domingo, 15 de octubre de 2017

sábado, 14 de octubre de 2017

TODOS TENEMOS QUE CREAR NUESTRO PROPIO PLAN DE VIDA


En mi opinión, el Análisis Transaccional explica perfectamente lo que es un GUIÓN DE VIDA y lo que es un PLAN DE VIDA, y aclara la diferencia tan sustancial e importante que hay entre una cosa y otra.

Explica que en nuestra infancia, durante el tiempo de nuestra educación –y durante toda la vida si lo permitimos-, los demás van escribiendo para nosotros un GUIÓN DE VIDA –que nosotros interpretaremos a lo largo de nuestra vida si no nos damos cuenta y decidimos salir de él-, y eso influye en cómo va a ser nuestro carácter, en cuáles van a ser nuestras experiencias a lo largo de la vida y la forma de reaccionar ante cada una de ellas. Nos inculcan una serie de normas –sus normas- y opiniones –sus opiniones-, que en realidad son unos MANDATOS inconscientes que no seremos capaces de apreciar pero repetiremos una y otra vez. 

Son los otros quienes con sus imposiciones, información, reglas, o sugerencias, van conformando para nosotros un YO IDEA –que es la idea que cada uno tiene de sí en función de lo que le han ido diciendo los otros- y son ellos quienes escriben ese GUIÓN DE VIDA que nosotros interpretaremos como los actores interpretan sin discusión el que un guionista ha escrito.

El PLAN DE VIDA, por el contrario, lo escribimos nosotros mismos y siendo conscientes. O, por lo menos, así debe ser: tenemos que escribirlo nosotros y siendo conscientes. 

Y en él hemos de incluir las cosas que sí son de nuestro agrado y que hemos incorporado conscientemente y por voluntad propia a nuestra vida, y añadiremos nuestros proyectos y propósitos, y lo haremos siendo conscientes de las limitaciones y circunstancias que nos afectan.

Ha de ser, sobre todo, realista. Si está lleno de utopías, o si es demasiado impreciso, o si no es realmente propio sino que es una repetición de las ideas que los otros nos han inculcado y no hemos sido capaces de cribar y descartar, entonces se quedará sin realizarse y nuestra vida será una improvisación continua cuyo resultado puede llegar a ser desastroso o, cuanto menos, indeseado. O sea, que seguiremos en el Guión de Vida.

El PLAN DE VIDA es un proyecto dirigido al futuro, pero viviendo el presente, y hay que dotarlo y dotarse de firmeza para realizarlo. No ha de ser solamente un buen propósito que se puede aplazar una y otra vez de uno para otro día.

Consiste en ir cambiando los MANDATOS que nos inculcaron, por los cuales aún nos regimos, porque nos dominan, por PERMISORES.

Los Permisores son una especie de contra-mandatos, una orden opuesta a la orden que nos inculcaron, pero que tiene que ser dada desde la autoridad, para que aquel niño que hizo caso al mandato de sus educadores ahora vea más firmeza y más verdad en esta nueva orden y sea la que obedezca a partir de entonces.

El Guión de Vida nos lo escribieron quienes nos educaron, como ya sabes: no nos hicieron ver quiénes éramos, sino quiénes querían ellos que fuésemos; no nos ayudaron a prepararnos para nuestro futuro natural, sino que nos inventaron el que les interesaba o les parecía conveniente a ellos –con el riesgo dictatorial que eso implica-; casi siempre nos prohibieron que fuéramos tal como somos, y nos “amaestraron”, nos hicieron autómatas, nos llenaron de amenazas si nos salíamos del camino que trazaron, y nos llenaron de miedos con las brujas y diablos y peligros que estaban acechándonos si dejábamos de seguir sus indicaciones.

El Plan de Vida es nuestra libertad. Es escapar de la cárcel y los yugos que nos impusieron los otros y empezar a ser nosotros mismos y libres.

Y cuando uno se da cuenta de la diferencia entre ambas cosas es un momento emocionante en la vida, porque es un momento de toma de conciencia de que existe la posibilidad de escapar, de dejar de ser autómata e impostor, y comenzar a ser UNO MISMO, con el Plan que uno mismo se diseñe de acuerdo a sus propios principios e intereses.

RECUERDA LO QUE ES NECESARIO: 

- Tienes que estar convencido de que lo quieres hacer, y lograr que sea realmente importante para ti.

- Que sea posible realizarlo, aunque cueste esfuerzo, pero que no sea imposible o excesivamente difícil.

- Que esté decidido libre y conscientemente por uno mismo.

- Que incluya cambiar todo aquello que nos inculcaron –y que fue directamente al inconsciente en muchas ocasiones, y desde allí nos afecta- para poner en su lugar lo que realmente queremos para nosotros y nuestra vida.


Si aún no tienes tu Plan de Vida, este es un gran momento también para ti. 

Aprovéchalo.

Te dejo con tus reflexiones…



Francisco de Sales
buscandome.es

viernes, 13 de octubre de 2017

Cuando la solución es el problema


" Cuentan que una noche, un hombre que regresaba a casa encontró a su vecino debajo de una farola como si estuviera buscando algo que se le había perdido.
-¿Qué te ocurre?-preguntó el recién llegado.
-He perdido la llave de mi casa y no puedo entrar-contestó este.
-Te ayudaré a buscarla.
Al cabo de estar buscando concienzudamente por los alrededores de la farola, el recién llegado pregunto a su vecino:
-¿Estás seguro de haber perdido la llave aquí?
-No, perdí la llave allí- contestó señalando hacia un rincón oscuro de la calle.
-¿Y qué haces buscándola debajo de la farola?
-Es que aquí hay más luz.”
En ocasiones, intentamos una y otra vez la misma solución, aun cuando no nos da resultado. ¿No sería mejor optar por realizar algo diferente?

Soluciones ineficaces

Levantamos primero la polvareda y luego nos quejamos de no poder ver” (Berkeley)
A menudo, la vida nos propone retos, dificultades o problemas ante los que respondemos poniendo en marcha diversas estrategias. Muchas de estas soluciones, resultan caducas para la situación presente, ya sea porque han sido tejidas desde la inercia o porque conforman antiguos patrones que resultaron eficaces en situaciones similares en el pasado. Pero en ocasiones, el principio de “más de lo mismo” no produce “sorprendentemente” el cambio deseado, sino que por el contrario, la solución es el problema.
Por ejemplo, ante un problema de comunicación, presionamos para hablar al otro como modo de solución, consiguiendo con esta actitud que nuestro interlocutor se encuentre más incómodo y con menos ganas de hablar. O si tenemos dificultades para dormir, intentamos forzarnos a nosotros mismos a hacerlo mediante un acto de voluntad, con lo que únicamente conseguiremos estar más despiertos. O nos fijamos metas inalcanzables en un futuro ideal, que tan solo confirmarán nuestra creencia de que “no seré capaz”.
Así, vamos construyendo, ajenos a ello, un círculo vicioso que se mantiene y retroalimenta gracias a aquello que consideramos como la solución. Sin darnos cuenta, de que si lo interrumpimos, si cortamos esa repetición sistemática, probablemente se mostraría la resolución de la situación difícil ante nuestros ojos. Pero es nuestro afán y nuestra persistencia por hacer desaparecer lo desagradable, lo que en la mayoría de las situaciones mantiene y alimenta la dificultad.
Así, en determinadas circunstancias, los problemas pueden surgir como resultado de un intento equivocado de cambiar una dificultad existente. El intento de hacer un cambio en la situación, o bien contribuye a acentuar el problema o constituye el problema en sí, como es el caso del hombre que intentaba encontrar la llave debajo de la farola porque había luz. Su intento de solución era ineficaz, pero persistía una y otra vez, como si su problema se fuera a solucionar por arte de magia. Cuando sería más apropiado cambiar de estrategia.
La vida y sus retos, a veces, nos exigen atención y en ocasiones nos sugieren lo contrario de lo que pensamos, pidiéndonos serenidad, lentitud y atención en nuestras observaciones y elecciones, que respiremos antes de actuar, familiarizándonos con la situación, las sensaciones y los pensamientos, para permitir que desde nuestro interior surjan las acciones precisas.
►Y tú, ¿Qué soluciones repites sin obtener resultado?
¿Te atreves a hacer algo 
diferente? 


Psicología/Gema Sánchez Cuevas
https://lamenteesmaravillosa.com
Imagen cortesía de Mario Langlitz