jueves, 14 de septiembre de 2017

5 reglas de oro para cuidar de nuestras relaciones


Cuando algo se cuida, cuando se mantienen los pequeños detalles y uno se embelesa día a día, nuestras relaciones son mejores, más enriquecedoras y más profundas. Sin duda, con nuestros cuidados evitamos que algo se rompa con facilidad e impedimos que las cicatrices y las heridas sean las reinas de nuestras relaciones.
Hay personas que llegan a nuestra vida para darnos luz pero solo las conservaremos si nuestras interacciones nos ayudan a amarrarnos, a sostener ese vínculo de una manera noble, sincera y fuerte.
Se nos olvida con facilidad que para mantener viva la llama de la amistad, del amor y de cualquier otra relación debemos remarcar unos principios básicos en nuestras actuaciones.
Es importante que reflexionemos sobre esto porque las siguientes reglas de oro van más allá de las costumbres relacionales que guían nuestro día a día y nuestro ser. Veamos algunos más sobre estos 5 principios…

1. La lengua no tiene huesos pero es lo suficientemente fuerte como para romper un corazón

A las palabras no se las lleva ningún viento. Estas anidan en el corazón y son capaces de construir o destruir, calmar o impulsar, ayudar a crecer o mermar. Las malas palabras, las malas formas o las opiniones desacertadas pueden quebrar un corazón de una manera catastrófica.
La manera de comunicarnos con los demás dice mucho del respeto que les profesamos, no podemos creer que todo tiene cabida en los diálogos porque hay confianza. Es imprescindible, por lo tanto, cuidar las formas y el contenido de lo que expresamos.
Cuando tenemos que comunicar algo negativo debemos hacerlo de una manera delicada y eso significa desde el afecto, desde la preocupación o el malestar. La mejor manera de hacerlo es aludiendo a los comportamientos y evitando etiquetar a la persona por un mal hecho.
Nuestras palabras deben pasar los tres filtros de Sócrates: el de la verdad, el de la utilidad y el de la bondad. Si algo no es verdad, no es útil y no hace bien a quien se lo decimos, es mejor que evitemos hacer ese comentario.

2. Hay dos cosas insoportables: la mentira y la falsedad

La verdad duele una vez pero la mentira duele siempre. No hay nada que quiebre tanto una relación como la mentira y la falsedad. Ambas cosas son capaces de destruir todo a su paso, de devastar los bosques más poblados y de hacer caer a las torres más altas.
La mentira hace que nos cuestionemos mil verdades, haciéndonos cuestionar incluso las experiencias más francas vividas. Hay muchos tipos de mentiras, por supuesto, pero una relación sana no puede sustentarse en base a estas.
Recordemos que la confianza es un artículo de lujo que no se regala a cualquiera, y es que cuando un sentimiento tan importante como la confianza se quiebra, algo en nuestro interior fallece.

3. La distancia más larga entre dos personas es un malentendido

La frase que mejor ilustra esta reflexión es la siguiente: “Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que creemos decir, lo que decimos, lo que queremos oír, lo que oímos, lo que creemos entender y lo que entendemos, existen nueve posibilidades de no entenderse”.
Querer o no querer entenderse no es la cuestión, la cuestión es saber encontrarse a pesar del estado emocional de cada uno, a pesar de las prioridades y a pesar de que en muchas ocasiones es dificultoso encontrar un punto en común.
La diferencia radica en que escuchemos para comprender y no para contestar, de que hablemos sobre las molestias que nos generan actitudes o palabras, de que comuniquemos sin palabras, de que hagamos por entender. Esto se debe mantener no solo en los momentos en los que estamos teniendo una conversación, sino también más adelante, cuando nos encontremos a solas reflexionando.
Es importante que lo hagamos también a posteriori, pues muchas veces el calor del momento no nos permite reflexionar de la manera adecuada, incentivando así comportamientos dañinos y orgullosos. Equivocarse es común y humano, pero también tenemos que saber emitir un perdón sincero.

4. A los ojos tristes hay que hacerles menos preguntas y darles más abrazos

Validar las emociones de los demás es indispensable para fundamentar una relación en la aceptación. Comprender las emociones y transmitir esa comprensión marca la diferencia. Con esta máxima pretendemos hacer valer la importancia de no juzgar y de no caer en el “te lo advertí” o en el “no tienes razones para lamentarte por todo”.
Cada persona está librando su propia guerra y, aunque la empatía cognitiva y emocional total es en cierto modo una utopía, no podemos dejar de intentar hacer una lectura emocional del otro lo mejor posible.
Apoyar en los malos momentos de la manera adecuada fundamenta de manera sólida una relación, por lo que es especialmente importante atender a cómo gestionamos las emociones negativas de los demás.


5. Dedicar tiempo, el regalo más bonito

Tan importante es estar al lado de las personas que queremos en los malos momentos como estar en los buenos. El acompañamiento aporta oxígeno psicológico y compartir significa vivir. Rodearnos de personas a las que queremos y que nos quieren, convivir con ellos en los buenos momentos y tener sonrisas que recordar es lo que marca la diferencia.
Por otro lado debe quedarnos claro que rogar tiempo no es una opción. Ni para nosotros ni para los demás. Por muy ocupados que estemos siempre podemos dedicar una llamada breve o un mensaje a esa persona para decirle sin palabras que está en nuestros pensamientos. No hacerlo contribuye a generar una distancia que con el tiempo se hace muy difícil de salvar.
Es importante que construyamos estilos de comunicación y de comportamiento en nuestras relaciones que sumen y que no resten. No perdamos, entonces, la oportunidad de mejorar como pareja, amigos, hijos, padres, hermanos, compañeros, etc. Hacer un esfuerzo por manejar estas 5 reglas de oro de manera adecuada hará, sin duda, un mundo más noble, sincero y constructivo.

Psicología/Raquel Aldana
Ilustración principal de Anne Soline
https://lamenteesmaravillosa.com

miércoles, 13 de septiembre de 2017

La encrucijada ¿Tienes una en tu vida?


Existen momentos en nuestras vidas, en los que aparecen delante de nuestro caminar, situaciones que nos parecen muros infranqueables, normalmente en forma de toma de decisiones trascendentales, donde no vale esconder la cabeza como el avestruz, en las que queramos o no hay que actuar.
Las encrucijadas pueden presentarse en el mundo de los sentimientos, de las relaciones, de los negocios, del alma, del trabajo… ¡en todas partes!
Normalmente en estos cruces de caminos, suele no haber vuelta atrás en la inmensa mayoría de los casos, empezamos a llegar al punto donde el retorno es un camino imposible de seguir y ¡zas! el corazón se nos acelera, nos paralizamos por el miedo a equivocarnos… no podemos seguir, somos incapaces de seguir en una u otra dirección, es superior a nuestras fuerzas.
Aquí es donde imploramos ayuda al Universo, al Altísimo, o sencillamente cogemos el móvil y llamamos a nuestro amigo del alma e imploramos ¡¡¡qué hago!!! Nuestro amigo puede representar para nosotros la figura de psicólogo, director general, asesor espiritual, representante artístico o inclusive le podemos poner la túnica de un falso vidente. Claramente necesitamos a alguien que con su varita mágica nos indique la senda a seguir… ¡Todo con tal de no tomar una decisión! ¿Cuál es el camino que debo elegir?
El miedo a perder lo que tenemos, provoca que muchas veces no veamos los tesoros que se adivinan detrás de esos cruces de caminos, no nos damos cuenta que puede ser mucho más doloroso permanecer en una confortable estación, que coger el tren hacia una nueva estación, la vida es un viaje en tren con diversos andenes y multitud de subidas y bajadas de los vagones ¡aprovechemos el viaje!
Ese mismo miedo provoca que a veces, coger una simple senda que va en paralelo y en la misma dirección que teníamos marcada, nos aterre, no nos permita disfrutar de alguna variante de nuestro camino.
La vida es por definición una travesía, y muchas veces nosotros, provocamos que esas maravillosas oportunidades de desarrollarnos no sean aprovechadas en su justa medida. Cuando se presenta una de estas disyuntivas, debemos ser valientes, debemos decidir nosotros, no son otros los que lo deben hacer por nosotros. Es nuestra vida, y la gobernamos nosotros…
La cobardía no es buen aliado para nuestra aventura en la búsqueda del éxito, debemos buscar otros socios, que colaboren, que aporten, no que resten… y cuando hablamos de valentía, no debemos confundirlo con la imprudencia, la cual es separada por un fino trazo de esta. Debemos ser valientes para ejercitar nuestra facultad de elegir, sea rompiendo con el camino por el que vamos, o permaneciendo en el por un tiempo, decir para siempre sería un error, dado que nuestro éxito depende de nuestra flexibilidad para el cambio, para elegir rutas alternativas. El que un camino sea para siempre, lo irá diciendo el tiempo, definirlo a priori, una osadía.
Alguien dijo:  “La mente es como un paracaídas, solo funciona cuando se abre”, pues bien eso es exactamente así, debes abrir tu mente, tus sentidos, tus intuiciones… tú sabes, que si miras con paciencia dentro de ti, puedes resolver cualquier encrucijada…
¡Que tengas un buen día!

César Alvaro
https://ununiversomejor.com

martes, 12 de septiembre de 2017

5 comportamientos que indican que estás bajo los efectos de la intoxicación emocional


La intoxicación emocional se origina por conflictos personales y emocionales que afectan directamente a nuestro bienestar psicológico y físico, haciéndonos vulnerables y ocasionando sintomatología como irritabilidaddepresión, inestabilidad emocional, fatiga…
Las causas son diversas ya que somos seres emocionales en nuestra totalidad pero, en cualquier caso, la intoxicación emocional es la consecuencia de no otorgarnos un tiempo diario para cultivar nuestro interior.

¿Qué comportamientos me dan la pista de que estoy intoxicado?

Es probable que te encuentres bajo los efectos de la intoxicación emocional y aún no te hayas dado cuenta. Por ello, lo que hay que hacer es prestar especial atención a los comportamientos que nos resultan displacenteros y que, a pesar de ello, llevamos a cabo.
Con frecuencia mantenemos actitudes que nublan nuestra percepción y nos deterioran significativamente. Hay 5 comportamientos distintos que una persona mantiene cuando está intoxicada, veámoslos a continuación:

1- Estar de forma constante a la defensiva

Una persona intoxicada emocionalmente está en modo autoprotección y malinterpreta de forma constante las acciones o palabras de los demás como ataques. De hecho, solo presta atención a ciertas palabras.
Si sientes que estás intoxicado probablemente te hayas dado cuenta de que tus inseguridades han aflorado y dirigen tu vida. Te vuelves más reactivo y te pones a la defensiva con frecuencia. Tu autoestima está completamente mermada y te sientes vulnerable ante cualquier acontecimiento.
►Tus emociones hacen que te bloquees y atiendas selectivamente a lo negativo o lo que crees que te afecta directamente. Esto ocasiona que con frecuencia tuerzas las palabras o los actos de los demás hacia ti, reaccionando de forma agresiva para protegerte de un posible daño que tus emociones te hacen creer probable pero que seguramente solo estará en tu mente.

2- Ser excesivamente críticos


Es difícil tratar con una persona cuando se encuentra intoxicada sobre todo porque se autoimponen la barrera de la intransigencia. No pasan ni una, ni siquiera a sí mismos.
Si sientes que estás intoxicado, es probablemente que, en tu afán por tenerlo controlado, seas demasiado exigente contigo mismo y no te concedas ni un mínimo margen de actuación. Intenta ser más benevolente contigo y con los demás.


3- Sentirnos apagados o poner ante nosotros un muro de piedra


Hay veces que las personas nos damos cuenta de que estamos llenas de emoción y optamos por cerrar las cortinas y protegernos de nuestros propios sentimientos.
Por esto es que, cuando a una persona le abruman sus emociones, de alguna forma su vitalidad se desmaya y se encuentra apagada. Estar apagado significa no tener fuerzas y no sentirte capaz de reactivar tu vida de ninguna forma.
Esta es la consecuencia de tener el cerebro inundado por nuestras emociones, que no nos deja pensar con claridad y nos bloquea.

4- Condenar a los demás de forma constante, insultando o menospreciando


Las personas intoxicadas pueden resultar agresivas y peligrosas, en el sentido de que al estar a la defensiva pueden luchar con uñas y dientes por una causa que creen de vida o muerte.
Debido al bloqueo emocional, no responden con claridad ni son capaces de valorar con sensatez a quienes le rodean. Además, les resulta complicado sentir empatía por los demás dado que están invadidos por emociones que condenan sus sentimientos.
En realidad, si estás intoxicado, puede que te condenes y culpabilices en tu interior, proyectando tus miedos y tus frustraciones en los demás como una vía de escape y liberación.

5- Obstaculizar nuestro avance

Caminar por la vida puede ser dificultoso para una persona intoxicada por sus emociones pero aún es más complicado plantearse avanzar o no boicotear su progreso o la consecución de sus metas.
La única forma de superar este afán de suicidio personal es haciéndonos conscientes de que existe la posibilidad de que hay algo en nuestro interior que alimenta el miedo a lograr nuestros objetivos.
Temer a nuestros logros tiene en gran parte que ver con nuestra incapacidad para tolerar la incertidumbre. Estamos enfermos de certeza porque no confiamos en nuestra capacidad de hacer frente a lo que venga.
Necesitamos tenerlo todo atado, reatado y mil  veces comprobado. Si estás intoxicado, recuerda que solo hay una persona en este mundo que te impedirá llegar muy alto y esa persona eres tú. Acaba con tus demonios.


¿Qué podemos hacer si nos encontramos intoxicados?

Necesitamos tiempo para desintoxicarnos. Y, al igual que tras haber bebido demasiado alcohol, tendremos un período de resaca. La resaca emocional se conforma de culpa, ira continua, dificultad para dormir, tristeza…
No te preocupes, al identificar tus comportamientos y emociones ya has iniciado el proceso de recuperación. Sabiendo esto ya podrás dejar de “beber de las emociones negativas” y comenzarás el proceso de limpieza emocional que tanta falta te hace. Los síntomas desaparecerán y tus sentidos volverán a ser fieles a la realidad.