sábado, 9 de septiembre de 2017

Autoconocimiento: Conocerte mejor para Alcanzar tus Objetivos

►El autoconocimiento es una de las herramientas más poderosas de Inteligencia Emocional para definir objetivos y elegir un proyecto vital coherente con quiénes somos.




Responder a la pregunta ¿Quién Soy? es una de las cosas más complicadas a las que podemos enfrentarnos. Numerosas filosofías señalan que, cuanto más nos definimos, más límites nos ponemos. Sin embargo, conocernos manteniendo una actitud abierta de cambio es una fabulosa herramienta para alcanzar objetivos y crecer en todos los sentidos.
En este reportaje te hablamos del autoconocimiento como una fabulosa herramienta que podemos usar en el terreno de la Inteligencia Emocional.

Saber quién soy para saber qué quiero

Muchas veces nos pasamos la vida persiguiendo objetivos que, en realidad, no nos hacen felices. Muchas veces adquirimos anhelos y deseos que no vienen de nuestra esencia más interna y personal sino de fuera, objetivos que hemos heredado de nuestra familia, nuestro entorno, de la sociedad, etc.
El autoconocimiento (saber quiénes somos, cuáles son nuestros valores más esenciales y nuestras áreas a mejorar) nos permite definir con mayor objetividad y coherencia hacia dónde nos dirigimos y si el camino que estamos recorriendo tiene sentido o, por el contrario, estoy desperdiciando mi energía vital en perseguir metas que ni deseo ni me convienen.
Para averiguarlo es necesario detenerse un momento y reflexionar sobre quién soy, qué quiero y hacia dónde quiero dirigirme… mucho mejor si lo pongo por escrito.

Cómo saber quién soy

Si nos preguntan si sabemos quiénes somos responderemos seguramente que sí, pero cuando llega el momento de escribir sobre el papel palabras concisas y valores concretos… la cosa no resulta nada fácil. ¿Sabes quién eres? Pues bien, a ver si te resulta fácil contestar a esta pregunta: ¿Quién eres?
No es fácil.
Nuestra propuesta es la siguiente. Tómate un día para ti; un día libre en el que nada ni nadie te interrumpa; un día en el que puedas disfrutar de silencio y soledad para concentrarte. Ponte delante del ordenador o, mejor aún, vete a la montaña o a un lugar lleno de Vitamina N (Naturaleza) con un cuaderno y un bolígrafo y trata de responder con sinceridad a estas cuestiones:
    • Cuáles son los valores que te definen.
    • En qué cosas destacas (fortalezas)
    • Qué áreas a mejorar hay en tu personalidad (debilidades)
    • Qué te hace feliz y qué te hace sufrir
    • Qué límites te estás poniendo
    • ¿A qué le tienes miedo?
    • ¿Cuáles son tus virtudes en las relaciones con los demás? ¿Y tus áreas a mejorar?
    • Sueña en voz alta… si pudieras tener lo que más deseas sin límites, ¿qué sería?
    • ¿Cuáles son tus objetivos?
Estas cuestiones son solo una referencia. En realidad, lo mejor es que tú te hagas las preguntas que consideres importantes y esenciales y que, de una manera intuitiva, te ayuden a poner nombre y apellidos a tu personalidad, tus fortalezas y debilidades, tus valores y tus deseos.
Es más, te proponemos que te hagas todas estas preguntas en los distintos ámbitos de tu vida, especialmente en lo que se refiere a aquellos que necesitan mayor atención. Por ejemplo, podrías reflexionar sobre tus fortalezas y debilidades o sobre tus objetivos en el ámbito profesional, en el personal, en la salud, o en cualquier área de tu vida que requiera mayor atención.

Qué quiero: buscar objetivos coherentes

Una vez que este análisis queda plasmado sobre papel, lo cierto es que empezamos a descubrir muchas cosas. Según vayas escribiendo, empezarás a entender por qué algunas áreas de tu vida funcionan y otras no; o por qué te sientes tanta frustración en el ámbito laboral o en el personal; o por qué tu relación con tal persona estaba destinada al fracaso total.
Te sugerimos que ahora, una vez que tengas más claro quién eres y qué quieres en la vida, busques objetivos que sean coherentes con tus valores:
    • Ámbito laboral

      Una vez que tengas claro qué te apasiona, a qué le das más importancia en la vida, cuáles son tus valores más esenciales, etc, serás capaz de entender por qué un trabajo te conviene mucho más que otro, o qué clase de profesión te hará más o menos feliz. Por ejemplo, puede que provengas de una familia adinerada y eficaz en el ámbito de los negocios pero que, por lo que sea, entre tus valores más arraigados destaque la solidaridad, el compromiso con el mundo, la espiritualidad, etc. En este caso, trabajar en la bolsa de Wall Street no parece la mejor de las opciones… Elige un trabajo que sea coherente con aquello que más te motiva en la vida.
    • Relaciones personales

      Cuando hagas el análisis de autoconocimiento, comprenderás mejor por qué te llevas tan bien con ciertas personas y por qué tu relación con otras es tan complicada y difícil. Nuestro consejo, por supuesto, es que trates de rodearte de personas (amigas, pareja, incluso familiares) cuya relación sea fácil y fluida, que no requiera una cantidad ingente de energía. Cuanto mejor te conozcas, mejor comprenderás qué clase de personas quieres tener a tu lado (personas con quienes te identifiques; personas con unas metas, objetivos, aspiraciones, valores e inquietudes similares a las tuyas). Busca relaciones en las que la balanza entre dar y recibir sea equitativa, algo que resulta mucho más fácil cuando se comparten puntos de vista similares. Elegir amistades que no te comprenden no tiene sentido; elegir una pareja con un pasado, unas inquietudes y una personalidad contraria no tiene mucha garantía de éxito. No es que no sea posible, pero en general te supondrá un gasto elevado y poco rentable de energía.
    • Salud y autocuidado

      Conocer mejor tus fortalezas y debilidades te ayudará a ejecutar un plan más objetivo y eficaz para cuidarte. Conocerte te ayudará a saber por qué no hay manera de hacer meditación o por qué nadar te gusta tanto; por qué seguir cierta dieta te resulta imposible y seguir tal otra te encanta. Cuidarse, quererse y procurarse bienestar es un pilar básico para ser feliz. Si conoces bien lo que se te da mejor y peor, podrás tomar acciones más coherentes que te ayudarán a conseguir objetivos con mayor facilidad.
Te hemos propuesto estas tres áreas pero, por supuesto, puedes llevar el autoconocimiento a cualquier terreno de tu vida que te interese. Cuanto más definas tus valores y tus objetivos, más cerca estarás de conseguirlo. De hecho, elaborar un plan de ejecución es una forma de visualizar tus objetivos cumplidos, paso a paso.

Definir objetivos

Ahora que ya puedes poner nombre y apellidos a tus valores esenciales, ha llegado la hora de poner también nombre y apellidos a tus deseos e inquietudes.
Nuestra propuesta es que ahora, de la misma forma que has ido definiendo tu personalidad en el ejercicio anterior, hagas lo mismo en cuanto a qué es lo que deseas y cuáles son tus objetivos y las acciones que vas a llevar a cabo.
Este es solo un ejemplo:
    • Qué le falta a mi vida para estar completa
    • Qué cosas cambiaría de mi vida
    • Qué objetivos concretos tengo en cada área de mi vida
    • Cómo puedo lograr esos objetivos
    • Cuánto tiempo va a llevarme
    • Elaborar un plan de ejecución paso a paso con fechas y acciones concretas
    • Etc
Cuanto más definas, más cerca estarás de conseguir lo que deseas. Si defines paso a paso, de forma coherente y realista (teniendo en cuenta tus fortalezas y debilidades) cualquier objetivo, tendrás delante de ti el “mapa del tesoro” para saber exactamente qué pasos dar y en qué dirección.
No hace falta que nadie venga a decirte qué ni como. Lo mejor del autoconocimiento es descubrir que todas las respuestas están en ti; que nadie mejor que tú sabe quién eres, qué quieres y cómo conseguirlo.

http://www.vidanaturalia.com

viernes, 8 de septiembre de 2017

5 RAZONES PARA PASAR MÁS TIEMPO AL AIRE LIBRE


Durante la infancia, es probable que el único lugar donde tuvieras ganas de estar fuera en los reconfortantes brazos de la naturaleza.
Tal vez no podías esperar a levantarte la mañana del sábado o llegar a casa de la escuela para poder salir corriendo y explorar esa acequia detrás de tu casa, jugar a la pelota en el parque u observar orugas moverse lentamente por la acera. Tal vez tu mamá tenía que pedirte y rogarte que te metieras a cenar. Tu cuerpo estaba en constante movimiento y estabas haciendo algo que los humanos suelen hacer de forma innata: pasar tiempo en la naturaleza.
Los humanos están indisolublemente conectados con la naturaleza; sin embargo, según cálculos publicados por la Agencia de Protección Ambiental, la mayoría de los estadounidenses pasan el 90 por ciento de sus vidas entre cuatro paredes. No es ningún secreto que estar al aire libre se siente maravilloso, pero no es sino hasta ahora que la investigación científica ha descubierto lo que los humanos habían sentido intuitivamente todo este tiempo: necesitamos estar al aire libre. Para muchas personas, pasar tiempo en la naturaleza es la excepción más que la regla. Sin duda el viaje de campamento anual es magnífico, pero lo que realmente necesitas es incorporar tiempo al aire libre en tu vida cotidiana.
A continuación te daremos cinco razones por las cuales pasar tiempo al aire libre es la nueva receta para la salud y el bienestar óptimos; entre algunos de los beneficios están una mejor salud mental y mayor creatividad.
1. Mejora la salud física
Tal vez hayas escuchado que los médicos recetan comer sano y hacer ejercicio y ahora están garabateando algo más en sus blocs de recetas: pasar tiempo al aire libre. Dejando el ejercicio de lado, estar en exteriores significa que pasarás tiempo tomando el sol. Darse baños de sol le permite a tu cuerpo producir vitamina D, que ayuda a protegerte contra la osteoporosis, enfermedades del corazón y ciertos cánceres. Pero no es todo. En 2013, los investigadores de la Universidad de Edimburgo descubrieron que la exposición solar también ayuda a tu cuerpo a producir óxido nítrico, un compuesto que disminuye la presión arterial.
2. Reduce el estrés y la ansiedad
¿Quieres mejorar tu estado de ánimo, calmar la ansiedad y la depresión? ¡Sal! Según la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la gente que camina en entornos naturales al aire libre se siente menos deprimida. Aunque tal vez no sea posible deambular por el bosque o caminar por la playa todos los días, este estudio enfatiza la importancia de incorporar miniaventuras al aire libre en tu vida. Una caminata en tu parque local servirá.
Cuando puedas, haz un esfuerzo por pasar tiempo en un entorno natural para relajarte y reducir el estrés. En Japón, este concepto se conoce como baños de bosque, que implica estar en contacto con el paisaje y los sonidos del entorno. Se ha demostrado que esta práctica fomenta la relajación, disminuye los niveles de cortisol, desacelera la frecuencia cardiaca y reduce la presión arterial.
3. Recarga la batería
¿Alguna vez has regresado de un paseo de fin de semana por las montañas y te has sentido totalmente rejuvenecido, incluso si te duelen las piernas de tanto caminar? Eso es porque, sencillamente, pasar tiempo con la Madre Naturaleza puede revitalizarte. Varios estudios publicados por el Journal of Environmental Psychology demostraron que pasar tiempo al aire libre por lo menos 20 minutos al día hace que la gente se sienta más viva. Esto parece totalmente razonable, debido a que la naturaleza está viva, con árboles, bichos y los elementos. El entorno te contagia, así que estar en presencia de tanta vida te hace cobrar conciencia de la vida dentro de todos y cada uno de los seres humanos.
4. Impulsa la creatividad
¿Qué es lo mejor que puedes hacer si te cuesta encontrar inspiración para una tarea creativa o resolver un problema complejo? Sal y da un paseo. Así cambiará tu perspectiva, circulará la sangre por tu cuerpo y harás que tu creatividad entre en movimiento. Un estudio de la Universidad de Kansas demostró que la gente que se desconectó de la tecnología y pasó tan solo cuatro días en la naturaleza fue 50 por ciento más asertiva para encontrar soluciones creativas a sus problemas.
5. Agrega variedad a tu rutina de ejercicio
Si se le da a elegir, la mayoría de la gente preferiría caminar por una hermosa brecha que subirse a una caminadora en el interior de un gimnasio. Tal vez el gimnasio sea parte de tu rutina de ejercicio y, si es así, ¡fabuloso! El ejercicio de cualquier tipo es maravilloso para ti. Pero cuando puedas, ejercítate en exteriores para darle nueva vida a tu rutina. Casi cualquier ejercicio del gimnasio puede hacerse en exteriores con una pisca de creatividad. Si pasas más tiempo al aire libre, ¡serás extra creativo!
Tal vez estés pensando: “Pero vivo en medio de una ciudad. ¿Qué voy a hacer?”. No te compliques. Camina, lee o juega en un parque cercano con muchas áreas verdes. Deambula por el mercado de agricultores local, saca a pasear a tu perro, camina con tus hijos a la escuela de ida y vuelta, siéntate en el balcón de tu casa y lee un libro, cuida tu jardín o vete en bici al trabajo. ¡Las oportunidades son ilimitadas!
Así que sal de donde estés. Siente la tierra bajo tus pies y el viento en tu rostro, huele las flores de tu vecindario y escucha a los pájaros trinar. Deja que la naturaleza nutra tu mente, cuerpo y alma.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Nos envejece más la cobardía que el tiempo


Envejece más la cobardía que los años inscritos en las arrugas de un rostro. Pesan más los sueños rotos por falta de decisión que un siglo inscrito en una mirada y una boca que amó cuando vio la ocasión. Porque quien no arriesgó cuando pudo por miedo o por orgullo, siente un vacío en su alma, una espina en su corazón.
Hablamos sin duda de las esperanzas perdidas. Algo curioso que nos repiten muy a menudo es aquello de que “cada día pasan trenes para los que saben esperar” o “que las oportunidades vuelven para quienes salen a buscarlas de nuevo”. Ahora bien, debemos ser conscientes también de que hay ciertas cosas para las cuales no caben segundas oportunidades.
► “Nos envejece más la falta de decisión que el tiempo, porque solo los años arrugan la piel. El miedo arruga el alma”
                                                                    Facundo Cabral   

La cobardía, la falta de valor o el miedo son factores de peso que ponen cuerdas a nuestros pies y cadenas a nuestra mente. Sin embargo, antes que lamentar todo aquello no vivido a causa de la indecisión, es necesario ver de otro modo nuestra línea del tiempo. No hay principios y finales. Hay un continuo y nuevos reinicios que debemos saber integrar y propiciar con adecuados enfoques psicológicos.
Te proponemos aprenderlos con nosotros en esta ocasión.

Si fue cobardía, forma ya parte del pasado: hay que avanzar

Tal vez fue cobardía. Puede que el orgullo nos cegara demasiado ante aquel amor, y ahora, solo nos quedan las ganas, las penas y el arrepentimiento. Es posible que fuera el miedo. Un temor profundo a arrancar nuestras raíces, a cruzar nuestras fronteras personales para iniciar nuevos proyectos, nuevas vidas que nos hubieran traído más felicidades. Quién sabe…
No obstante, lejos de caer en una suerte de melancolía obsesiva del “que hubiera sido de mi vida sí…” es necesario reestructurar este enfoque de un modo más integrador. El “síndrome de los trenes” perdidos es algo que todos hemos sufrido o que sufriremos en algún instante. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que estos modelos mentales y estas derivas emocionales ancladas en el ayer, condicionan de forma irremediable la calidad de nuestro presente.
En un interesante artículo publicado el “American Journal of Psychology” titulado “Nostalgia: retiro o apoyo en los momentos difíciles” se nos explica que los hechos del pasado, las decepciones o incluso esos trenes que dejamos escapar por falta de decisión, actúan en muchas personas como “moldes subconscientes”. Nos determinan, ponen muros a nuestro presente y condicionan de forma irremediable nuestro futuro.
No es lo adecuado, hay que avanzar con acierto y sabiduría…

Enfoca tu vida en círculos, no en una línea recta

Peter Senge es un célebre economista, pedagogo y catedrático de la Universidad de Stanford, famoso por sus teorías de sistemas y por un enfoque más humano y flexible sobre las organizaciones. A pesar de que su trabajo está enfocado al ámbito de la empresa, sus teorías resultan tan esclarecedoras como maravillosas si las aplicamos al campo desarrollo personal.
El doctor Senge propone lo siguiente: dejar de entender nuestras vidas como una línea recta. Verlo así supone, ante todo, arrastrar el ayer en el presente e incluso proyectarlo hasta el futuro. Queda claro, no obstante, que somos todo lo vivido, todo lo acontecido y hasta lo sufrido. Sin embargo, en ocasiones, basta con cambiar un pequeño esquema de pensamiento para ver y sentir las cosas de otro modo.
Para poner fin a un ciclo y avanzar con mayor integridad debemos “cerrar círculos”. Y es en ese círculo del ayer donde debe quedarse la cobardía, el miedo y los sueños rotos para crear otro nuevo. Cada etapa de nuestra vida debe ser un círculo nuevo y más fuerte donde integrar todo lo aprendido. Te lo explicamos con mayor detalle a continuación.

La vida son círculos que se engarzan en una cadena

Seguimos manteniendo la imagen de un continuo. Solo que ahora, esa línea recta está conformada por círculos, y en cada uno de ellos se contiene una etapa de nuestra existencia. Es como una cadena, como una joya de piezas preciosas de varios colores.
  • Si lo visualizamos durante un instante captaremos la magia de la idea. Para avanzar con mayor aplomo es necesario cerrar con valentía cada círculo de nuestra vida. El siguiente eslabón de esta cadena se inicia con un nuevo círculo donde somos artífices de lo que en él queramos añadir.
  • Ahora bien, hemos de ser conscientes de que hay cosas que ya no van a poder ser. En los círculos anteriores se quedaron personas que ya no van a volver. Se quedaron también proyectos que no pueden iniciarse. No obstante, ante ti se abre un lienzo nuevo que merece aprovecharse con todo lo aprendido, visto y sentido.
La cobardía se ha quedado para siempre en esos círculos del pasado. Ahora eres una persona nueva que se ha permitido crecer, que se siente bien consigo misma y que lo creas o no, sigue en movimiento, sigue transformándose en algo maravilloso siempre que así lo quieras, y te lo permitas. 
Vale la pena intentarlo.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Tu resonancia es la única autoridad


Resonancia es, mecánicamente hablando, lo que ocurre cuando una frecuencia externa coincide con la frecuencia natural de un sistema.
Si la frecuencia de algo coincide con la frecuencia de otra cosa, las dos entran en resonancia.
Esto es lo que hace que, por ejemplo, si tienes dos diapasones afinados a la misma frecuencia, al darle un toque a uno para ponerlo a sonar, el otro también comienza a vibrar. Los dos diapasones entraron en resonancia.
Juguemos con este ejemplo de los dos diapasones.
Imagina que la Consciencia Expandida que realmente eres (tu Alma, Yo Superior, o como quieras llamar a esa parte de tu existencia no física), sostiene uno de ellos.
Un diapasón que está afinado a la frecuencia de tu naturaleza. Sintonizado a la energía fundamental de tu existencia. A tu esencia como expresión particular e individualizada de la Existencia que eres.
Un diapasón siempre vibrando. Eternamente emitiendo el canto de quien eres realmente más allá de cualquier idea o identidad.
El otro diapasón es el que en cada ahora, en cada momento, sostienes al nivel de consciencia a través del cual percibes y creas tu experiencia humana.
Cada pensamiento, cada idea, cada significado, cada creencia, cada experiencia que en ti hay ahora, es el otro diapasón.
Lo que ocurre entonces es mecánica vibracional: si el pensamiento, idea, significado, creencia o experiencia que ahora tienes es de la misma frecuencia que la frecuencia de tu esencia y naturaleza espiritual, tu consciencia humana comienza a vibrar.
Te excitas, vibracionalmente hablando, a la misma frecuencia de tu Alma, porque estás conectado en tu consciencia con algo que es representativo de tu esencia.
Los dos diapasones, el de tu Consciencia Expandida y el de tu consciencia humana, han entrado en resonancia.
El pensamiento, la idea, el significado, la creencia o la experiencia a la que ahora le estás dando energía, resuena contigo.
Ese vibrar, esa excitación energética, ese reconocimiento de tu esencia, surge en tu cuerpo como entusiasmo.
► Tu entusiasmo es, entonces, la experiencia humana de estar en resonancia con tu Alma.
Es el encuentro con los deseos que, a nivel de tu Consciencia Expandida, has escogido para ti.
Es el éxtasis de reconocerte. La dicha de conectar con tu verdad. La magia de sintonizar con quien realmente eres.
¿Y para qué estás aquí, en esta experiencia humana, si no es para vivir desde tu verdad?
¿Para qué estás consciente de tu existencia, si no es para expresar tu esencia?
Sólo tu Alma posee el diapasón primordial.
Y en cada pensamiento, idea, significado, creencia y experiencia con la que conectas en tu consciencia humana, está el otro diapasón. Éste vibrará o no según esté o no en resonancia –en alineación– con tu verdad.
Nada ni nadie más sabe lo que es mejor para ti. Nada ni nadie más conoce esa verdad –esa que no es una idea, sino el reconocimiento vibracional de tu naturaleza existencial, y de la particular forma en que deseas expresar, explorar y experimentar el juego de la creación.
Tú, al nivel de la perspectiva de la Consciencia Expandida que eres, eres la única autoridad. Eres quien, desde el amor incondicional e infinito de la Existencia, elige ser… tú.
Y nada ni nadie, tiene voz ni voto en este asunto.
► Nada tiene el poder de negar los deseos de tu Alma.
Excepto una cosa: tú mismo. Lo único en la existencia que puede contradecir lo que a un nivel de consciencia expandido escoges, eres tú mismo, a otro nivel de consciencia.
Si te divierte contradecirte… ¡adelante! ;-)
Pero seguramente puedes reconocer esto en tu experiencia: eso que llamamos paz y plenitud, sólo está disponible cuando nos sintonizamos a la frecuencia de nuestra más profunda autenticidad.
Cuando haces uso de tu resonancia –de tu capacidad innata de reconocer cuando estás alineado a tu naturaleza y esencia espiritual– para escoger los pensamientos, las ideas, los significados, las creencias y las experiencias con los que te quedas, tu expansión se acelera.
Tu vibra se eleva a aquella de tu Alma. Te sintonizas a la frecuencia del impulso de tu existencia. Y en tu vida se van haciendo cada vez más evidentes las sincronicidades que reflejan la alineación a tu Verdad.
¿Para qué carajo sirve toda esta vaina?  ;-)
Simple:
► Para vivir plenamente la aventura que, desde el corazón de tu Alma, clamas por vivir.
Para tener la oportunidad de dejarte guiar por tu resonancia. De entregarte a reconocer que tu resonancia, como el sentir de tu alineación con tu Verdadero Ser, es una herramienta del Alma.
Al momento de escoger qué hacer…
¿Cambio de trabajo? ¿Me mudo? ¿Me comprometo con esta pareja? ¿Le doy fin a esta relación? ¿Abro mi propio negocio? ¿A dónde vamos de vacaciones? ¿Compro esto? ¿Qué del menú escojo para comer? ¿Qué me pongo? ¿Con quién salgo? ¿Voy a esta fiesta? ¿Me pongo a estudiar esto? ¿A qué me dedico? ¿Cuál es el mejor uso de mi tiempo?…
Usa tu resonancia. Déjate guiar por ella. Hazla tu única autoridad.

Leo Alcalá y Evelyn Mezquita
http://elpoderdeser.com

martes, 5 de septiembre de 2017

Enseñar a pensar es enseñar a ser libre


Albert Einstein, con su habitual sentido del humor y socarronería, decía que “no entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela”. Atendiendo a esta acertada frase, parece lógico creer que enseñar a pensar para comprender cómo funciona nuestro mundo es una idea sensata.
Ahora me gustaría lanzar una pregunta al aire: ¿Enseñar a pensar realmente nos enseña a ser más libres? No parece que esta cuestión tenga una respuesta sencilla, o tal vez sí. Quizá es tan obvia, que por simple no somos capaces de aceptarla. O puede ser que sea un tema excepcionalmente complejo. Veamos algunos detalles importantes.

Enseñar a pensar

El profesor Abilio de Gregorio, licenciado en Ciencias de la Educación y diplomado en Orientación Familiar, afirma que la reflexión ha de ser un acto disciplinado. En ella deben entrar en juego el pensamiento y la intención de querer pensar.
Para de Gregorio, en todo proceso educacional es básica la voluntad reflexiva, tanto de los educadores como de los propios pupilos. Es decir, que no hay trasvase de conocimientos y pedagogía útil si a las materias no se les añade una base de pensamiento e interpretación propia.
Quiere esto decir que cuando traspasamos nuestras enseñanzas, costumbres, tradiciones y educación a nuestros hijos, hemos de envolverlo todo en un manto de pensamiento propio para que el educando interprete la información, y la haga suya desde su propio prisma de entendimiento y conocimiento.
“La tierra que no es labrada llevará abrojos y espinas aunque sea fértil; así es el entendimiento del hombre”
                                                               Santa Teresa de Jesús   

Qué es la libertad

Una vez establecemos la importancia de enseñar a pensar, debemos confirmar si esta acción realmente es óbice para hacernos más libres. Por ello se antoja necesario saber qué es con exactitud la libertad.
El término libertad encuentra dos acepciones primordialmente aceptadas. Por un lado sería el derecho o facultad de las personas para elegir de manera responsable su forma propia de actuar en un entorno, medio o sociedad.
En este sentido, caben entendimientos como la libertad de culto, la libertad de conciencia, la libertad de opinión, la libertad de pensamiento, etc. Es decir, es todo aquello en que los seres humanos podemos elegir siempre a través de nuestra facultad y nuestro derecho.
Otra definición interesante para el término libertad sería la condición o estado de una persona que es libre, pues no está sometida a la voluntad de otros, está encarcelada o bajo un régimen que le constriñe por obligaciones, deberes, disciplinas, etc.

¿Enseñar a pensar nos hace más libres?

Ahora llega el momento de contestar a la atrevida pregunta que lanzaba al comienzo del párrafo. ¿Enseñar a pensar nos hace más libres? La respuesta es obviamente que sí. Razonemos el porqué.
Si entendemos la libertad como el derecho o facultad de una persona para elegir libremente su modo de actuación en un entorno determinado, es evidente que un individuo que piensa o “sabe pensar” tendrá inclinación por actuar libremente. Así, tendrá más capacidad que otra persona que lo haga sin reflexión o siguiendo unos patrones establecidos por su sistema de creencias heredado y asimilado, por su falta de conocimiento o por motivos similares.
Entiendo que enseñar a pensar es una parte importante de la educación de cualquier persona. No sirve solo con saber que algo sucede, es incluso más importante conocer el porqué, el cómo, el cuándo, etc. Todo ello solo es posible a través de la enseñanza del pensamiento, para que cada individuo pueda desarrollar su propio raciocinio, interpretación y modelo de comprensión.
Así pues, a la hora de tomar una decisión, siempre se sentirá más libre aquella persona que, ejerciendo el pensamiento, pueda estudiar un mayor número de las variantes que se le presentan en el momento de elegir.
Por otro lado, un individuo que se mueve por instinto, por las enseñanzas de la sociedad, por una educación limitada a mostrar qué sucede o por el simple hecho de que es lo que hay que hacer porque lo hacen todos, no tendrá tanta libertad real a la hora de elegir, pues sus opciones se reducen por su falta de capacidad.
         ►“El problema es que la información no es el entendimiento”
                                                                        Nadine Gordimer

Resulta evidente que enseñar a pensar es enseñar al individuo a ser más libre. Ahora bien, ¿este hecho es algo que nos hace más plenos, felices o inteligentes? Eso ya es otro cantar que daría para uno o más artículos, pues no siempre parece que el hecho de tener libertad nos haga mejores.

Psicología/Pedro González Núñez
https://lamenteesmaravillosa.com