domingo, 14 de agosto de 2016

Aprende a ser tú




Tal vez te preguntas a menudo por qué no llegas a tus metas. Por qué siempre que ya estás tocando el cielo, parece que se cierran las compuertas y alguien cuelga el letrero de “aforo completo”. Y tú nunca entras en él. . .

Examinas todo lo que haces, cada día. Cada paso, cada uno de los puntos de la lista de listas que te has confeccionado para poder seguir, para no perder de vista tus objetivos.

He notado eso que sientes. Esa sensación de tenerlo vetado. De quedarse a un suspiro de tu sueño y sentir como huele mientras otros lo degustan. He sentido esa rabia contenida que tan sólo sirve para contracturarse la espalda y notar un dolor de estómago terrible…Para amargarse y culparse a uno mismo y a otros de tus fracasos.

He dormido con la sensación de ser invisible y me he despertado sin encontrarme la risa. He sentido que el mundo giraba  al revés mientras yo corría hacia la meta y parecía que estaba quieta… Que era un eterno segundón. Con la sensación de tener el deseo y el talento suficientes pero quedarme al otro lado de la línea. De ponerme a volar y, de repente,  tocar techo y no descubrir por qué. Esa certeza de creer que tu vida no es tuya y hagas lo que hagas eso nunca cambiará. . .  Que el éxito te esquiva y la fortuna se ríe de ti.

Sí, yo también he buscado en mil libros. Me han resucitado las ganas entre sus palabras. . . He aprendido mucho de ellos mientras me buscaba a mí misma. He escuchado a mil sabios. . . Algunos de ellos me han regalado una parte del mapa que me faltaba para llegar a ese tesoro que es mi esencia, mi coherencia. . .

Y he andado mil caminos. Algunos de ellos ni tan sólo sé cómo he osado pisarlos, de dónde he sacado el valor para sondearlos, cómo he soportado la soledad inmensa que me han impregnado. . . Aunque me han llevado a mil respuestas y han cambiado mis preguntas por otras preguntas nuevas. . .

Y el final del camino, siempre eres tú mismo. La meta lleva tu cara. La respuesta a la pregunta es tú. . . El por qué tiene tu nombre.

Siempre. Lo que hoy no logramos entender es lo que ayer decidimos no conocer o no preguntar. Lo que ahora no logramos es lo que ayer pensamos que no nos pertenecía.

Lo que no vivimos es aquella experiencia que un día, sin casi darnos cuenta, decidimos que no nos merecíamos.

Somos el resultado de lo que hicimos y dejamos por hacer. . .

Cada uno de nosotros lleva ocultas dentro las claves para despejar las incógnitas de su camino. Somos el fruto de nuestras decisiones pasadas, de las presentes. . . Y llevamos en la cara dibujadas las decisiones futuras que ya sabemos que vamos a tomar y que nos recortan la esencia, la felicidad, la vida.

Somos un amasijo de normas autoadjudicadas que cada día nos coagulan las acciones. Llevamos en los huesos nuestras emociones comprimidas. . . Nuestros lamentos y quejas circulan por nuestras arterias y definen nuestros gestos, nuestros actos, nuestras ilusiones. . .

Cuando soñamos, nos achican los sueños porque intentan convertirlos en asequibles, en probables, en realidades que no nos decepcionen… Nos protegemos de nosotros mismos hasta el extremo de anularnos, de traicionarnos.
Cuando caminamos, esos pensamientos prefabricados nos cansan, nos paralizan.

Cuando razonamos, nos limitan, nos dibujan un círculo para que no salgamos de él y tengamos pensamientos viciados, corrompidos. . . Los pensamientos cortos de un niño que piensa que no podrá y no puede.
Cuando llegamos a la esquina de nuestro sueño y vamos tocarlo, lo apartan, lo envían lejos y se  nos agarrotan los dedos . . .

Y ni siquiera nos damos cuenta de cuánto nos reprimimos y recortamos. De esos esquemas que repetimos siempre, esas conductas reiteradas. . . Y cuando nos preguntamos por qué, la lista de razones del fracaso viene dictada por nuestros miedos, por nuestros pensamientos rancios, por unos parámetros de conciencia que nos reprimen y hacen menguar.

Y un día, descubres que eres siempre el segundo porque en tu mundo, en tus pensamientos, siempre has imaginado que no mereces más. . .  Porque no confías en ti.

Porque te visualizas siempre a un metro de la meta.

Porque no te sueñas llegando al final ni te emocionas al pensar que podrás. . .
Porque te crees que no eres la persona que consigue lo que tú deseas y cada día te alejas más de ti.

Porque no aceptas lo bueno que te da la vida, porque no lo ves.

Porque creaste una imagen de ti demasiado pequeña para el tamaño de tus sueños y no te la has cuestionado nunca.

Porque hace mucho tiempo te programaste para resistir, para sobrevivir y dejaste que tus temores e inseguridades escribieran tus normas secretas, que quedaron marcadas a fuego en ti. . .

Y sigues obedeciendo a ese programa, aunque eso te supone perder alegría, soltar vida, amarrarte a una versión de ti mismo que no te representa.

La respuesta está dentro de ti. Y no sabes cómo sacarla, cómo encontrar la manera de empezar otra vez, de pensar distinto, de construir nuevos esquemas y empezar a soñar de verdad. . .

¡Cuánto trabajo por hacer!
¡Cuántos límites por borrar!

Sacar tu esencia de entre la maraña de normas absurdas. . . Reescribirte, reautentificarte, redibujarte. . .  Desaprender y empezar a vivir.

¡Qué complicado y qué apasionante!

No hay nada malo en el ser el segundo, ni el último. . .

Lo importante es no resignarse a una vida que no te llena y no renunciar a ser tú.



Merce Roura

viernes, 12 de agosto de 2016

La meditación mejora las capacidades cognitivas en cuatro días

Un equipo de psicólogos norteamericanos ha constatado en un experimento que la técnica de la meditación puede mejorar las capacidades cognitivas, en tan sólo cuatro días de práctica. Más de 60 personas participaron en el experimento, que consistió en meditar durante breves periodos de tiempo. Los tests que se les realizaron a los participantes posteriormente demostraron que éstos habían mejorado de manera significativa sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas. Los científicos sugieren que estos resultados demuestran que nuestra mente puede ser modificada con facilidad


Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (UNCC), Estados Unidos, ha revelado que tan sólo un rato corto de meditación durante pocos días los seres humanos podemos aumentar nuestras capacidades cognitivas. En investigaciones previas realizadas con tecnología de registro de imágenes de la actividad neuronal se había demostrado ya que la meditación puede producir cambios significativos en áreas del cerebro relacionadas con la concentración Sin embargo, hasta el momento se creía que, para conseguir estos cambios, se necesitaba un entrenamiento severo en las técnicas meditativas. 

Rápido y sencillo

Según publica la UNCC en un comunicado, la presente investigación, realizada por el psicólogo de dicha universidad, Fadel Zeidan, y sus colaboradores, sugiere que la mente puede ser entrenada cognitivamente de forma rápida y sencilla. Los investigadores analizaron los efectos de una técnica de meditación conocida como “mindfulness”, que consiste en tomar una actitud de atención y conciencia plena, de presencia atenta y reflexiva. La meditación mindfulness consiste, por tanto, en el esfuerzo por centrarse en el momento presente de forma activa y reflexiva. Los participantes en el estudio practicaron este tipo de meditación durante sólo cuatro días, y durante 20 minutos cada uno de estos días. 

Tras este periodo de tiempo se constató un significativo aumento en sus habilidades cognitivas clave: los participantes puntuaron mucho más alto en tests de cognición que otras personas de un grupo de control que no había meditado. Según Zeidan, los resultados de estos tests fueron similares a los documentados en otras investigaciones, en las que los participantes habían estado meditando durante más tiempo. Zeidan señala que la profunda mejoría cognitiva constatada en los participantes tras sólo cuatro días de entrenamiento en la meditación resultó realmente sorprendente y sugiere que la mente es, de hecho, fácilmente transformable e influenciable, especialmente con esta técnica de concentración. 

Mejora sorprendente

En el experimento realizado participaron 63 estudiantes, 49 de los cuales completaron la investigación. Los participantes fueron organizados de forma aleatoria y equivalente en dos grupos. Uno de ellos, se dedicó a meditar, mientras que al otro grupo se le pidió que escuchara durante periodos equivalentes de tiempo la lectura de un libro, El Hobbit, de J.R.R. Tolkein. Según explican los investigadores en un artículo aparecido en la revista Pub.Med, antes y después de las sesiones de meditación y de lectura, los estudiantes fueron sometidos a una gran cantidad de tests, con los que se evaluaron su estado de ánimo, su fluidez verbal, su procesamiento visual y su memoria de trabajo. Ambos grupos presentaron resultados similares en estos tests al inicio del experimento, y ambos mejoraron sus resultados en lo que a estado de ánimo se refiere, después de los ejercicios de meditación y de los de lectura. 

Sin embargo, el grupo que se dedicó a la meditación puntuó mucho más alto como media que el otro grupo en los tets sobre capacidades cognitivas, y hasta diez veces más alto que dicho grupo en tareas en las que los participantes tenían que procesar información bajo la presión de hacerlo en un tiempo limitado (capacidad de concentración cuando se tiene otra información en la mente). En las pruebas se demostró, en concreto, que los participantes que habían practicado la meditación durante cuatro días habían mejorado notablemente sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas (conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente). 

Capacidad de modificar la mente 

Zeidan señala que habrá que hacer más estudios en adelante para confirmar los cambios cerebrales a raíz de estos breves periodos de meditación que los tests han indicado. Aún así, el investigador considera que los resultados obtenidos en el experimento evidencian ya con claridad nuestra capacidad para modificar nuestra propia mente y mejorar nuestra cognición en unos pocos días. Los participantes practicaron la meditación mindfulness con la ayuda de un entrenador, que les enseñó a relajarse, con los ojos cerrados, y a centrar al mismo tiempo su atención en el movimiento de sus respiraciones. Si algún pensamiento llegaba a los estudiantes durante este proceso, el entrenador les indicó que sólo debían dejarlo pasar, sin concentrarse en él, y luego volver a las sensaciones de la respiración. 

Los beneficios inmediatos de la meditación para nuestras habilidades cognitivas han sido también demostrados por científicos de la Universidad Tecnológica de Dalian, en China, que en 2009 publicaron los resultados de una investigación en la que se demostró que otra técnica meditativa, conocida como “integrative body-mind training” (IBMT) puede producir cambios mensurables en la atención y reducir los niveles de estrés, en tan sólo cinco días de práctica, 20 minutos cada día. En este estudio participaron 86 estudiantes de dicha universidad, y se aplicaron diversas tecnologías (como exploraciones de resonancia magnética funcional del cerebro), que permitieron demostrar que la IBMT potencia las relaciones entre la estructura del sistema nervioso central, la corteza cingulada anterior del cerebro y el sistema nervioso parasimpático, lo que a su vez potencia la conexión mente-cerebro. 

►Las imágenes tomadas del cerebro de aquéllos que habían practicado la IBMT mostraron diferencias radicales con respecto a otro grupo de participantes que había realizado otras prácticas de relajación.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Darse cuenta. . .

Este cuento “Darse cuenta” - del libro “Cuentos para pensar”- está inspirado en un poema de un monje tibetano - Rimpoche - y reescrito por Jorge Bucay para mostrar cómo funcionamos los seres humanos. . .




El Pozo

Me levanto una mañana,
Salgo de mi casa,
Hay un pozo en la vereda,
No lo veo,
Y me caigo en él.
Día siguiente…..
Salgo de mi casa,
Me olvido del pozo en la vereda
y vuelvo a caer en él.
Tercer día,
Salgo de mi casa tratando de acordarme
Que hay un pozo en la vereda,
Sin embargo
No lo recuerdo
Y caigo en él.
Cuarto día,
Salgo de mi casa tratando de acordarme
Del pozo en la vereda,
Lo recuerdo,
Y a pesar de eso,
No veo el pozo
Y caigo en él.
Quinto día,
Salgo de mi casa,
Recuerdo que tengo que tener presente
El pozo en la vereda
Y camino mirando el piso,
Y lo veo
Y a pesar de verlo,
Caigo en él.
Sexto día,
Salgo de mi casa,
Recuerdo el pozo en la vereda,
Voy buscándolo con la vista,
Lo veo,
Intento saltarlo
Pero caigo en él.
Séptimo día,
Salgo de mi casa
Veo el pozo,
Tomo carrera,
Salto,
Rozo con las puntas de mis pies el borde del otro lado,
Pero no es suficiente y caigo en él.
Octavo día,
Salgo de mi casa,
Veo el pozo,
Tomo carrera,
Salto,
Llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido,
Que festejo dando saltos de alegría…
Y al hacerlo,
Caigo otra vez en el pozo.
Noveno día,
Salgo de mi casa,
Veo el pozo,
Tomo carrera,
Lo salto
Y sigo camino.
Décimo día,
Me doy cuenta
Recién hoy
Que es más cómodo
Caminar…,
Por la vereda de enfrente.
                                                  Jorge Bucay

martes, 9 de agosto de 2016

CADA UNO DEBE LLENAR SU PROPIA VIDA‏


En mi opinión, lo bueno, para unos, y lo malo, para otros, es que la vida la tiene que llenar cada uno con lo que quiera poner en ella.
Viene vacía de contenido –las vidas sólo tienen en común la necesidad de cubrir las necesidades fisiológicas-, y es cada uno quien tiene que poner en ella lo que considere más adecuado para ser feliz o para apreciar la sensación de plenitud y de sentirse a gusto con la propia vida. O para estropearse la vida.
Muchas veces no nos paramos a darnos cuenta de esta maravilla, y nos dedicamos a “sufrir” lo que la vida nos pone por delante –que no es cierto que sea así, ni tiene por qué ser así…-, y parece que se nos olvida la opción de decidir, de gobernarla, de poner las flores y la banda sonora que nos gustan.
Se nos olvida a menudo que nuestra vida es responsabilidad nuestra, y que tenemos que darnos cuentas a nosotros mismos de qué hacemos en ella y con ella; se nos olvida que cualquier omisión es motivo suficiente –y con razón- para que después podamos arrepentirnos de ello; que no es cierto ese pensamiento que a veces nos cruza fugazmente de que no podemos disponer de nuestra vida porque el destino ya está escrito o porque, por más que nos empeñemos –esto lo dice nuestro pesimismo- , nunca nos van a salir las cosas como nosotros queremos.
Si desoímos los límites, si eludimos las zancadillas, si los muros no son infranqueables para nosotros, entonces nos topamos con la libertad de poder decidir en casi el ciento por ciento de los casos.
Y eso produce un agradable e impagable estado de felicidad. Una sensación de plenitud, de que todo está en orden. Es el contacto más directo con la vida a nuestro servicio.
Es bueno sentir la sensación de pequeños dioses que pueden administrar la vida, que pueden poner en ella lo que quieran, y quitar lo que no quieran.
Y mientras más se vea uno en ese estado, más se dará cuenta de dos cosas: que le gusta y que es más fácil de lo que creía.
Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales
www.buscándome.es

lunes, 8 de agosto de 2016

La luz en el intelecto, el calor en el corazón y una voluntad libre - Omraam Mikhaël Aïvanhov

 
“La inquietud, la agitación, la perturbación, crean las peores condiciones para la actividad del pensamiento. Por eso, cuando tengáis que resolver un problema, cuando tengáis que tomar una decisión importante, empezad por serenaros.

Haced el silencio en vosotros y tratad de proyectaros lo más arriba posible dentro de vosotros mismos, porque es arriba donde se encuentra la luz.
 
Cuando sintáis que habéis logrado alcanzar una especie de cima, preguntad sobre lo que os preocupa y esperad… La respuesta os empezará a llegar más o menos claramente; quizá no sea más que una vaga impresión, difícil de interpretar, pero ya será un indicio. Así que, no abandonéis. Volved a empezar tantas veces como sea necesario, plantead de nuevo la pregunta: pronto sentiréis una claridad, una certeza y entonces, se acabaron las dudas, sabréis cómo debéis actuar.
 
La luz en el intelecto, el calor en el corazón y una voluntad libre: si cumplís estas tres condiciones, siempre encontraréis las mejores respuestas a las preguntas que hacéis y tomaréis las buenas decisiones.”

 Omraam Mikhaël Aïvanhov

♥♥