jueves, 19 de mayo de 2016

Conocerse para transformarse


La meditación es importante, pero hay que llevar la meditación a la vida diaria o, dicho  de  otro modo, convertir la vida cotidiana en meditación, porque la verdad está también en la vida de cada día. Y en esa vida podemos ejercer la autovigilancia y la autoobservación, a fin de regular mejor nuestras conductas y de ir realmente conociéndonos.


Esta autoobservación tiene que evitar caer en la autocomplacencia o autoindulgencia, en el autoengaño y asimismo en la autorrecriminación. Sólo observando, observando cómo nos comportamos, cómo somos, cómo reaccionamos, cuáles son nuestros rasgos negativos principales. ¿Pereza? ¿Odio? ¿Celos? ¿Avaricia? Vemos cuáles son nuestros tóxicos inconscientes que irrumpen a la consciencia, nuestros autoengaños y falaces pretextos, nuestras contradicciones y mentiras. Ponemos así en marcha la vía de la autoobservación, que conduce a la vía del autoconocimiento y  del descubrimiento de sí. Y mediante el autoconocimiento uno va sabiendo qué hay que cambiar y comienza a transformarse. Como reza el adagio, “si no conoces dónde está la espina, ¿cómo puedes arrancarla?”. Mediante la transformación uno se va paulatinamente realizando y los potenciales internos de sabiduría comienzan a aflorar.
La autoobservación es como un rayo láser que le permite a uno conocer sus agujeros psíquicos, sus complejos, sus miedos y ambivalencias. También es posible así conocer las reacciones egocéntricas y no dejarse atrapar por las redes de la autoimagen. Va uno aprendiendo a vivir desde uno mismo y no solo en base a viejos patrones, pautas, esquemas o descripciones ajenas. Todos estamos engañados por lo que no somos e implicados en lo que nos es ajeno, y tenemos que  trabajar sobre nosotros mismos para recuperar nuestra real forma de ser.
Si nos vamos conociendo, muchas emociones tóxicas que nos dominan, las iremos enfriando y superando, e incluso lograremos transmutar emociones nocivas en aliadas, pues reorientaremos adecuadamente esa energía.  Los enemigos se vuelven aliados.  Observando inafectadamente lo que va surgiendo en nosotros, estaremos más preparados para no dejarnos tanto arrastrar por lo observado. Este ejercitamiento es el que consiste en establecerse en la consciencia-testigo, que observa sin aprobar ni desaprobar, para ver las cosas como son y proceder en consecuencia. Así es posible transmutar el veneno en néctar.
Es importante comenzar por no expresar emociones nocivas, que no consiste en reprimirlas sino en conscientemente contenerlas. Siguiendo con el trabajo sobre uno mismo, no solo se podrá no consentir a las emociones tóxicas, sino llegar a mitigarlas. Al armonizarnos a nosotros mismos, cooperamos en la armonía de los demás.

Ramiro Calle
http://www.yogaenred.com/

¿QUÉ ES UN MANTRA?


                      Deepak Chopra explica el significado de los mantras sánscritos
                     

¿Qué es un mantra?

La palabra “mantra” está compuesta por 2 partes: man, que es la raíz de la palabra “mente” en sánscrito; y tra, que es la raíz de la palabra “instrumento” en sánscrito. Un mantra es por lo tanto un instrumento de la mente, un poderoso sonido o vibración que puedes usar para entrar a un estado profundo de meditación.

Según la tradición védica, los antiguos sabios podían escuchar las vibraciones sutiles producidas por todo lo que se encontraba en la naturaleza —los sonidos del viento, truenos, mariposas, ríos caudalosos y todas las demás creaciones. Ellos reconocieron que estos sonidos son la manifestación del espíritu en la materia. Identificaron “Om” (o aum) como el sonido más elemental, representando la conciencia universal infinita. Por miles de años, la gente ha utilizado este mantra para expandir su conciencia de lo divino.

Los antiguos profetas también identificaron todas las vibraciones primordiales o mantras que constituyen el universo y con el tiempo estas fueron documentadas en la literatura védica—los cuatro textos que forman la base de la religión hindú. De hecho, tú mismo puedes escuchar todos los mantras si te sientas en silencio. Escucharás de fondo un zumbido en el aire, y al practicar enfocarte en ese zumbido, finalmente lograrás escuchar cada mantra que los sabios registraron mucho tiempo atrás.

¿Por qué utilizamos diferentes mantras cada día?

Repetir un mantra en silencio mientras meditas es una manera poderosa de entrar en el silencio de la mente. Mientras repites el mantra, este crea una vibración mental que permite a la mente experimentar niveles más profundos de conciencia. Mientras meditas, el mantra se vuelve cada vez más abstracto e indistinto, hasta que finalmente eres dirigido hacia el campo de la conciencia pura de donde surgió la vibración.

La repetición del mantra ayuda a que te desconectes de los pensamientos que llenan tu mente para que así quizás puedas entrar en el espacio que existe entre los pensamientos. El mantra es una herramienta para apoyar tu práctica de meditación. Los mantras se pueden considerar antiguas palabras de poder con intenciones sutiles que nos ayudan a conectar con el espíritu, la fuente de todo en el universo. Mientras vayas experimentando estados meditativos más profundos, todos los pensamientos y las preocupaciones desaparecerán y experimentarás el silencio que siempre ha existido debajo del ruidoso diálogo interno de la mente. En esta quietud podrás sentir la unidad con todas las formas de vida y la paz profunda.

¿Por qué utilizamos diferentes mantras cada día?

Cada mantra induce vibraciones específicas en la mente, razón por lo cual la gente usa diferentes mantras dependiendo de sus intenciones. Sin embargo, los mantras no tienen un significado en particular —son simplemente vibraciones de la conciencia. Cuando son repetidos en silencio, nos ayudan a desconectarnos de los pensamientos que llenan nuestras mentes y a deslizarnos hacia el intervalo que existe entre los pensamientos. Como cada mantra induce vibraciones específicas en la mente, Deepak utiliza una variedad de estos durante el Reto de meditación para alinearlos con el mensaje  y la meditación de cada día.

¿Qué pasa si no pronuncio el mantra correctamente?

Algunas tradiciones espirituales ponen mucho énfasis en la correcta pronunciación de los mantras. Después de décadas de experiencia, la perspectiva de Deepak y el Centro Chopra es que la pronunciación exacta de los mantras no importa a un nivel no local de inteligencia. Si alguien intenta mantener una marcada pronunciación mientras la mente está en el proceso de trascender, el esfuerzo consciente por pronunciar correctamente el mantra va a debilitar el proceso natural de meditación.

Dr. Deepak Chopra
https://choprameditacion.com

HAY QUE CAMBIAR LA MENTE

Hay que cambiar la mente, más exactamente, cambiar los pensamientos, la forma en que usamos el poder de la mente y empezar urgentemente a preguntarnos para qué fin usamos los pensamientos de cada día. Preguntarnos ¿Qué ha fallado en la humanidad? ¿Por qué han cambiado a pasos agigantados tantas cosas y el ser humano, apenas si lo ha hecho? Es posible encontrar al menos una respuesta.
Todo se ha dicho, pero nada se ha hecho. Ha habido grandes maestros e iniciados como Lao-Tsé, Buda, Jesús, Pitágoras, Mahavira y muchos más, pero el ser humano sigue creando toda clase de horrores y errores, guerras, conflictos de todo tipo, desigualdades, atrocidades sin límite, holocaustos (de hombres y animales) y espantos indescriptibles. Ha habido religiones para crear la paz y a menudo han generado la división y la guerra. Han surgido grandes seres como Gandhi o Mandela, pero el planeta sigue estando sembrado de conflictos y miserias.
Se han escrito preciosos e inspiradores textos como el Dhammapada, el Tao-teh-king, los Evangelios y tantos otros, pero por donde quiera que uno mire hay desolación, altercados, venganza, destrucción.¿Qué ha fallado? ¿Por qué los mejores propósitos han naufragado y los intentos más nobles fracasado? ¿Por qué las voces más compasivas han sido sofocadas y se ha olvidado la enseñanza de los maestros de mente realizada? ¿Dónde han quedado las tentativas reformistas y revolucionarias?

CAMBIAR NUESTRA MENTE

Lo que ha fallado es que no ha cambiado la forma de pensar del ser humano, no ha mutado su psicología. Ha habido un gran avance tecnológico y científico, pero en la cabeza del ser humano, en mayor o menor grado, persisten tendencias tan insanas como la ofuscación, la avaricia y el odio. Si no cambia la mente del reformador, ¿qué tipo de reforma o revolución van a efectuar? Y si somos guiados por gobernantes ávidos, corruptos, ciegos y sin compasión, ¿a dónde iremos todos a parar si no es al precipicio? El gran avance exterior no se ha visto en absoluto correspondido por un progreso interno. Continuamos siendo homo-animales, muy lejos de lo que debe ser el verdadero ser humano.

Lo que sucede en el escenario del mundo procede de los pensamientos. Urge cambiar los pensamientos y conseguir humanizarnos, y esa es en realidad la única esperanza de que puedan producirse cambios positivos y alentadores en la sociedad. Si la mente no cambia, nada cambiará. Pensamientos que cosechan codicia, crean una sociedad codiciosa; una mente que acarrea odio, origina una sociedad que odia; una mente oscurecida, es causa de confusión, desorden y violencia.

Si todo surge de la mente, a la mente misma hay que apuntar y transformarla, embelleciendo los sentimientos y permitiendo que eclosione la energía sanadora de la compasión. Cuando abandonen la mente la ofuscación, avidez y odio, para dejar paso a la lucidez, la generosidad y el amor, este planeta dejará de ser un manicomio y una continua fábrica de sufrimiento. 

Ramiro Calle
http://semillassolares.com/

martes, 17 de mayo de 2016

Terapia en los bosques‏


Terapia en los bosques o un baño de naturaleza. Los japoneses lo han acuñado como Shinrin-Yoku que significa caminar por la naturaleza con los cinco sentidos, algo que nos vuelve más saludables, felices y creativos. Japón acuñó otro término: Karoshi para designar las muertes por exceso de trabajo en un país donde la competitividad y los suicidios, tienen índices muy elevados. Quizá por eso han comenzado a mirar con otros ojos a sus bosques que ocupan más de la mitad del territorio, deseando recuperar la paz y el equilibrio que tiempo atrás han tenido.

El nuevo vocablo Shinrin-Yoku aceptado por el gobierno japonés, tiene su origen en las enseñanzas de un anciano budista que promulgaba dejar que la naturaleza penetrara en nosotros a través de la consciencia y por los cinco sentidos. Se trata de dar paseos por un entorno natural y poniendo la atención en los aromas de las plantas, el sonido del viento y el canto de los pájaros, observar la gama de colores y texturas que nos ofrece ese entorno. Él practicaba este arte cada día mientras bebía una taza de té verde para que de esta forma, el sentido del gusto también estuviera presente. Aconsejan hacerlo en silencio.

Estar presente, tú y la naturaleza, nada más, estar centrados y presentes en el intercambio tan agradable que existe entre nuestro ser y la naturaleza al completo. Japón ha estimado que en menos de 10 años, podrá contar con más de 100 bosques dedicados especialmente a esta terapia natural para que todos aquellos que quieran, comiencen a practicar Shinrin-Yoku, la terapia de la naturaleza. Muchas empresas ya dan un tiempo libre a sus empleados para que practiquen esta terapia preventiva. Más de 5 millones acuden a sesiones de “terapia en el bosque” entre algunos de los 48 centros oficiales que ya existen, designados por la Agencia Forestal.

La sesión de terapia dura dos horas, un paseo relajante por el bosque con ejercicios de respiración dirigidos por monitores. Antes de comenzar y al terminar, se les mide la presión arterial y otras variables para poder comprobar la eficacia de la terapia. Otros países como Finlandia también están llevando a cabo estudios sobre el impacto benéfico que tiene un paseo por la naturaleza para nuestra salud física y mental. Tan solo media hora en un bosque, nos relaja, baja las pulsaciones, normaliza la tensión arterial, oxigena el organismo, despeja la mente, mejora la calidad de las horas de sueño, libera toxinas y refuerza el sistema inmunológico.

El ser humano ha estado la mayor parte de su evolución en contacto con la naturaleza, ese es el entorno original por excelencia y que se ha ido perdiendo. En un ambiente natural es donde más a gusto nos sentimos, es donde experimentamos un mayor bienestar. Hay estudios científicos que demuestran que, las personas que viven en entornos naturales o que pasean por bosques de forma frecuente, presentan un descenso de cortisol superior al 12%, su presión sanguínea baja entre un 2% y el riesgo de infartos es un 8% menor que en el resto de personas. Se vuelven más creativas, optimistas, felices y sin ansiedad.
Interactuar con la naturaleza disminuye la actividad del cortex prefrontal que es donde residen las funciones cognitivas y la actividad cerebral se desplaza a otras zonas del cerebro relacionadas con lo emocional, la empatía, el placer y la creatividad. Una terapia natural altamente gratificante donde se puede aumentar significativamente el bienestar general y también la concentración ya que, unas células presentes en los glóbulos blancos se regeneran para hacer frente a posibles infecciones o ataques al sistema inmune.

Se ha demostrado que parte de la efectividad de esta terapia en los bosques, se debe a un compuesto volátil que emiten los árboles y que es beneficioso  para el sistema inmunitario. Se trata de compuestos como el pineno, cidrol o isoprenos, algunos de ellos usados en medicina holística. Pero si vives en la ciudad y no hay bosques cerca, siempre puedes hacer un paseo consciente con los cinco sentidos o la terapia de los bosques por algún parque. Contemplar la belleza de un árbol, escuchar el canto de los pájaros, oler el perfume de una flor, descubrir el color cambiante de las hojas y flores y saborear un poco de té verde, es una de las mejores terapias que nos ofrece la naturaleza. Una terapia natural, completa y que nos devuelve a nuestro estado de bienestar.

Semillas Solares

lunes, 16 de mayo de 2016

Porque te lo debes


Decidir que ya no quieres, que ya no te callas, que ya no te conformas…  Y ¿Por qué no? Decir basta…
Saltarte la próxima queja y soltar uno de tus complejos absurdos mientras das un paseo improvisado ante el mar, a media tarde… Cuando crees que deberías estar haciendo algo que durante mucho tiempo has pensado que importa mucho y ahora ves que era superfluo…
Detenerte para imaginar cómo será el resto de tu vida. Mimar cada detalle con todo lujo de sensaciones y entusiasmo infantil…Recordar aquellos momentos en que creías que todo era posible y no entender que pudo pasar para dejar de creerlo.
Recuperar tu vieja caja de tesoros y descubrir que ahora son incluso más valiosos que antes.
Ir caminando despacio al lugar donde se supone que tienes más prisa por llegar y detenerte a dar los buenos días por el camino a cualquiera que tenga cara de necesitarlos…
Que no te importe que los ignorantes te ignoren.
Que no te asuste que los que se asustan por todo no te entiendan.
Que no te moleste que los que nunca bailan se rían al verte bailar mientras ellos apuran sus copas amargas de rutina.
Alegrarte por los triunfos ajenos como si fueran propios.
Celebrar las victorias de tus adversarios.
Saber que no te hace falta llegar primero para ganar.
Notar que ya no te importan los resultados porque lo que te interesa es la efervescencia previa al imaginarlos y la satisfacción de haber sido capaz de lucharlos.
Darte cuenta que desde que no te preocupa lo que piensen, ya no piensan.
Dejar plantadas a tus culpas de siempre justo cuando toca sesión de reproches.
Soltar la carga pesada de no ser, de no llegar, de no reconocer…
Vacilarle a tus miedos y ver que se encogen.
Pasear con la mirada desafiante por ese lado de la calle de tu vida donde hasta hace poco no te atrevías a poner un pie.
Olvidar recordar tus tragedias.
Olvidar tus lamentos diarios porque estás ocupado saltándote una norma que no recuerdas quién impuso pero ahora ves claro que no tiene sentido.
Descubrir que ninguna de las normas que sigues te hace feliz y lanzarlas al mar.
Recordar que un día hace mucho, cuando eras niño, tenías un sueño y aún lo tienes pendiente.
Alimentar a tu yo imprudente y alocado que siempre te pide que no dejes pasar las oportunidades.
Perdonar sin saber aún cómo ni por qué a los verdugos de tus alegrías. A los que te arrancaron la ilusión o jugaron con tu corazón… Perdonarles porque ya no te importa qué pasó, porque ya no te duelen sus palabras y sus actos… Perdonarles porque, en el fondo, te dan pena sus vidas limitadas.
Perdonarte por no ser, por no tener, por no llegar… Y perdonarte por haberte culpado por todo esto durante años y no haber sido capaz de ver todo lo bueno que había en ti.
Notar que estás contigo. Que estás de tu parte. Que no necesitas un decorado perfecto para vivir. Notar que cuando respiras hondo ya no sientes ese punzada que te recortaba la libertad.
Equivocarte. Decidir que es mejor fallar que pasarse la vida lamentándote por lo que podría haber sido…
Hacer lo que quieras ahora mismo,  no porque debes sino porque te lo debes…
Merce Roura