jueves, 18 de enero de 2018

¿SABÍAS QUE CADA PARTE DE TU CUERPO RESPONDE A UN SIGNO DEL ZODÍACO?


(Parte 1 de 2)


Si bien estamos acostumbrados a que el Zodíaco está compuesto por 12 Signos, últimamente el eje de la Tierra se ha desplazado y así como una vez apareció Libra, separando a Virgo y Escorpio, ahora deberíamos considerar la presencia de Ofiucco, entre Escorpio y Sagitario.
Según observaciones que ha realizado la NASA, que no tiene muy buena fama desde que nos engañó con el alunizaje filmado que nunca ocurrió, y por lo tanto pueden no ser creíbles, los Signos han sufrido corrimientos importantes; ya hace unos 20 años esto fue advertido a la Humanidad por la Entidad Magnética llamada Kryon, comentando sobre este tema.
Igualmente a través de mis Guías he recibido información que he corroborado sobre las Técnicas Predictivas astrológicas, en el sentido que ya no funcionan tan estrictamente como antes del fin del Ciclo anterior, año 2012.
En forma práctica he constatado que, en efecto, ya no existe tanta exactitud como aquella a la que estábamos acostumbrados los Astrólogos, por lo que me veo obligado siempre a corroborar los posibles eventos mediante otras herramientas, que por fortuna he ido desarrollando en forma paralela.
De todas formas, existe entre los Signos y el cuerpo humano, una correlación importante de forma de que cada uno de ellos rige a una zona determinada, a través de lo cual pueden relacionarse problemas de salud localizados en el cuerpo con hechos que aparentemente no tienen conexión. También los Ascendentes y el Medio Cielo están relacionados, habría que analizar la Carta Natal de la persona.
Por ejemplo, para comenzar, Aries rige la cabeza; es muy normal que los arianos sufran heridas en la cara y en la cabeza (al igual que los Ascendente Aries). Se puede observar a los arianos caminando con la cabeza inclinada hacia adelante, por ejemplo, avanzando como el Carnero, animal que representa a Aries, siempre llevándose todo por delante con los topetazos de sus fuertes cuernos.
Problemas de salud tales como dolores de cabeza, o brotes en la cara, suelen surgir cuando alguien debe afrontar (poner la cara) ante una situación en la cual representa a todo un grupo, o bien, es el jefe o líder que conduce al grupo. Aries representa a la conducción, al pionero, al que va adelante de todos.
Tauro rige al cuello, la garganta, la glándula tiroides y la zona de los hombros, lo que suele traer dolores, inflamaciones y alteraciones hormonales, en los Taurinos o bien, en aquellos que están pasando por una situación en la cual no se pueden expresar (garganta), o tienen una carga social o familiar muy pesada sobre los hombros, sean del Signo que sean. Lo mismo respecto de las personas con Ascendente Tauro, reconocidos por los hombros cuadrados y la nariz respingada.
Del mismo modo, Géminis rige las manos (observe a un Geminiano/a cuando habla, cómo mueve sus manos), los pulmones y todo lo que sea doble (oídos, ojos) en el cuerpo. En esa zona se concentrarán molestias o dolores cuando algún asunto tiene que ver con lo mencionado, en un geminiano o bien, en otra persona aunque no sea de ese Signo. También en los Ascendentes Géminis. ¿Cómo reconocemos al geminiano? Por sus gambetas, sus dichos y contradichos, su picardía que siempre quiere jugar al engaño, su increíble infantilidad, a veces.
Problemas respiratorios o asmas suelen aparecer debido a dificultades en el entorno, porque Géminis rige al entorno, las vinculaciones y la comunicación de la persona.
Cáncer rige el intestino y los senos de la mujer. Observe a las cancerianas; o bien son muy generosas en busto o bien tienen el pecho chato como una tablita. Es frecuente que se presenten problemas, a veces tumores, debido a desequilibrios en lo familiar, no solamente en las cancerianas. Descomposturas de vientre debido a miedos (Cáncer junto con Capricornio pertenecen al eje del miedo) o a disgustos familiares,o cuando alguien se sale del “corralito” del canceriano.
Leo rige al corazón. Es muy normal para los leoninos, los infartos y operaciones en esa zona, porque todo se lo “toman a pecho”. También Leo rige la zona lumbar y la columna; un menosprecio o una desvalorización puede ser para ellos una herida muy grave. Leo, el León, es el rey, y al rey hay ciertas cosas que no se le pueden hacer o decir.
Problemas de jefaturas, liderazgos, cargos, puestos en los que no se le respete su muy valorada identidad,repercuten en el corazón o en la zona lumbar.  A veces, el ego exacervado puede curvar la espalda de una persona; los yanquis cuando se baja a alguien de su puesto, suelen decir “le quebraron la espalda – broke his back”.
Problemas en esa zona suelen ocurrir cuando a cualquier persona no se le respeta o considera como la persona piensa que merece. O cuando se hiere su dignidad.
Virgo rige al estómago y a la digestión. Es normal que las personas muy detallistas que se fijan en aquellos minúsculos temas que los demás pasan por alto, tengan algún problema en esa zona. Virgo también tiene que ver con el trabajo dependiente de otro, por lo que las dificultades en el trabajo traen problemas de digestión y de estómago.
Cuando la persona “no traga algo”, es decir, puede que lo trague pero no lo digiere, ése es un problema virginiano. Dado que Virgo es un Signo que psicosomatiza todo, los virginianos pueden presentar problemas de muy difícil diagnóstico y sus síntomas pueden ir desde el dolor de cabeza hasta dolores en los pies, pasando por cualquier parte del cuerpo.
Si Virgo cree que tiene un problema, probablemente no lo tiene pero igualmente se lo crea y entonces responde con los síntomas correspondientes; salen de un problema y adquieren otro, pero todo esto es mental, porque a Virgo lo rige Mercurio, el planeta del pensamiento.
Con esto ya hemos dado media vuelta a la rueda del Zodíaco, por lo que la otra media vuelta faltante deberá cumplirse en otro artículo, la Parte 2 de éste.
Bendiciones. Leo
El Sendero Del Ser. 

miércoles, 17 de enero de 2018

Ahora


En mi opinión, perdemos demasiada vida en esta locura de pasarnos más tiempo en el pasado o en el futuro –el posible futuro- que en el presente.

Está bien traer el pasado al presente de vez en cuando, porque es placentero y enriquecedor deleitarnos con las cosas agradables por las que hemos ido pasando, y a través de nuestra mente y el recuerdo somos capaces de hacer el milagro de recrear lo que ya no existe, y está bien traer al presente de vez en cuando las cosas que no han estado bien en nuestra opinión, siempre que sea con el exclusivo objetivo de aprender aquello que nos permita evitar que se vuelva a repetir siempre que esté en nuestra mano.

Lo que no está bien es irse al pasado –abandonando el presente- porque allí tengamos recuerdos de cosas que ya no están ni volverán a estar –eso que se llama nostalgia-, y no está bien querer quedarnos allí porque estábamos mejor que ahora. 

Si es por placer, estupendo, se puede ir, pero luego hay que volver al presente con las pilas cargadas… y no abatidos.

Tampoco está bien si el motivo de ir es que tenemos mucho de que arrepentirnos y vamos allí para reabrir la herida de lo que hicimos mal, y aún es peor si además nos ponemos a hurgar en ella con saña y con el único fin de castigarnos por lo que hicimos.

No existe el pasado ni el futuro: existe el ahora.

El instante en que leíste la palabra anterior ya no existe. Ya forma parte del pasado. O sea que no existe lo pasado –existió- y no existe lo futuro, porque a eso que llamamos futuro cuando llegue lo llamaremos presente. 

Existe cada uno de los instantes, pero solo durante el tiempo breve y limitado de su existencia. Para entendernos mejor con esto que llamamos presente lo que hacemos es agrupar varios o muchos instantes, y lo llamamos “hoy”, o “esta tarde”. Y esto es lo que existe. Y “esta tarde” es lo que tenemos que vivir con atención e intensidad. Y “esta tarde” es cuando tenemos que tener claro nuestro propósito, lo que queremos hacer en ella, lo que nos puede aportar, con qué la queremos llenar para que sea satisfactoria y nos aporte una buena sensación, y, además, le aporte sentido.

Y si no lo hacemos de ese modo es muy posible que al final del día se nos instale una desagradable sensación de haber perdido el tiempo –que es la vida- salvo que lo que hayamos decidido sea, precisamente, perder el tiempo. Y si esta misma sensación se nos va acumulando un día tras otro entonces será una sensación aún más desagradable la que se instale: “estoy perdiendo mi vida”.

Y eso de perder la vida deberíamos tenerlo en el lugar de las cosas inaceptables, de las que bajo ningún concepto queremos que lleguen a suceder.

Hay una cosa importante que es favorable: depende de nosotros. Es algo que podemos –y debemos- controlar.

Somos conscientes de que tenemos que dedicar un tiempo a las obligaciones: trabajo, responsabilidades, cargas, urgencias… pero también durante ese tiempo podemos ser conscientes de nosotros mismos –del ahora-, atender nuestra vida y atendernos –en ese ahora-, y siempre podemos encontrar y ser conscientes del momento, de lo que somos, de quienes somos, de la magia de estar vivos y estar viviendo… y eso sólo se vive AHORA.

Este ahora es inaplazable y es insustituible por otro ahora, que ya tendrá su propia entidad.

AHORA es ya.

Así que deja de leer en este instante y toma consciencia.

Mira la vida.

Mírate. 

No lo aplaces más.

Aprende a vivir en el ahora. 

VIVIR EN EL AHORA.

Te dejo con tus reflexiones…


Francisco de Sales
http://buscandome.es

martes, 16 de enero de 2018

Las personas inteligentes tienen menos amigos


No se considera inteligente tener pocos amigos, sino todo lo contrario, carecer de amigos te relega al grupo de los “bichos raros”, esas personas a las que no les gusta relacionarse con los demás. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es verdad que tener menos amigos es extraño? Algunos dicen que es sinónimo de personas inteligentes.
Una afirmación revolucionaria que ha hecho que muchas personas se hayan sentido identificadas, mientras otras han abierto sus ojos asombradas. Un estudio ha revelado que las personas inteligentes tienen muchos menos amigos, tal vez porque actúan de una forma bastante distinta a la que estamos acostumbrados.
► Los psicólogos Satoshi Kanazawa y Norman Lee llegaron a la conclusión de que las personas que viven en lugares con alta densidad de población se sentían menos felices.
Esta declaración ha sido acogida por muchos con bastante familiaridad, un mito que habían escuchado, pero del que nunca ha habido ninguna comprobación ni estudio aparente. Hasta este momento, en el que han salido a la luz las estadísticas que confirman que esta leyenda era real.

Las personas inteligentes y los amigos

Quizás entiendas por personas inteligentes aquellas que cuando estudiaban sacaban muy buenas notas y siempre tenían un libro entre sus manos. Ellas preferían pasar su tiempo en la biblioteca adelantando los ejercicios que les había mandado el profesor. Socializar no era una situación que necesitasen, es más, se mostraban felices en su soledad.
El estudio que se llevó a cabo por la London School of Economics y la Singapore Management University reveló que las personas con un coeficiente intelectual mayor no necesitaban interactuar tanto como las demás personas para sentirse bien.
En cambio, las personas con un coeficiente intelectual mucho menor sí revelaban esa tendencia a socializar, a pasar más tiempo conociendo gente. Esto demostró que las personas inteligentes van a contracorriente con respecto al resto de la población. No hacen lo que se considera “normal”. Ellas son felices sin una vida social tan activa.
 ► La mayoría de las personas necesitan reunirse de forma habitual con amigos u otras personas que compartan su forma de pensar para ser felices.
En la investigación participaron 15.000 personas de entre 18 y 28 años. Un rango de edad bastante joven donde la necesidad de interacción y de conocer a otras personas es mayor. A pesar de esto, las personas inteligentes no se sentían tan felices cuando socializaban con los demás. Esa agradable sensación de estar con otras personas y conocer a otras nuevas ellos no la percibían igual, lo que resultó muy significativo.

La soledad y la independencia

Son muchas las personas que tienen serios problemas con la soledad y con la dependencia emocionalNo nos han educado para vivir al margen de todo y de todos, sino al revés. Somos seres sociables que tenemos la capacidad de disfrutar en compañía e incluso a veces parecemos necesitar esa compañía. Pero, ¿qué ocurre cuando eres feliz en soledad?
El estudio demostró que las personas inteligentes se encontraban mucho más satisfechas cuando pasaban tiempo a solas. Esto no quiere decir que se apartasen del mundo, claro que interactuaban con el resto del mundo, pero con personas cercanas y familiares.

Las personas inteligentes cuentan con los dedos de una mano a sus amigos y, si les fallan, no tienen problema en seguir adelante. Ellas se encuentran preparadas para afrontar la vida sin necesidad de ningún apoyo. En contraste con muchas personas, no dejan su felicidad en manos de los demás.

► Las personas inteligentes se encuentran en armonía con ellas mismas y socializar no es una prioridad que tengan en mente.

De esta forma son mucho más independientes y disfrutan de su soledad, algo que para muchos es impensable. Con respecto a esto, en la investigación se tuvo en cuenta la savanna theory, una teoría que se centra en la evolución de nuestro cerebro desde los inicios hasta nuestros días.
Cuando el Homo Sapiens se encontraba dando sus primeros pasos por este mundo no se separaba del resto, sino que convivía con el resto en grandes espacios abiertos. Eran muy pocas personas y para protegerse y sobrevivir formaban lo que hoy denominamos “una piña”.
Las personas inteligentes se sienten como en esos sitios tan amplios y solitarios, con pocas personas a su alrededor. Por eso están preparadas para enfrentar los retos por su cuenta, sin ayuda, sin apoyo por parte de desconocidos. Ellas están seguras de sí mismas y quizás contar con otras personas que no conocen podría ralentizar sus objetivos.
https://www.youtube.com/watch?v=TlK_BpwCtms
Las personas más inteligentes que han aportado grandes inventos al mundo no se han caracterizado precisamente por su sociabilidad. Quizás, sus proyectos y sus metas las hacían mucho más felices que interactuar con los demás. El mismo Satoshi Kanazawa de la London School of Economics lanzaba otra afirmación bomba: las mujeres más inteligentes o no tenían hijos o los tenían tardíamente.
Tiene su lógica si echamos una mirada al mundo. Las personas con más estudios, que han realizado una carrera o algún otro tipo de formación, no tienen hijos hasta pasados los 30 años. En cambio, muchas que dejaron los estudios a niveles de la ESO y el Bachillerato, ya tienen una familia formada con uno o más hijos.
Parece que ser más o menos inteligente tiene mucho que ver con nuestra dependencia y el rumbo que tomará nuestra vida. Según el estudio presentado, una mayor o menor inteligencia nos llevará por un sendero u otro.

Psicología/Raquel Lemos Rodríguez
https://lamenteesmaravillosa.com