caminos donde no encontrarlo…
Cuanto más cierras lo ojos más aparece en tus pensamientos…
Cuanto más lo esquivas, más vuelve a ti.
Cuanto menos pronuncias su nombre, más reverbera en tus oídos.
Si lo niegas, se reafirma.
Si lo pisas, crece.
Si lo escondes, se convierte en gigante.
Devora tus lamentos… Tus quejas lo hacen enorme, rotundo, macizo… Lo engordan hasta estallar. Y cuando estalla, se dispersa y subyace en todo, lo cubre todo de imposibles y te niega, te paraliza, te convierte en invisible.
La única forma de vencerlo es tocarlo. Es acercarse, mirarlo a la cara, encajar lo que dice, escuchar sus palabras, aprender sus lecciones y dejarlo marchar.
Tomar las riendas y domar a la bestia. Montarse en sus penas y susurrarle al oído que es la hora de dejar de llorar. Calmar su sed, abrigar su frío… Cogerla de la mano y compartir sus miedos.
Abrir la cerca e invitarla de salir. Que salga, que corra, que vaya lejos y que vuelva cuando ya no le quede una pizca de dolor…
Huir es siempre postergar el dolor, adormecer al miedo para que no grite… Cerrar la herida en falso sin limpiar, tapiar sin sacar la basura… Reír sin haber sacado las lágrimas acumuladas… Empezar de nuevo sin antes haber podido acabar…
No puedes comprometerte contigo mismo si todavía no te amas.
No puedes amarte sin no conoces, si no te perdonas.
No puedes perdonarte si te escondes.
                                                                                                                                Merce Roura
https://mercerou.wordpress.com


sábado, 10 de septiembre de 2016

Reiki para animales


Cada vez es mayor el interés y el conocimiento por los cuerpos no físicos de los animales, especialmente de aquellos con quienes convivimos y compartimos nuestra existencia. De hecho, el post más comentado de este blog es “¿A dónde van los animales cuando mueren?” sobre espiritualidad y reino animal.
En esta línea, la Dra. Lucila Ferrini, médica veterinaria homeópata / naturópata argentina, nos habla en este artículo sobre el reiki y las terapias energéticas en su consulta diaria.


Estamos transitando una etapa de la vida donde todo lo natural, verde, ecológico, entre otras cosas, hace furor. Buscamos una alimentación mejor para nuestras familias, acercarnos a yoga, meditación y relajarnos para poder escaparle a las enfermedades.  Hoy vengo a contarles, como veterinaria, que tenemos muchas terapias naturales para cuidar a nuestras mascotas de una forma más saludable. A pesar que habitualmente nos ocupamos de sus necesidades básicas como alimentación, paseos y veterinaria, es preciso que atendamos su esencia en forma holística. Hoy, le tocarà el turno al Reiki, como el titulo lo anticipaba.
Para los conocedores de esta bella disciplina, les gustara saber que también pueden ayudar a sus animales, pero para los que no entienden de qué trata, es un buen momento para iniciarse.
Reiki es una palabra de origen japonés que significa: Rei (universal, referido a la parte espiritual) y Ki (energía o fuerza vital individual). Un buen resumen sería: estamos frente a una Energía Espiritual. Se trata de una herramienta que todos poseemos en nuestro interior desde el nacimiento. La  utilizamos para que en la práctica en cualquier ser vivo, ya sean animales y plantas, se pueda retornar a su estado original o de conciencia. Los animales poseen no solo un cuerpo físico sino que también tienen un cuerpo emocional, energético y espiritual , donde guardan su memoria afectiva con recuerdos de maltratos, abandonos y miedos que deben ser atendidos igual que una herida en una urgencia veterinaria.
Debemos aclarar que no se trata de una promesa de curación, sino que mediante el equilibrio del sistema energético de nuestro paciente podremos obtener mejores resultados en todos los tratamientos naturales o convencionales para aliviar dolores físicos, disminuir miedos, bajar el estrés o la intensidad de gruñidos, entre otros. Ayuda a que los cambios se acepten con mayor facilidad. De normal  actúa de manera rápida en casos agudos y en un modo más lento de cara a los crónicos. Se trata de una terapia no invasiva, indolora y sin contraindicaciones.
No debemos olvidar que durante una sesión con animales, los maestros de esta técnica son ellos mismos. No es necesario someterlos. Nuestros compañeros peludos solos van a querer o no la sesión. A veces, cuando creemos que es un  buen momento, para ellos no lo es y se alejarán o acercarán a nosotros según lo deseen o sientan. Pueden simplemente rechazarnos o acercarse, aunque solo sea por curiosidad y, al notar que les alivia, quedarse a nuestro lado.
Los dueños pueden presenciar la sesión y hasta participar de ella, ayudando con su propia energía. Todo lo que ocurra durante una sesión será beneficioso para el animal. Otra creencia que debemos desmitificar es que no es necesario “aplastarlo bajo mis manos”, puede permanecer en el mismo ambiente ya sea cerca o lejos de mí. Normalmente, con varias sesiones, ya reconoce que esa persona algún bien le está causando y los cambios  de actitudes se observan rápidamente. Los tratamientos suelen durar entre 30 y 60 minutos, según lo requiera el animal, donde veremos suspiros, bostezos  o profundos sueños.
Espero haberles dado una nueva visión, más global, para equilibrar la salud de tu compañero.
¿Se animan al cambio?
Por Dra. Lucila Ferrini
Médica veterinaria Homeópata / Naturópata
www.sanaanimalia.com
http://www.elblogalternativo.com/