sábado, 9 de diciembre de 2017

LA RESISTENCIA AL CAMBIO


Tu mente es una herramienta más de tu cuerpo y debería estar a tu servicio y no ser tú esclavo de ella. Comprender su funcionamiento se hace necesario para integrarla y ponerla al servicio de tu vida.

Por muy vagamente que hayas estudiado física seguro que te sonara el concepto de inercia. Tratar de empujar un coche cuando está parado, requiere un esfuerzo enorme al principio, pero cuando se pone en movimiento basta un poco de fuerza para seguir haciéndolo avanzar. Si en ese momento intentas pararlo representa de nuevo un gran esfuerzo, porque su inercia es seguir avanzando. Lo mismo sucede en tu vida cuando tratas de cambiar algo o haces algún tipo de trabajo personal. Sea que estés tratando de arrancar algo o de pararlo, existe una inercia psíquica que trata de volverte al estado anterior, a lo conocido. la famosa “zona de confort”.

Para tratar de parar tu cambio primero tu mente va a desatar el miedo y si eso no te para, va a crear en lo externo todo tipo de impedimentos que justifiquen que lo mejor es que regreses a como estabas. 


Entre el repertorio que se puede desplegar estarán casi seguro el mismo tipo de situaciones que no querías mas en tu vida y por las cuales iniciaste el proceso de cambio. 

Esto será una gran “prueba de fuego” porque ante eso, tu mente te dirá: ¿ves? No has logrado nada, sigue sucediendo lo mismo. Y en la medida que te lo creas o vuelvas a reaccionar como antes, todo el trabajo quedará en nada y esa parte de ti habrá conseguido mantenerte en la zona de confort.

Es importante contar con que puede suceder ésto después de alguna decisión de cambio o trabajo personal para no caer en la trampa, porque es muy común que las personas “tiren la toalla” en ese momento. Si logras atravesar esa “prueba de fuego”, si no dejas que la inercia anterior te pare, habrás generado una inercia nueva que a partir de ese momento será más sencillo mantener en marcha.


Recuerda: hay una parte en ti que no quiere cambiar y va a tratar de convencerte de que no puedes hacerlo o de que tu intento no ha funcionado. Sigue adelante y pronto verás los resultados.



Gemma Pitarch.


https://gemmapitarch.com
biodescodificacionenmallorca.com

viernes, 8 de diciembre de 2017

Quien dedica su tiempo a mejorarse a sí mismo no tiene tiempo para criticar a los demás


No hay nada más agotador que escuchar a una persona criticar y malmeter contra todo lo que se mueve. Además, vivir rodeados de este peculiar negativismo nos acaba haciendo sentir fatal, pues las palabras y las actitudes de un criticón son como virus que se adentran en nuestra mente y la devastan.
De las personas habituadas a criticar es mejor alejarse, pues nos intoxican y nos ahogan de tal manera que hacen que nos desequilibremos. El precio de vivir en tranquilidad es incalculable, por eso no debemos permitir que nadie vulnere nuestro espacio físico y psicológico.
Uno de los mejores indicios de la pobreza emocional y vital de una persona es que dedique su tiempo y esfuerzo a criticar a los demás.

La gente feliz no habla mal de los demás

¿Cuánto tiempo inviertes al día en escuchar criticar a los demás? ¿Mucho? ¿Poco? Pues es hora de dar un paso a un lado y apartarte de ciertas situaciones o personas. Están haciendo peligrar tu bienestar y tu equilibrio emocional.
Por eso, dedica tu tiempo a mejorarte a ti y a tu entorno. Esto te servirá para dos cosas: mantener una actitud saludable ante la vida y predicar con el ejemplo.
Es decir, si en vez de señalar a los demás nos preocupáramos por corregir los errores que nos pertenecen, alcanzaríamos el mayor nivel de bienestar emocional existente. Por eso, debemos superarnos en el orden personal, así ganaremos en sinceridad y en respeto tanto como en humildad, generosidad y honradez.
No somos perfectos ni debemos pretender serlo, pero sí que es importante mantener una actitud de mejora constante que nos ofrezca la posibilidad de vivir nuestra vida sin someternos a los estados emocionales ajenos.

Lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya

Hay personas que dan su opinión sobre nosotros, sobre nuestra vida, sobre nuestras decisiones o sobre cualquier cuestión de su entorno. Lo hacen aunque nadie se la haya pedido. Suelen ser opiniones malintencionadas o carentes de todo criterio cuyo único objetivo es hacer daño, menospreciar y disfrutar del pesar ajeno.
Generalmente, las personas que critican tienen baja autoestima y no se aceptan a sí mismas, por lo que difícilmente puede aceptar a los demás. Estas personas ponen etiquetas que reflejan la realidad de cómo se sienten ellas mismas, proyectando así sus dificultades emocionales.
Las personas más infelices en este mundo son las personas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás.


El daño emocional de las críticas

Empieza a curar tu herida emocional teniendo claro que cada uno de nosotros es único y excepcional. Para vivir no necesitas la opinión de nadie. De hecho, eres una persona adulta que, en sus plenas facultades, puede tomar decisiones por sí misma.
Haz que sean tus emociones y tus sentimientos los que valgan, piérdele el miedo a sentir y piensa por ti mismo. Escuchar críticas y chismes de manera constante satura a cualquiera, pero no eres tú quien está haciéndolo.

►No le pongas atención a las cosas que hacen o dejan de hacer los demás, presta atención a lo que tú haces o dejas de hacer.
                                                                                     Buda

No te olvides de que las críticas sin fundamento llevan consigo una gran pobreza emocional en el mundo interno de quien las realiza. Si la persona no se deja enriquecer, si vive aislada en sus resentimientos y no permite ningún tipo de ayuda, te conviene ser emocionalmente egoísta. Aléjate, mantente feliz y protege tu vida interior.

Psicología/Raquel Aldana
https://lamenteesmaravillosa.com
Imágenes cortesía de Claudia Tremblay

jueves, 7 de diciembre de 2017

LOS TRES PRINCIPIOS ELEMENTALES DE LA OSTEOPATÍA

El enfoque osteopático a cualquier nivel del cuerpo humano abarca siempre los tres principios del la Osteopatía, que son:
La HOMEOSTASIS, es decir el principio según el cual el cuerpo posee en sí mismo, en las condiciones normales, el potencial de luchar contra las agresiones, hasta que esas fuerzas superan las defensas internas, generando lesiones, fuentes de varias patologías. Es la capacidad de absorber todos los golpes, psíquicos y físicos, de cada tejido del cuerpo.
La UNIDAD de este ser humano como unidad indivisible de estabilidad y movilidad, en relación con su medio ambiente. Es decir, un sistema de sistemas internos en relación con su sistema exterior, el ambiental. Cada movimiento es particular de una estructura pero trabajan en unidad.
La RELACIÓN ENTRE ESTRUCTURA Y FUNCIÓN, que abarca las dos precedentes. Es la más conocida. Subrayamos, por ejemplo, que para restablecer la función en su totalidad, es imprescindible tomar siempre en cuenta su estructura completa.
Con el fin de mantener esta unidad doctrinal osteopática, cualquier enfoque clínico, terapéutico o gestual, deben respetar sus principios fundamentales que son la unidad del cuerpo, su potencial homeostásico y también la relación estructura función.

DIFERENCIA CONCEPTUAL ENTRE EL ENFOQUE OSTEOPÁTICO Y EL DE LA MEDICINA CLÁSICA:
La filosofía de la osteopatía no tiene bases en la filosofía de la medicina clásica. Pues la meta de la Osteopatía es sencillamente de dar al cuerpo su libertad en todos sus niveles, permitiendo la expresión de la vida (entendiendo por vida al movimiento), para que pueda manifestarse a este nivel en que se expresa, tanto en el orden de su movimiento general como en cada uno de sus movimientos particulares.
“El cuerpo puede expresar entonces totalmente su vida”
Se realiza una lectura peculiar, tanto al nivel corporal de cada una de sus articulaciones, de cada una de sus funciones, como de cada uno de sus órganos.
No es tratar síntomas, ya que el cuerpo puede hacerlo si se le permite a la vida expresarse tras él.

►Restaurando el propio poder de curación del cuerpo, entonces todas sus funciones se normalizan.

Alain Gehin, Dr. O. – EADOPA – 2004


Lic. María Laura Coscia
https://mlcoscia.wordpress.com