domingo, 17 de diciembre de 2017

Meditar como si fuéramos una caña de bambú

Un símbolo es un atajo para la memoria, la personal pero también la colectiva. Si estamos suficientemente sensibles, es una llave para abrir un mundo arquetípico donde nuestra alma despliega sus batallas heroicas.


La caña de bambú nos ayuda a comprender algunas cualidades que desarrollamos en esta etapa de la meditación. Cuando se siembran semillas de bambú, parecería que durante años no ocurre realmente nada, como si se hubieran podrido o hubieran sido plantadas en tierra yerma. Sin embargo, pasados unos años, de repente brotan y crecen muchos metros en pocas semanas. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Que durante los años en los que aparentemente no estaba sucediendo nada, el bambú estaba creando una red de raíces muy fecunda, que es la que permite más tarde un crecimiento tan veloz.
A menudo, en nuestro proceso meditativo ocurre lo mismo: meditamos y meditamos, sin que aparentemente nada ocurra, ninguna experiencia significativa, ningún cambio radical de perspectiva… hasta que un buen día aparecen claramente los resultados. El proceso meditativo requiere mucha paciencia y confianza en que se está llevando a cabo adecuadamente, a pesar de la carencia de resultados esperados.
Por otro lado, el bambú también es un buen símbolo de verticalidad flexible: apunta recto hacia la infinitud del cielo pero se mece con el viento, como el caminante, que ajusta cada paso a las irregularidades del terreno sin olvidar la dirección de su camino.
Cuando golpeamos una caña de bambú suena a hueco, y esa oquedad se convierte en una nueva invitación al vacío interior. Llenos de nosotros mismos, de nuestra importancia personal, no podemos saborear el momento presente, no podemos ser mediadores entre la tierra y el cielo, entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu… no podemos establecer un diálogo entre nuestras necesidades y nuestras idealidades.


Meditación Síntesis

De “La meditación en los símbolos” Julián Peragón (Arjuna).

http://www.yogaenred.com

sábado, 16 de diciembre de 2017

Heridas en la infancia, cicatrices en la madurez


►Lo más singular de la infancia, es que por muy pequeños que seamos, no hace falta comprender una situación para sentir su impacto, para padecer el dolor, el desconcierto o el miedo. La edad no nos exime del sufrimiento.
Una vez crecemos y la razón ya nos da capacidad para entender todo lo sucedido en ese pasado, las heridas ya han hecho mella en nuestro corazón y lacerado el recuerdo en nuestra mente.
Sufrir malos tratos, crecer sin la presencia de nuestro padre o nuestra madre, perder a alguien, vivir en un hogar desestructurado… son realidades que hieren nuestra infancia, instalándose a veces en nuestro interior a modo de traumas hasta el punto de vestirnos con la armadura de la desconfianza, impidiendo que podamos abrirnos a otras personas para formar relaciones duraderas, tiñendo nuestra felicidad con el eco de aquellos días de niñez donde no pudimos establecer unos vínculos de sincero cariño y seguridad personal.

PROYECTAR UN FUTURO A PESAR DEL PASADO

Un pasado difícil no debe condicionarnos para alcanzar un presente pleno, la felicidad no exige penitencia y todos podemos y debemos saber gestionar nuestra vida para vivirla de modo óptimo y con madurez, de ahí el término resilencia, que no es otra cosa que esa importante virtud de la que disponemos las personas para seguir proyectándonos en el futuro a pesar de las condiciones desestabilizadoras, de las dificultades y los traumas.
Pero ¿cómo hacerlo? ¿Cómo afrontar todo lo sucedido? ¿Cómo dejar a un lado todas esas cicatrices de nuestra niñez que sólo nosotros vemos?
– DESARROLLAR UN CONCEPTO DE TI MISMO SANO.
No te sientas responsable de lo ocurrido en el pasado, busca en la medida que puedas el perdón y la aceptación de lo sucedido. Siempre es complicado, pero es un proceso que nos ayudará a soltar “lastre”; no se trata en absoluto de justificar, sino de aceptar. Debemos vernos como seres capaces de avanzar en nuestra vida, de creernos fuertes y con las habilidades suficientes como para afrontar el día a día. Merecemos ser felices, la fragilidad de nuestra niñez es un motivante para alcanzar la fortaleza en la madurez.
– ESTRATEGIAS DE SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
Nuestra cotidianidad nos va a traer, sin duda, situaciones en las que siempre van a emerger los recuerdos, donde la inseguridad nos haga creer que no somos capaces de afrontar algo, de allí la necesidad de aprender técnicas de solución de problemas, saber anteponer prioridades, establecer metas, aprender habilidades de comunicación, de asertividad
– CONSTRUYE TU AUTOESTIMA.
Aprende a valorarte, a tener en cuenta tus potencialidades y habilidades. 
Eres capaz de muchas más cosas de las que seguramente crees, y lo último que debes hacer es compararte con otros, o decirte a ti mismo que no eres capaz. Debes levantarte cada día con la seguridad suficiente como para afrontar las dificultades que puedan presentarse, si confías en ti, si tienes bien establecido tu autoconcepto, tus valores y tus metas, no dejes que la inseguridad te atrape. 
Fuiste vulnerable en un pasado, pero de la fragilidad pueden aprenderse muchas cosas, sabes cuáles son tus límites y debes armarte con la coraza de la fortaleza para hacer frente a la vida.
►Porque recuerda: una infancia infeliz no determina una vida. De ti depende, todos merecemos ser felices.


Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com

viernes, 15 de diciembre de 2017

7 frases de Erich Fromm sobre el amor


El legado contenido en las frases de Erich Fromm sobre el amor sigue inspirándonos en la actualidad. Porque, si hay algo que debemos admitir, es que amar no siempre es fácil. Requiere valentía, requiere acción, compromiso y también un alto sentido de la humildad y de la responsabilidad. Pocos autores nos han enseñado tanto sobre el tema como el propio Fromm.
El maestro, poeta y activista por la paz, Thich Nhat Hahn, dijo una vez que amar sin saber amar hiere a la persona que amamos. Lo más complicado de todo esto es que a menudo, vemos este proceso como algo pasivo. El enamoramiento representa para muchos el efecto secundario de ese flechazo donde uno queda rendido, paralizado casi; ahí donde no queda más opción que la dejarnos llevar, que la de esperar ser correspondidos, nutridos y validados por el ser amado, en un acto carente de energía, creatividad y reciprocidad.
Amar con inteligencia y de forma plena es el resultado de un acto deliberado, un propósito que requiere y al mismo tiempo demanda buscar la excelencia. Si nos limitamos a dejarnos llevar, a actuar de forma pasiva esperando que el otro diga, el otro haga, el otro adivine y me corresponda derivaremos en la frustración más absoluta. Esto mismo es lo que nos enseñó el psicólogo social, psicoanalista y filósofo alemán, Erich Fromm, en su libro “El arte de amar”, y estas son una serie de frases que resumen esta obra inolvidable a la que siempre vale la pena volver…
Paradójicamente, ser capaz de estar solo es la condición para ser capaz de amar.
                                                                   Erich Fromm

Frases de Erich Fromm sobre el amor

“El arte de amar” no es una obra separada dentro del vasto e interesante legado intelectual que nos dejó Erich Fromm. En realidad, es una continuación de otro libro, “El miedo a la libertad”. En este último ya había abordado diversos aspectos de la naturaleza humana, y por tanto sentía la necesidad de profundizar en esa dimensión tan básica y esencial para las personas, como es el amor.
Así, si hay algo que buscaba por encima de cualquier cosa era enseñarnos que el amor es un arte, y que como tal exige un dominio exquisito tanto de la teoría como de la práctica, porque, y esto es importante recordarlo, el amor es la única respuesta a nuestra existencia, él es quien nos confiere sentido, quien da significado también a nuestra sociedad.
Veamos a continuación cuáles son las frases de Erich Fromm que mejor resumen estas ideas.

1. El amor es la preocupación activa por la vida y el 

crecimiento de lo que amamos

Si hay un aspecto interesante en el libro de “El arte de amar” es la tesis de que la mayoría de nosotros no sabemos amar. Puede que sea una idea algo desoladora, sin embargo, también es bueno recordar el contexto social en el que vivió Fromm. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial existía un gran vacío de valores, una crisis existencial que obligó a gran parte de los pensadores, filósofos y psicólogos a reformular muchas ideas.
El amor era y es, por tanto, ese motor que debe empujarnos a ser mejores. Para ello, estamos obligados a trabajar de forma activa en nuestra personalidad y crecimiento personal, de manera que satisfagamos primero al amor propio, para después amar en plenitud al otro. Algo así requiere verdadera humildad, coraje, fe y disciplina.

2. El amor es una actividad, no un efecto pasivo; es 

un estar continuado, no un súbito arranque

Lo señalábamos al inicio. Estar enamorado no debe ser un acto pasivo, como quien se limita a dejarse llevar, sin hacer nada más. Todo lo contrario, es un acto en cuyo deleite hay una gran cantidad de movimiento, voluntad e intercambio.
Esta es otra de las frases de Erich Fromm más representativas y donde se nos insta adejar a un lado esa nube en la que estamos instalados para afianzar esa relación, para invertir esfuerzos, para ir juntos de la mano trabajando en un mismo proyecto y siendo creadores cotidianos de nuestra propia relación.

3. El amor infantil sigue el principio: “Amo porque me 

aman”. El amor maduro…

El amor infantil sigue el principio: “Amo porque me aman”. El amor maduro obedece al principio: “Me aman porque amo”. El amor inmaduro dice: Te amo porque lo necesito. El amor maduro dice: “Te necesito porque te amo”.
                                                           Erich Fromm

Una de las frases de Erich Fromm que no se limita en exclusiva al ámbito de las relaciones afectivas. En realidad tiene mucho que ver con el modo en que las personas se relacionan con la propia sociedad: lo hacen más por necesidad o sensación de carencia que por altruismo, que por un amor auténtico por sus semejantes.
Esta forma de amar, la que se basa en la necesidad, es para Fromm algo patológico.Supone no atendernos ni entendernos, supone esperar que los demás se responsabilicen de lo que nosotros no somos capaces de procurar y que en realidad, se sitúa en nuestra parcela de responsabilidad.
El primer paso es tomar conciencia de que el amor es un arte, así como la vida es un arte; si queremos aprender a amar, debemos proceder de la misma manera que debemos proceder si queremos aprender cualquier otro arte, como la música, la pintura, la carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.
                                                          Erich Fromm


4. Si dos personas que han sido extrañas…

Si dos personas que han sido extrañas… dejan de pronto que la pared que hay entre ellas se rompa para sentirse y descubrirse, esta será una de las experiencias más emocionantes de la vida.

                                                          Erich Fromm

Esta es otra de las frases de Erich Fromm más hermosas. Nos habla de la intimidad, ese milagro que suele iniciarse con la atracción y que se consuma con un encuentro más profundo que trasciende a la piel y la propia sexualidad. Hablamos de la conexión emocional, del descubrimiento del otro como persona en todos sus matices, con sus virtudes, con sus defectos, sus esencias…
Hablamos de la intimidad en la que se deslizan las confianzas, el tacto que eriza los pelos de la piel, o una conversación relajada y nostálgica que se cuela por esos agujeros del cielo, llamados estrellas.

5. El amor no es esencialmente una relación con una 

persona específica

►El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso.

                                                             Erich Fromm

Algo que nos quiere hacer entender Fromm en su obra es que las personas vemos el amor como un objeto y no una facultad. Amar tampoco es una dinámica que se limita a esa relación que establecemos con nuestras parejas, nuestros padres o nuestros hijos.
“Amar” es enriquecer nuestra existencia, es una actitud capaz de dotar a este mundo de un sentido, de un propósito capaz de transformar la sociedad. Sin embargo, tal y como nos explica Fromm, en esta cultura moderna lo hemos mercantilizado todo en nuestro afán de satisfacer las propias necesidades, incluso el amor.

6. Resulta paradójico que dos seres se hagan uno y a la 

vez sigan siendo dos

Esta es otra de las frases de Erich Fromm más conocidas y también una de las que más invita a la reflexión. Como ya sabemos, una tentación en la que solemos caer muy a menudo es en diluirnos en el ser amado, especialmente al comienzo de la relación. Es un proceso entrópico que acaba con la propia identidad, que consume esencias, libertades y dignidades.
No podemos olvidar que el auténtico arte de amar consiste en seguir siendo nosotros, pero implicados en un mismo proyecto. Ser dos en un mismo compromiso, ser dos orientados a la responsabilidad de facilitar el propio crecimiento y el de la pareja…

7. Hay una gran diferencia entre enamorarse y 

permanecer enamorado

Para Fromm hay una gran diferencia entre enamorarse y permanecer enamorado. Piensa que si la relación se inicia con la atracción sexual y se consuma el acto, de alguna manera se pone el peligro el vínculo.
Fromm nos explica en “El arte de amar” que para desarrollar un amor maduro, sabio y responsable necesitamos trabajar en cuatro dimensiones esenciales: el cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento. Sin embargo, en muchas ocasiones, nos encontramos más bien con un amor sin intimidad basado solo en la mera necesidad, esa que se consuma con el acto sexual.
Este es un amor de consumo, de usar y tirar. Donde puede aparecer la pasión, pero también nublarse fácilmente por la desconfianza y el desconocimiento del otro. Un amor que nunca llega a coger forma, antes de reciclarse de nuevo. 
Por su parte, quien sabe (y quiere) ir más allá de la atracción y excitación sexual inicial, procurará crear una auténtica intimidad, procurará ser un artesano para hacer del enamoramiento un amor real, un amor maduro y valiente.
Para concluir, en estas frases de Erich Fromm hemos aprendido que el amor no solo es un acto de maestría, ahí donde dominar la práctica y la teoría. El arte de amar se formula también como una actitud activa y responsable hacia la vida y la propia sociedad. Es una fuerza transformadora que requiere conciencia y no conformismo, que clama creatividad y no pasividad.

Psicología/Valeria Sabater
https://lamenteesmaravillosa.com