viernes, 18 de septiembre de 2015

10 frases para dejar ir tu pasado emocional


Dejar ir suele ser difícil, pero llega un momento en la vida en que debemos hacerlo. Si no somos capaces de pasar página, continuaremos arrastrando ese dolor y resentimiento. No podemos avanzar porque estamos emocionalmente estancados. Por eso, una de las lecciones más importantes que podemos aprender en la vida es dejar ir el pasado, cerrar los círculos del pasado. Solo así podremos continuar ligeros de equipaje y abrirnos a las nuevas experiencias.
Dejar ir no significa olvidar. Dejar ir implica restarle impacto emocional a la experiencia, aceptarla y continuar adelante. De hecho, lo que sucede con las experiencias emocionales muy intensas, como la pérdida de una persona querida, una ruptura de pareja, un gran error o un agravio personal, es que no las asimilamos por completo, de manera que estas no pasan a formar parte de nuestra historia sino que se quedan activas en una parte de nuestro cerebro, reactivándose ante el menor estímulo.

Dejar ir implica aceptar el cambio y adaptarse a la nueva realidad


1. El arte de vivir implica saber cuándo aferrarse y cuándo dejar ir. – Havelock Ellis
Este médico británico no pudo expresarlo mejor. A lo largo de la vida hay momentos en los que debemos aferrarnos a lo que queremos con todas nuestras fuerzas, pero también hay momentos en los que debemos soltar y cambiar el rumbo. La clave para no naufragar consiste en encontrar el equilibrio justo, en saber cuándo ha llegado el momento de mirar hacia adelante y dejar ir el pasado, por mucho que duela.

2. Algunas personas piensan que aferrarse a las cosas les hace más fuertes, pero a veces se necesita más fuerza para soltar que para retener. – Hermann Hesse
Hermann Hesse nos hace reflexionar sobre el hecho de que la perseverancia y el apego no siempre son el mejor camino, a pesar de que nuestra sociedad siempre ha ensalzado estos valores. Hay veces en que es necesario dejar ir, y ese acto implica un mayor grado de madurez y demanda una fuerza interior enorme, mucho más que aferrarse a algo que ya no tiene sentido.

3. Retener es creer que solo existe el pasado, dejar ir es saber que hay un futuro. – Daphne Rose Kingma
Solemos aferrarnos a determinadas experiencias porque tenemos miedo a continuar, porque, de alguna forma, nos sentimos más cómodos en ese pasado que ya no existe, porque no queremos salir de la zona de confort. Sin embargo, dejar ir implica mirar al futuro, preocuparnos por avanzar y adaptarnos a las nuevas circunstancias. Dejar ir implica, sobre todo, confianza en el futuro.

4. El dolor te abandonará, cuando tú lo abandones. – Jeremy Aldana
Muchas personas no se dan cuenta de que la verdadera causa de su sufrimiento radica en el apego al pasado, a personas o situaciones que ya no tienen espacio en la vida actual. En realidad, el tiempo no lo cura todo, es necesario tener la voluntad de seguir adelante, ser capaces de limpiar nuestraas heridas emocionales y dejar ir el resentimiento.

5. Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. Cuando dejo ir lo que tengo, recibo lo que necesito. – Lao Tzu
Esta joya del taoísmo nos transmite una enseñanza fundamental para la vida: mientras estemos atados al pasado no seremos capaces de aprovechar las oportunidades del presente, hasta que no aprendamos a dejar ir no podremos obtener lo que realmente necesitamos “aquí y ahora” para ser felices.

6. El problema de mirar demasiado al pasado es que cuando nos volteeemos para mirar al futuro, este se habrá esfumado. – Michael Cibenko
La vida pasa en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, vivir añorando el pasado implica dejar que el futuro se nos escape. Recuerda que cada hora y cada día cuentan. No dejes que el resentimiento y las experiencias negativas enturbien la felicidad de la que puedes disfrutar ahora mismo.

7. Cuando le das libertad a los demás, cuando los dejas ir, recuperas tu libertad. – Aleksandra Ninkovic
Somos prisioneros de nuestra propia mente, no son los demás los que nos mantienen sujetos, sino nuestra resistencia a liberarnos de esas ataduras. Somos nosotros mismos, con un apego desmesurado, quienes nos mantenemos atados al pasado, impidiéndonos avanzar. Por eso, cuando aceptamos y dejamos ir esas experiencias que nos perturban, reencontramos la libertad y estamos preparados para vivir plenamente.

8. Dejar ir significa darse cuenta de que algunas personas forman parte de tu historia, pero no son tu destino. —Steve Maraboli
Debemos aprender a ver la vida como un tren. A lo largo del camino compartiremos espacio con muchas personas, algunas serán completos desconocidos, otras nos acompañarán durante un gran trecho y estableceremos lazos emocionales. Sin embargo, cada quien tiene su propio destino, y es necesario aprender a no aferrarse de manera enfermiza sino celebrar el encuentro y disfrutar de ese tiempo en compañía, mientras dure.

9. El secreto no es olvidar sino dejar ir. Y cuando todo se ha ido, serás rico en la pérdida. – Rebecca Solnit
Esta escritora norteamericana nos incita a ver la “pérdida” desde otra perspectiva. De hecho, solo cuando aprendemos a amar de forma desapegada, cuando aprendemos a dejar ir, maduramos y llegamos a conocernos verdaderamente. En el desapego, uno de los principios básicos de la filosofía budista, radica el secreto de la libertad personal y el equilibrio emocional.

10. Demolí todos los puentes detrás de mí para no tener otra opción que seguir adelante. – Fridtjof Nansen
El principal problema de dejar ir es que nos vemos tentados continuamente a mirar al pasado. La nostalgia es demasiado fuerte y la incertidumbre que encierra el futuro demasiado aterradora. Por eso, en ocasiones no hay otra opción que cortar completamente los lazos que nos unían a ese pasado. Así podremos caminar hacia el futuro más ligeros de equipaje.

Psicología/Jennifer Delgado

Amar es un Arte



El amor es una emoción básica digna de ser vivida en plenitud, también se puede vivir anhelando el amor sin llegar a conocerlo e incluso sabotear cualquier intento de aproximación por temor a sufrir.

El amor se encuentra cuando una persona está atenta y dispuesta a amar y a confiar y tiene la plena convicción de que merece ser feliz.

Para entregarse al amor es importante aprender a ver más allá de un cuerpo y de una cara atractiva, porque la bondad del corazón no se percibe a simple vista.
El otro no es sólo un cuerpo, tiene además un sistema de valores, creencias y una filosofía de la vida; y estas características son las que definirán la relación y las que indicarán qué se puede esperar de ella.

El amor es entrega, no inmediata, sino reflexiva; porque exige lealtad, fidelidad y generosidad para aceptar al otro como alguien que siempre será diferente.
Hay que estar bien y a gusto con quien uno es, estar convencido de ser valioso, no tener dobleces y sentirse digno de ser amado y respetado, para que el que tenga la oportunidad de conocernos pueda pensar y sentir lo mismo, porque la realidad es un reflejo de nosotros mismos.

Quien está en el camino del desarrollo personal y tiene alta su autoestima se convierte en una persona interesante y atractiva naturalmente; alguien que está haciendo lo posible para dar lo mejor de si mismo; y es en esas condiciones cuando se está maduro para tener una relación.
El amor de pareja es una relación que no se puede forzar, se tiene que dar espontáneamente y necesita cultivarse todos los días.
Amar no significa atarse a otro y abandonar todo lo demás, porque sólo la libertad y la confianza logran mantener el amor estable.

El amor se torna dependiente y posesivo cuando uno de los dos se estanca y no crece; porque el estancamiento produce en el otro aburrimiento y desinterés; y la necesidad de buscar a alguien con la chispa de entusiasmo para vivir que su pareja ha perdido.
El corazón también tiene neuronas, según afirman hoy en día los científicos; sin duda son para reflexionar sobre los sentimientos y para orientarlos adecuadamente; porque de nuestras decisiones responsables dependerá nuestra felicidad en el amor o nuestro sufrimiento.
Cuando el amor se convierte en una prisión o se opone a los propios valores o derechos; es hora de replantearse la relación, porque puede convertirse en un vínculo enfermo.
Para amar hay que estar dispuesto a confiar, sin esperar demasiado del otro, dar tiempo a la relación, evaluando sobre la marcha la profundidad que logran los sentimientos.
El amor se demuestra con los hechos no con palabras dichas en un arrebato de pasión, y necesita saber perseverar, tener constancia y paciencia.

Se puede superar el desamor y el abandono, liberándose de la culpa y no atribuyéndose el fracaso para no perder la autoestima, porque cuando una pareja no funciona el problema es de los dos.
El dolor de una pérdida es más orgullo herido que sufrimiento verdadero, porque se vive como un fracaso personal y se tiende a olvidar las importantes razones de la ruptura.
Un enfoque más frío y realista de la situación puede revelar que la separación representa la mejor decisión y la oportunidad de empezar una nueva vida sobre bases más sólidas.

Si no se ha logrado la aceptación del propio esquema corporal y se vive en función del cuerpo, tratando de cambiarlo, hay que aprender a valorarse, a creer más en uno mismo como persona total y a darse la oportunidad de crecer y mejorar no sólo de cuerpo sino también de espíritu.
El que renuncia al amor por temor, o por creer que no puede agradarle a nadie, está buscando excusas para no arriesgarse y decirle que no a la vida.

El amor exige inteligencia, para saber perdonar y para comprender, porque la comprensión es la posibilidad de entender un punto de vista que no es el propio.
Fuente: Psicología práctica Especial, número 3, Curso de felicidad

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Permítele la entrada a lo feliz



No se trata de preocuparse POR las cosas; sirve ocuparse DE las cosas.


Aunque es importante buscar constantemente mejorar nuestras vidas, la preocupación no es una herramienta para un cambio proactivo.
La preocupación es la forma del ego de evitar que experimentemos la grandeza que está en nuestro alrededor.

La vida es una obra en proceso y para nosotros siempre hay más por hacer, pero al dejar ir la preocupación podemos permitirle la entrada a lo feliz a lo largo de todo el hermoso proceso. 

La verdad no siempre es placentera. Casi nunca viene envuelta en un empaque bonito o endulzada para que sea más fácil de digerir. La verdad es difícil de oír algunas veces, pero generalmente es lo que necesitamos para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.
Si realmente queremos la verdad, tenemos que estar preparados para realizar algunos cambios, porque la verdad es que siempre necesitamos cambiar. 
Los más grandes poetas y filósofos del todo el mundo han intentado definir y describir el amor.
Para los kabbalistas, el amor siempre ha sido una simple conciencia: El deseo de compartir.

El amor es un estado mental. Cuando estás en él, no puedes hacer otra cosa más que darlo. 

Yehuda Berg

lunes, 14 de septiembre de 2015

La meditación mejora la coordinación entre las neuronas







Según ha demostrado un estudio en el que se ha medido, con técnicas de resonancia magnética, las sustancias químicas e interconexiones neuronales y los cambios cerebrales, y donde se ha podido comprobar que estas personas gozan de mejor salud y bienestar que el resto de la población.

En el estudio, publicado en la revista científica 'Plos One', se comparan los cerebros de diez meditadores de un monasterio budista y otras diez personas sanas que no realizan esta práctica; así, entre las conclusiones del trabajo, se encuentra que durante la meditación tienen lugar cambios funcionales, como el aumento de la plasticidad cerebral, que pueden mejorar la coordinación entre las conexiones de los circuitos cerebrales y químicos, con una disminución de la actividad metabólica neuronal y un aumento de la inmunidad, que afectan a la estructura psicológica del cerebro.

De esta forma, los autores afirman que la meditación mejora la coordinación entre las neuronas y altera los circuitos cerebrales,
"lo que puede inducir a cambios permanentes y positivos, influyendo de manera positiva en la salud y el bienestar, por lo que esta práctica puede ser de gran ayuda en aquellas enfermedades que producen alteración en la atención, depresión, ansiedad, conducta y estrés".
El estudio ha contado con la participación del jefe de servicio de diagnóstico por imagen del Hospital Quirón Zaragoza, Nicolás Fayed, la miembro del Departamento de Sociología y Psicología de la Universidad de Zaragoza, Yolanda López del Hoyo, y el médico del servicio de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Javier García-Campayo.


NEURONAS Y EMOCIONES
 
El jefe de servicio de diagnóstico por imagen de Hospital Quirón Zaragoza, Nicolás Fayed, ha explicado que "tal y como muestran éste y otros estudios, hay una clara relación entre nuestras neuronas y las emociones".

Asimismo, se ha referido a la investigación 'The estructure of mindful brain', según la cual, "los meditadores presentan un aumento de la actividad en el lóbulo frontal --asociado a las emociones de felicidad y bienestar--, y también de la ínsula, que funciona como el centro neurológico de la integración afectiva, autónoma y cognitiva".
Asimismo, ha dicho, otros trabajos en pacientes con estrés han evidenciado "cambios cerebrales en tan sólo ocho semanas después de comenzar la meditación".

Por su parte, el médico del servicio de Psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Javier García-Campayo, ha comentado que "estos datos confirman las bases biológicas de la eficacia de la meditación en el tratamiento coadyuvante de diferentes enfermedades como dolor crónico o depresión".


METODOLOGÍA Y RESULTADOS
 
El estudio ha consistido en facilitar a los dos grupos participantes un cuestionarios de ansiedad, depresión, deterioro cognitivo y atención y en realizar una resonancia magnética cerebral con espectroscopia, que mide metabolitos o sustancias químicas cerebrales en una determinada región del cerebro.
Igualmente, se han efectuado estudios de tensor-difusión, que son utilizados para observar la integridad y conectividad de la sustancia blanca o cables que conectan las neuronas.
Al comparar ambos grupos, los meditadores han mostrado una significativa disminución de la ansiedad y depresión, así como aumento muy importante de la atención con respecto a los controles.

También se ha observado un incremento significativo de la conectividad o plasticidad cerebral a nivel de las fibras de la sustancia blanca, que conectan las estructuras profundas, como el tálamo, con la corteza parietal superior izquierda, parte del celebro que controla la consciencia de uno mismo.


Además, el metabolito mio-Inositol está aumentado en el cíngulo posterior de los meditadores. Este metabolito "es importante ya que se le relaciona con una proteína llamada interleucina (IL-2) que regula la respuesta inmune a través de la proliferación de células T, activando las células gliales e induciendo cambios neuroquímicos que pueden tener relevancia en condiciones afectivas, como la ansiedad y la conducta", han expuesto desde el Hospital Quirón.
Por su parte, el metabolito N-acetilaspartato, implicado en el metabolismo mitocondrial de las células nerviosas, es decir, relacionado con la energía de las células, y el Glutamato, vinculado a la excitabilidad neuronal, "estaban disminuidos en el tálamo izquierdo de los meditadores y todo ello se correlacionaba con los años de meditación, es decir, a más meditación más se modifican estos elementos", han señalado las mismas fuentes.



Jorge Ramos
Preparémonos para el cambio

sábado, 12 de septiembre de 2015

¿Cómo podemos aceptar?


La aceptación es una de las cosas más difíciles, es todo un trabajo interior que requiere de mucha comprensión.

Cuando se da una situación concreta en la vida, la cual te produce malestar, como por ejemplo tener un trabajo que no disfrutas y no te sientes feliz con él; no te gusta y es algo que te ves obligado a vivir, pero no puedes de ninguna manera cambiar la negatividad y el rechazo que sientes con respecto a ello, suele surgir resignación en ti. 
La resignación no es aceptación, la resignación es cuando algo no te gusta, no sientes alegría con ello, pero interiormente dices "no tengo más remedio que aguantar".

Llegar a este punto, es ir en contra de nosotros mismos, pues no podemos realizar ninguna actividad si no sentimos en lo más profundo de nuestro interior alegría alguna. De aquí surge el enojo, la ira, la depresión, la resignación, la esclavitud... Te sientes totalmente preso, sin alternativa alguna, y no eres feliz. Te ves "obligado" a vivir esa experiencia que la vida te ha puesto delante, sin otra solución.
Esto es un karma. 
Cuando la vida te pone delante cualquier experiencia de la cual sientas sufrimiento y negatividad, es karmático.
Por tanto, la única manera que tenemos de transformar nuestra negatividad y resistencia interior ante la experiencia es con la ACEPTACIÓN. 


¿Y cómo podemos aceptar?

Con comprensión... con sabiduría... con una visión superior.
Sabemos que la vida está regida por el karma, la ley de causa y efecto. También sabemos que todo es impermanente. Somos conscientes de que en la vida venimos a experimentar lecciones para "aprender" de ellas (volvernos más sabios y conscientes), por tanto, lo único que debemos hacer para lograr aceptar es CAMBIAR NUESTRO ENFOQUE. Es decir, cambiar nuestra manera de ver las cosas... mirar desde otra perspectiva más elevada y superior, conscientemente, con sabiduría, sin identificarnos con la experiencia en sí, ya que es en la propia experiencia donde se esconde el aprendizaje, la lección.

Si cambiamos nuestra percepción de las cosas, podremos lograr más comprensión y por tanto, más aceptación.

En el ejemplo anterior sobre el tener un trabajo que no nos satisface, no nos produce alegría, hemos de ser conscientes de que en ese trabajo se esconde la gran lección que la vida nos ha traído. Hemos de observar en nuestro interior y discernir; buscando el "por qué y para qué tengo que vivir esto".
Cuando indagas en tu interior, descubres que ese trabajo es la gran oportunidad para ti de lograr un estado más elevado de consciencia.


"¿Qué es lo que tengo que aprender de este trabajo que no me gusta?". . .

La respuesta puede ser "ser más paciente", "ser más tolerante", "adquirir más sabiduría", "volverme más consciente", etc...
No hay ninguna experiencia que no nos aporte más sabiduría, pues la vida no suele darte lo que quieres sino lo que necesitas para impulsar tu estado consciencial. 
Por tanto, viendo la situación desde esta perspectiva más elevada (sin estar identificado, atrapado, en ella), es cuando podemos aceptar que todo lo que experimentamos en la vida es para nuestra propia evolución.

Una vez hayas aprendido lo que tenías que aprender de esa experiencia, automáticamente ésta desaparecerá; ese karma se disolverá... ya lo habrás liberado, trascendido.

Agradece por cada situación y vivencia, pues en ella se esconde el más grande de los tesoros "impulsar y expandir tu estado de consciencia y adquirir más sabiduría y comprensión."  

Camino al Despertar