viernes, 19 de agosto de 2016

Comprende por qué los “Secretos Familiares” producen enfermedades



Alejandro Jodorowsky dice que un árbol sano es aquel que produce frutos dulces y nutritivos, aunque en su apariencia externa sea un árbol “torcido”. En cambio un árbol majestuoso que produce frutos “tóxicos” es un árbol enfermo.

Sanar es traicionar la intención primitiva de nuestro árbol genealógico, decir no, romper el contrato de mantenimiento neurótico del árbol. En palabras de Alejandro Jodorowsky: “La sanación del árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma positiva”

¿Qué es la familia?

La familia es lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es una generación de vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos.

¿Yo soy mi familia?

Recordemos que desde la perspectiva de la metagenealogía cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas. Desde esta perspectiva, consideramos que los secretos guardados en una generación son un manantial insano de traumas y conflictos para los que lleguen detrás.

¿Hay alguna relación entre la enfermedad y los secretos familiares?

La relación entre enfermedad y secretos familiares se hace bastante evidente en el estudio de los árboles genealógicos. La familia es como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos… Así, la enfermedad no es la solución del problema, sino una invitación a enfrentar un conflicto familiar que se ha mantenido secreto. Como escribió Françoise Dolto: “Lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo.”

¿Qué cosas, a nivel psicogenealógico, vamos cargando en el cuerpo?

En el lado derecho… está la herencia paterna, Lado izquierdo…herencia materna, El vientre…la madre, Problemas de espalda…cargas a los padres, Padres divorciados, o separados…puntas de los pies se separan Miedo a la sexualidad…pelvis movida hacia atrás, No te han amado…pecho endurecido e insensible.

¿Si no uso palabras para expresar mi dolor, lo expresaré con mi cuerpo?

Anne Ancelin Schützenberger lo ha estudiado a fondo: “Los duelos no hechos, las lágrimas no derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes.“Lo que no se expresa con palabras se expresa con dolores”. O por accidentes, como el caso de una biznieta que pierde su virginidad por accidente a los siete años (jugando al salto de pértiga) y estudiando su árbol, descubre que su bisabuela fue fruto de una violación, concebida en la misma fecha que ocurrió el episodio.

¿Cómo se pueden observar los secretos en el árbol genealógico?

Cuando el árbol quiere desvelarte un secreto, crea una estructura, algo que se repite, con eso pretende llamar tu atención. Por ejemplo una fecha que se repite, un estilo de elección de la pareja, unos accidentes con ingredientes similares. Estos secretos se guardan por vergüenza, por pudor, por proteger a los niños o autoprotegerse ante la sociedad.

¿Dónde se sitúan esos secretos?

Cada secreto que tenemos está en el estrato que le corresponde (los cuatro egos):

       Mis ideas locas secretas, podemos identificarlas en el nivel de mis bisabuelos
       Mis emociones secretas, están en mis abuelos
       Mis secretos sexuales-creativos, están en mis padres
       Mis secretos materiales, de territorio, están en mis hermanos

Cuando el secreto lo porta un miembro de la familia, éste lo vive como un cuerpo extraño y molesto, su cuerpo lo vive como un tumor o un bolo alimenticio que tiene que salir a fuera. Nunca debemos contar secretos a los niños, es un Abuso con mayúsculas.

Sabemos además el poder de la comunicación no verbal, si alguien delante de ti se calla una información importante, se delatará tarde o temprano con algún gesto inconsciente. Freud decía que “Aquel cuyos labios callan, conversa con la punta de los dedos. Se traiciona por todos los poros”.

Claudine Vegh decía: “Vale más saber una verdad, aún cuando sea difícil, vergonzosa o trágica, que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto, se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.

Los secretos hay que airearlos si son del presente, de la manera más adecuada y en el momento más propicio, o sanarlos con la psicomagia si son del pasado. Una herramienta útil es dibujar el árbol sanado: se trata de hacer una obra en la que representemos a todos los miembros, con dibujos o fotografías pegadas a modo de collage. A cada uno le pondremos su finalidad cumplida, todo aquello que les damos nos lo damos a nosotros mismos, y ahí aparecerán todos los secretos convertidos en bendiciones.

El árbol guarda secretos, al tiempo que puede intentar desvelarlos. En todo árbol aparece en un momento determinado un héroe, el que lo sana y se sana, aquel que se atreve a construir el árbol genealógico. No existen los árboles sanos porque vivimos en una sociedad enferma.

“La sanación del árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma positiva”

Por Alejandro Jodorowsky


miércoles, 17 de agosto de 2016

Aforismos del sabio chino Huanchu Daoren‏


El nombre del pensador que nos ocupa significa literalmente “adepto taoísta que retorna al origen”. Es un pseudónimo que el erudito Hong Yingming adoptó cuando a edad avanzada inició una sencilla y retirada vida en el campo (a finales del s.XVI/principios del s.XVII). Redactó entonces un conjunto de meditaciones que, aludiendo metafóricamente a su purificadora experiencia vital, tituló “Discurso sobre las raíces de los vegetales”; el cultivo de los vegetales requiere paciencia, austeridad y calma, que son también virtudes esenciales para el desarrollo de la sabiduría en el ser humano.

Los numerosos aforismos que aquí les presentamos han sido seleccionados de esa obra, cuyo contenido posee elementos del taoísmo así como del confucianismo y el budismo chan (zen). Hablamos de un pensamiento fundamentalmente práctico, cercano al presente cotidiano, que se hace cargo de un mundo en constante cambio. De ahí el frecuente uso de “contrarios relativos”: una cosa se define por su opuesto, no se puede dar sin él; ambos son partes de un mismo proceso universal. Por ello, nuestra actitud al leer a Huanchu Daoren no debe ser la de una curioso conocedor (sujeto) que se coloca frente a algo que va a conocer (objeto); no hay oposición real, sino encuentro entre iguales que no podrían ser sin el otro en este momento presente. En consecuencia, sus palabras no son una fuente de información, sino de transformación (constante). Nos muestran una vida tranquila y en armonía con la naturaleza, llena de desapego hacia los deseos y radical libertad. Nada más y nada menos. 

Pasen y -con sencillez y calma- lean:

Cuando estás apegado al mundo sólo ligeramente, ligero es también el efecto del mundo sobre ti. Cuando estás intensamente envuelto en ocupaciones diversas, sus enredos también se intensifican. Así pues, para las personas iluminadas, la simplicidad es superior al refinamiento, y la libertad preferible al cumplimiento de las formas.

Una oruga en la basura es algo sucio, pero se transforma en una cigarra que sorbe rocío en la brisa otoñal. Las plantas enterradas no tienen prestancia, pero se transforman en brillo resplandeciente a la luz de la luna estival. Así, sabemos que la pureza surge de la impureza, y que la luz nace de la oscuridad.

A quienes se aproximen a ti con riquezas, respóndeles con compasión. A quienes se acerquen a ti con su rango, respóndeles con justicia. Las personas iluminadas no son prisioneras de los que mandan. Cuando alguien está decidido, puede superar el destino; cuando la mente está unificada, moviliza la energía. Las personas iluminadas no permiten que ni siquiera la naturaleza las encasille en un molde.

Existe una gran compasión en todo el mundo; un Buda y un carnicero no poseen mentes diferentes. Existe un gozo real en todas partes, tanto en una lujosa mansión como en una humilde choza. Es sólo cuando uno se ve invadido por los deseos y bloqueado por los sentimientos, cuando se pierde lo que realmente está presente; y esto crea toda la diferencia en el mundo.

No pienses en cualquier servicio que hayas podido hacer a los demás; piensa en lo que has podido hacer para ofenderles. No olvides lo que otros han hecho por ti; olvida aquello en lo que otros te han ofendido.

Cuando los que hacen obras de caridad las hacen sin sentimiento de autosatisfacción y sin pensamientos de recompensa, incluso una pequeña donación es grande. Cuando los que ayudan a los demás calculan su propio sacrificio y piden gratitud y recompensa, incluso una gran donación es pequeña.

Quienes leen libros pero no ven la sabiduría de los sabios son esclavos de la letra. Quienes trabajan en oficinas públicas y no aman a la gente son ladrones que roban el salario. Quienes enseñan pero no practican lo que enseñan son meros charlatanes. Quienes intentan hacer un trabajo con éxito sin considerar el desarrollo del carácter lo encontrarán sin sustancia.

Si temes que la gente sepa que has hecho algo malo, hay algo bueno en lo malo. Si estás ansioso porque la gente sepa que has hecho algo bueno, entonces hay algo malo en lo bueno.

Amplio es el camino de la verdad; establece tu mente en él y sentirás una apertura expansiva y una vasta claridad. Estrecho es el camino de los deseos humanos; si pones tus pies en él, verás zarzas y lodo ante ti.

Ha de vaciarse la mente, pues sólo en una mente vacía entra la verdad. Ha de llenarse la mente, pues cuando está llena no entra en ella el deseo de cosas.

Los ojos y los oídos, al ver y al oír, son saqueadores externos; las emociones, lo deseos y las opiniones son saqueadores internos. Mas si está despierta y alerta la mente interna, y se mantiene a distancia en medio de todos ellos, estos saqueadores cambian entonces y se convierten en miembros del hogar.

El verdadero vacío no esta vacío; aferrarse a las apariencias no es la realidad, ni tampoco el negarlas. ¿Cómo comunicó esto el Buda?: “Permanece en el mundo, pero más allá del mundo”. Es doloroso perseguir los deseos, pero también lo es detenerlos totalmente. Depende de nosotros cultivarnos con destreza.

Cuando el viento llega al bambú esparcido, éste no conserva su sonido cuando el viento ha pasado. Cuando los patos salvajes atraviesan un pequeño lago frío, éste no retiene su reflejo cuando ya se han ido. Del mismo modo, las mentes de las personas iluminadas se hacen y se manifiestan cuando ocurren los acontecimientos y quedan de nuevo vacías cuando éstos han terminado.

Contar con el éxito todavía no alcanzado no es tan provechoso como preservar el trabajo ya realizado. Lamentar errores pasados no es tan útil como prevenir futuras equivocaciones.

La tranquilidad en medio de la quietud no es verdadera tranquilidad; cuando puedes estar tranquilo en medio de la acción, éste es el verdadero estado de la naturaleza. La felicidad en la comodidad no es verdadera felicidad; cuando puedes ser feliz en medio de la adversidad, entonces ves el verdadero potencial de la mente.

Cuando el destino me desaira en términos de prosperidad, respondo enriqueciendo mi virtud. Cuando el destino me maltrata físicamente, me recompongo liberando mi mente. Cuando el destino me obstaculiza a través de las circunstancias, las atravieso elevando mi manera de vivir. ¿Qué puede hacerme así el destino?

Cuando estás en medio de la adversidad, todo lo que te rodea es una especie de medicina que te ayuda a afinar tu conducta, aunque no te des cuenta de ello. En las situaciones agradables, te enfrentas a armas que te despedazarán, aunque no seas consciente de ello.

En relación a las manifestaciones efímeras, incluso el cuerpo es transitorio, por no hablar de la fama , la riqueza y la posición social. En relación con la realidad, todos los seres son un solo ser, por no hablar de los miembros de la familia. Si las personas son capaces de ver a través de lo efímero y reconocer lo real, pueden entonces hacerse cargo de grandes responsabilidades, y al mismo tiempo estar libres de las ataduras del mundo.

Tal vez el universo pueda existir indefinidamente, pero este cuerpo no obtiene una segunda oportunidad; la vida humana sólo dura cien años en el mejor de los casos y los días presentes se deslizan fácilmente. Quienes viven felices conocen la alegría de poseer la vida y recuerdan la pena de desperdiciarla.

Donde hay belleza, inevitablemente hay fealdad como contraste. Si no estás orgulloso de tu propia belleza, ¿cómo puedes considerarte feo? Donde hay pureza, se da la corrupción como su opuesto. Si no anhelas la pureza ¿quién puede corromperte?

Cuando el agua no está turbia, está tranquila de manera natural. Cuando un espejo no está empañado, es claro por sí mismo. Así, la mente no tiene por qué limpiarse: libérate de lo que la ensucia y su claridad aparecerá de manera espontánea. El gozo no necesita ser buscado: libérate de lo que te duele y aquél aparecerá de manera natural.

Quienes confían en los demás descubrirán que no todo el mundo es necesariamente sincero, pero ellos mismos ya son sinceros. Quienes desconfían de los demás descubrirán que no todo el mundo necesariamente los engaña, pero ya se han convertido ellos mismos en mentirosos.

La sustancia de la mente es la sustancia del cielo. Un pensamiento feliz es una estrella de buen augurio o una nube de felicidad. Un pensamiento de cólera es una tormenta de truenos o un violento aguacero. Un pensamiento amable es una brisa gentil o un dulce rocío. Un pensamiento severo es un fiero sol o una helada de otoño. ¿Cuáles de estas cosas pueden eliminarse? Déjalos pasar a medida que surgen, abierto y sin resistirte, y tu mente se fundirá con el vasto cielo.

Cuando la gente ocupa posiciones de poder y puestos importantes, su comportamiento ha de ser estricto y claro, mientras que su estado de mente debe ser amable y sereno. No dejes que un poco de desidia te acerque a grupos de personas que se miran el ombligo; y no permitas que un exceso de intensidad te precipite en el veneno de los malvados.

Vanagloriarse del propio trabajo o exhibir los propios logros literarios es basar la persona que uno es en cosas externas. Quienes lo hace no saben que la sustancia de la mente es brillante tal como es y, mientras no se pierda, uno puede carecer totalmente de capacitaciones y formación y, sin embargo, ser una persona extraordinariamente exquisita.

Cuando te hallas en posiciones de prosperidad y de alta posición social, has de conocer las miserias de los pobres y de los de abajo. Cuando eres joven y fuerte, has de recordar los dolores de los viejos y débiles.

La enfermedad de caer en los deseos puede ser tratada, pero la enfermedad de aferrarse a principios abstractos es difícil de curar. Los obstáculos que presentan los acontecimientos y las cosas pueden eliminarse, pero los que presentan los principios sociales son difíciles de eliminar.

Las personas sabias no tienen pensamientos o preocupaciones, mientras que las personas ignorantes no poseen conocimientos; ambas clases de personas pueden ser compañeras de estudios o negocios. Son sólo los intelectuales mediocres quienes piensan demasiado y poseen demasiada información, de manera que tienen mucho en lo que pensar y muchas dudas; como consecuencia, es difícil hacer absolutamente nada con ellos.

La longitud y la brevedad del tiempo dependen de un solo pensamiento; la amplitud o estrechez del espacio depende del corazón. Así, para quien posee una mente libre, un día es más largo que mil años; para quien posee una mente amplia, una pequeña habitación es más vasta que todo el cielo y la tierra.

Los sentimientos humanos y las condiciones sociales son muy veleidosos y no deben ser tomados demasiado en serio. Un filósofo dijo: “Lo que llamaste ‘yo’ antes es ahora otra persona. Me pregunto qué ‘yo’ actual pertenecerá al futuro”. Si las personas se hacen esta reflexión de vez en cuando, pueden desatascar sus corazones.

Cuando un pez se precipita en el agua, no piensa en ella; cuando los pájaros vuelan sobre la brisa, no toman en cuenta que existe una brisa. Toma conciencia de esto y podrás trascender el peso de las cosas y disfrutar su potencial natural.

Todo lo que le ocurra espontáneamente a tu mente está bien. Sólo cuando las cosas surgen de manera natural, puedes ver su potencial real. Si le añades cualquier ajuste o arreglo, desaparece la armonía. Uno de los poetas inmortales decía: “La mente está a gusto siempre que esté libre de preocupaciones; la brisa es clara cuando sopla de acuerdo con la naturaleza”.

Quienes saben cambiar las cosas por sí mismos, no se regocijan con la ganancia ni se lamentan de la pérdida; el mundo entero es el espacio por donde pasean. Quienes son utilizados por las cosas odian que los acontecimientos vayan en su contra y adoran que vayan a su favor; la cosa más insignificante puede crear ataduras.

Quienes aman la tranquilidad y no aprecian el estruendo tienden a evitar a la gente para buscar la calma. No saben que es egoísmo desear que no haya nadie alrededor; y cuando la mente está apegada a la calma, esto mismo constituye la raíz de la agitación. ¿Cómo pueden alcanzar el estado en el que se ve a los demás y a uno mismo como uno solo, y en el que la agitación y calma se olvidan?

Cuando la gente del mundo se enreda y se ata al prestigio y al poder, está lista para llamar al mundo material un mar de desdicha. No se dan cuenta de la blancura de las nieves o del verdor de las montañas, del curso del río o de la situación de las rocas, y de las respuesta de los valles a las canciones de los leñadores. El mundo no es material, el mar de la vida no es desdicha: simplemente hacen sus mentes materialistas y desdichadas.

La vida humana es como una marioneta. Mantén simplemente los hilos en la mano, para que ni un solo hilo se enrede y puedas dar vueltas y vueltas con libertad, y la acción y la respuesta dependan de ti y no estén sujetas al más mínimo control de cualquier otro. Entonces trasciendes este escenario de la realidad.


(Fuente: “Retorno a los orígenes. Reflexiones sobre el Tao”, de Huanchu Daoren; editorial Edaf)

Fortalezas y debilidades desde la Psicología Positiva‏



¿Qué se puede decir de las fortalezas y debilidades desde la Psicología Positiva? Las fortalezas es uno de los tópicos que más atrae a quienes se interesan en Psicología Positiva, ¿pero qué señala esta ciencia acerca de la relación entre las fortalezas y la salud psico-física? ¿Y las debilidades, aquellos aspectos de nosotros mismos que nos gustaría cambiar? Sin duda ambas deben ser atendidas pero por motivos diferentes. Veamos por qué.

Las fortalezas son patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento energizantes y genuinos para la persona, que le permiten poner en práctica su mejor desempeño. Son genuinos por ser característicos y descriptivos del individuo y energizantes por provocar entusiasmo y devolver una imagen positiva del sujeto.

Las fortalezas son rasgos que implican voluntad y salen a escena en variadas situaciones. Por ejemplo, el valor para tomar decisiones importantes y enfrentar situaciones aún sintiendo miedo, la amabilidad, el sentido del humor que en situaciones estresantes suele ser una válvula de escape. ¿Por qué implican voluntad? Porque para desarrollar o aprovechar fortalezas es necesario que la persona quiera trabajar en ello. Ésto las diferencia de las capacidades o el talento, que es tener facilidad para hacer algo como destacarse en algún deporte por ejemplo, donde si bien se puede entrenar debe existir una base innata.


¿Por qué nos cuesta tanto enfocarnos en las fortalezas?

Desde un punto de visita evolutivo, estamos predispuestos a mantenernos alerta ante posibles dificultades. Los problemas suelen ejercer una considerable en presión emocional. Este focalizarse sólo en lo que no hay o en lo que desearíamos cambiar, quita visibilidad a las fortalezas personales, esos que recursos propios con los que todos contamos.

Paralelamente, nuestra cultura nos dice que debemos ser humildes y que serlo significa no decir ni poner mucha atención en aquellos aspectos de nuestra personalidad que nos gustan y nos hacen sentir orgullosos. Sin embargo, el reconocerlos y aprovecharlos comprende numerosos beneficios.


Efectos sobre la salud

La Psicología Positiva, ha identificado científicamente las consecuencias que distintas fortalezas personales tienen sobre la salud psico-física. El identificar las propias fortalezas se asocia con tasas menores de depresión y mayores niveles de satisfacción. El humor, la valentía y la amabilidad (ver clasificación de Seligman y Peterson) se encontraron asociadas a un mejor y más rápido proceso de recuperación ante enfermedades. Niveles altos de optimismo, gratitud y perdón se traducen en tasas más bajas de ansiedad social. Sólo por citar algunos ejemplos.


¿Qué pasa con aquellos aspectos de la personalidad que nos significan un problema?

Recientemente compartí en las redes sociales, una metáfora bastante ilustrativa al respecto que el coach Robert Biswas-Diener incluye en su libro "Practicando Coaching de Psicología Positiva".

"Imagina que estás en el mar en un bote de vela. Pero, desafortunadamente, tienes una filtración. Llamemos a esa filtración 'tu punto débil'. Ahora, si tienes un mínimo de sentido común, no ignorarás ese punto débil, esa filtración, ¡porque te hundirás! Yo te animo a que atiendas esa filtración. De hecho, es crítico que lo hagas. En el mundo real nuestras filtraciones - nuestros puntos débiles - pueden hacernos zozobrar o hundirnos a menos que los atendamos. Entonces, sí, pon esfuerzo en detener esa filtración. Habiéndote encargado de ella debes entender algo muy importante: incluso si la detienes 100%, ¡todavía no serás capaz de llegar a ninguna parte! Son las velas de tu bote - tus fortalezas en este caso - las que en realidad te impulsarán hacia adelante. Debes encargarte de tu filtración para prevenir que te hundas, pero necesitas izar tus velas para aprovechar un viento favorable y moverte hacia adelante. Enfocarte sólo en tus fortalezas o sólo en tus debilidades no es suficiente."


Es interesante notar cómo el panorama cambia cuando de las metas a las que aspiramos o de las cosas que valoramos se trata. Ahí sí miramos hacia nuestros recursos internos, porque sabemos que son ellos los que necesitamos para alcanzarlas. Cuando logramos aprovechar y ponernos en sintonía con nuestras fortalezas sentimos que las cosas fluyen, entendemos y estamos conectados con el significado de lo que hacemos. 

La Psicología Positiva como ciencia no ignora las debilidades del consultante ni sus problemas, sino que ofrece una mirada nueva sobre cómo abordar al sujeto en su totalidad.

Psicología/Pilar Naveira